Llevando la nueva síntesis del comunismo al Foro Social Mundial en Túnez

18 de abril de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Un equipo de fervientes partidarios de la nueva síntesis del comunismo y promotores del documento El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, asistió al Foro Social Mundial [FSM] celebrado en la ciudad de Túnez del 23 al 28 de marzo. El propósito era conectarse con muchos individuos de inclinaciones revolucionarias, sobre todo de Túnez pero también del norte de África y de otros países. Queríamos llevarles los aportes teóricos esenciales para hacer una revolución hasta el final en el mundo de hoy: la nueva síntesis de Bob Avakian. Al entrar en este terreno políticamente cargado, teníamos muchísimas expectativas y nuestras conversaciones y encuentros durante la semana no las traicionaron. De hecho, fue algo excitante.

El Foro Social Mundial reúne a una mezcla internacional de muchas fuerzas distintas bajo el lema "¡Otro mundo es posible!" El foro, con frecuencia llamado un movimiento de globalización alternativa o de justicia global, pretende aliviar algunas de las injusticias más flagrantes sin intentar derrocar el sistema del imperialismo. El apoyo económico para muchas ONG [organización no gubernamental] participantes en el FSM proviene de los organismos gubernamentales y corporaciones multinacionales los que por sus propios propósitos manipuladores, permanecen discretamente tras bambalinas. No obstante, el foro atrae a muchos individuos progresistas quienes tienen un odio genuino por el desequilibrio del mundo de hoy — la opresión y explotación infligida por el sistema imperialista mundial.

Este año, bajo el tema de "Dignidad" con la inspiración de las rebeliones árabes de hace dos años, más de mil talleres reunieron a miles de activistas de 127 países y una amplia gama de movimientos sociales dedicados a muchos importantes asuntos globales. Entre los muchos temas de los talleres: el cambio climático y sus efectos sobre los pueblos indígenas, las cuestiones de la agricultura, la tierra y el agua, la oposición a las guerras de hoy y el uso de los aviones no tripulados por Estados Unidos, los derechos del inmigrante, la lucha contra el patriarcado y por la justicia de género, y los derechos constitucionales y humanos, sobre todo relativos a la mujer. El eje del foro va en contra de la agenda neoliberal (del libre mercado impuesto por el FMI [Fondo Monetario Internacional]) y a favor de una "sociedad civil global". Además de esta mezcla internacional de la gente acostumbrada del FSM, la abrumadora mayoría de los participantes eran tunecinos recién despiertos a la vida política debido a su participación en la lucha para tumbar el régimen de Ben Alí en 2011, y muchos de éstos todavía están de un ánimo para la revolución. Se estima un total de 30 mil participantes.

Como encarnación de una especie de festival de los oprimidos, en vivos debates, teatro callejero y representaciones artísticas y manifestaciones se plantearon muchos otros temas. Cientos de palestinos sostuvieron una marcha por el recinto del FSM. Otra manifestación relámpago serpenteó por el foro en protesta porque el gobierno argelino bloqueaba un autobús de ese país al FSM. Conmovió mucho una acción solemne, a veces silenciosa, de partidarios de los inmigrantes africanos negros retenidos en el campamento de Souza en el sur del país, muchos de éstos en una huelga de hambre.

Algunas personas se dejaban llevar por una gran exposición fotográfica montada por unos partidarios del gobierno iraní que muestra la muerte y la destrucción provocadas por los bombardeos israelíes contra los palestinos y argumentaban que esa situación era el "verdadero" holocausto, como si un crimen de lesa humanidad anulara a otro, o sea, la misma mezquina lógica de los sionistas pero al revés, un punto de vista que tapa el papel del imperialismo en ambos casos. Surgieron algunas agudas diferencias, sobre todo en el caso de los partidarios del gobierno islámico. Se dio un choque político entre los sirios pro Assad y anti Assad.

La situación de Túnez aún está repleta de agudas contradicciones y potencial revolucionario. Al partido Ennahda islamista de turno en el gobierno se opone una coalición de partidos izquierdosos y liberales que van deslizándose hacia el centro. Hace poco un dirigente de esta coalición, Chokri Belait, fue asesinado, lo que suscitó un estallido de furia de los tunecinos en las calles. En la población hay confusión y una amplia gama de opiniones acerca de lo que se necesita para cambiar en lo fundamental las cosas. Muchas personas ven claramente que no quieren un gobierno religioso. Muchas personas consideran que todos los partidos políticos han secuestrado su rebelión y que sigue operando el sistema capitalista que avalaba a Ben Alí. Muchas personas creen que nunca se dio una revolución real en Túnez ni Egipto, ni mencionar Yemen, Libia o el trastorno y matadero que sucede hoy en Siria. No hay claridad sobre lo que implicaría una revolución y si es posible de hecho zafarse de la telaraña de relaciones políticas y económicas del sistema mundial del capitalismo-imperialismo.

