Una visita al Monticello de Jefferson

Embalar la barbarie como genio

27 de mayo de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De dos lectores del periódico Revolución:

La plantación de esclavos, Monticello, de Thomas Jefferson, se sienta encima de un paisaje de una pequeña montaña en el ondulante campo verde de Virginia. Como saben muchos grupos de niños de la escuela, es un monumento nacional. También es un Sitio del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y uno de los sitios históricos más importantes de los mitos fundadores, legitimadores de Estados Unidos. Cada año, 500.000 personas visitan a Monticello.

Un par de nosotros aprendimos esto en una reciente visita a Monticello al revisar el folleto oficial titulado "Descubra el GENIO de Thomas Jefferson".

La parte fundamental de cualquier visita a Monticello es la Excursión por la Mansión diseñada por Jefferson, considerada por muchas personas como el ejemplo más avanzado de la arquitectura en los Estados Unidos en esa época. Nuestro guía era un amigable hombre de pelo cobrizo con pantalón de lino blanco, una chaqueta azul y una corbata roja con inscripciones de las firmas de la Declaración de Independencia, el documento de 1776 escrito por Jefferson que declaró que todos los hombres son "creados iguales" y "dotados por su creador con ciertos derechos inalienables, que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad..."

La gente no incluida como seres humanos en ese documento en gran medida tampoco eran parte de la Excursión por la Casa. Cuando el guía comenzó por contar la historia de la casa, uno de nosotros interrumpió: "¿No fue este lugar construido por esclavos?" Él nos cortó rápidamente: "Sí, es un hecho lamentable que aunque Jefferson escribió sobre cómo aborreció la esclavitud, era dueño de 600 esclavos en su vida y puso en libertad a sólo nueve. Nosotros no sabemos en realidad por qué lo hizo, pero el hombre era, créelo o no, constantemente endeudado". Añadió, con un poco de tristeza, que hoy la evidencia del ADN muestra que es probable que Jefferson también engendró a un número de niños por medio de su esclava Sally Hemings. (Resulta que tuvo que hacer esta admisión por presiones sobre la Fundación Monticello, como resultado de batallas públicas libradas por los descendientes de Sally Hemings y otras personas para ganar reconocimiento de la paternidad después de 200 años).


Una imagen de la vida en las plantaciones. Un capataz somete a latigazos a los esclavos y se lleva a un niño para venderlo.

Antes de que este momento pudiera amargarse totalmente, el grupo fue conducido al "Sanctasanctórum" de Jefferson: una hermosa biblioteca (TJ era dueño de más libros que la mayoría de las instituciones en los Estados Unidos en el momento), y una serie de habitaciones bien iluminadas, un invernadero y un aviario, donde Jefferson escribía cartas, trabajaba en su jardín y hacía inventos, mientras miraba sobre los miles de hectáreas de campos hermosamente cuidados. En adelante, nuestro guía se refirió a los esclavos como "sirvientes" ("que es lo que Jefferson les llamaba"), nos dirigió la atención a las obras de arte y las maravillas arquitectónicas como la puerta giratoria innovadora que Jefferson pidió que los esclavos construyeran, con el fin de mantener a la mayoría de éstos fuera de la vista durante sus fiestas de cena todas las noches de Monticello.

Nuestras ganas de visitar a Monticello fueron producto del estudio del extenso trabajo de Bob Avakian que se adentra en Jefferson, la democracia y los fundamentos sobre los que se forjó los Estados Unidos, en particular El comunismo y la democracia jeffersoniana. A nosotros también nos estimuló la lectura de la reseña en Revolución del reciente libro de Henry Wiencek Master of the Mountain: Thomas Jefferson and His Slaves. Este libro ha generado malestar en algunos círculos porque pone fuertemente bajo los reflectores la despiadada expansión de la esclavitud por parte de Jefferson, incluyendo por todo el continente con la Compra de Luisiana. Algunos historiadores de Monticello lo desdeñan en particular por haber resaltado la evidencia de que, lejos de ser un "renuente amo de esclavos", Jefferson era "un calculador y cruel dueño de seres humanos el que implacablemente los obligaba a trabajar en beneficio propio, los castigaba sin piedad y veía en el trabajo forzado de los negros la vía más segura para su propio enriquecimiento" ("Thomas Jefferson: ¿Un 'gigante con imperfecciones' o un defensor empedernido de la esclavitud?", Revolución #288, 16 de diciembre de 2012).

