Oponiéndose al oleoducto Keystone XL, y debatiendo la solución a la emergencia ambiental

11 de noviembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De lectores:

Un equipo de revolucionarios fue a la protesta "Poner un hasta acá" contra el oleoducto Keystone XL en Seattle el 21 de septiembre, como parte de unas acciones en todo Estados Unidos en más de 175 lugares distintos convocadas por el 350.org, el grupo ambiental fundado por Bill McKibben.

El acto "Poner un hasta acá" contra el oleoducto Keystone XL, Seattle, 21 de septiembre de 2013.
Foto: Especial para Revolución

Habíamos estudiado y discutido el artículo de Revolución "Cuatro puntos para Bill McKibben" y considerábamos que la acción del 21 de septiembre iba a ser una gran oportunidad de ejercer un impacto así como tratar de transformar el modo de pensar de la gente al tratar los puntos de debate que suscita Raymond Lotta en aquella polémica. Queríamos hacer eso a la vez que nos reuníamos y aprendíamos más del movimiento activo de resistencia en torno al oleoducto Keystone XL, las arenas de alquitrán y la crisis ambiental en general. Cuando oímos que McKibben mismo iba a asistir a la acción de Seattle, consideramos que iba a ser aún más importante que estuviéramos allí con este artículo y la noticia sobre el movimiento para la revolución.

Imprimimos mil copias de "Cuatro puntos" como volante, con el artículo de revcom.us "Oleoducto XL: Fuerzas poderosas y mucho en juego" en el anverso. También traíamos el número especial de Revolución sobre la emergencia ambiental global (¡Estado de emergencia! El saqueo de nuestro planeta, la catástrofe ambiental y la verdadera solución revolucionaria). Aproximadamente 800 personas vinieron al acto y distribuimos el volante a aproximadamente la mitad de éstas. Presentaban el volante diciendo que estas acciones acerca de Keystone eran muy importantes, pero existe gran necesidad de tener un debate sobre lo que dice Lotta en su polémica con McKibben y luego tratar los puntos con la gente.

El acto "Poner un hasta acá" contra el oleoducto Keystone XL, Seattle, 21 de septiembre de 2013.
Foto: Especial para Revolución

Muchas personas con quienes hablamos querían tener este debate y creían que había una gran necesidad por ello. Otras no pensaron así. Cuando explicamos cómo la industria petrolera no era una industria paría pero sí un elemento fundamental de un sistema entero del capitalismo, algunos dijeron: "Estoy completamente de acuerdo, las corporaciones son avaras" y lo que se necesita era desarrollar comunidad y métodos nuevos de gestar esfuerzos comunes para energía renovable. De ahí le entrábamos en esto: ¿Cuál es la diferencia entre ese punto de vista y lo que Lotta ofrece en "Cuatro puntos?" Una persona dijo, cuando le explicamos "Cuatro puntos": "Aquello es la pura verdad, pero la gente no quiere oírlo". Varias personas quisieron continuar el debate en varios sentidos distintos o posiblemente ayudar a traer una discusión de panelistas a su universidad.

Una gran pregunta que plantearon varias personas era: "¿Cómo podemos cambiar el modo de pensar de la gente"? Frecuentemente, la gente no veía ninguna diferencia entre la clase dominante y las masas de personas, amontonándolos todos juntos y viendo a todos como individuos a quienes les faltaban "voluntad política" para poder tomar las decisiones duras para parar la destrucción ambiental. Pero, el volante de "Cuatro puntos" y el número especial de Revolución sobre la emergencia ambiental eran herramientas para abrir el debate y popularizar el movimiento para la revolución y la nueva síntesis del comunismo desarrollada por BA.

Una mujer de Idaho exclamó con sorpresa después de saber de "Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable", que está en el número especial. "Imagínate eso: guardianes del planeta". (Uno de los principios clave es "Valorar el planeta, cuidar al planeta".) Pero de ahí, ella se preguntó cómo esto realmente era posible, pues las cosas realmente habían ido tan lejos en la destrucción del planeta, estaba rodeada de gentes atrasadas, ¿qué podía hacer?... Por eso, le explicamos que existe una salida concreta mediante revolución, y que ella podía unirse con el movimiento para la revolución en la página web revcom.us.