La multitud hablaba principalmente árabe y/o francés. Preparamos traducciones y volantes al francés sobre la emancipación de la mujer, la reciente invasión imperialista de Malí, un breve pasaje de El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, y la declaración todavía muy relevante de Bob Avakian en árabe y francés, "Egipto 2011: Millones se han puesto de pie con heroísmo… El futuro está por escribirse".

Nuestro volante principal era una versión condensada de una curtilla de un folleto que también se vendía en inglés y francés, "La primavera árabe en un punto muerto — ¿Existe una salida?" Su propósito era aplicar el análisis y el método de la nueva síntesis del comunismo a los levantamientos de Túnez, Egipto y otros lugares del mundo árabe. Al analizar los obstáculos y los peligros con los que las aspiraciones del mundo se están topando y al sacar lecciones de las revoluciones del pasado, se sostenía que ni el liberalismo pro occidental ni el islamismo, pero únicamente una revolución cuyo objetivo es el socialismo y en lo fundamental el comunismo mundial, podría ofrecer una alternativa a la opresión imperialista y un fin al sufrimiento de las masas populares. Convocaba a "la dirección revolucionario del pueblo" a "adentrarse en las ideas más avanzadas a nivel mundial y a usarlas como una plataforma y fuerza de acelere para alcanzar alturas aún mayores".

Queríamos contribuir al proceso tal como Avakian lo describe en su declaración acerca de Egipto, de forjar "un núcleo de dirección, una dirección comunista, que tenía una comprensión clara, con bases científicas, de la naturaleza no sólo de este o aquel déspota despiadado sino del sistema opresor entero — y de que fue necesario continuar la lucha revolucionaria para expulsar a cierto gobernante de su cargo, pero de remate para abolir ese sistema entero y reemplazarlo con uno que encarnaría de verdad y le daría vida a la libertad y los intereses más fundamentales del pueblo, al esforzarse para abolir toda opresión y explotación.

"…es un momento crucial para que la organización comunista forje más sus lazos con esas masas, fortalezca sus filas y su capacidad de dirigir. O, en caso de que tal organización comunista todavía no exista, o que exista solamente de manera aislada y fragmentaria, ése es un momento crucial para que se forje y desarrolle una organización comunista, se asuma el desafío de estudiar y aplicar la teoría comunista, de manera viva, en medio de esta tumultuosa situación, y de esforzarse para desarrollar constantemente lazos con un creciente número de masas, influenciarlas y a la larga dirigirlas por el camino de la revolución que representa sus intereses fundamentales y más elevados, la revolución comunista".

Nuestras dos pancartas, "Humanité a besoin de révolution! Vive la nouvelle vision du communisme de Bob Avakian!" (¡La humanidad necesita la revolución! ¡Viva la nueva concepción del comunismo de Bob Avakian!) y "Que l'humanité se embarrasse de ce cauchemar capitaliste—Révolution jusqu'au bout! Engager avec la nouvelle vision de communisme de Bob Avakian" (Para que la humanidad se deshaga de la pesadilla del capitalismo, ¡Se requiere una revolución hasta el final! ¡A adentrarse en la nueva concepción del comunismo de Bob Avakian!) atrajeron una calurosa acogida y genuina curiosidad. Eso se manifestó en la primera marcha de decenas de miles de tunecinos combinados con la gente de visita del FSM y durante el foro en la mesa de literatura. Las personas se congregaban entusiastas alrededor de nosotros, se tomaban la foto con la pancarta y preguntaban quién era Bob Avakian y qué es la nueva síntesis. Esta entusiasta respuesta a nuestra presencia continuó por la duración del foro y asumió distintas expresiones, de las conversaciones interminables alrededor de la mesa de literatura al apoyo para nuestra intervención en las sesiones del FSM y el público que acudía a las sesiones nocturnas especiales organizadas en torno a la nueva síntesis.

Nuestra mesa de literatura se transformó en un lugar de enorme interés y un eje de discusiones ideológicas y políticas casi sin cesar. En ciertos momentos hasta 40 personas estaban congregadas en grupitos alrededor de cada individuo de la mesa. Estábamos tan ocupados que apenas nos percatamos de que no habíamos comido durante todo el día. En una ocasión, mientras los demás participantes de la mesa estaban profundamente metidos en discusiones, uno de nosotros logró conseguir un emparedado y sentarse a poca distancia de la mesa, cuando una joven mujer se le acercó y pidió muchas disculpas por haber interrumpido su almuerzo, pero decía que le urgía conocer quién era Bob Avakian y quiénes éramos.

