La policía de San Luis asesinó a otro joven negro en una ráfaga de balas: ¡Esto TIENE QUE PARAR YA!

13 de octubre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De unos lectores:

9 de octubre, 2014. El 8 de octubre, un policía de San Luis, Misuri, asesinó a balazos a un joven negro en el lado sur de esa ciudad. El agente estaba fuera de servicio, trabajando como guardia de seguridad, aunque usaba su uniforme de policía. Cuatro hombres negros jóvenes salieron de una tienda y el policía los persiguió. El policía disparó y mató a Vonderrit Myers Jr. La gente que estaba ahí dijo que se escuchó una ráfaga de balas. Según sus cálculos, fueron unos 16 ó17 disparos.

Inmediatamente la noticia se corrió por las redes sociales. Los jóvenes negros valientes y desafiantes se pusieron en marcha y acudieron pronto al lugar del asesinato, donde coreaban y gritaban contra la policía. La situación era intensa y volátil. Otras personas que hacían protestas delante de la comisaría de Ferguson corrieron para sus carros y se desplazaron al lugar. Dentro de poco se les unieron muchos jóvenes de ese vecindario del lado sur de San Luis. Los pastores también estaban ahí para protestar contra el asesinato. La multitud era multinacional: muchos jóvenes blancos, hombres y mujeres, se unieron a la protesta. Eso fue un cambio muy grato. El lado sur no ha sido un área donde se esperaban protestas contra el asesinato policial. Ante otro asesinato injusto e indignante de un joven negro, es muy importante que las personas estén poniéndose de pie.

La familia de Vonderrit Myers Jr. llegó al lugar del asesinato y lo denunció. Una prima, Teyonna Myers, dijo: “Es como Michael Brown ya una vez más.”

Las autoridades están difundiendo varias versiones sobre lo que pasó. Los parientes de Vonderrit Myers Jr. que llegaron a la escena, disputan la versión de la policía. La familia dice que Myers no traía ninguna arma. De acuerdo a Jackie Williams: “Mi sobrino salía de una tienda después de comprar un emparedado… No sé cómo pasó esto, pero el policía se enloqueció y le clavó 16 tiros. Fue un homicidio descarado.”

Un vecino, que vive cerca y por casualidad pasó por el lugar, dijo que escuchó unos 14 ó 15 tiros mientras estaba en su carro. “Cuando paré el carro, vi al policía de pie sobre [Myers], y luego el policía apuntó el arma contra la demás gente y le dijo que se retirara mientras buscaba otro cargador.” Escuchó que otras personas le decían al policía: “Usted mató a mi amigo.” Un residente del vecindario Shaw dijo que su hijo estuvo con Myers la noche de miércoles. "Lo estaban hostigando todo el día, así como hacen todo el tiempo, parando su carro, haciendo que se bajara. Así es. Hostigan a los muchachos en el vecindario. Nuestros hijos van caminando por su propio vecindario y los hostigan por hacerlo."

Este asesinato ocurrió en el contexto de una oleada de incidentes en los cuales la policía ha agredido, estrangulado, dado palizas, aterrorizado y baleado a jóvenes negros y latinos. Por levantar las manos y gritar “¡No tire!" como Michael Brown … por sospecha de vender cigarrillos sueltos como Eric Garner… por tener problemas de salud mental como Kajieme Powell … por supuestamente no abrocharse el cinturón de seguridad, y la lista continúa hasta el cansancio. Ésta es la situación: Ha llegado a ser un hecho de la vida cotidiana que los jóvenes negros tienen que enfrentar el hostigamiento a diario, y hasta temer por su vida y confrontar el peligro de una ejecución sumaria en cualquier momento a manos de la policía, por cualquier cosa, o por nada.

Al correr la voz, la muchedumbre creció, llegando a de 200 a 300 personas. Se distribuían ejemplares del periódico Revolución y copias del Llamamiento al Mes de Resistencia en octubre. Se voceaban las consignas “Al carajo la policía” y “Si no hay justicia, no habrá paz”, y se veían pancartas y letreros que decían: “Las vidas negras importan”, “Dejen de asesinar a los negros” y “Día 60: ¡Que formulen cargos ya!”. Durante la protesta que siguió, los manifestantes rodearon un patrullero, y éste quedó dañado, con las ventanillas rotas y las luces de atrás destrozadas a patadas, mientras los manifestantes golpeaban el armazón. El patrullero logró escapar.

El asesinato de Mike Brown había influenciado a muchos manifestantes; otros dijeron que fue la primera vez que habían tomado las calles. Conocimos a algunos en el Festival de Paz durante el tiempo del asesinato de Mike Brown. Un hombre dijo que había estado en una reunión de un club de libros cuando el asesinato sucedió. Tan pronto como los miembros se enteraron, concluyeron la reunión y salieron a protestar.

Las personas que estaban en el lugar de los hechos no aceptan la versión de la policía; si un joven negro queda baleado, se llenan de indignación porque eso sigue ocurriendo una y otra vez. Mike Brown no traía ninguna arma cuando un policía lo mató a balazos en el suburbio Ferguson de San Luis el 9 de agosto, y su muerte hizo estallar una rebelión desafiante y justa que ha tenido un impacto nacional e internacional. Un gran jurado, que no ha sido más que un encubrimiento, ha rechazado formular cargos contra el policía, Darren Wilson, que asesinó a Mike Brown. Han pasado 61 días desde el asesinato y todavía no hay cargos formulados. Los manifestantes han pasado más tiempo en la cárcel que el perro asesino de Darren Wilson.

Este asesinato más reciente ocurrió mientras la región de San Luis se preparaba para un “Fin de semana de resistencia” que se había planeado anteriormente. Todo ese fin de semana se está perfilando como muy significativo. Muchas personas de todo el país estarán yendo a Ferguson y a toda la región de San Luis. Como parte de eso, el Mes de Resistencia Contra la Encarcelación en Masa, el Terror Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación, en octubre, marchará en un contingente para construir un movimiento nacional y movilizar y hacer correr la voz para el 22 de octubre, el Día Nacional de Protesta contra la Brutalidad Policial. Algunos estamos invitando y retando a las personas a acudir al diálogo histórico entre Cornel West y Bob Avakian el 15 de noviembre en la Ciudad de Nueva York, en la iglesia Riverside Church.

Hands Up Coalition [la Coalición Manos Arriba] y otros organizadores han planeado marchas de protestas, actos de desobediencia civil y, el domingo por la noche, una reunión de masas en la Arena Chaifetz, ubicada en la Universidad San Luis, con Cornel West y otros.

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