La emergencia para el derecho al aborto... vista en el terreno

Sunsara Taylor | 23 de septiembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El ataque desde todos los lados y en muchos frentes contra el derecho de la mujer al aborto está intensificándose por todo Estados Unidos. En un estado tras otro, de Texas a Arkansas a Dakota del Norte, las legislaturas están dando pasos para prohibir el aborto en efecto, aunque sigue siendo un derecho "en papel". Hay violencia, terror y amenazas contra los proveedores del aborto. En 2013 solamente, se presentaron como proyecto de ley 278 nuevas restricciones al aborto, y en Texas se aprobaron leyes que clausuraron 37 de las 42 clínicas de aborto. En Carolina del Norte, cuatro de las cinco clínicas que siguen abiertas tendrán que cerrar debido a las nuevas leyes aprobadas ahí.

¡Esto es en verdad un estado de emergencia para el derecho al aborto! Frente a eso, y con el propósito de montar una contraofensiva nacional a la guerra contra el derecho de la mujer al aborto y contra la mujer en general, se lanzó el Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto. Dos grupos de viajeros por la libertad, uno que salió de la Ciudad de Nueva York y el otro de San Francisco, se juntaron y viajaron por el centro del país, haciendo escala en los estados donde el aborto se ve ante un asalto despiadado y mortífero.

A continuación publicamos un artículo que recopila, en forma revisada, muchas de las reflexiones de Sunsara Taylor sobre el Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto.

Un poco sobre el terreno general respecto al aborto:

Sobre el terreno, la realidad es aún más extrema y una mayor emergencia de lo que nosotros, o casi cualquier persona, nos habíamos dado cuenta. Cada una de las clínicas que visitamos o con la que tuvimos contacto está bajo un sitio severo, en muchos niveles y desde todos los lados, de fuerzas que tienen una iniciativa increíble y raíces muy profundas. Muy poco se hace, o nada, para contrarrestar esa situación o cambiar la dinámica.

Cada clínica enfrenta a manifestantes de tiempo completo, cuya misión en la vida es clausurarla. En Jackson, Misisipí, la semana antes de que llegáramos, una mujer tuvo que ir en ambulancia a la sala de urgencias y los antis [abreviación para los antiabortistas locos], que hacen plantón fuera de la clínica cada día en que esté abierta, tomaron fotos de ella y las mandaron al periódico local. Al día siguiente, el periódico publicó la foto y un artículo largo sobre el hecho de que tenían que llevarla a urgencias, con una cita de los antis y otra cita opositora pero más corta de una escolta de la clínica. Además, los antis salieron frente a la clínica al día siguiente con copias ampliadas de esa foto y las agitaban en la cara de las mujeres que entraban, diciendo: "¡Tú serás la siguiente!" Por supuesto, eso era absurdo, pues todo procedimiento médico supone riesgos y no hay nada inherente al aborto que implica que habrá que ir a urgencias.

Esos manifestantes les decían repetidamente a nuestros voluntarios que se suicidaran, que se debería sacarles el útero, que no merecían tener hijos, que eran putas y mujerzuelas, que las mujeres deberían quedarse en casa, que no se debería permitir que las mujeres votaran porque eso interferiría con su condición pura, y muchísima basura así. En Jackson, nuestra presencia y nuestro trabajo vigorizaron a un pequeño núcleo de escoltas muy agotadas y abrumadas.

En Little Rock está la única clínica que practica abortos quirúrgicos en el estado. (Otros centros médicos practican el aborto médico, pero la mayoría de las mujeres van a la clínica.) Se ha montado ahí un campamento de manifestantes extremadamente agresivos y talibanescos. Se ha demarcado físicamente una línea en el borde de la propiedad de la clínica, y se prohíbe legalmente que los antis la crucen, pero estos se encuentran ahí todos los días en que se hacen abortos. Construyeron ahí una torre que trepan para sacar fotos de los trabajadores y las mujeres que visitan la clínica, y les gritan y les sermonean durante todo el día. Les insultan y pregonan versículos de la Biblia. Un manifestante anda por la zona con un arma de fuego a la vista. Singularizan en particular a los hombres, instándolos a no permitir que la mujer mate a su hijo y señalando que el hombre es más fuerte que la mujer y por eso debe hacerse cargo de las cosas. No daban la impresión de que se preocupan de ninguna manera por los llamados "no nacidos", sino que les consume la venganza de ser hombres encargados de una misión de un dios vengativo con un gran odio de "la maldad de la mujer".