Muchas obras de Avakian estaban amontonadas de manera colorida (sobre todo Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian). Muchos, hojeaban, curiosos, la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) a fin de conocer cómo sería la nueva concepción de Bob Avakian acerca de una futura sociedad socialista. Se vendieron cientos de folletos, artículos y Manifiestos en inglés y árabe. Se vendieron 50 ejemplares del folleto en francés "Primero de Mayo 2011 — Desde Irán a nuestros camaradas revolucionarios del Medio Oriente y el Norte de África", redactado por el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta) (www.sarbedaran.org) en varios idiomas, un análisis precautorio de la manera en que el fundamentalismo islámico reprimía despiadadamente la revolución del pueblo. El folleto habla de los efectos negativos de este fenómeno sobre la corriente de la revolución en el Medio Oriente así como en el mundo y extrae importantes lecciones para la forma de desarrollar la lucha revolucionaria contra el imperialismo así como el fundamentalismo islámico.

El público, atraído por la primer parte de la consigna en las pancartas, preguntaba quién es Avakian. Respondimos que él es el líder comunista del PCR en los Estados Unidos quien ha usado la ciencia de la revolución para resumir la experiencia de la primera ola de la revolución mundial, en particular en la Unión Soviética y en la China de Mao Tsetung, las contribuciones históricas principalmente positivas y sin precedentes de arrancar de raíz las desigualdades sociales, como aquellas entre el hombre y la mujer y entre las distintas nacionalidades, y las debilidades secundarias, de modo que podamos derrocar el imperialismo y en ese proceso transformarnos a nosotros mismos y además las condiciones sociales y crear unas sociedades socialistas que podrían hacer algo mucho mejor y conducir a la humanidad por todo el camino hacia el comunismo, una sociedad sin clases, explotación ni desigualdades sociales — y que ese análisis es indispensable para la revolución.

La mayoría de los individuos que conversaron con nosotros (principalmente los estudiantes pero también las personas de diversos sectores sociales) estaban enojados, determinados e inquietos sobre el rumbo que iban a seguir los acontecimientos políticos en Túnez y en el resto del mundo árabe. El volante "La primavera árabe en un punto muerto" tuvo mucha acogida positiva. Muchos tunecinos y otras personas del Magreb [Argelia, Libia, Maruecos y Túnez] sostenían que no se dio ninguna revolución en ninguna de las rebeliones árabes. Aquellos que creían que sí se dio una revolución a menudo decían que se necesita una segunda revolución. Quizá la mayoría de los cientos de jóvenes tunecinos con los que conversamos creyeran que era necesario tener una segunda revolución que llegara más profundo y no solamente cambiara los rostros de los de arriba, aunque su posición era contradictoria, pues algunos tenían esas ideas porque el partido Ennahda islámico, y no la izquierda laica, estaba en el gobierno. Con indignación, hablaban de que Ennahda no tuvo ningún papel en el levantamiento que echó a Ben Alí pero al contrario estaba sentado en los márgenes cruzados de los brazos. Cuando se celebraron las elecciones, este partido logró aprovechar la religión para movilizar a su base social y ganar las elecciones para posiciones de poder en el gobierno y estaban desatando toda suerte de elementos atrasados contra las mujeres y otros quienes alzaban la voz, y por esa razón se dio el asesinato de Belait, según algunas personas. Con el ascenso al poder de Ennahda, los ataques físicos contra los artistas, intelectuales y mujeres se volvieron el pan de cada día. Algunas personas hablaron de las amenazas en su contra por haber alzado la voz.

Entre los participantes vigorosos en las conversaciones figuraban muchas mujeres vivas que se expresaban muy bien, con y sin velo, que no querían ningún gobierno religioso ni subordinación al hombre pero sí una sociedad más justa en general. Discutían con nosotros y entre sí sobre si se había dado una revolución en Túnez y qué hay que hacer para proteger los derechos de la mujer. Durante nuestra estancia, se informaba en la prensa local de un caso de abuso infantil, lo que se sumó a su sentido visceral de indignación sobre el creciente número de casos de violación, que muchas personas relacionaban con la ola de violaciones que se daba en Egipto. En su mayoría entendían que se trataba de una reacción contrarrevolucionaria al auge de lucha de las mujeres, como un intento de echar a las mujeres de las calles y obligarlas a encerrarse en sus hogares. Algunas personas no aceptaron la posición de los partidos políticos que quieren poner la cuestión de la emancipación de la mujer como algo para más adelante porque podría suscitar el peligro de una polarización desfavorable en torno al islam. Querían hacer retroceder el patriarcado y la subordinación de la mujer al hombre que los islamistas quieren intensificar y codificar en las leyes. Una consigna popular de la primera marcha era de las jóvenes mujeres y hombres en torno a la ONG Oxfam, "¡No nos digan qué vestirse, Enseñen a sus hijos para que no violen!" Al parecer para muchas mujeres y hombres, nuestra consigna y el título de un folleto nuestro, "¡Romper las cadenas, Desencadenar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución!", era una parte esencial de lo que cualquier revolución real tendría que abarcar.

