Desde Delhi hasta Ohio y por todo el mundo:
¡Si no luchas contra la violación, lo consentirás!
¡Necesitamos la revolución y un mundo completamente nuevo!

Sunsara Taylor | 20 de enero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 16 de diciembre de 2012 en Delhi, India, seis hombres se apoderaron de un autobús y secuestraron a una estudiante de medicina de 23 años de edad, la violaron tumultuariamente y torturaron, la golpearon con saña y la penetraron con una vara de hierro corroída, rompiéndole los órganos internos. Para cuando los violadores dejaran su cuerpo desnudo debajo de un paso elevado, junto con su compañero a quien le habían golpeado salvajemente, rompiéndole varios huesos, ya se habían salido del cuerpo de ella el 95% de sus intestinos. Los violadores intentaron arrollarla con el autobús, pero su compañero la arrastró a un lugar seguro. Pero el sufrimiento no paró ahí. Durante casi dos horas, mientras derramaba su sangre, el tratamiento médico se demoró: primero porque los transeúntes se negaron a detenerse y luego porque los policías se demoraron para debatir entre sí sobre quién tenía la jurisdicción y responsabilidad. El 29 de diciembre, tras 13 días de cirugías de emergencia y tratamiento médico, murió.

El 11 de agosto de 2012, una muchacha de 16 años de edad de Steubenville, Ohio, se desmayó en una fiesta. Mientras estaba inconsciente, las estrellas del equipo local de fútbol norteamericano la desnudaron, la violaron e incitaron a otros a orinar sobre ella ante los ojos de los asistentes a la fiesta. Arrastraron a la muchacha inconsciente a tres otras fiestas, violándola durante toda la noche. Esa noche, un celular grabó a uno de los violadores riéndose y bromeando acerca de lo que él y los otros le hicieron a la muchacha. Al referirse al hecho de que ella estaba inconsciente durante el asalto, él bromea: “¿En verdad es una violación? Porque no se sabe si ella lo deseaba o no. Puede que ella lo deseara. Puede que fuera su último deseo”. Aunque esta muchacha, en los hechos, no murió, se puede oír a unos tipos riéndose mientras uno de ellos sigue diciendo durante 12 minutos cosas como: “Ella está más muerta que la esposa de OJ Simpson”, y “Ella está más muerta que Trayvon Martin”.

¿Qué tan diferentes son estas dos historias en realidad?

La pura verdad es que hoy no existe ningún lugar en el planeta donde hay seguridad para ser mujer.

No existe ningún lugar, ni en la calle ni en la casa, ni en el campo del tercer mundo ni en las grandes ciudades de las ciudadelas imperialistas, desde Delhi hasta el Congo, Ohio y cualquier lugar, donde las mujeres y las muchachas no corren el peligro de ser violadas. Donde no culpen y  devalúen a las mujeres y las muchachas muy jóvenes por ser violadas. Donde no les digan a las mujeres y muchachas violadas que deben superarlo. Donde no reduzcan a la mujer a ser una incubadora de niños, obligada contra su voluntad a dar a luz por la vergüenza, la coacción o la fuerza. Donde no sean ilegales o bajo agudo ataque el aborto y hasta el control de la natalidad. Donde no opriman, golpeen, encarcelen, insulten, ultrajen, abusen, hostiguen, exploten, asesinen, escupan, tiren ácido, manoseen, humillen ni de otras formas desprecien sistemáticamente a las mujeres y las muchachas muy jóvenes.

Pero esta violencia y degradación, toda esta crueldad y salvajismo, no son simplemente el comportamiento depravado de un grupito de hombres. Tampoco es simplemente “la naturaleza humana”.

Se trata de la naturaleza de muchos hombres formados por el sistema en que vivimos, el sistema global del imperialismo, en el cual el patriarcado (la dominación de las mujeres de parte de los hombres) está entretejido en sus raíces, sus tradiciones, su “moral” y su cultura. Esta violencia es el producto directo e inevitable de un sistema que se ceba y se requiere de la posición subyugada y degradada de la mujer en sus formas feudales y medievales y en sus formas supuestamente “modernas”.

Se fomenta y SE CELEBRA esta violencia y odio contra la mujer en una de las piedras angulares culturales más comunes y establecidas de la sociedad estadounidense hoy y una de las industrias más grandes en el mundo: la pornografía y la industria del sexo.

No es ninguna coincidencia que la pornografía se haya vuelto cada vez más violenta, degradante y cruel al mismo tiempo que se haya vuelto cada vez más común y aceptada. No es ninguna coincidencia que una de las formas más populares de la pornografía hoy es el porno de violaciones, ¡en particular la violación tumultuaria!

No se puede separar estas violaciones de las relaciones más amplias en el mundo donde cada año millones de mujeres y muchachas jóvenes son secuestradas, engañadas, vendidas por familias hambrientas y golpeadas en la red global de esclavitud sexual y donde han condicionado a millones de hombres a ver a la mujer como nada más que un trozo de carne para consumir, envilecer, brutalizar y descartar.