En Carolina del Norte, los manifestantes estaban frente a la clínica cada día. Tienen altoparlantes que se pueden escuchar en la sala de espera de la clínica y gritan mentiras como: "El aborto se llama un procedimiento ciego porque el médico no puede ver lo que está haciendo, es ciego mientras le arranca los brazos y las piernas de su bebé y después desliza y le rasga el útero. ¿Saben cuántas mujeres MUEREN a causa del aborto? Se trata de una matanza que ocurre dentro de su vientre...". Cuando el médico llega a la clínica, los manifestantes anuncian por altoparlante: "El abortista está estacionando su carro, ahora sale del carro y camina hacia el edificio, no es demasiado tarde para darse la vuelta y salir del lugar...".

En Omaha, Nebraska, la clínica no encuentra quién repinte las paredes porque todos los contratistas temen que los vayan a boicotear. Los antis se dan cuenta de todo lo que haga la clínica y lo ataca. La directora de esta clínica es una enfermera que antes trabajaba con el Dr. George Tiller (un doctor que hacía abortos, incluyendo abortos tardíos; lo asesinó un antiabortista armado cuando el doctor hacía servicio en su iglesia el 31 de mayo de 2009). Ella es extremadamente dedicada, pero está convencida de que el aborto se penalizará y las mujeres se morirán antes de que la gente despierte y se ponga a luchar por el derecho al aborto. Ella misma está pasando por un proceso en que es probable que le quiten su permiso de enfermera, debido a los ataques de los antis. Muchos doctores y enfermeros enfrentan demandas y otras impugnaciones a sus matrículas profesionales; por ejemplo, una mujer que había trabajado poco tiempo en Wichita antes del doctor actual, había adoptado un enfoque muy minimalista al llenar los historiales clínicos de sus pacientes precisamente porque sabía que el fiscal fascista estaba tratando de hacer que se divulgara los historiales de los pacientes. Por eso, cuando efectivamente lograron abrir los historiales, le quitaron la matrícula y la mandaron a la bancarrota ¡por no haber completado completa y detenidamente los historiales de las pacientes!

En Minneapolis, conocimos a una joven cuyo padre hace abortos; ella nos confió que nunca se lo cuenta a nadie porque tiene miedo a lo que vaya a pensar la gente. Cuando estaba en el quinto grado, supo lo que su papá hace para ganar la vida porque unas niñas más grandes se le arrimaron y le dijeron: "Tu padre mata bebés", y se lo contaron a otros en la escuela. Describió, de manera muy conmovedora, que durante muchos años creía que su padre era muy malo, de lo difícil que le era eso, hasta que ella tenía más edad, y se hizo un aborto; ahora respeta y ama a su papá por lo que hace. Después de hablar con nosotros, dijo: "Vaya, creo que voy a llamar a mi papá esta noche y platicarle sobre ustedes y darle las gracias". Su padre tenía amistad con el Dr. Tiller.

En Cleveland, varias mujeres jóvenes de Planned Parenthood asistieron una velada de aprecio y se conmovieron al escuchar la charla sobre el estado de emergencia y la misión del Viaje. Ya habían echado callo, de sufrir ellas y sus pacientes tanto hostigamiento y tanto odio día tras día —de que les dicen putas, zorras, perras y luego que son asesinas, pecadoras, madres de bebés muertos—, pero cuando vieron el contexto mayor en este ambiente, esa embestida constante les dio mucho coraje, y también les atraía mucho la idea de hacer algo al respecto. Describieron las pacientes que tienen que pasar por eso para entrar a la clínica y que quedan sollozando porque creen que sea verdad lo que les dicen sobre sí mismas y lo que están haciendo.

En Wichita, hubo mujeres que explicaron que preferirían provocar una bronca a golpes con el fin de inducir un aborto espontáneo que ir a hacérselo por el estigma. U otras dirían que se cayeron por las escaleras, o porque se cayeron al adrede para abortar, o porque creen que es una explicación más aceptable, incluso para sus amigas más íntimas. También hubo muchachitas que claramente creían que de todos modos su vida iba a centrarse en criar hijos, así que para la edad de los 16 años, sentían que ya estaban listas para tener bebés. Además, les afectaba mucho la idea (errónea y, francamente, irrelevante) de que el feto sienta dolor. Dijeron que lo estaban platicando de eso justamente cuando nos topamos con ellas, en el contexto de varias amigas de muy tierna edad que iban a tener sus bebés. El programa de MTV 16 and Pregnant (Embarazada a los 16) no sólo refleja la idea de que los 16 años sea una edad razonable para tener un bebé sino que también la ha normalizado, la ha hecho de la corriente principal de la cultura; era una idea prevalente entre las personas que conocimos.

Los doctores viven de día a día a sabiendas de que los pueden matar. Eso es una realidad activa y muy personal para ellos. El público amplio cree que "los asesinatos ya se han terminado", pero está equivocado. En Jackson, hay un anti al cual todos conocen, que viene todos los días. No puede acercarse porque tiene una orden de alejamiento, pero ahí está todos los días y habla mucho de que la muerte viene para el personal de la clínica. El personal habló de otros individuos a los que temen más, con detalles alarmantes por qué temerlos.