En muchos casos, aquellos que leían nuestros volantes volvieron con sus amigos para más conversación, lo que abría la puerta a adentrarnos más profundamente en la nueva síntesis. Se daba un constante estire y afloje entre algunos puntos básicos sobre lo que representa la nueva síntesis en sí: ¿en realidad fue abrumadoramente positiva la primera ola del socialismo? ¿cuáles fueron sus verdaderos problemas? ¿les dio a los líderes demasiado poder? Los jóvenes también se entusiasmaban para determinar las implicaciones de todo esto para la sociedad tunecina.

Muchas otras interrogantes surgieron en el transcurso de las conversaciones. Las personas se sentían atrapadas entre las variedades de fundamentalistas islámicos las cuales describían con frecuencia como fascistas, por un lado, y por otro, las fuerzas laicas y de izquierda que no ofrecen ninguna alternativa a la dominación imperialista. Los fundamentalistas islámicos con habilidad presentan el conflicto como uno entre los de abajo y la élite privilegiada occidentalizada. A la vez, los partidos existentes, sin importar su coloración política, tienden a acomodarse con los fundamentalistas islámicos y vienen retrocediendo de las posiciones que solían sonar más revolucionarias. Muchos jóvenes dudaban de las elecciones y tendían a creer que éstas no cambiaban nada y que quizá no servían de nada y terminaron por poner a Ennahda en el poder.

Asistimos a los talleres con un potencial de tocar cuestiones vitales relacionadas con la manera de analizar la primavera árabe y las oportunidades y los peligros que componen la situación actual, sobre todo cuando nuestras intervenciones desde el público podían ayudar a las personas a discernir el camino adelante que podría conducir a una auténtica revolución, al servicio de sus intereses estratégicos. En un caso, unos jóvenes de ideas revolucionarias nos invitaron específicamente a participar en lo que fuera un gran mitin político de la coalición de frente unido de la oposición contra el gobierno de Ennahda. Los oradores limitaron el discurso al rechazo del modelo turco de AKP-Erdogan de gobierno islámico para Túnez y enumeró unas quejas sobre el atrincheramiento del partido Ennahda en el poder y sus acciones no democráticas. A solicitud y con el apoyo muy abierto de los jóvenes de ideas revolucionarias en este mitin al aire libre, nuestra intervención planteó que no era posible hacer que el existente estado y aparato político se movía de manera gradual hacia la izquierda ni se podía reformar en beneficio de los intereses del pueblo y a favor de una revolución. Argumentamos que todo eso era una ilusión mortífera, tal como se comprobó de manera trágica en el asesinato de Chokri Belait; de que ya es hora de trabajar con fervor por un movimiento político para prepararse para la toma revolucionaria del poder estatal y utilizar ese nuevo poder revolucionario para capacitar a las masas para llevar a cabo las necesarias transformaciones a fin de zafarse del marco del imperialismo mundial de dependencias políticas y económicas y deshacerse de los reaccionarios locales internos. Tal camino es posible y es posible trazarlo, si las personas le entran a la teoría revolucionaria más avanzada de hoy, la nueva concepción de la revolución y el comunismo de parte de Bob Avakian.

Una intervención similar también avivó la discusión en una sesión sobre la islamización de Egipto. De nuevo, denunciamos las ilusiones claudicantes sin salida de expandir paso a paso el "espacio democrático" a utilizarse contra el poder estatal existente. Se pidió que los oradores en el podio admitieran que el presidente egipcio Morsi y los fundamentalistas islámicos están conscientes del valor del poder estatal, pero que ellos mismos en realidad nunca estaban dispuestos a defender la toma revolucionaria del poder. De nuevo, las mujeres y hombres de ideas revolucionarias de Túnez se pusieron al frente para defender esta crítica y querían conocer la visión de Avakian acerca de la manera de emancipar a la humanidad.

