Realidades Genocidas

 

Las cárceles de condado: prisiones de deudores, cámaras de tortura y campos de muerte

2 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Al hablar de la situación que enfrentan los negros y latinos en Estados Unidos, o sea, la encarcelación en masa y el cauce de la escuela a la prisión, la criminalización y satanización de una generación entera de la juventud, el racismo abierto o apenas-debajo-de-la-superficie omnipresente en la sociedad, etc., Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario ha dicho que lo que pasa es un genocidio lento que fácilmente podría convertirse en un genocidio rápido. Esta columna regular recalca aspectos de este genocidio lento.

 

Las cárceles municipales y de condado: una escala en el cauce de la escuela a la prisión

Estados Unidos mete a la cárcel a los negros a un ritmo casi cuatro veces mayor que el de los blancos. En algunos lugares, es aún peor. En la Ciudad de Nueva York, encarcelan a los negros a un ritmo casi 12 veces y a los latinos más de cinco veces mayor que el de los blancos.

Las cárceles municipales y de condado sirven de puntos de entrada a la encarcelación en masa. Hay 3.000 de éstas y mantienen encerrados a más de 730.000 presos cada día según “Incarceration’s Front Door: The Misuse of Jails in America” [La puerta de entrada del encarcelamiento: El uso indebido de las cárceles en Estados Unidos], un informe de febrero de 2015 del Vera Institute of Justice [Instituto de Justicia Vera]. Según las cifras oficiales, las tasas de delitos violentos y delitos contra propiedad ajena han caído mucho, a poco más de la mitad de su nivel de hace unos 20 años, pero la cantidad de personas en las cárceles casi se ha duplicado (de seis millones de presos en 1983 a 11.7 millones en 2013). En los mismos 30 años, la duración promedio de una estancia en la cárcel ha crecido de 14 días a 23 días.

Según el informe del Instituto Vera, “[I]ncluso una breve estancia en la cárcel puede tener consecuencias nefastas. La investigación ha demostrado que una estancia de tan sólo dos días en la cárcel puede aumentar la probabilidad de una condena de encarcelamiento y la severidad de esa condena, reducir la viabilidad económica, promover el comportamiento criminal en el futuro y empeorar la salud de los acusados que entran, los que por lo general son de bajo riesgo — por lo que la cárcel sirve como una puerta de entrada para enredarse de manera más profunda y duradera en el sistema de justicia penal...”.

Piense en lo que eso significa. Usted va camino al trabajo y lo paran por una infracción de tránsito. Los policías encuentran que hay una orden judicial porque usted no podía pagar una multa previa. Lo encarcelan, y aunque usted salga al día siguiente, pierde su trabajo. O bien mantiene su trabajo por el momento, pero tiene que comparecer ante el tribunal tan a menudo que su jefe dice que usted es poco confiable y lo despide. Ahora de verdad no puede pagar las multas. Lo encarcelan por eso. De ahí, ¿qué les pasa a sus seres queridos?

La prisión de deudores de Ferguson y otras ciudades de Misuri

Yo estaba sentada en el asiento del conductor del coche, en el patio trasero, con el camisón puesto. Y entraron al patio trasero. Y mientras yo caminaba a la casa, él me dijo: “Alto, deténgase”. Pidió mi nombre. Le di mi nombre. Y de inmediato me llevaron a la cárcel en mi camisón, no tenía tiempo, no me dieron ningún tiempo para vestirme. Y luego, una vez que me hicieron el traslado… una vez que fui a Jennings y luego me trasladaron a Ferguson, ahí dejaron que mi madre me trajera algo de ropa.

...

Esa fue la única vez que estaba sentada en un vehículo que no estaba en movimiento y me arrestaron. En las otras ocasiones, yo era el pasajero en el coche. Así que, sí, solamente ha sido un par de veces en que en realidad yo conducía, y me detuvieron con un: “Ah, usted tiene una orden de detención pendiente por conducir con una licencia suspendida”, o lo que sea. Pero en las demás ocasiones, yo fui el pasajero en un coche, o el coche no se movía en absoluto.

— una mujer de Ferguson, Misuri, describe su experiencia con el sistema en Democracy Now!