Si este sistema no tuviera ninguna otra cosa mala, ¡la violación en sí bastaría para levantarse y hacer una revolución para borrar de la faz de la tierra este sistema y su celebración del odio contra la mujer y el horrendo sufrimiento que causa! Y toda el que sueñe con un mundo mejor tiene que ser parte de esta lucha.

Como dijo Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos:

“No se pueden romper todas las cadenas menos una. No se puede decir que uno quiere eliminar la explotación y la opresión, pero quiere que persista la opresión de la mujer por el hombre. No se puede decir que uno quiere liberar a la humanidad, pero mantener a una mitad esclavizada por la otra. La opresión de la mujer está íntimamente ligada a la división de la sociedad en amos y esclavos, explotadores y explotados, y acabar con todo esto es imposible sin liberar completamente a la mujer. Por eso la mujer desempeñará un enorme papel en el proceso de hacer la revolución y garantizar que esta no pare a medias. Es posible e imprescindible desencadenar plenamente la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución proletaria”.

¡URGE que brote esta furia y es algo maravilloso, y tremendamente importante, lo que ha comenzado a estallar por toda India!

Durante semanas en India, miles de mujeres y un número importante de hombres se han levantado en rebelión furiosa contra esta reciente violación tumultuaria y muerte y toda la cultura de misoginia que concentra. Durante semanas, la furia de las mujeres se ha desbordado. La furia contra la vida cotidiana con miedo de ser asaltada y violada. Furia contra la manera en que tantos hombres consideran los espacios públicos como cancha libre para manosear y hostigar a las mujeres. Furia contra la manera en que se humillan y culpan a las mujeres que son víctimas de la violación u otros asaltos. Furia contra la manera en que los organismos del orden público hacen caso omiso de las violaciones y protegen a los violadores ¡y a menudo son los mismos agentes del orden, militares y funcionarios políticos que son los violadores! Furia contra el hecho de que en cada esfera de la sociedad, denigran y devalúan, menosprecian y brutalizan, humillan y juzgan, tratan como propiedad y explotan y oprimen a la mujer.

He aquí una de las cosas más comunes que las mujeres dicen: “Esa muchacha podía ser yo, podía ser cualquiera de mis amigas y nadie nos hubiera tomado en serio”.

Como resultado de su férrea lucha, mediante su ira y desafío, ¡por fin toman en serio a estas mujeres y hombres! Se han enfrentado a las porras, los cañones de agua y el spray de pimienta de la policía. Se han opuesto resistencia a los asaltos sexuales de los hombres reaccionarios que se introdujeron en las muchedumbres con el fin de parar a las mujeres. En los hechos, ¡todo eso solamente hizo que se enfurecieran aún más e hizo más poderosas sus protestas!

Hace solamente tres semanas, casi ninguna de estas mujeres tenía ni idea de qué tan furiosas estaban. Hace tres semanas, casi nadie tenía ninguna idea del potencial que un creciente número de hombres iban a sumárseles. Que quede claro: esta misma profundidad de furia entre las mujeres y el potencial entre los hombres existen en las mujeres y los hombres por todo el mundo, pero nunca saldría a la superficie si no luchamos por ello.

Urge que la gente de todas partes se ponga de pie y se una con las mujeres en rebelión en India. ¡Su lucha es nuestra lucha; esas mujeres son nuestras hermanas!

Urge que llevemos a aquellos que se levantan un conocimiento de la auténtica revolución comunista, de la nueva concepción de ésta tal como que BA la ha desarrollado, la que es necesaria, ¡y posible!, para eliminar la plaga de las violaciones en todo el mundo. Un buen lugar para empezar sería estudiar y difundir Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad. (Revolución #158, 8 de marzo de 2009)

Por último, urge que tomemos dirección e inspiración de la furia desencadenada en India, para sacar la misma a la superficie aquí en Estados Unidos así como en todas partes del planeta. Tenemos que asumir la responsabilidad de desencadenar esta furia como una fuerza poderosa para la revolución más radical y liberadora de la historia humana, luchando hoy para poner fin al constante abuso y degradación de la mujer, toda la cultura de violación y pornografía que acecha y pone en peligro a la mujer, todo el vil asalto contra el derecho de la mujer al control de la natalidad y el aborto, a la vez que forjamos la fuerza para poner fin a esta locura, en Estados Unidos y en todo el mundo, de una vez para siempre por medio de la revolución comunista ¡lo antes posible!

Únase con el movimiento para poner ¡Fin a la pornografía y el patriarcado: La esclavización y la denigración de la mujer!

Desde Delhi hasta Ohio y por todo el mundo, ¡si no luchas contra la violación, la consentirás!
¡Deja de ver el porno, empieza a luchar contra el patriarcado!
¡Desencadenar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución!

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.