Escenas en Ferguson: El alcance del levantamiento, y la reacción

Larry Everest | 15 de diciembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Martes, 9 de diciembre, Ferguson, Misuri — He estado en Ferguson desde el 22 de noviembre, y creo que no ha pasado ni un día sin protesta, las más de las veces protestas múltiples. Pueda que hagan una en frente de la delegación de policía de Ferguson, y otra en el barrio Shaw de San Luis, justo al sur del Centro Cívico, o en uno de la universidades: Universidad Washington, Universidad de San Luis, Universidad de Misuri en San Luis, y / o en Clayton o el Condado Oeste.

Anoche, el lunes, 8 de diciembre, 250 personas apiñaron una reunión de la Comisión Ferguson, formada por el gobernador Jay Nixon para indagar las condiciones sociales y políticas que subyacen la “agitación” y hacer recomendaciones para convertir a la zona de San Luis en un “lugar más fuerte y más justo en que vivir para todos”. La reunión se llevó a cabo en el barrio Shaw, cerca de donde la policía asesinó a VonDerrit Myers Jr., de 18 años. La reunión prosiguió como planeado hasta que el Jefe de Policía de San Luis Sam Dotson empezó a leer sus comentarios. La sala estalló en protestas y abucheos, y Dotson se vio obligado a callarse. Algunas personas se marcharon, enfadadas ya con esa reunión. Otras quedaron, con la esperanza de que funcione ese proceso dirigido por el estado.

El día antes, 80 personas protestaron en el barrio Shaw contra el “veredicto” del Departamento de Policía de San Luis el viernes de que no cometieron “ningún delito” al balear y matar a VonDerrit Myers Jr. el 8 de octubre. (Supuestamente los fiscales del condado aún no han decidido acusar o no al asesino de Myers.) Veinte personas más protestaron el asesinato policial en una presentación de Annie en el Teatro Fox, asistida por cientos de padres y niños. “Tuvieron la oportunidad de ver lo que está pasando en el mundo,” dijo una manifestante al St. Louis Post-Dispatch el 8 de diciembre, 2014. “Van a estar pensando en eso, y van a estar haciéndoles preguntas a sus padres”.

Jugadores de Rams toman posición: “Manos arriba, no disparen” y “No puedo respirar”

Y no se limita a protestas callejeras. La acción de “manos arriba, no disparen” de cinco jugadores de los Rams (Carneros) de San Luis en la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL) el 30 de noviembre, cuando entraron en el estadio para su partido con los Raiders de Oakland, sacudió Estados Unidos. Según la esposa de uno de los jugadores de los Rams, han recibido amenazas de muerte por su acción, que perturbó la cultura repugnante estadounidense de “todo está bien / olvídense de la opresión del pueblo negro”, en la cual la NFL juega un papel importante.

La Asociación de Oficiales Policíacos de San Luis (SPOA) inmediatamente exigió que la organización Rams y la NFL castigaran a los jugadores. En otras palabras, los marranos tienen todo el derecho de asesinar a gente y de ¡dictar incluso lo que pueden decir al respecto personajes prominentes! (La SPOA afirmó que los oficiales de los Rams les pidieron disculpas, pero los Rams lo negó, y la NFL se negó a sancionar a los jugadores).

Mientras tanto, “Al salir los aficionados del Domo, donde los Oakland Raiders perdieron 52-0, encontraron policías municipales en cascos, unidades de la Guardia Nacional, y manifestantes que coreaban, ‘¡Afuera policías asesinos!’ y otras consignas,” reportó el St. Louis Post-Dispatch (1o de diciembre, 2014). “‘No me bastaban los medios sociales’, dijo Micky Greer, 22, de Peoria, Illinois, que recientemente se sumó a las protestas. ‘Decidí dar un salto y demostrar el cambio con el cuerpo, viajando hasta aquí y haciendo algo’”.

El día después del gesto de “manos arriba” de los Rams, el Time Out Sports Bar & Grill en San Luis repudió al equipo. “Debido al acto idiota de ‘manos arriba, no disparen’ de un número de jugadores de los Rams,” la página Facebook de Time Out declaró que estaba quitando de sus paredes todas las fotos e información sobre los Rams, y que ya no haría la “Hora Feliz” para celebrar los partidos del equipo. “Tenemos que oponernos a los matones que destruyen nuestras comunidades y queman negocios locales, y tenemos que boicotear los otros matones / organizaciones que los apoyen”.

