La militarización de la policía

24 de agosto de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Al hablar de la situación que enfrentan los negros y latinos en Estados Unidos, o sea, la encarcelación en masa y el cauce de la escuela a la prisión, la criminalización y satanización de una generación entera de la juventud, el racismo abierto o apenas-debajo-de-la-superficie omnipresente en la sociedad, etc., Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario ha dicho que lo que está pasando es un genocidio lento que rápidamente podría convertirse en un genocidio rápido. Esta columna regular recalca aspectos de este genocidio lento.

 

Durante las últimas dos semanas, el mundo ha presenciado una masiva fuerza militar desplegada en Ferguson, Misuri en contra de los que protestaban el asesinato policial de Michael Brown.

Ferguson, Missouri, August 18, 2014

Ferguson, Missouri, 18 de agosto.
Foto: Li Onesto/revcom.us

La militarización de la policía local y su uso contra el pueblo negro no tiene nada de nuevo. Nos regresa a 1964, cuando el Departamento de Policía de Los Ángeles (DPLA) desplegó al primer equipo SWAT (por las siglas en inglés de Equipo Táctico y de Armas Especiales) contra la rebelión de Watts. En los 1990, el Congreso creó un programa del Pentágono que traslada el equipo militar “excedente” a las fuerzas policiales locales a nombre de librar la “guerra contra las drogas”. Son los equipos SWAT, bajo varios nombres, los que usan este equipamiento. Después del 11-S el programa se expandió. No se sabe con exactitud cuántas de las 17.000 agencias del orden público locales (departamentos de policía municipales, departamentos de aguaciles, departamentos de policía estatal, hasta departamentos de policía universitarios) en Estados Unidos tienen este equipamiento para librar guerras, pero sí se sabe que existen tales pertrechos de guerra en todo estado. Según un informe del junio de 2014 de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU por las siglas en inglés), los equipos SWAT en todo el país usan el equipamiento militar suministrado por el gobierno federal para ejecutar órdenes de registro, especialmente las órdenes para buscar drogas. (“War Comes Home: The Excessive Militarization of American Policing” [La guerra vuelve a casa: La militarización excesiva de la policía en Estados Unidos])

No debemos olvidar que la Guerra contra las Drogas es un código para la guerra contra el pueblo, sobre todo contra el pueblo negro: los latinos y negros son el 61 por ciento de todas las personas afectadas por las redadas de SWAT en casos de drogas. En Allentown, Pennsylvania, los negros son “24 veces más propensos a ser afectados por una redada de SWAT” que los blancos. En Huntington, West Virginia, los negros son 37 veces más propensos. En Ogden, Utah, 40 veces más propensos.

La militarización de la policía es un elemento esencial de lo que Carl Dix ha llamado el “contra-insurgencia antes de la insurgencia”. Cuando nos fijamos en lo que ha sucedido en Ferguson, no es difícil ver como el lento genocidio podría convertirse en un genocidio rápido.

 

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