Cuando sacamos el libro de Wiencek de nuestra mochila, el guía de la excursión, un poco agitado, anunció que lo importante que hay que saber acerca del autor es que simplemente "odia a Jefferson". Desafiamos esta epistemología y le pedimos que indicara una sola decisión de política nacional que Jefferson hizo como presidente que no fortaleciera el sistema de la esclavitud. Su respuesta: "La ley de 1807 que prohibía la importación de esclavos a los Estados Unidos". Señalamos que esa medida en realidad mejoraba el mercado para los amos de los esclavos que vivían en los Estados Unidos.

Finalmente nos dijeron amablemente que lleváramos nuestras "inquietudes" a la Excursión sobre los Esclavos. Por eso, a la una de la tarde nos sumamos a un grupo de 25 o 30 personas fuera de la tienda de regalos. El nuevo guía, un joven estudioso radical bien informado, llegó y anunció sin rodeos: "Tengo que advertirles ahora mismo que lo que les mostraré y les diré no será agradable. La esclavitud en los Estados Unidos es uno de los capítulos más horrorosos de la historia de la humanidad. Ustedes pueden irse ahora si quieren". Nadie se fue. Lo que siguió fue una denuncia muy detallada y no almibarada de la vida en la cima de la montaña de Jefferson tal como la experimentaban durante décadas cientos de seres humanos, obligados mediante la coacción física y social para erigir Monticello, comenzando por el retiro a mano de la parte superior de la montaña donde nos hallábamos: 45 metros de grosor de piedras, árboles y tierra. Este orden por el Faraón se describe de manera brillante en el folleto: "En 1768 Jefferson comenzó por nivelar la cima de la montaña de Monticello para ahí construir una casa" — ¡como si TJ hubiera hecho la excavación por su cuenta!

No obstante las contundentes denuncias de nuestro guía en la Excursión sobre los Esclavos (que nos enteramos se llamaba la "Excursión por la Comunidad de la Plantación" hasta hace nueve meses) y algunos hechos y cifras reveladores sobre la vida de los esclavos en el sitio web de Monticello, las condiciones reales para los esclavos se han vuelto en gran parte invisibles para los turistas en el terreno, o se les han puesto cloro. No había exposición que explicara cómo vivían los esclavos; ni siquiera se reconstruyen los talleres de herrería, tejido, carpintería y clavos. Simplemente se ven contornos de los cimientos encaramados sobre una colina con vistas a un paisaje bucólico. El único "hogar" de un esclavo que se ve es una habitación de buen tamaño junto a la cocina en la planta baja de la mansión donde vivían la esclavizada jefe de cocina de Jefferson, Edith Fossett, y su esposo, un herrero, Joe Fossett1. Está amoblado de buen gusto, con las paredes encaladas, una gran vista... piense en una posada rústica con cama y desayuno.

Tampoco menciona que la esclavitud era un eje central en la formación de los Estados Unidos de América. Un estudioso señaló recientemente: "No se trata simplemente de que el trabajo de las personas esclavizadas financiara al capitalismo del siglo 19. Las personas esclavizadas constituían el capital: cuatro millones de personas valían por lo menos 3 mil millones de dólares en 1860, lo que era más de todo el capital invertido en los ferrocarriles y en las fábricas en los Estados Unidos en su conjunto" (Walter Johnson, "King Cotton's Long Shadow", en el diario digital Opinionator del New York Times, 30 de marzo de 2013).

Eso, más que la situación financiera personal de Jefferson, explica por qué él no sólo no pusiera en libertad a sus propios esclavos, sino que siempre luchó para defender y ampliar el sistema de la esclavitud, como se detalla en el El comunismo y la democracia jeffersoniana. Como Avakian dice sucintamente en la primera cita en Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian: "Sin la esclavitud, Estados Unidos no existiría tal como lo conocemos hoy. Eso es una verdad simple y básica".

Wiencek hace una observación importante en su libro: "La propia existencia de la esclavitud en la época de la revolución americana presenta una paradoja, y en gran medida nos hemos conformado con dejarlo en eso, puesto que una paradoja puede ofrecer un estado reconfortante de animación moral suspendida. Jefferson anima la paradoja. Y mirando de cerca a Monticello, podemos ver el proceso por el cual él racionalizaba una abominación al punto donde se alcanzó una inversión moral absoluta e hizo que la esclavitud encajara en la empresa nacional de los Estados Unidos" (énfasis nuestro).