ArchCity Defenders, una clínica legal sin fines de lucro en San Luis, Misuri, informa en su libro blanco reciente que el 86 por ciento de las ocasiones en las que la policía paró un coche, el conductor era negro, aunque los negros sólo constituyen el 67 por ciento de la población ahí. Después de su detención, los negros de Ferguson tienen casi dos veces mayores probabilidades de que los registren y dos veces mayores probabilidades de que los arresten. En Florissant, otra ciudad del condado de San Luis, el 57 por ciento de las personas que la policía para son negras a pesar de que constituyen el 25 por ciento de la población ahí.

Michael-John Voss, un abogado de ArchCity Defenders, le dijo a Democracy Now! el 10 de febrero:

Por lo que lo que tenemos en San Luis, en los municipios del Condado de San Luis, es una cárcel de deudores de hoy día.... En los municipios, la policía singulariza desproporcionadamente a los individuos afroamericanos, y además explotan a los afroamericanos debido que éstos no tienen posibilidades económicas de pagar ciertas multas y costos relacionados con esa infracción de tránsito. Y de ahí lo que pasa es que un individuo se ve obligado a pagar una cantidad exorbitante de dinero en relación con el cargo que acarrea. Si no tiene posibilidades de pagar —no hacen ninguna averiguación sobre sus posibilidades de pagar—, se dicta una orden de arresto, y luego lo encarcelan, a veces por días, por semanas, sin que nadie investigue sus posibilidades económicas de pagar, y de hecho sin tener una idea clara sobre el que tenga una cantidad específica de dinero que podría pagar para poder salir de la cárcel.

Una demanda contra la Ciudad de Ferguson presentada por los abogados de ArchCity Defenders, Equal Justice Under Law [Justicia Igual Bajo la Ley], y la Facultad de Derecho de la Universidad de San Luis, en nombre de varios residentes de Ferguson, dice:

La prisión de deudores de hoy día de la Ciudad ha sido cada vez más lucrativa para la Ciudad de Ferguson, por generarle millones de dólares en los últimos años. También ha devastado a los pobres de la Ciudad, al atraparlos por años en un ciclo de aumentos de multas, deuda, extorsión y encarcelamiento cruel. Las familias de las personas indigentes piden prestado dinero para sacar a sus seres queridos de la cárcel, al pagar cantidades establecidas arbitrariamente por funcionarios de la cárcel, y luego tienen que pagarle aún más dinero a la Ciudad de Ferguson debido al aumento de tasas y recargos. Miles de personas como los demandantes toman dinero de sus beneficios de incapacidad o sacrifican dinero que su familia necesita desesperadamente para alimentos, pañales, ropa, renta y servicios públicos para pagar cada vez mayores multas, tasas, costes y recargos de las cortes. Los funcionarios de la Ciudad les dicen que, si no pagan, van a ir a la cárcel. El ciclo se repite, mes tras mes, por años.

...

Sólo en los últimos cinco meses en las cárceles municipales locales, se han producido al menos cuatro suicidios e intentos de suicidio por parte de personas detenidas por no tener los medios para pagar su libertad.

Lea [en inglés] la entrevista de Democracy Now! a Michael-John Voss y a dos de los demandantes, y la demanda contra Ferguson. (También hay una demanda contra la Ciudad de Jennings, otra ciudad del Condado de San Luis.) Los detalles son para enfurecerse.

Asesinado a golpes en una cárcel de Houston

En 2014, murieron catorce personas en la cárcel del Condado de Harris en Houston. En lo que va de 2015, se han producido tres muertes en esa cárcel. He aquí la historia de una de éstas.

“¡Carajo, dejen de golpearme! ¿Qué carajos hice? ¡Quítense de encima de mí! ¡Por favor, por favor, no me hagan eso!” ‘

“Quítense de mi espalda, ’mano. No me resisto. Ya, ’mano, que me voy a desmayar”.

