Cómo entender el genocidio, el pueblo negro y la acumulación capitalista

18 de agosto de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Lo siguiente es una contribución de un lector de Revolución.

La Red Parar la Encarcelación en Masa tiene un lema: Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio.

Eso no es hipérbole — es científicamente cierto, refleja la realidad. Y es importante, para poder entender cuál es el problema Y cuál es la solución, que la gente vea por qué esto ocurre y lo que revela acerca de la sociedad estadounidense.

Así que el propósito de este trabajo es adentrarse en esta cuestión de por qué y cómo, de hecho, hay un programa de genocidio contra el pueblo negro en Estados Unidos hoy, y lo que esto tiene que ver con la naturaleza del sistema capitalista en el que vivimos.

¿Qué es el genocidio?

La primera pregunta que hay que hacer es, ¿qué es el genocidio?

La descripción básica de lo que constituye el genocidio se encuentra en dos documentos clave. El primero, el libro de Raphael Lemkin, El dominio del eje sobre la Europa ocupada, publicado en 1944, presentó el concepto (y la palabra misma) del genocidio. Un resumen de este libro dice:

“El término genocidio fue acuñado por Raphael Lemkin durante la Segunda Guerra Mundial, quien lo definió como la aniquilación coordinada y planificada de un grupo de determinada nacionalidad, religión o raza mediante diversas acciones, cuyo objetivo consistía en socavar los cimientos fundamentales para la supervivencia del grupo. La definición ubicaba al genocidio como un conjunto de diferentes actos de persecución o destrucción, en la que se incluían ataques a las instituciones políticas y sociales, a la cultura, al idioma, al sentir nacionalista, a la religión y a la existencia económica del grupo. Los actos no letales en esas persecuciones que minaban la libertad, la dignidad y la seguridad de los miembros del grupo constituían el genocidio en el caso de que contribuyeran al debilitamiento de la viabilidad del grupo”. (Véase: Un resumen en Chalk y Jonassohn, Historia y sociología del genocidio: Análisis y estudio de casos, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2010).

Aquí, la parte más importante es la de “socavar los cimientos fundamentales para la supervivencia del grupo”. Por “cimientos”, los autores se refieren a las instituciones y actividades económicas, sociales y culturales de las cuales depende un pueblo para sobrevivir y prosperar. Lemkin, en su presentación original, lo describe como “un conjunto de distintos actos de persecución o destrucción... que contribuyeran al debilitamiento de la viabilidad del grupo”.

El segundo documento que da una buena descripción del genocidio es la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 1948 de la ONU. La descripción, adoptada por la ONU, dice: “se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”.

El meollo del asunto es la combinación de acciones y políticas que causan lesiones graves a la integridad física y mental de los miembros del grupo, y el sometimiento intencional del grupo a “condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”.

PUNTO UNO: SÍ EXISTE un programa genocida en Estados Unidos

Así que ahora, al considerar estas descripciones de los elementos clave del genocidio, podemos examinar cómo éstos, de hecho, sí describen la esencia de un programa organizado y ejecutado por el estado imperialista de Estados Unidos y dirigido contra al pueblo negro en Estados Unidos — un proceso general que ha generado una situación en la que más de 2.2 millones de personas están encarceladas en Estados Unidos — en su mayoría negros y latinos.

Este programa ha existido como parte de la opresión nacional general de los negros en Estados Unidos y ha reforzado e intensificado esta opresión. El punto 2 de este artículo explorará las razones detrás de todo este programa y cómo éste refleja la propia naturaleza y funcionamiento necesario del sistema capitalista. Pero primero, veamos cómo este programa se ha desarrollado en los hechos con un contenido y efecto genocida.

Se inició en la década de 1970 y su eje ha sido la guerra contra las drogas; el encarcelamiento en masa de los jóvenes negros y latinos; y la represión, brutalidad y asesinato policiales — todo lo cual se ha desarrollado y ha dado saltos en los últimos decenios. Por ejemplo, en 1980 cerca de medio millón de personas estaban encarceladas en Estados Unidos. En 2006, ese número fue de 2.3 millones y esa explosión del encarcelamiento en masa afectaba de modo particularmente devastador a las comunidades negras y latinas.