Se dio otra intervención en una sesión encabezada por los trotskistas europeos. De nuevo, ahí se planteó el desarrollo gradual como forma de cambiar la sociedad, sin mencionar el comunismo ni la necesidad de tener una dirección revolucionaria. Le siguió a nuestra intervención una joven tunecina que denunció el reformismo trotskista del orador del panel como nada mejor que lo que constantemente se oye de parte de sus propios dirigentes oficiales de izquierda. Después de la sesión, conversamos con la joven. Ella y su amiga habían estado bregando con la relación entre la clase obrera menos empobrecida en las ciudades y la gran cantidad de campesinos muy pobres y otros en el sur de Túnez. Estas mujeres tenían muchas ganas de conocer más sobre la crítica que tiene Avakian sobre la "reificación del proletariado", lo que va fuertemente contra el concepto trotskista de la "clase obrera", y la manera en que este punto se relaciona con la experiencia de Mao y su dirección en la revolución china.

Estos jóvenes no tenían claridad acerca de lo que se necesita y no defendían pero sí tenían receptividad para la idea de la necesidad de tener un partido comunista auténticamente revolucionario para liderar una verdadera revolución. Para muchos jóvenes, esto todavía implica alcanzar un sentido indefinido de "democracia real". Unos cuantos de éstos tenían más claridad sobre la función de la democracia en la sociedad burguesa. Una joven francesa tenía unas críticas al filósofo y pensador político francés, Alain Badiou. Cuando le preguntamos qué pensaba sobre la democracia, sostenía que es solamente un mecanismo para llegar al comunismo y que el comunismo es un peldaño mucho más alto que la noción de la igualdad o democracia burguesa.

Organizamos unas discusiones por la noche para tratar más profundamente las cuestiones ideológicas y teóricas planteadas por el público principalmente juvenil con diversos niveles de experiencia política. Forcejeaban contra los límites de su propio entendimiento. Ya habían estado ponderando muchas cosas y bregaban con nosotros con mucho entusiasmo para llegar a saber cómo podían forjar un camino liberador a partir de esta crisis actual. La discusión se centraba en gran medida los argumentos de unos cuantos revolucionarios más conocedores, por ejemplo, cómo es el auténtico internacionalismo y por qué en esta época, el nacionalismo no solucionará los problemas de la revolución, y unos argumentos en defensa de la posición de Badiou en oposición a la toma revolucionaria del poder estatal. Junto con estas personas más conocedoras había otras que simplemente tenían mucho entusiasmo por la revolución pero no estaban muy familiarizadas con el marxismo. Procuramos conversar con unos como otros pero prestamos más atención a los más avanzados y esperábamos que los demás aprendieran algo del debate, con éxitos mixtos (para los menos conocedores). Querían una explicación de lo que pasó con estas llamadas fuerzas revolucionarias del pasado que ya no son revolucionarias.

Entre estos jóvenes, la idea de que la experiencia comunista fue principalmente un desastre es una idea con mucho menos arraigo que en Europa en general. Unos cuantos de éstos tenían algo de familiaridad con el marxismo-leninismo-maoísmo y unos pocos sabían del Movimiento Revolucionario Internacionalista y de los sucesos en Nepal. Cuestionaban si una toma revolucionaria del poder en un pequeño país como Túnez pudiera mantenerse sin un avance inmediato en otro país, y las conexiones entre el avance en Túnez y el avance en Egipto representaban lecciones importantes. Muchos también entendían con claridad que una revolución no podría darse simultáneamente por todo el mundo, de modo que era importante aprehender el momento ahora, en este país y en la región más en general. Pero no tenían claridad sobre qué tanto las cosas dependían de un partido con un análisis científico comunista revolucionario de los problemas.

Algo que podíamos ver a todo color una y otra vez en Túnez es que cuando las personas se han rebelado, buscan las respuestas a las cosas que resultaron mal, hacia dónde enrumbarse y cómo alcanzar una verdadera transformación revolucionaria de la sociedad. Los importantes adelantos teóricos de Avakian recalcados en el Manifiesto, sobre el internacionalismo, la filosofía, una nueva concepción del socialismo y la estrategia revolucionaria, representaban puntos esenciales en los que los jóvenes avanzados estaban interesados y trataban algunos obstáculos contra los que se topaban espontáneamente.

Nuestra experiencia ahí fue una reivindicación de la necesidad y la posibilidad de colocar la revolución real al frente y en el centro del trabajo. Al llevar la nueva síntesis del comunismo a Túnez, esperamos contribuir a este proceso revolucionario. No se puede desperdiciar los levantamientos en Túnez y en el resto del mundo árabe, forjados con tanto sufrimiento.

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