Informe de la protesta en Ferguson, Missouri:

El desafío de la gente era evidente por todos lados

14 de agosto de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De lectores:

El asesinato de Michael Brown en San Luis el 9 de agosto ha desatado la justa indignación ante el asesinato de otro hombre joven negro con todo su futuro por delante. La noche después del asesinato, cientos de personas se tomaron la calle reclamando justicia para Michael Brown. Nada semejante ha pasado en San Luis desde hace mucho tiempo. Algunos hablaron de hacer historia y dijo que la gente de todo el país estaba viendo lo que sucedía en San Luis.

La protesta consistió principalmente en jóvenes negros, con algunas mujeres negras de mediana edad que participaron y repartieron pancartas de cartón para que los jóvenes escribieran sus propias declaraciones. Cientos de coches desaceleraron, la gente tocando la bocina, levantando el puño cerrado, gritando sentados en el techo del coche, apoyando y generando una gran cacofonía de ira y desafío contra la policía que había detenido a 32 personas la noche anterior.

Un joven lleva una pancarta con la declaración de Bob Avakian ""¡Tres strikes y fuera!""

Desde el momento en que el contingente de revolucionarios entraron, marchando y coreando, en la manifestación callejera de cientos de personas, las caras de la gente se iluminaron —aplaudieron, agarraron los periódicos Revolución y sostuvieron la pancartas — la pancarta de Vidas Robadas que mostraba a las personas asesinadas por las fuerzas policiales alrededor del país, la pancarta con "Luchar contra el poder, transformar al pueblo, para la revolución" del Club Revolución de Chicago, y la de "Parar la Encarcelación en Masa, el Terror Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación — Mes de Resistencia Octubre 2014". Los que se detuvieron para ver la pancarta de Vidas Robadas se sorprendieron por la cantidad de nombres, la que era solamente una pequeña imagen de los muchísimos otros que la policía ha asesinado. Pero sacó a la luz el hecho de que no trata solamente de San Luis, sino de una continua epidemia de brutalidad y asesinato policial en todo el país. Varias personas buscaron los nombres de amistades de Missouri en la pancarta.

El hecho de que habíamos viajado de Chicago electrizó a la multitud — mientras la policía miraba, entramos en la protesta marchando y coreando: "Se justifica la rebelión", "Levantar cargos, condenar y encarcelar a los policías asesinos", "Todo el maldito sistema es culpable" y "Michael no tenía que morir, todos sabemos por qué pasó — todo el maldito sistema es culpable". Y entre esas consignas, la gente coreaba "No justicia, no paz". El periódico Revolución que llevaba en la portada una imagen del asesinato de Eric Garner a manos de una llave de estrangulamiento de un policía de Nueva York se convirtió en un afiche que personas por toda la calle llevaron, junto con el afiche con la cita de Bob Avakian sobre "Tres strikes y fuera".

Al caer la noche, la multitud siguió creciendo y en cierto momento entró en masa en una calle principal de Ferguson. El desafío popular era evidente por todos lados. Los hombres y mujeres que antes luchaban entre sí pusieron eso a un lado, y si alguien comenzó a meterse con otro sobre algo personal, la gente le dijo, "Lleva esa mierda a otra parte, estamos aquí por un propósito diferente".

La policía atacó a la multitud con gas lacrimógeno, granadas de concusión, balas de goma y vehículos blindados que recorrían la calle de vez en cuando. La gente corría y se reagrupó en varios lugares; una parte de la multitud se congregó cerca de un complejo de apartamentos. Para lo que quedaba de la noche, la gente luchó con la policía lanzando todo lo que podía cuesta abajo sobre los policías. La gente gritó "fuck the police" [chinga la policía] (lema muy popular escrito en casi todas las superficies en este barrio) de vez en cuando arrodillándose con las manos arriba diciendo "No disparen", desafiando a la policía.

Cuando la policía dejó de lanzar gas lacrimógeno, la gente volvió a la calle y continuó desafiando a la policía, negándose a regresar a casa. Ante más gas lacrimógeno, más balas de goma y granadas de percusión, la gente se mantuvo firme. Un objeto volador le golpeó la cara de un hermano y se cayó al suelo. Unas personas levantaron al hermano de inmediato y encontraron a una enfermera en la multitud para ayudarlo. El incidente alimentó la indignación; un hermano dijo: "Estamos aquí haciendo historia, y somos pacíficos y los policías nos balean". La batalla continuó durante la noche.

En el curso de esta batalla callejera, algunos nos encontramos separados. Una hermana del complejo de apartamentos al lado de la calle nos acogió y se aseguró de que pudiéramos conectarnos de nuevo con nuestro equipo. Esta mujer joven había salido de la Marina. En nuestra conversación nos habló del acoso sexual que experimentó en la Marina, y también de un miembro de su familia que la había asaltado. Ella dijo que nunca permitiría que eso le sucediera a su hija, no importa lo que el hombre quiera. Ella se alegró de acoger a un revolucionario de Chicago y hacer que no nos perdiéramos ni que fuéramos pillados por la policía.

Mientras la policía mantuvo su posición, bloqueando las entradas y salidas del complejo, un grupo de personas se congregó afuera para hablar de lo que todo esto significaba. La gente quería hablar de por qué sucedía esto, el papel de la policía y de todo el estado, y cómo en efecto canalizaban masivas cantidades de jóvenes negros a la prisión, mientras que la policía asesina a otros en la calle.

Las ideas de la gente estaban confusas, pero la realidad de la vida para millones de personas estaba presente, y cuando expliquemos que todo esto era parte de un sistema —el capitalismo— que impone estos horrores, un hermano dijo, "Yo lo sabía". Al ver las conexiones entre estos crímenes —la brutalidad policial, la encarcelación en masa, las prisiones y los tribunales— algunas personas captaron un sentido de todo el estado, no sólo los policías racistas, sino todo un sistema racista que estribaba en la esclavitud y el genocidio. Querían volver a conectarse hoy, y vamos a presentarles clips de las charlas de BA, distribuir la declaración de Carl Dix sobre el asesinato de Michael Brown, y adentrarnos en las cuestiones de la revolución.

Las cosas están todavía en proceso de cambio: Al Sharpton está aquí dando conferencias de prensa, hay manifestaciones frente a las comisarías de policía, reuniones en la iglesia.

La gente en las protestas callejeras adoptó el título del número de Revolución con Eric Garner en la portada y lo hizo el suyo, poniendo "Esto termina hoy" en afiches y pancartas. Es preciso llevar la justa ira y desafío a un nivel más alto.

A preparar el terreno,
a preparar al pueblo y
a preparar a la vanguardia —
a prepararse para el momento
en que sea posible liderar a millones de personas para acometer la revolución,
a toda máquina, con una posibilidad concreta de ganar

Justicia para Michael Brown y Eric Garner
Esto termina hoy
¡La gente se está levantando en Ferguson!

"Se justifica la rebelión"
Se acabó el tiempo para este sistema

Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución

 

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