Michelle Alexander señala un hecho muy importante al respecto en su libro, The New Jim Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblindness. Recalca que el encarcelamiento en masa abarca TANTO el sistema de justicia penal COMO todo lo que lo acompaña: sus leyes, normas, políticas, costumbres, etc., y es importante no perder de vista las dimensiones masivas de esto. Además, todas estas cosas afectan las “condiciones de existencia” de aquellos que están tildados de criminales, personas con antecedentes de delitos graves, presos, etc.

La criminalización

En otras palabras, aparte del hecho de que una gran población de hombres (y mujeres) negros han cumplido y están cumpliendo una cierta cantidad de tiempo en la cárcel, está la etiqueta de “criminal” que se les da a agrupaciones enteras de personas. Ha habido la “criminalización de generaciones” de jóvenes negros y latinos. Y para aquellos que han estado en la cárcel está la condición adicional de paria, “ex convicto”, “ex delincuente”, “una persona con antecedentes penales”. Se podría decir con exactitud que la forma en que etiquetan y tratan a los hombres negros que logran salir de la cárcel es un equivalente de hoy día de la forma en que los nazis obligaron a los judíos a ponerse el “distintivo amarillo” cuando, primero, los señalaron como un sector “peligroso” e “indeseable” de la población, y luego los detuvieron, los pusieron en campos de concentración y más tarde los exterminaron. Si usted es negro y “tiene antecedentes penales”, se enfrenta a increíbles barreras y la discriminación en el empleo, la vivienda, etc. La selección de las personas negras, especialmente los jóvenes, es parte de toda una “arquitectura”, todo un programa de control social, discriminación, exclusión y desprecio social.

Piense sobre lo siguiente: Un programa genocida necesita crear amplia opinión pública para justificar los ataques al sector de la población al que ha seleccionado. Por eso, por ejemplo, un componente ideológico importante para justificar la guerra contra las drogas y justificar el encarcelamiento en masa ha sido hacer que la gente de la clase media, así como la gente de la propia comunidad negra, piense que los jóvenes negros sean “delincuentes empedernidos que no tienen a nadie a quien culpar salvo a sí mismos”. Y eso también sienta las bases para que el sistema haga que la gente en la sociedad acepte futuros y aún más genocidas ataques al pueblo negro, especialmente a la juventud.

La represión

• Otro elemento de un programa genocida que claramente está en marcha es la omnipresente “presencia policial en los espacios públicos” en las comunidades de la población objetivo.

• Hay muchos “cauces” que contribuyen a entregar a las personas negras a las prisiones. Por ejemplo, las escuelas en las comunidades negras les dan a los niños más represión que educación; apuestan a policías en las escuelas; envían a los jóvenes a centros de detención juveniles por infracciones menores como faltar a clases o hacer graffiti. Suspenden y expulsan a los estudiantes negros a un ritmo tres veces mayor que a los estudiantes blancos y empiezan a aplicar medidas disciplinarias a los niños a los 4 años de edad (véase “School Data Finds Pattern of Inequality Along Racial Lines” [Datos de las escuelas hallan un patrón de desigualdad entre las razas”, New York Times, 21 de marzo de 2014).

• El programa de la encarcelación en masa conduce a la erosión largoplacista de las perspectivas de empleo para los jóvenes varones negros. Para mediados de la década del 2000, uno de cada nueve jóvenes hombres negros estaba en la prisión. La encarcelación en masa ha “transformado el terreno institucional que han recorrido los hombres negros pobres, al crecer de la infancia a los primeros años de adultez” (Bruce Western, Punishment and Inequality in America [El castigo y la desigualdad en Estados Unidos], Nueva York: Russell Sage, 2006, pág. 12).

Control y destrucción social

Este programa de la “guerra contra las drogas”, el encarcelamiento en masa y la devastación/diezmo de las comunidades está relacionado con la más amplia dinámica de acumulación (véase el Punto 2). Todos los presidentes de Estados Unidos, de Nixon a Reagan, Clinton, Bush y Obama, presidieron el desarrollo de todo eso. Es el resultado de una política consciente por parte de la clase dominante estadounidense, con objetivos muy deliberados.