La semana que estábamos en Wichita, cerraron la clínica en Birmingham, Alabama, donde explotó una bomba en los años 1990. El Departamento de Salud del estado alega que la clínica hace más de 30 abortos al mes durante por lo menos dos meses al año, lo que requeriría otro permiso que no tiene; el dueño y el doctor de la clínica sostienen que eso no es cierto, que hacen a lo mucho 14 abortos en un día cada dos semanas —lo que da una vislumbre de los pocos abortos que sí se hacen y ¡lo difícil de conseguir uno en Alabama! — y que no han rebasado el límite de 30 al mes. De todos modos, el estado cerró la clínica… después de años tras años tras años de fuertes luchas para mantenerla abierta.

Muchas de estas clínicas están enredadas en grandes batallas legales para impugnar las nuevas leyes y seguir operando. En Dakota del Norte esperan que se desestime en las cortes una ley que requeriría derechos de admisión hospitalaria para los médicos que practican abortos, pero en el proceso de solicitar esto, el juez está permitiendo solicitudes de exhibición de documentación que afectan a todos los médicos y sus historiales clínicos no sólo en Dakota del Norte, pero en sus consultorios en Minnesota y Dakota del Sur y los historiales de los pacientes. Aunque no siga en vigor, esta ley representa un mayor asalto contra los médicos y habrá más restricciones legales. Además, nadie siquiera ha impugnado la prohibición sobre los abortos después de 20 semanas, que ahora es la ley ahí (con la lógica de que de todos modos, nadie practica abortos en un momento tan avanzado del embarazo en ese estado). En Jackson, la clínica tendrá que comparecer ante la corte en marzo de 2014 porque no ha podido cumplir con la ley de derechos de admisión hospitalaria y desde que el Viaje se fue de ahí, el gobierno estatal interpuso un nuevo escrito para que el juez les permita cerrar la clínica, mientras que se vea el recurso en los tribunales (el juez no concedió un amparo contra la ley, pero sí pronunció una orden para que no se cierre la clínica antes del juicio).

En los tribunales, se están ratificando restricciones y prohibiciones de diverso tipo.

En los últimos tres años, 50 clínicas han dejado de funcionar, lo que es sólo la punta del iceberg de lo que se está ratificando en las legislaturas estatales en estos momentos.

Una generalizada ignorancia acerca del estado de emergencia y de lo que está en juego

También cunde una muy pero muy generalizada ignorancia relacionada con la situación y los términos muy pero muy nocivos al respecto. Primero, estoy hablando sobre el amplio sector de personas que por lo general no quieren ver que las mujeres se vean obligadas a tener hijos contra su voluntad y que hasta se considerarían a sí mismas como pro derecho a decidir. Por lo que se refiere a las personas que son "pro derecho a decidir, pero...", en su muy gran mayoría NO tienen NI IDEA, ni siquiera un minúscula pista, de qué tanto el derecho al aborto se encuentra en un estado de emergencia. Una gran parte de las victorias del movimiento anti-aborto (junto con las respuestas principales, defensivas y economistas de los demócratas y de los establecidos grupos pro derecho a decidir) ha sido la forma en que hace que las personas se desconecten del tema y del debate en general, de hacer que creen que existen "dos extremos" que para siempre estarán discutiendo las cosas. Además, muchas personas creen que el aborto trae algo muy desagradable e indeseable, por lo que más vale no pensar en él. Nadie sabe que una de cada tres mujeres se hace un aborto. La mayoría de las personas consideran que el aborto trae algo indeseable (es preciso observar que uno de los voluntarios admitió, después de visitar la clínica en Fargo, qué tanto le sorprendió cuando descubrió que la clínica no estaba sucia, era muy regular y parecía muy compasiva, porque se había dejado afectar por la propaganda que presenta una imagen de "fábricas de aborto" y tuviera la suficiente honradez y sensibilidad como para compartirlo).

Mi impresión es que parte de por qué se dio una respuesta tan grande en Texas era que las personas se enfrentaban más seria y abiertamente a qué tan extremo era el programa anti-aborto en lo concreto y qué tan atrás obligará a ir a las mujeres. Lo muchísimo que está en juego en lo inmediato para todas esas clínicas en la mira del cierre sacudió a las personas que por lo general están desconectadas o están a la defensiva y calladas. La mayor parte del tiempo, la mayoría de las personas no están conscientes de lo que está pasando. Otros factores importantes pesaron en la movilización de la gente en Texas, por ejemplo, el hecho de que unas fuerzas con perspectivas tendientes a la pequeña burguesía se pusieron el pie para dirigir una lucha en torno a eso. Pero creo que las personas se vieron obligadas a enfrentar los desafíos junto con el sentimiento de que tenían que tomar las cosas en sus propias manos y las esperanzas de que tuvieran un paladín en el poder que les escuchara y actuara en su beneficio. Era un asunto contradictorio y me interesaría explorarlo un poco más, pues que es una parte importante del terreno.

