Decenas de miles de jóvenes inmigrantes brutalmente encarcelados — en Estados Unidos

9 de junio de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Un monstruoso crimen de lesa humanidad se está desarrollando ahora mismo en el valle del río Bravo de Texas. Decenas de miles de jóvenes —adolescentes y niños— han estado huyendo de la devastación y desgarradora pobreza impuesta por Estados Unidos sobre sus países natales en Centroamérica. Los jóvenes emprenden el viaje desesperado y aterrador de miles de kilómetros hasta el sur de Texas, y de ahí en su mayoría tratan de viajar aún más al norte. Las autoridades mexicanas arrestan a muchos; matan a otros la policía o las pandillas de contrabando. En otros casos, la Patrulla Fronteriza u otras autoridades de Estados Unidos ponen fin a los viajes peligrosos, deteniendo a los jóvenes.

La Patrulla Fronteriza toma bajo custodia a niños que fueron separados de sus familias al cruzar la frontera en 2006. Foto: AP

Según los propios pronósticos del gobierno, se calcula que el número de jóvenes y niños que viajan sin adultos que las autoridades del sur de Texas habrán capturado este año será más de 60.000 — unas 10 veces el número de jóvenes capturados en 2013.

Barack Obama anunció el 2 de junio que existe una “situación humanitaria urgente” en el sur de Texas. No mencionó dos aspectos esenciales de esa situación: primero, que su causa es el sistema del capitalismo-imperialismo que él representa; segundo, que las medidas tomadas por su administración en respuesta a la situación empeorarán el sufrimiento y dolor de los jóvenes capturados por los agentes armados del sistema.

Décadas de dominación yanqui

Los países centroamericanos de Guatemala, El Salvador y Honduras han sufrido bajo décadas de la dominación brutal de Estados Unidos: invasiones y golpes de estado, guerras genocidas, cruel explotación, destierro de campesinos y destrucción del medio ambiente. En 2013, el programa de noticias NBC News describió a Honduras, el país con el índice de homicidios más alto del mundo, como “un país que se está fundiendo”. Guatemala tiene las tierras agrícolas de entre las más fértiles y productivas del planeta pero —según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas—, el 49.8% de los niños menores de cinco años de edad padecen la desnutrición.

El eje del “gesto humanitario” de Obama es un centro de detención para niños con 1.000 camas en la base Lackland de la fuerza aérea en San Antonio, Texas. Obama también anunció que se montará otro centro de detención para niños y jóvenes, atrapados en los rastrillajes de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas, en una base de la Marina en el lejano condado de ventura, California.

Es probable que el número de niños atrapados y bajo detención en 2014 supere el cálculo del gobierno de 60.000. Ha incrementado dramáticamente la cantidad de adolescentes y niños detenidos por la Patrulla Fronteriza durante el mes de mayo. Un día a finales de mayo, detuvo en Texas a más de 400 niños que viajaban sin adultos, mismos que eran “personas no mexicanas”, según el lenguaje racista y odioso de la Patrulla Fronteriza.

Metieron a la mayoría de éstos en celdas de la Patrulla Fronteriza que los inmigrantes llaman hieleras por la temperatura helada a la que las mantienen. Supuestamente, el propósito de las hieleras es encerrar a adultos por unas horas. No tienen camas. Los niños deben dormir en bancos o pisos de concreto. La ley federal declara que se debe entregar a niños sin adultos a un organismo federal, la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR) dentro de 72 horas para su colocación a largo plazo. Pero un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional reconoció que más de la mitad de los 2.000 niños encerrados en la hielera principal del sur de Texas han estado ahí más de tres días.

Asaltos brutales, niños traumatizados

Una mujer que había trabajado en el centro de detención en San Antonio dijo en la televisión que trasladaron a más de 1.000 adolescentes al centro desde comienzos de mayo. Dijo que su impresión inmediata de su situación y de la manera en que los trataban fue de una “incredulidad total”. “Brotaban condiciones médicas como piojos, chinches, sarna y varios tipos de enfermedades como amigdalitis, dolor de garganta, tos…. El viaje a Estados Unidos había traumatizado a muchos niños. Muchos han experimentado abusos, violaciones, el hambre”. Informó que hay enfermeras/os, pero ningún médico ni psiquiatra para tratar a los niños.

A menudo someten a los niños encerrados a aún más horrenda crueldad y tormento —abusos los que encubren sistemáticamente— además del trauma que ya han experimentado. El periódico Houston Chronicle informó que “no se conoce el pleno alcance del abuso sexual y físico en los albergues federales”.

La ORR asevera que no puede llevar un registro de las alegaciones de violaciones, abusos y agresiones de los niños bajo su supervisión. Pero documentos divulgados en virtud de la Ley de libertad de información describen 101 “informes de incidentes importantes” en los dos años entre marzo de 2011 y marzo de 2013, mismos que incluyen la violación de niñas y niños, el hostigamiento sexual, asaltos, abusos constantes y amenazas. Ocurrieron en “albergues” en Texas, Florida y Nueva York. En los poquitos casos en los que el estado presentó cargos criminales contra uno o más de los guardianes de los niños, casi nunca implicó una condena porque o trasladaron a los niños, o la policía no les dio seguimiento, o las autoridades afirmaron que no saben quién era responsable, u otros pretextos de encubrimiento. Como informó el Chronicle: “No han procesado a ningún trabajador de un albergue bajo la ley federal de 2008 que estipula que es un delito serio tener contacto sexual con un detenido bajo la supervisión de la ORR”.

Probablemente jamás se conocerá el verdadero alcance de estos asaltos brutales contra los niños inmigrantes. En muchos casos, amenazan a los niños diciéndoles que los castigarían aún más o los deportarían y nunca más verían a sus familias si le dijeran a alguien lo que les pasó. Un niño varón que fue violado por un guardián le dijo a un periodista: “Me dijo que algo malo me iba a pasar si yo lo mencionara a alguien”.

Si la violencia infligida sobre los jóvenes de Centroamérica fuera el único crimen del que este sistema es responsable, eso sería motivo suficiente para participar en el movimiento para la revolución y trabajar para poner fin a este sistema. Pero no es una aberración el intenso dolor y tormento descargado sobre estos jóvenes. No resulta de una “política equivocada” o del liderazgo político inepto. Más bien, es una expresión muy brutal pero de ningún modo fuera de lo común de la manera en que funciona el capitalismo-imperialismo, en Estados Unidos y de manera aún más intensa y horrenda en Centroamérica. Exploraremos este tema en la segunda y última entrega de esta serie.

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.