Esa reacción por su parte generó una enorme reacción. Casi 40.000 personas hicieron “me gusta” en el mensaje. Pero también recibió 6.500 comentarios, muchos de los cuales denunciaron el acto de la cantina, que le obligó a retroceder un poco y declarar en otro mensaje que no estaba “tomando partido” y que defiende el derecho a la libre expresión, pero se oponía a que los Rams “meta la protesta en un evento deportivo profesional nacional”. También anunció que de aquí en adelante solamente celebrará la “Hora Feliz” para los partidos de los Chiefs de Kansas City. La siguiente noche, manifestantes cerraron brevemente dos de los locales de Time Out en San Luis. (Huffington Post, 3 de diciembre, 2014).

¡No por eso dejaron de expresarse algunos jugadores de los Rams! El domingo, antes del partido de los Rams y Washington (ni voy a escribir el maldito apodo racista de ese equipo1), hicieron lo que el St. Louis Post-Dispatch caracterizó de “otra declaración sobre la sociedad”, esta vez con “No puedo respirar”, que se refiere al asesinato por estrangulación de Eric Garner por el Departamento de Policía de Nueva York. Según el Noticiero CBS el 8 de diciembre:

Guardia Davin Joseph escribió las palabras en los botines que usó durante los precalentamientos... El ala cerrada Jared Cook las traía en la cinta de las muñecas. El receptor Kenny Britt tenía escrito en sus botines de color azul y oro varios nombres —entre ellos Michael Brown y Trayvon Martin— de hombres o adolescentes negros cuyas muertes han suscitado protestas.

Joseph tuiteó una imagen de sus botines antes del partido. (Derecha)

Jugadores en otros partidos de la NFL expresaron semejantes sentimientos. El corredor de los Leones de Detroit, Reggie Bush, tenía “I Can’t Breathe” (No puedo respirar”) escrito en letras negras en su playera azul de calentamiento. El esquinero (cornerback) de Browns, Johnson Bademosi, lo escribió en la espalda de la playera que usó antes de un partido en Cleveland. También lo hizo el apoyador (linebacker) de los Chargers (Cargadores) de San Diego, Melvin Ingram.

“Honestamente, siempre he sido el chamaco calladito. Siempre he sido el reservado, el que cruce los brazos y no se mete en la política ni nada del estilo,” dijo Bush, cuya madre ha sido una policía durante más o menos 20 años. “Pero no sé por qué sentí como que... creo que simplemente la situación me conmovió.

“Me resuena, pues”, dijo Bush. “No por haber vivido en persona una situación semejante o por ver que otra persona la haya sufrido. Simplemente me sentí tan mal por lo que ha estado pasando durante las últimas semanas”.

Artistas: “Somos Ferguson”

Escena de la exhibición "Somos Ferguson". Foto: Especial a revcom.us

Artistas también están respondiendo al asesinato de Mike Brown y la lluvia de protesta contra el asesinato policial. Una forma fue la exhibición “We Are Ferguson” (Somos Ferguson) de la obra de 17 artistas locales que tomó lugar en la tarde del martes, 2 de diciembre, en el Parque Comunal Medios Públicos al aire libre, ubicado en el Distrito Grand Center Arts de San Luis.

La mayoría de las obras eran narrativas cortas de audio y video proyectadas en dos de los muros de concreto en esta plaza al aire libre entre edificios. Las obras incluyeron un hermoso paisaje sonoro abstracto convertido en espectáculo de luces; el video de un cuarteto (violín, piano, baso y percusión) que toca una pieza abstracta improvisada; una de las voces de la comunidad; y un montaje dramático de 10 minutos de fotos y sonidos del levantamiento en agosto en Ferguson inmediatamente después del asesinato de Mike Brown, de los artistas Chris Renteria y Darian Wigall, titulado “We Are Ferguson”, que termina con el audio de gas lacrimógeno, balas de goma y granadas aturdidoras lanzadas contra los manifestantes el 17 de agosto, al mismo tiempo que se oscurece la pantalla. Una porción de la exhibición se concluyó con la lectura en vivo por una persona local de un poema muy impactante.

Peregrinajes al memorial para Mike Brown

Otra dimensión importante de la profundidad del impacto del asesinato de Mike Brown y la revuelta en Ferguson sobre millones de personas es que el memorial a él en Canfield Drive, donde él vivía y donde lo acribillaron, se ha convertido en un sitio de peregrinajes. Personas de diferentes partes de Estados Unidos, pero también del mundo, han venido para ver el memorial, un tributo en el centro de la calle donde la policía dejó su cadáver por cuatro horas y media, y otro junto al poste de luz en el costado de la calle, para sentir profundamente la realidad de esos sucesos, para dar el pésame y expresar las condolencias, y en algunos casos, para reportar. Durante una visita de 30 minutos, yo vi medios de comunicación del periódico canadiense Globe & Mail, la televisión surcoreana y la televisión danesa. Otras personas acuden durante la mayoría de las horas del día y hasta la noche, sacándose fotos ahí y viendo cómo se ve todo eso.