Este ha sido y sigue siendo un programa que no sólo hace que la vida sea difícil para las personas negras, sino que CONSTITUYE la continuación y la intensificación de la salvaje opresión del pueblo negro. Pero no es solamente eso. Es una evolución cualitativa de la opresión de los negros. Es un programa tanto para controlar al pueblo negro, en especial la juventud, COMO PARA impedir toda resistencia — o en efecto el surgimiento de un movimiento para la revolución entre ellos.

Hay una maquinaria de control social y una dinámica económicaque, en conjunto, destruyen las oportunidades de vida y la supervivencia viable de un pueblo.

Por lo tanto, para retomar el significado esencial de la palabra “genocidio”: el estado capitalista imperialista está infligiendo condiciones de vida con el propósito de causar la destrucción de un pueblo en su totalidad o en parte. En esta etapa este programa genocida no toma la forma del exterminio en masa — como cuando la Alemania nazi asesinó a seis millones de judíos a principios de la década del 1940 o cuando el imperio turco otomano se dispuso a aniquilar a la población armenia a finales del siglo 19 y a principios del siglo 20. Pero:

1) Hay un programa de control social y una dinámica económica que en conjunto, en estos momentos, están socavando las condiciones de supervivencia viable del pueblo negro, y

2) Este programa puede progresar en la dirección de un exterminio. Un importante discurso del Partido Comunista Revolucionario, “Dónde nos encontramos en la revolución”, identifica tres etapas del genocidio históricamente: la satanización, la contención y el exterminio. Las primeras dos etapas están en pleno vigor en Estados Unidos. Y para repetir y volver a enfatizar: el estado imperialista estadounidense, bajo gobiernos demócratas y republicanos por igual, ha organizado y ha estado llevando a cabo este programa. Existe la concreta posibilidad del exterminio: en relación con los acontecimientos futuros en la sociedad y en el mundo así como en relación con las actividades por parte de los elementos fascistas cristianos, inclusive y especialmente dentro del gobierno mismo. (Vea más información sobre el programa fascista cristiano en la película en inglés Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS!)

PUNTO DOS: La acumulación de capital y la creación de una población “excedente”

Ahora que hemos explorado la cuestión de POR QUÉ es cierto y científico afirmar que hay un programa genocida contra el pueblo negro en Estados Unidos, consideremos en perspectiva lo que hay detrás de este programa — POR QUÉ surgió y qué tiene que ver con la propia naturaleza y funcionamiento del sistema capitalista.

La gente negra se ha convertido cada vez más en una población “excedente” en relación con el funcionamiento rentable del capitalismo-imperialismo estadounidense.

Basta con considerar a Detroit, una ciudad con una población mayormente negra. Durante décadas fue un lugar donde decenas de miles de personas negras tenían una vida relativamente estable, trabajos dignamente remunerados — aunque todavía se enfrentaban a la discriminación sistemática e intensa, no sólo en el trabajo sino en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, con el paso del tiempo se clausuraron casi todas las grandes fábricas de automóviles de Detroit porque era más rentable trasladar esas fábricas — primero a las zonas no urbanas de Estados Unidos, luego a la zona fronteriza con México y de ahí a los países en Asia donde los salarios son mucho más bajos que en Estados Unidos. Así es la dinámica del capitalismo: los distintos capitalistas trabados en una rivalidad y competencia entre sí, siempre en busca de las mayores ganancias y, por tanto, en busca de las fuentes más baratas de la mano de obra, las formas más baratas de producir las ganancias. En 2009 la tasa de desempleo en Detroit ascendió a cerca del 25 por ciento. Hoy está cerca del 18 por ciento. Para los jóvenes, supera el 50 por ciento. (Véase “El sistema que mata a Detroit” en revcom.us.)

Esta desindustrialización ha ocurrido por todo Estados Unidos, lo que ha llevado a una situación en la que las personas negras ya no son necesarias en la misma forma como en el pasado en relación con las exigencias del capitalismo-imperialismo estadounidense.

He aquí la realidad: este sistema del capitalismo-imperialismo no le ofrece NINGÚN FUTURO a la juventud negra, y esta situación se está volviendo cada vez más intensa debido al funcionamiento del propio sistema.