Se organizaron un número de talleres de discusión, sobre desobediencia civil no violenta, la organización de oposición a la exportación de combustibles fósiles en el noroeste, la acidificación del océano, cosas en torno a otras amenazas al medio ambiente en la región, etc. Salía algo de información importante, pero se notaba en estas discusiones una falta de bregar en serio con el panorama más amplio del alcance y urgencia del problema y cómo lidiar con el mismo en un modo fundamental. En un taller, se presentó el punto de vista de que había verdaderos éxitos en parar las plantas potenciadas por carbón y que la gente necesita continuar sus esfuerzos enfocados en esta región. Mencionamos que en realidad Estados Unidos había aumentado masivamente su exportación de carbón y que la trayectoria de las cosas por parte de este sistema capitalista imperialista no es una nueva etapa de fuentes de energía renovable, pero una nueva etapa de quemar combustibles fósiles no convencionales. También discutimos cómo los combustibles fósiles no eran una industria paría pero que eran un elemento fundamental de la operación e intereses del capitalismo-imperialismo en sí. Lo que se necesita es una revolución – y nosotros estamos construyendo un movimiento para esta revolución. Se dio cierto estire y afloje sobre cómo se podía sostener que "estamos ganando esta batalla" cuando el nivel atmosférico del dióxido del carbono, el gas principal que contribuía al calentamiento global, llegó a 400 partes por millón recientemente y continúa aumentándose más rápidamente. Las cosas se deslindaron: algunos no querrían que estas cuestiones fueran el enfoque principal de la discusión y en su lugar querrían hablar de temas más limitados, a la vez que otros nos dijeron que estaban de acuerdo o se acercaron para conseguir el volante.

En el acto se expresaron algunas importantes y sentidas denuncias y llamamientos a una resistencia creciente y urgente al Keystone XL y además, a todas formas de proyectos de combustibles fósiles, de parar los planes de construir unas terminales de exportación para los trenes de carbón a oponerse a la fracturación hidráulica, las arenas de alquitrán, etc. Era muy importante que un número de oradores conectaran los problemas y las luchas, y no solo se oponían a unas cosas en forma fragmentada o una por una. Unos activistas indígenas hablaban en forma apasionada sobre la destrucción de sus tierras y culturas por parte de la extracción de petróleo de las arenas de alquitrán en Alberta, Canadá, y que tribus en ambos lados de la frontera se están movilizando juntas y haciendo planes de una resistencia coordinada a Keystone XL y a otros modos en que se está arruinando el medio ambiente.

Un orador para el grupo local de 350.org dijo: Si ustedes superan que ellos iban a proceder con sus planes para construir la terminal enorme para la exportación del carbón en Bellingham, Washington, ¿cuántos de los presentes hoy se presentaran allá para arriesgar el cuerpo para pararlo? Cientos de personas levantaron la mano. Una oradora joven mujer le preguntó al público qué les iban a decir sus nietos cuando se preguntaran: "¿Qué hiciste sobre el crisis del clima, no hiciste nada o te sentaste en las vías ferroviarias?". Otro orador dijo: "Debemos de dejar de llamar esto un cambio climático y en su lugar llamarlo una emergencia climática".

Había un amplio sentimiento de urgencia de actuar ahora mismo para parar la emergencia ambiental y de que no teníamos mucho tiempo. Un orador de Amigos de la Tierra dijo que lo que se necesitaba era una resistencia semejante a lo de la protesta contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle en 1999. Otros trazaron una analogía al movimiento de derechos civiles, diciendo que había una necesidad de un movimiento por toda la sociedad.

Nos llamaron la atención en muchos sentidos los deseos y aspiraciones de la gente a defender y proteger el medio ambiente. Al mismo tiempo, la mayoría de la gente percibió el problema como el de "corporaciones avaras que tienen un exceso de influencia política" o una falta de "voluntad política", que la gente en sí no se han despertado para poner presión sobre Obama y sobre otros para que hagan lo correcto". McKibben dijo que si se pudiera ganar la batalla del Keystone XL, eso podría darle a Obama una baza a jugar para poder abrir unas negociaciones internacionales sobre el clima. Pero, como dijo Raymond Lotta, "en realidad, la fuerza en la Tierra que está destruyendo el planeta es el capitalismo-imperialismo… El petróleo no es una industria paría. Es parte de un sistema mayor que opera según las normas e imperativos capitalistas".

En esta situación, tratamos la necesidad de hacer una revolución de verdad y de tener un sistema nuevo. Llevamos una bandera grande y radiante con la consigna: "¡No más arenas de alquitrán, no más fracturación hidráulica, no más carbón. Necesitamos una revolución para salvar al planeta! www.revcom.us" e iniciamos coros como "¡Emergencia ambiental, ¡Revolución — Nada Menos!" Lo que hicimos fue solamente un comienzo pero también fue una indicación del potencial real así como una urgencia tremenda para entrar en el tumulto creciente sobre la crisis ambiental y repolarizar las cosas para la revolución.

El acto "Poner un hasta acá" contra el oleoducto Keystone XL, Seattle, 21 de septiembre de 2013. Foto: Damien Conway

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