El parar y registrar es inmoral e ilegítimo: Que no lo compongan. ¡Acábenlo!

Carl Dix | 15 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

13 de agosto de 2013. A raíz de semanas de testimonio de parte de las víctimas del parar y registrar de la Ciudad de Nueva York quienes entablaron una demanda federal, Floyd v Ciudad de Nueva York, la jueza que vio el caso pronunció una decisión el 12 de agosto. Dicha decisión determina que el gobierno municipal de la Ciudad de Nueva York "adoptó una política de etiquetación racial indirecta". Y que las "máximas autoridades de la ciudad se han hecho de la vista gorda ante la evidencia de que los agentes del orden paraban a las personas de una manera racialmente discriminatoria". Dijo que "es probable que los agentes del orden paren de manera selectiva a los negros en conformidad con un grado menor de sospecha fundamentada a los hechos que en el caso de los blancos". Además, resolvió que los pretextos usados por los agentes del orden para parar a los negros y los latinos carecían de justificación: "El perfil de un objeto que el cual llevar las personas, como una billetera o teléfono celular, no justifica un parar y registrar ni el que un agente del orden palpe tal objeto cuando pare a un individuo durante un registro".

La decisión cita el "costo humano de los incidentes inconstitucionales del parar y registrar", señalando que algunos demandantes testificaron que debido a sus encuentros con la policía, tenían una sensación de que no pertenecieran en ciertas zonas de la ciudad. Caracteriza cada incidente del parar y registrar como "una experiencia humillante y denigrante".

Todo eso reivindica lo que millones de personas ya saben que es cierto.

Pero la decisión no pone fin al parar y registrar. Para parar y registrar a un individuo, desde hace tiempo la norma es que el agente del orden tuviera que contar con "causa probable" que le indujera a creer que el individuo hubiera estado o estuviera a punto de estar involucrado en una actividad ilícita. En los años 1980, la Suprema Corte federal de Estados Unidos redujo el alcance de esta norma a una "sospecha razonable" de que hubiera ocurrido o estuviera a punto de ocurrir una actividad ilícita. La decisión declara: "Que quede muy claro: yo no estoy ordenando un fin a la práctica del parar y registrar". Lo que la decisión hace es nombrar a un abogado externo para monitorear al Departamento de Policía, junto con otras políticas como reuniones en las comunidades, a fin de solicitar la participación de la población en la manera de reformar el parar y registrar.

He aquí tres puntos al respecto:

En primer lugar, digamos la verdad: el parar y registrar es lisa y llanamente el apartheid, es lisa y llanamente una práctica que singulariza a un grupo de personas (los individuos de tez negra o morena) mediante unas prácticas ilegítimas e ilegales represivas exclusivamente por el color de su tez. Las personas ya lo sabían desde antes de la demanda y la demanda cumplió un valioso servicio de hacer que esta practica sea cien por cien innegable. Se reveló que el NYPD [Departamento de Policía de Nueva York] para y registra a cientos de miles de personas al año. Más del 85% de las víctimas son negros o latinos, Y ADEMÁS más del 90% de los mismos no hacían nada malo en absoluto. Pero resultó que los sometieron a la humillación, hostigamiento, brutalidad, arresto y a veces cosas peores bajo el parar y registrar. ¿Por qué poner en marcha un proceso para reformar una política que está tan jodida en lugar de eliminarla de plano?

Además, el parar y registrar es solamente una práctica de todo un conjunto de prácticas (en una palabra, el Nuevo Jim Crow) que elaboraron para criminalizar a los jóvenes negros y latinos en una escala masiva de efectivo genocidio, en un momento en que este sistema capitalista ya no podía seguir explotándolos de manera rentable de la misma forma que lo había estado haciendo y cuando por lo tanto dicho sistema nos les ofrecían ningún futuro real para millones y decenas de millones de estos jóvenes y por ende quería y necesitaba mantener bajo control a estos millones y decenas de millones de personas: acorralándolos, encerrándolos y matándolos.