Pero incluso entre aquellos que pasan la vida entera lidiando con el aborto (como muchos de los que trabajan en las clínicas y luchan por mantenerlas abiertas), de hecho no comprenden el estado de emergencia nacional, la agenda completa del movimiento anti-aborto o de hecho la ciencia y la importancia del aborto.

Por ejemplo, la directora de una clínica, que está muy comprometida con su trabajo y cuida la clínica con su vida, no sabía nada del hecho de que otras clínicas en otros estados se enfrentan a las mismas restricciones que amenazan con cerrar su propia clínica. No sabía que había otros estados donde queda una sola clínica y se sorprendió al conocer que otra clínica se encuentra en una situación comparable a la de ella: que sigue abierta temporalmente por orden de un juez, mientras que se vean las impugnaciones contra la ley de derechos de admisión hospitalaria. Tampoco sabía lo que es la Enmienda Hyde: de que había una medida especial para impedir que las mujeres que reciben Medicaid puedan recibir dinero para cubrir sus abortos.

En un punto, ella dijo que algunos de los aspectos más duros de las distancias y restricciones y el cierre de otras clínicas en el estado se habían eliminado mediante el crecimiento de los fondos de abortos durante la última década. Pero cuando yo le enseñé qué tan escandaloso lo es el que es siquiera necesario tener tales cosas, ella estaba altamente sorprendida. Discutimos la enmienda Hyde y ella estaba enojada de nuevo. También empezó a hablar amargamente sobre lo degradante que lo es para las mujeres quienes acuden que tienen que pasar por el proceso de obtener el dinero. La directora habló muy amargamente sobre la humillación que sus pacientes tenían que experimentar y que en su mayoría ya tienen hijos y tienen que viajar largas distancias y tienen que esperar para el otro día y algunas no logran volver al día siguiente o ella las verá en una etapa temprana del embarazo pero ellas no logran volver para una visita segunda hasta que están justo en el tope legal porque tratan tan desesperadamente de recaudar los fondos (o de plano no logran volver).

En Charlotte, la dueña y directora de una clínica había invitado al Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto a hacer una escala durante su viaje de vuelta del Sur a la Ciudad de Nueva York. El equipo de la Costa del Este lo hizo — haciendo una escala en la protesta del Lunes Moral que se tuvo lugar en Charlotte ese día y luego pasaron la noche allí. Cuando el equipo visitó la clínica por la otra mañana, la mayoría de los empleados, entre ellos las y los enfermeros y consejeros, efectivamente NO comprendían nada sobre la lucha política sobre el aborto a nivel nacional ni sobre el procedimiento más allá de los términos técnicos. Para que quede claro, estaban comprometid@s profundamente a sus trabajos y a las mujeres que sirven todos los días; les importan enormemente las dificultades de la vida cotidiana de estas mujeres y tienen mucho odio por la crueldad y vileza de aquellos que hostigan a las mujeres todos los días. Pero no entendían tanto por qué se hace "tanta alharaca" sobre el aborto.

Los voluntarios del Viaje por la Libertad visitaron al "centro de llamadas" (una sala donde aproximadamente diez personas, en su mayoría mujeres jóvenes, por teléfono se encargan de programar y realizar la sesión obligatoria de consejería que se sostiene 24 horas antes de hacer el aborto [en Carolina del Norte, lo pueden hacer por teléfono, en Misisipí lo tiene que hacer el medico mismo, en persona, 24 horas antes]) y hablé brevemente sobre la situación que se enfrentaban las mujeres, el propósito del Viaje y el aprecio por lo que hacen y un llamado a participar. Cuando había terminado, una de las asesoras dijo: "Espera. ¿Qué dijiste? ¿Las mujeres no son incubadoras? ¡Voy a usar eso! Nunca había pensado en eso antes pero eso efectivamente es cierto". Otra quería escribir el lema "El feto no es un bebé" y eso suscitó mucho interés del grupo entero. Se sentían estas cosas en cierto nivel, pero nunca las habían escuchado. En su mayoría, sus respuestas a las mujeres se expresaban en términos de: "…tienes que hacer lo que es lo correcto para ti…" o "solo tú conoces tus propias circunstancias, nadie puede juzgarte". No tenían respuestas claras para las mujeres que llamaron acerca de por qué el aborto es perfectamente moral y no debería ser gran cosa.

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