Los Juegos Olímpicos de Invierno: Vitorear al "equipo de casa" es dejarse manipular por el sistema

17 de febrero de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector

Al mirar la competencia de los equipos de patinaje artístico en los Juegos Olímpicos de Invierno en Rusia, durante la cual los locutores deportivos vitoreaban al Equipo USA, pensé en el tremendo avance que sería si la gente en Estados Unidos no animara a cada atleta estadounidense y cada equipo estadounidense. Al reflexionarlo, escuché la charla de Bob Avakian "La Asociación Nacional de Baloncesto: Racismo disimulado al servicio de los grandes gángsteres", en la cual dice que el deporte les enseña a las personas a no pensar críticamente y a no ver el mundo tal como es en realidad, y que eso se efectúa al enseñarles a "vitorear al equipo de casa". (Se puede escuchar la charla en inglés en revcom.us: pista 1, pista 2.) Al final, todo eso está al servicio del imperialismo estadounidense.

Avakian usa la NBA (la asociación estadounidense de baloncesto profesional) como ejemplo para demostrar cómo funciona ese tipo de enseñanza. Por ejemplo, los locutores deportivos tratan de hacerle a uno considerar que el canto de penales es "bueno" o "malo" según el equipo por el cual usted va, y no según lo que ocurrió en realidad; eso es enseñarle a no comprender la realidad o el mundo real.

Y todo eso de "vitorear al equipo de casa" está al servicio de un programa político. A uno le enseñan a ir por el equipo local en el deporte, y a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos. Y fuera del deporte, uno debería "ir por" los soldados estadounidenses en Afganistán o en otros lugares: vitorear al imperialismo estadounidense, al "equipo de casa". Mucho de eso se hace sin que las personas se den cuenta. En el caso del "penal bueno o malo" en el deporte, uno ni siquiera es consciente de que le están adoctrinando a ver las cosas de una forma que distorsiona la realidad y que facilite después que la clase dominante le haga responder de la manera deseada.

En los Juegos Olímpicos de Invierno, los locutores deportivos trabajan para que usted anime a Estados Unidos, en particular en contra de los rusos.

Recuerdo que en los Juegos Olímpicos de Invierno de Montreal en 1972, Mac Wilkins, el lanzador de disco estadounidense que ganó el evento, le dio un fuerte abrazo a Wolfgang Schmidt de Alemania Oriental, que en ese tiempo era un país del bloque soviético, después de que Schmidt le sobrepasó al estadounidense John Powell para obtener el segundo lugar tras su lanzamiento final. Wilkins le había conocido a Schmidt a comienzos del año en otra prueba de atletismo y los dos entablaron una conversación amistosa sobre temas como Vietnam y el Muro de Berlín.

Maren Seidler, la ex plusmarquista estadounidense en lanzamiento de peso femenino que lo presenció, dijo: "Fue una de esas raras ocasiones en que los Juegos Olímpicos lograron cumplir con su propósito publicitado". Agregó: "El respeto de un tipo para el esfuerzo de cumplir de otro trascendió la nacionalidad y la ideología. ¿Y qué pasó? La gente se ofendió" ("The Old Men and the Discus", S.I. Vault, 25 de julio de 1988). La prensa estadounidense arremetió contra Wilkins por felicitar a un alemán oriental que derrotó a su paisano, y Wilkins perdió posibles contratos para promocionar productos debido a ese gesto amistoso que había sido una maravillosa demostración del internacionalismo y de amistad entre dos atletas.

Pero durante los Juegos Olímpicos de Verano de 1968 los atletas mismos propinaron un golpe contra los vítores al equipo de casa, y a favor de la humanidad. En el estrado de victoria para los 200 metros, Tommie Smith, ganador del oro, y John Carlos, ganador del bronce, ambos afroamericanos de Estados Unidos, inclinaron la cabeza y se levantaron el puño en guantes negros mientras se tocaba el himno nacional estadounidense, en una protesta contra la situación de los afroamericanos en Estados Unidos, para restituir el título de boxeo a Muhammad Alí, expulsar al simpatizante de los nazis Avery Brundage de su posición como jefe del Comité Olímpico Estadounidense y en protesta contra los regímenes de apartheid en Sudáfrica y Rodesia. En una muestra de apoyo internacionalista sin precedentes para Smith y Carlos durante esos Juegos Olímpicos, Peter Norman, el ganador australiano de la plata, llevó puesta una chapa del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos (la organización de la cual Smith y Carlos eran miembros) durante la ceremonia de entrega de medallas. (Para saber más, ver "Los juegos Olímpicos de 1968 — Dar un golpe para la libertad: La historia valiente de Tommie Smith y John Carlos", Revolución #137, 27 de julio de 2008.)

Los que somos internacionalistas proletarios, que ardemos con el deseo de emancipar a todos los oprimidos del mundo y, a la larga, a la humanidad en su conjunto, y los que nos oponemos al chovinismo nacional de cualquier tipo, queremos ver el atletismo de alta calidad en los Juegos Olímpicos que nos da inspiración y no estar sometidos a un montón de jingoísmo "USA, USA". De hecho, voy a ver los juegos con el sonido de mi televisor apagado, para que los locutores deportivos no tengan la oportunidad de arruinar mi disfrute más que ya se ha arruinado por todos esos atletas estadounidenses que andan por todas partes ondeando la bandera de Estados Unidos.

Al mirar y prestar atención a los Juegos Olímpicos, ¿usted estará animando ciegamente al equipo de casa? ¿O usted verá la manera en que le tratan de manipular, pensará críticamente en lo que los locutores están diciendo y tratará de disfrutar de los Juegos Olímpicos por la belleza que los deportes pueden demostrar y el asombro que le pueden inspirar?

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