Una lectora del periódico Revolución apuntó sobre su experiencia:

Al visitar el lugar donde Mike Brown fue asesinado, uno queda impactado de que es una calle reducida, que serpentea por un desarrollo residencial tranquilo. Ahora hay una colección permanente de mensajes y recuerdos amontonados en el centro de la calle y apiñándose juntos al poste de luz más cercano. Uno se da cuenta que se ha convertido en un tipo de sitio de peregrinaje. En medio de la tarde o muy noche, hay personas presentes. Algunas simplemente sacan fotos y parecen ensimismadas, leyendo los mensajes de dolor y coraje, mientras otras quieren expresar sus sentimientos. Y las más de las veces, están presentes algunos reporteros. Conocimos a uno de Los Ángeles, y otro equipo de cámara estaba preparándose cuando salimos.

Una familia palestina-americana vino manejando desde Memphis en el estado suroriental de Tennessee, para visitar Ferguson y el memorial a Michael Brown. Cuando preguntamos al padre por qué habían venido, contestó que sus hijas adolescentes se lo habían exigido. Preguntamos a la hija su opinión sobre la decisión del gran jurado, y contestó que era terrible. Una mujer que vive cerca del memorial describió los retenes en Ferguson donde solamente las personas con identificación de Ferguson pueden pasar y la policía escolta a uno a su destinación. El palestino exclamó que ¡es igualito a Palestina! Quería asegurar que todas las personas que visitan el memorial en ese momento supieran que los palestinos conocían y apoyaban su lucha por la Justicia.

Foto: especial a revcom.us

Pequeños Negocios... No todos enfocan en “daños a la propiedad”

Una noche salí a cenar y hablé con una miembro de la familia negra que tiene una pequeña cadena local de restaurantes, uno de los cuales se ubica en Ferguson. Algunas de las ventanas estaban todavía cubiertas con tablas, y ella describió cómo el restaurante fue asaltado el 24 de noviembre, la noche del levantamiento tras la negativa del gran jurado de acusar a Darren Wilson. Aparte de unas ventanas rotas, no se hizo mucho daño. Lo tomó con tranquilidad, no tenía coraje a los manifestantes. Dijo que la gente de la comunidad había advertido a las autoridades en septiembre que si no acusaban a Darren Wilson, iban a “quemarlo todo”. También dijo que atacaron a ciertos de los negocios debido a que, aunque tenía cierta prominencia y una voz dentro de la comunidad y la estructura de poder, no se habían expresado ninguna solidaridad con los que les dan su dinero. El restaurante tenía algunos volantes de www.revcom.us en una de las mesas, juntos con otros anuncios y literatura.

Resultó que la mujer con la que estuve hablando había visto mi intervención en la rueda de prensa del gobernador Nixon en CNN (video en inglés) y, igual a muchas otras personas, le dio una sonrisa bien grande, soltó una risita, y me agradeció por lo que yo había hecho. Es interesante lo mucho que me han expresado esa reacción, en línea y en persona. Las personas se sienten tan frustradas e insultadas por tanta mierda que les cuentean en la tele, que cuando una persona rompa las reglas de “cortesía profesional” (es decir, de aceptar el programa), y que “no se eche pa’ atrás”, como una persona lo expresó, sino que les da la vuelta a la tortilla y los pone a la defensiva (dejando a estos gobernantes dizque todopoderosos y sabelotodo evasivos y sin poder hablar, aunque sea por unos minutitos) les da alegría y esperanza a la gente. Es un pequeño ejemplo del enorme potencial de un polo revolucionario, al proyectarse en la sociedad, de atraer a millones. (La última vez que lo revisé, casi 24.000 personas habían visto uno de los YouTubes de la intervención.) Ella se puso contenta y emocionada por hablar conmigo y dijo que iba a ir a casa y leer cuidadosamente toda la página revcom.us.

Enfrentándose a estructuras arraigadas e ideología reaccionaria de la supremacía blanca

El pueblo ha ganado mucha iniciativa durante las últimas semanas y meses, pero no se hagan ilusiones: se enfrentan a estructuras atrincheradas e ideas profundamente arraigadas de supremacía blanca, y una reacción activa al levantamiento popular.

Una manera en que eso me impactó fue al darme una vuelta en coche por las calles del norte de San Luis una noche, pasando fila tras fila, calle tras calle, de casas y apartamentos, la mayoría de dos pisos y de ladrillo rojo, algunos construidos en los fines de los 1800s. Bastantes son abandonados, algunos probablemente son ocupados por paracaidistas, la mayoría se ven muy deteriorados y algunos se ven inhabitables.