Este sistema promueve un vil cuento de hadas de que el capitalismo es el mejor de todos los mundos posibles y que mientras más se desarrolle, mientras más fuerte se vuelva, mientras más dinero genere y mientras más tecnología desarrolle — más serán los beneficios para toda la gente. Pero la situación del pueblo negro en Estados Unidos pone de relieve hasta qué punto eso es una vil mentira.

Examinemos algunas de las maneras en que el propio funcionamiento del capitalismo-imperialismo ha conducido y sigue conduciendo a una situación en la que los negros, especialmente los jóvenes, se han convertido en una “población excedente” para el sistema — dejada sin trabajos y servicios sociales, con la peor educación y servicios sanitarios, mientras la somete a un programa genocida.

1. La globalización. Con creciente frecuencia, el capitalismo-imperialismo estadounidense hace inversiones de capital en el extranjero y subcontrata la producción en otros países, como la China capitalista, donde los costos de producción, especialmente los salarios, son extremadamente bajos. El comercio y las finanzas se han vuelto cada vez más globales. Basta con pensar en todas las grandes empresas que producen la ropa, móviles, computadoras, coches, etc. — es muy probable que sean muy “internacionales” en términos de donde se producen los productos así como donde están sus oficinas y operaciones financieras.

Lo que impulsa esta globalización es la búsqueda competitiva de ganancias. Es mucho más rentable, por ejemplo, establecer una maquiladora de costura en un país donde existe el trabajo infantil o en un país como Bangla Desh donde se puede pagar a los trabajadores 21 centavos por hora.

La globalización ha causado la desindustrialización generalizada en las principales zonas metropolitanas de Estados Unidos (como vimos con relación a Detroit). Todavía en 1970, del 60 al 70 por ciento de los negros empleados en las zonas metropolitanas trabajaban en la manufactura. Pero por lo general, ya no existen esos puestos de trabajo.

2. La producción industrial en los suburbios. Algunos trabajos en la industria se han trasladado a los suburbios. Sin embargo, en general no hay acceso mediante el transporte público, lo que excluye a mucha gente negra y pobre.

3. La economía de “alta tecnología”.

  • Se han producido avances tecnológicos en la industria —por ejemplo, la mecanización más sofisticada, computadoras, el uso de robots en la producción, etc.— lo que ha llevado a una reducción de trabajos industriales “de nivel de entrada” que requieren poca capacitación, trabajos en que una persona tiene la posibilidad de subir a una posición más calificada y mejor remunerada.
  • La cantidad de trabajos en la nueva “economía de alta tecnología” de la programación informática, el análisis de información, etc. está lejos de compensar la enorme cantidad de trabajos perdidos en otros sectores de la economía.
  • Existe el racismo en la industria de “alta tecnología”. En gran parte, la economía de punta de “alta tecnología” es una esfera de privilegio masculino y blanco. Como ejemplo, considere a Google, una compañía en la vanguardia de la alta tecnología. Un estudio reciente revela que ¡sólo el 2 por ciento de los empleados de Google son afroamericanos! (Vea “Google Discloses Its (Lack) of Diversity” [Google revela su (falta) de diversidad], USA Today, 29 de mayo de 2014.)

4. El imperialismo produce y luego se ceba de la mano de obra migrante.

  • El funcionamiento del imperialismo ha impulsado a enormes olas de inmigrantes hacia Estados Unidos. Se han realizado transformaciones en las zonas rurales del tercer mundo debido al desarrollo de la agroindustria bajo la batuta del imperialismo. Ha sido devastada la agricultura de subsistencia — en la que los campesinos siembran alimentos en sus propias tierras para satisfacer las necesidades de sus familias. Y como resultado, la gente está yendo a raudales a las ciudades y los cinturones de miseria en esos países. Hay conflictos locales y guerras civiles que el imperialismo ha fomentado o aprovechado, lo que hace que las personas intenten desesperadamente salir de sus países. También hay tensiones ambientales, como los desastres relacionados con el clima y la contaminación del suelo y el agua, las que también impulsan a las personas a abandonar sus países.
  • Mientras que esta situación expulsa a las personas de sus países, Estados Unidos atrae a un gran número de personas, quienes buscan una manera de sobrevivir. Y para los capitalistas, estas personas, especialmente aquellas que no tienen documentos, representan la mano de obra altamente explotable que pueden absorber los empleos inestables en los niveles inferiores de la fuerza del trabajo — el trabajo de salarios más bajos, el trabajo más sucio y más agotador.