En segundo lugar, el principal motivo por el cual dejaron que se presentara esta demanda ante los tribunales y que ésta recibiera la cobertura que haya recibido era que existen fuerzas entre los de arriba que están muy preocupadas por la imagen que éstas prácticas dan acerca de los Estados Unidos, tanto en el territorio nacional como en otros países. He aquí a este sistema que se dice el más democrático sobre la tierra pero al mismo tiempo lleva la batuta en el mundo en materia de la encarcelación en masa, y una encarcelación en masa que singulariza tan desproporcionadamente a los negros y latinos —junto con la tortura, la detención indefinida (por ejemplo, en Guantánamo en ambas casos) y otras medidas represivas severas que infringen las normas internacionales— todo lo que hace que sus pretensiones democráticas en esencia se parezcan a una amarga broma en todo el mundo. Además, he aquí a un sistema en Estados Unidos cuyos defensores han manifestando una preocupación en voz alta de que las mismas personas en la mira del parar y registrar perdiera la fe en la legitimidad del sistema: es decir, en el DERECHO del sistema de gobernar sobre los mismos.

Además, la lucha librada por la Red Parar la Encarcelación en Masa (con acciones de desobediencia civil en las que Cornel West y yo, y muchas otras personas, resultaron arrestados), junto con otras protestas y acciones tuvieron un rol importante para elevar la conciencia en general acerca de qué tan intolerable es esta práctica y qué tan urgente lo es oponerle resistencia.

Además, en la clase dominante algunas fuerzas que exigen que continúe el parar y resistir, tal como el alcalde de la Ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, han denunciado la decisión. Si el gobierno municipal de la Ciudad de Nueva York entabla un recurso contra esta decisión o si una instancia superior de los tribunales federales acepta ver un recurso de apelación, eso sería escandaloso e inaceptable.

En tercer lugar, existe una fuerte contradicción en la decisión de la jueza. ¿Cómo es posible concluir que algo es "inconstitucional" y que constituye la "etiquetación racial", y a la vez resolver que solamente es necesario modificarlo? ¡No! De ser inconstitucional, es necesario deshacerse de la maldita cosa. A menos que lo que se dice sea lo siguiente: que Estados Unidos ni siquiera puede ofrecer los derechos constitucionales más básicos a decenas de millones de negros, latinos, amerindios y otras nacionalidades oprimidas porque eso implicaría que sus gobernantes no pudieran ejercer su dictadura de manera tan franca como quisieran y creyeran que necesitaran hacerlo.

Pero he aquí una conclusión ineluctable: a pesar de toda la cháchara acerca de la democracia y los derechos constitucionales, cuando quiera que traten un asunto importante, y en particular cuando dicho asunto tenga que ver con estos grupos los que han estado mantenidos abajo, oprimidos y explotados de las formas más crueles y brutales desde la formación de Estados Unidos, éste está al centro de una dictadura ejercida por los capitalistas imperialistas en beneficio de los intereses de los mismos. Es posible ver cómo esto funcione ahora mismo en la heroica lucha contra la tortura librada por los prisioneros en California y en lo que está saliendo a la luz gracias a las denuncias de Bradley Manning y Edward Snowden, por lo que éstos son objetivo de viles persecuciones.

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Desde oro ángulo, todavía es posible ver la verdad acerca de Estados Unidos en el mismo lenguaje que manejaron en la decisión sobre Dred Scout para defender el Acta de Esclavos Fugitivos previo a la guerra de Secesión, pero que también era de aplicación hace poco en la absolución de George Zimmerman: el negro no tiene ningún derecho que el blanco tenga que respetar.

Tal sistema clama por una revolución, por ésta y toda una sarta de razones adicionales, tan pronto como sea posible y además se requiere de la lucha más fuerte posible para unir a muchos millones de personas contra estos ultrajes, como la lucha que continúa para poner fin al parar y registrar y al programa general del Nuevo Jim Crow.

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