Wells / Goodfellow es uno de los barrios del norte de San Luis. Según el censo de 2000, ahí vivían 8.193 personas, 30 por ciento menos que en la década anterior. Noventa y ocho por ciento eran negros. De 4.063 unidades de vivienda, 27 por ciento, casi 1.100, quedaron desocupados.

Ciertamente, se trataba de una sola vuelta en coche, y sin duda ni percaté tonalidades. Pero a fin de cuentas era una escena desolada, que representa un ultraje, una acusación al país más rico del mundo que deja al abandono a zonas completas y sectores enteros del pueblo, sin posibilidad de satisfacer ni las necesidades más básicas para vivir. El paisaje y el ambiente plasmaron de manera flagrante el hecho de que el viejo sistema de segregación legal Jim Crow se ha convertido en el Nuevo Jim Crow, en el que el pueblo negro sigue sufriendo una horrible opresión nacional, pero ahora en formas un poco diferentes.

A poca distancia, y relacionado concretamente con la vida en el norte de San Luis, está un complejo manufacturero de 71 hectáreas que era, de 1954 a 1981, la planta de ensamblaje Union Boulevard de General Motors. Antes tenía 13.000 empleados y producía cantidades de los modelos Chevy Caprice, Impala, camionetas pickup y Corvette. Ahora es un parque industrial, pero se veía todo apagado la noche que le di vuelta.

Una vez San Luis era la segunda ciudad, después de Detroit, en empleos de la industria automovilística, 35.000 en su punto álgido. Eran empleos manufactureros que proveían a los trabajadores, entre ellos algunos trabajadores negros, ingresos estables, “clase medieros”. Pero esos días han quedado muy atrás; ya para 2010, no solamente se había largado GM, sino que también habían cerrado las puertas la planta Ford en Hazelwood y la planta Chrysler en Fenton. El funcionamiento del capitalismo global requería que la industria automovilística, igual como todas, corriera en búsqueda de las tazas mayores de explotación y ganancias posibles, o ser comidos vivos en la contienda encarnizada entre capitalistas rivales. Encima de la pérdida de esos empleos, muchos trabajadores más en fábricas que abastecían las plantas automovilísticas con partes y servicios, también se volvieron “innecesarios” en el punto de vista de la clase capitalista. En 2011, el St. Louis Post-Dispatch escribió que el cierre de GM en 1981 “parecía abrir a patadas la puerta hacia una migración masiva de empleos manufactureros, automovilísticos y otros. En los años transcurridos, se ha derrumbado una piedra angular de la economía regional, huyéndose empleos clase medieros a los estados que por lo general carecen de sindicatos y tienen leyes y restricciones que impiden la sindicalización, y más recientemente, a economías en desarrollo en el extranjero”.

El capitalismo estadounidense ya no tiene lugar ni tiene futuro para millones de negros, resultando en lo que los capitalistas consideran una población sobrante, y superflua, a la cual ha pretendido suprimir por medio de prisiones y terror policial.

Por supuesto, la expresión de la supremacía blanca no es cosa de la historia antigua. Cuando la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) pasó por el pueblo de Rosebud en su marcha por los derechos civiles desde Ferguson hasta Jefferson City, la capital del estado de Misuri, se toparon con una multitud de unas 200 personas, entre ellas blancos abiertamente racistas que ondeaban la bandera de los estados de la confederación sureña (pro-esclavitud) y gritaban veneno racista. Algunos de ellos habían armado en la calle una cubeta de pollo frito, una sandía y una botella de cerveza de 40 onzas (burlas por estereotipos de negros). Un joven blanco cargaba un letrero que decía, “Vuelvan a casa”.

El miércoles, 3 de diciembre, un hombre blanco condujo su carro agresivamente en medio de una multitud de manifestantes en el centro de San Luis, y cuando ellos rodearon su carro, los amenazó con un arma automática. Como era un blanco armado, en vez de un joven negro desarmado, la policía lo detuvo sin balacearlo o matarlo.

Un número creciente de blancos están despertando a la realidad repugnante e intolerable de la supremacía blanca y la opresión del pueblo negro en Estados Unidos, y de que es para puja el cuenteo de que “ya no se trata de la raza”. Una blanca joven que conocí en una protesta traía un letrero que decía, “Mi vida cambió cuando empecé a escuchar”. Contó de que no se había dado cuenta de lo que ocurría, pero la despertó el asesinato de Mike Brown y el levantamiento contra ello. Ahora le conmueve la responsabilidad a alzar la voz. Otra persona blanca, en otra protesta, alzaba un letrero: “El silencio del blanco es la violencia”.

 

1. Nota de la traducción: “Redskins” (Pieles Rojas), el nombre del equipo de Washington, es un término despectivo con lo que los colonos europeos nombraron a los indígenas de Norteamérica. [regresa]

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