Eso aumenta el número de personas, y las presiones sobre el número de personas en Estados Unidos, que trabajan a ratos, luego no tienen trabajo, luego consiguen otro trabajo (las que Marx llamó “el ejército de reserva de mano de obra”).

Lo que esto implica es que un creciente número de personas compiten por los empleos de baja remuneración, lo que contribuye a una situación en la que más hombres jóvenes negros experimentan el desempleo a largo plazo y a veces abandonan por completo la búsqueda de trabajo.

5. El precipitado embate sobre los gastos sociales. Los años 1980 y 1990 experimentaron recortes masivos de las prestaciones sociales, de los gastos para la educación pública y los programas sociales urbanos, etc. Reagan decretó crueles recortes sociales. Bill Clinton proclamó triunfalmente “el fin de las prestaciones sociales tales como las conocemos”.

Mientras que se ha profundizado y acelerado la globalización, se ha intensificado la competencia entre los países capitalistas imperialistas en la economía mundial, lo que ha llevado a un capitalismo de “menos concesiones y más golpes”, con controles y recortes severos de los gastos sociales, especialmente en las ciudades — el cierre de escuelas, la reducción de centros de salud, recortes de los servicios sociales, etc.

Eso ha tenido repercusiones importantes en la comunidad negra: Más tensiones en las familias que luchan para sobrevivir, más personas orilladas a recurrir la “economía ilegal”, más pobreza y más gente sin techo.

Al escribir este artículo a finales de junio de 2014, ¡amenazan con cortarles el agua a los hogares de Detroit que faltan más de $150 en pagos de su cuenta de agua (en su gran mayoría personas negras)! Esta es la austeridad llevada a nuevas alturas — la negación del derecho humano básico al agua. Es parte de un programa genocida más grande, y lo acelera.

6. Una terrible combinación: la encarcelación en masa y los recortes de las prestaciones sociales.

Por un lado, se han dado recortes de las prestaciones sociales y el establecimiento del programa “workfare”, lo que implica que más personas, especialmente mujeres, tienen que trabajar en empleos degradantes de baja remuneración para obtener ayuda económica del gobierno. Por otro lado, hay una población cada vez más enorme y desesperada de ex presos estigmatizados como “personas con antecedentes penales” que se enfrentan a la extrema discriminación parecida al sistema de castas y no pueden conseguir empleo o sólo consiguen los trabajos mal remunerados.

Para el año 2000, uno de cada tres 3 hombres jóvenes negros sin trabajo ya estaba en la prisión o en la cárcel. Este es el círculo vicioso que el sistema capitalista imperialista produce.

Un estudio académico de comunidades negras de Chicago da una imagen importante de los efectos de la encarcelación en masa sobre el empleo en un momento de crecientes recortes de los gastos sociales1. Encontró que:

  • Existe la “producción de la inempleabilidad sistémica” de una clase criminalizada de varones afroamericanos. En otras palabras, no son solamente los ex presos los que tienen dificultades para conseguir trabajo. Este sistema ha marginado y privado económicamente a los hombres jóvenes negros, ha negado a entrenar y educarlos y los ha estigmatizado.
  • Los ghettos y barrios a los que los ex presos regresan se han vuelto más empobrecidos y tienen menos puestos de trabajo que pagan lo suficiente para sobrevivir.
  • Las condiciones de trabajo en la economía “temporal” e “informal” se vuelven cada vez más desesperadas — por ejemplo, los patrones no les pagan a los jornaleros o la policía hostiga a los vendedores ambulantes. El mercado de trabajo “temporal” consta de las personas con un trabajo eventual y por horas. La economía “informal” abarca el trabajo “bajo cuerda”, no registrado ni regulado — limpiadores de casa, niñeras, mecánicos de coches en tallercitos, vendedores de drogas, etc.
  • Para aquellos con antecedentes penales, se intensifica la segregación racial en el empleo y la vivienda.
  • Los ex presos son más vulnerables a ir a dar de vuelta en la presión.

