¿¿Y qué de la violencia??

1° de septiembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

A lo largo de las protestas y rebelión tan justas en Ferguson, Misuri, los voceros mediáticos y los loros políticos de los gobernantes alegaban que el gran problema era “la violencia” del pueblo que estaba rebelándose. ESO, decían, es lo que hay que parar, al mismo tiempo que la policía disparaba gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes y se abalanzaba sobre ellos para arrestar a aquellos que denunciaban la brutalidad y asesinato que esos policías de rutina llevan a cabo. Y algunos de estos lamesuelas aun lograron engañar a varias personas y hacer que éstas salieran ante las masas para tratar de “calmar” las protestas.

Bueno, ¿ustedes quieren detener en serio la violencia?

En primer lugar, ¿cuántos policías han asesinado violentamente a negros y latinos que no tenían ningún arma? Nótese bien que unas semanas antes de Michael Brown, una pandilla de policías de Nueva York mataron por estrangulamiento a Eric Garner, otro hombre negro sin arma, por haber protestado verbalmente contra su arresto. Y luego de Mike Brown ocurrió el asesinato de otro hombre negro, Kajieme Powell, unos días después y a unos kilómetros en San Luis. ¡Y estos asesinatos ocurren cientos de veces cada año!*

¿Y qué de la violencia contra las familias desalojadas a la fuerza porque no pueden pagar la renta? ¿O la violencia y coacción contra los niños obligados a asistir a escuelas que se parecen más a prisiones que a centros de enseñanza?

Pues, escúchenme ustedes, quienes llaman a “poner fin a la violencia”. Pónganse de pie frente a la policía cuando ésta comete estos asesinatos y deténganLOS. Si ustedes hicieran eso, con gusto les tomaríamos partido. Pero si lo único que ustedes pueden hacer es oponérsele al pueblo cuando éste se ponga de pie en contra de esta violencia, pues quítense del maldito camino, ¿qué no?

¿La violencia? Visiten a Centroamérica, donde Estados Unidos financió y dirigió el asesinato de literalmente cientos de miles de personas en las décadas de 1970 y 1980. Allá, pregúntenles acerca de la violencia. Visiten a Vietnam y otras partes de Indochina donde las fuerzas estadounidenses mataron directamente a 3 millones de personas en sus guerras. Hasta Martin Luther King, Jr. se sentía obligado en los años 1960 a describir al gobierno estadounidense como “el mayor promotor de la violencia en el mundo contemporáneo”. Rap Brown lo expresó de forma más sencilla cuando respondió a las mismas objeciones moralmente ciegas en ese período, cuando la gente se levantaba en rebelión en cientos de ciudades: “La violencia es tan estadounidense como lo es el pastel de cerezas”.

Pero no es necesario remontarnos en la historia. Simplemente visiten a Irak, donde las guerras y sanciones de Estados Unidos les han robado la vida a millones de personas durante los últimos 25 años.

Ninguno de esos “comentaristas neutrales” de la CNN habla y menea la cabeza con desaprobación acerca de qué tan importante lo es poner fin a ESA violencia. No, esa violencia, nos dicen, es distinta porque es la violencia de “los buenos” — es decir, los que llevan a cabo el asesinato de alta y baja tecnología AL SERVICIO DE los intereses de los gobernantes de Estados Unidos.

¿En serio quieren poner fin a la violencia? Pues, pónganse de pie frente a los que la aplican en masa por todo el mundo — lo que, a propósito, han hecho varias personas que se adhieren sinceramente a una filosofía de la no violencia pero quienes reconocen de dónde viene la mayor violencia — y a gran costo personal.

El hecho es que si la gente de Ferguson NO se hubiera levantado y como resultado, si no hubiera inspirado a otros a ir a unírseles —si habrían seguido obedientemente a Al Sharpton y a los demás “bomberos” de la burguesía quienes solamente quieren echarles un balde de agua fría a las masas—, muy poca gente siquiera se hubiera enterado de quién es Michael Brown. ¿Y estos mismos lamesuelas quieren denunciar a la gente por eso y además tratar concretamente de pararla?

En efecto, eso es como denunciar a la víctima de una violación por luchar contra el violador y hasta impedir enérgicamente que ella luche en su contra, a la vez que no hace ni dice nada para parar al violador.

Para nada. Si ustedes no pueden hacer algo justo, pues quítense del maldito camino y de NINGUNA manera sirvan a “los mayores promotores de la violencia” a nombre de pararla.

A fin de cuentas, queremos un mundo sin violencia, y sin las divisiones de clase y la opresión de grupos de personas que se refuerzan mediante la violencia de los de arriba y que hasta generan la violencia entre las mismas personas. Para eso, se requiere una revolución — una revolución que tendría que derrotar y desmantelar esas instituciones de la violencia. Todavía no existen las condiciones para esa revolución, pero estamos trabajando para forjar un movimiento para la revolución mientras las condiciones cambian. Pero si uno no reconoce las diferencias entre la represión sumamente violenta de parte de los que refuerzan estas divisiones y reprimen al pueblo, por un lado y por otro, las acciones del pueblo para oponerle resistencia — pues nunca se creará ese mundo, y las generaciones de personas seguirán muriéndose por la violencia reaccionaria e innecesaria.

 

* Vea “Operation Ghetto Storm: 2012 Annual Report on the Extrajudicial Killings of 313 Black People by Police, Security Guards and Vigilantes”, publicado por el Malcolm X Grassroots Movement.

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