Sudáfrica antes y ahora
Aún en las garras del capitalismo-imperialismo

Vivienda

20 de enero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 


Foto: AP

Antes

Arriba: Una barriada negra en el régimen de apartheid. El sistema del apartheid estuvo en vigor casi 50 años, hasta 1994. Una minoría acaudalada de colonos blancos tuvieron el poder político y lo utilizaron para robar la tierra, mano de obra y recursos del país, lo que enriqueció al imperialismo estadounidense y europeo a la vez que segregaron a la gran mayoría de los negros, les privaron de todo derecho humano o respeto y los obligaron a vivir en la pobreza absoluta. Primero bajo el gobierno colonial británico y luego bajo el gobierno blanco de apartheid, los negros se vieron cada vez más empujados a las ciudades en busca de trabajo, porque las tierras de cultivo estaban casi enteramente en manos de blancos, y los negros autóctonos solo podían labrar la tierra en situaciones casi como esclavos. Aunque los negros constituían la gran mayoría de la fuerza de trabajo asalariado para las prósperas ciudades, no se les permitía vivir en esas ciudades. Hasta los asentamientos multirraciales ya en existencia fueron desintegrados a la fuerza, y los residentes negros obligados a mudarse a las barriadas segregadas. De esa manera, vastas cantidades de personas quedaban apretujadas en enormes asentamientos atiborrados, muy lejos de los centros de ciudad. El régimen de apartheid impuso este aislamiento geográfico para controlar política y militarmente a las masas oprimidas. Las formas de vivienda eran una mezcla de bloques de edificios al estilo de un cuartel, construidos por el gobierno, y chozas improvisadas de hojalata, madera, cartón y otros materiales. Escuelas inferiores, calles sin pavimento ni aceras, una falta de luz y alcantarilla: eso era lo normal. Además, las barriadas eran escena del constante hostigamiento y brutalidad policiales, y también una creciente efervescencia radical y revolucionaria entre el pueblo.

 

Foto: AP

Ahora

La barriada de Soweto en 2009. Quince años después de la caída del apartheid, del 70 al 80 por ciento de las tierras de cultivo siguen en manos de los blancos de élite, y sobrevivir en las zonas rurales es más difícil que antes. Ahora el 61 por ciento de la población es urbano, y de ésta el 33 por ciento vive en "asentamientos informales" sin luz, servicios sanitarios, alcantarilla o agua. Se calcula que aproximadamente 10 millones de personas viven en barrios ilegales... El gobierno del Congreso Nacional Africano dice que ha construido 2.8 millones de nuevas unidades de vivienda, pero básicamente está siguiendo el programa de vivienda del apartheid, pues mantiene a las masas de negros oprimidos en asentamientos atiborrados con una gran presencia policial y  a "una distancia segura" de los centelleantes centros de las ciudades que ostenta al mundo. La nueva vivienda, que las masas llaman "residencias caninas" o "pueblos de lata", es en el mejor de los casos una versión en hormigón de las barriadas del apartheid. Hasta siete personas viven en una caja de hormigón de 17 metros cuadrados con un techo de hojalata; a veces siete familias comparten el acceso a un solo cuarto de baño, y el transporte a los trabajos y las tiendas no existe.

Sandy Rossouw, una mujer de 42 años de edad que vive en uno de estos pueblos nuevos, dice que su familia fue desalojada de su casa en Athlone porque se encontraba demasiado cerca al recinto de la Copa Mundial de 2010. Ahora ella comparte una cama con cuatro familiares. Dice: "Aquí todo el pueblo tiene hambre. Ni siquiera alcanza el dinero para cocinar una sopa para nuestros hijos. Los mandamos a la escuela sin pan. La gente vende todo para poder conseguir comestibles y camina tres horas a Athlone solo para comprar pan…. Esta es como una cárcel, como un campo de concentración". Agregó: "Si uno no está dentro de la casa en la noche, los policías le golpean. Hace unas semanas le encañonaron un rifle R5 como si iban a disparar contra la gente".

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