7. La “gran recesión de 2008-2009”.

  • Esta crisis, la crisis económica más severa desde la Gran Depresión de la década del 1930, engendró más trastornos y grandes cambios y virajes en la composición de la fuerza laboral. Todavía se sienten los efectos, y los efectos sobre el empleo negro han sido terribles, especialmente sobre las perspectivas de los varones jóvenes afroamericanos.

    Las tiendas como Wal-Mart o Target quizá den la apariencia de que hay más trabajadores mayores y blancos que antes, que digamos hace diez años. Bueno, en efecto, antes de la recesión de 2008-2009, algunas partes de la economía de servicios, como Wal-Mart, ofrecían más trabajos básicos y limitados a los jóvenes negros. Pero desde la crisis económica de 2008-09, estas oportunidades para los jóvenes negros han estado desapareciendo, por una razón, entre otras: están dando estos puestos de trabajo a más trabajadores blancos experimentados que han perdido su empleo los que ahora la economía está “reciclando hacia abajo”. Los trabajadores jubilados también están tomando algunos de estos puestos de trabajo, lo que desplaza a los trabajadores negros y latinos jóvenes.

    Como resultado, un gran número de negros, sobre todo los jóvenes, padecen más desempleo, más aislamiento social (en los ghettos), menos oportunidades y mayores presiones para participar en la economía “ilegal”.

  • La crisis de las hipotecas sub-prime de 2007 a 2009 ocasionó la destrucción sin precedentes de los recursos económicos de la familia negra. En general, “la mitad de la riqueza colectiva de las familias afroamericanas fue despojada durante la Gran Recesión debido al papel dominante del patrimonio de la casa [cuando uno se es dueño de su casa] en sus carteras de riqueza y el predominio de los préstamos depredadores de alto riesgo [sub-prime] en las comunidades de color”. Si bien son blancas la mayoría de las familias que se han enfrentado a una ejecución hipotecaria desde el inicio de esta crisis, las familias negras y latinas que se habían endeudado para comprar una casa que con el tiempo entró en ejecución hipotecaria tenían más del doble de probabilidades de perder la casa que las familias blancas2.

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La explotación de la gente afroamericana —primero como esclavos y luego como aparceros, y en el siglo 20 como un sector de trabajadores superexplotados— ha sido una parte esencial del establecimiento, funcionamiento y desarrollo del capitalismo-imperialismo estadounidense. Pero se han operado grandes cambios.

Los negros ya no sirven a las necesidades y al funcionamiento rentable del capital de la misma manera que antes. Ya no están integrados en las estructuras económicas más amplias en la misma forma que antes. El sistema ha venido transformando a los afroamericanos en una población “excedente”.

Eso no era producto de ningún gran plan. Es el producto del funcionamiento de “expandirse o morir” del capital en Estados Unidos y a escala mundial — ese impulso anárquico y competitivo del capital en su relación recíproca con la opresión histórica y actual del pueblo negro en Estados Unidos. Además, la clase dominante estadounidense ha aplicado políticas conscientes con objetivos muy conscientes para reforzar y profundizar esta opresión.

Pero esta población “excedente” es una que la clase dominante estadounidense reconoce como una población potencialmente explosiva y revolucionaria. Desde el punto de vista de la clase dominante, se trata de una población a la que tiene que vigilar, criminalizar y quebrar. Lo que nos devuelve a la discusión del genocidio y del pueblo negro: una maquinaria de control social y una dinámica económica que, en su conjunto, están destruyendo las oportunidades de vida y la supervivencia viable de un pueblo.

 


1. Jamie Peck y Nik Theodore, “Carceral Chicago: Making the Ex-offender Employability Crisis” [El Chicago carcelario: La creación de la crisis de empleabilidad del ex convicto], International Journal of Urban and Regional Research, junio 2008.

2. Thomas Shapiro, The Roots of the Widening Racial Wealth Gap: Explaining the Black-White Economic Divide [Los orígenes de la creciente brecha de riqueza entre razas: Una explicación de la division económica entre negros y blancos] (Waltham, Mass.: Institute on Assets and Social Policy, 2013).

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