De hecho, cada día instruyen a miles de turistas (mayoritariamente blancos) para que se maravillen sobre la forma en que toda la operación la orquestaba un innovador pensador de la Ilustración para que funcionara como un reloj bien engrasado, todo en su lugar, un ambiente de jardín... les dieron el "permiso" a los esclavos para vivir con sus familias e incluso les enseñaban oficios. La moraleja: sí, estas personas eran de la propiedad de Jefferson, pero, seamos adultos aquí, miremos el "contexto": él era más inteligente y más amable que la mayoría de los agricultores y ¿qué tan mal podía haber sido la vida para cualquiera que viviera en esa montaña hermosa? Además, eso fue un trueque desafortunado pero consideren lo que podía Jefferson hacer debido al trabajo de los esclavos: establecer un estado construido sobre los grandes principios de la libertad que nosotros los estadounidenses continuamos disfrutando.

Cuando nos íbamos, nos encontramos con el guía principal de la excursión, que se detuvo para escuchar una serie de críticas: ¿Cómo es posible que sin remordimiento llevara a las personas de una habitación a otra describiendo los muebles y las suntuosas fiestas, mientras borra en la práctica el hecho de que se pulverizó cientos de vidas para que todo eso fuera posible — las generaciones obligadas a hacer un trabajo agotador y rompe-lomo; los azotes por insubordinarse (incluyendo a los niños de 10 años de edad); la amenaza siempre presente de que se le vendiera río abajo, arrancado de su familia y de todo lo que uno conoce (lo que por cierto se les pasó a 135 miembros de esa "comunidad de la plantación" sólo días después de la muerte de Jefferson). El guía respondió: "Bueno, eso se trata en la Excursión sobre los Esclavos. En realidad la gente no quiere oír hablar de eso en la Excursión por la Casa".

El verdadero "genio" de la experiencia de Monticello de hoy día: cómo se ha reinventado la plantación de esclavos cruelmente administrada por este padre fundador de Estados Unidos en un glorioso recorrido al estilo de un programa de realidad al estilo de un buscador de casas, con la barbarie peculiar de la esclavitud dulcemente racionalizada, hasta incluso "humanizada", hasta los libros de cocina en la tienda de regalos con las salsas francesas creadas por la cocinera esclava Edith en la cocina de vanguardia de Jefferson.

Pero además, la Excursión sobre los Esclavos nos dio una idea de las revelaciones de Hemings y el furor sobre el libro de Wiencek, de que estas cuestiones (Jefferson, la esclavitud, la democracia... y en lo que Estados Unidos se basaba y en lo que se basa en realidad) es un cable electrificado lleno de contradicciones, que toca las cuestiones esenciales sobre la legitimidad del actual orden horrendo.

Monticello es un monumento clave para Jefferson y la formación de los Estados Unidos, y como se ha sacudido la buena narrativa de antaño, la organización de Monticello ha tenido que incorporar algunas "verdades dolorosas" en la narrativa de "genio con imperfecciones" en general: (La esclavitud es una "imperfección", pero no deje que se olvide el genio de los padres fundadores al crear el mejor sistema político de la historia de la humanidad).

Hay grietas en ese edificio, y nosotros nos fuimos a casa con un renovado reconocimiento de la tremenda —dinámica y aquí-y-ahora— importancia del trabajo que BA ha hecho sobre la cuestión de la democracia y Jefferson — un trabajo que debería difundirse ampliamente como parte de las actividades de poner BA en todas partes. ¡Incluso en Monticello!

 

Nota

1. Para tener una idea de cómo Jefferson veía a los esclavos más favorecidos de la casa en su "familia", vea su carta que cuenta el intento de fuga de Joe Fossett para reunirse con su esposa que había sido forzada a mudarse a Washington cuando Jefferson entró a la presidencia:
31 de julio de 1806. (Carta de Jefferson a Joseph Dougherty). "...en la busca de un joven hombre mulato, llamado Joe [Fossett], de 26 años de edad, quien huyó de aquí [Monticello] durante esta noche del 29, sin la menor palabra de discusión con ninguna otra persona y de hecho de nunca en su vida haber recibido un golpe de nadie... Sabemos que se ha tomado el camino hacia Washington... él posiblemente puede haber inventado una historia para que se le ofrezca cuidado en la Casa del Presidente hasta que pueda decidir por sí mismo el camino por recorrer, o tal vez solamente pueda presentarse a Edy, puesto que anteriormente estaba asociado con ella" (Sin importa el hecho de que en realidad estaban casados. Énfasis nuestro.) [regresa]

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