“¡Ai, carajo! ¡Esto está mal!” (grita)

Éstas fueron de las últimas palabras de Kenneth Christopher Lucas, un hombre negro de 38 años de edad asesinado en una celda de la cárcel del Condado de Harris en Houston el 17 de febrero de 2014. Un horroroso vídeo muestra a una escuadra de cinco guardias de la cárcel, equipados de pies a cabeza de armas y chalecos antibalas, marchando como robo-asesinos por los corredores de la cárcel y luego irrumpen en la celda de Lucas.

Los cerdos guardias inmovilizan a Kenneth Lucas contra su litera y lo sujetan, y luego le esposan, de manos y pies por la espalda. Se amontonan sobre su cuerpo, uno sentado sobre su espalda, presionando sobre los pies y manos. Le gritan repetidamente que “deje de oponer resistencia” aunque Lucas está tendido boca abajo con un cerdo pesado encima y otros lo presionan más, uno le aprieta el cuello. Continúan así durante unos 20 minutos, gran parte del tiempo Lucas no se mueve ni dice nada. Un abogado contratado por su familia dijo: “A mí me parece que el hombre que estaba sentado sobre sus piernas, estaba sentado sobre las piernas, en última instancia, de un hombre muerto y todavía trataba de sujetar a un hombre muerto”.

Arrastraron a Lucas de la litera al piso y fuera de su celda, boca abajo. El vídeo muestra a un enfermero de la cárcel que en dos ocasiones le administra inyecciones a Lucas, las que sus asesinos describen como un “sedante”. Los cerdos guardias continúan sentadas encima de él, lo presionan sobre el piso todo el tiempo, aun después de que era evidente que no se movía.

No está claro en qué momento específico murió Kenneth Lucas. Lo que sí está claro es que yacía, sin moverse y sin reaccionar, por un tiempo prolongado, los guardias sujetaban su cabeza sobre el suelo, un policía estaba sentado encima de él, estaba rodeado de otros policías, lo sometieron a la fuerza con los brazos y pies contorsionados en posiciones dolorosas, antes de que cualquiera de estos cerdos siquiera tomara en consideración el hecho de que Lucas pudiera haber muerto. Según informes, luego lo metieron en una “silla de inmovilización”, lo llevaron a un hospital y lo declararon muerto.

Un año después, el 11 de febrero de 2015, un gran jurado del Condado de Harris absolvió a los cinco cerdos asesinos y a otros tres empleados de la cárcel que observaron el horroroso asalto que le quitó la vida a Kenneth Lucas. El sheriff Adrián García dijo que “los miembros del equipo [de su departamento] acataron la política y el procedimiento. La investigación buscó pruebas de fuerza excesiva y no encontró ninguna”.

Kenneth Lucas estaba en la cárcel porque supuestamente tardó un poco en devolver a sus hijos a su ex esposa cuando estaban de visita con él. El equipo antidisturbios lo agredió porque afirmaba que Lucas había desmontado un detector de humo con la intención de utilizarlo de alguna manera como un arma. Después de su muerte, la oficina de sherifato presentó un cargo de delito en propiedad ajena contra Lucas por su presunta manipulación del detector de humo. La policía nunca produjo ninguna evidencia al respecto. Ahora sus asesinos andan libres.

Cualquier persona que tenga una pizca de humanidad verá este video y se sacudirá por la desalmada indiferencia y desprecio por la vida de Kenneth Lucas de parte de estos policías. Solamente se requiere a unos asesinos que no tienen corazón para amontonarse encima de alguien como los sheriffs del Condado de Harris le hicieron a Kenneth Lucas esa noche horrible; rodear, asfixiar y exprimir hasta la muerte a alguien tal como le hicieron a Lucas. Solamente se requiere que un sistema judicial totalmente ilegítimo vea el video de la agonía y muerte de Lucas y determine que no se cometió ningún delito. Solamente se requiere que un descarado y desalmado cerdo policía como Adrián García divulgue un video que muestra a los agentes bajo su mando asesinando con saña a Kenneth Lucas, y que posteriormente, después de que el jurado los absuelve, se jacte (y amenace) de que “nadie hizo nada de manera criminal”.

Cada acción de García y sus cerdos guardias antes, durante y después del asesinato de Kenneth Christopher Lucas fue criminal. Lo hicieron al servicio de un sistema criminal, un sistema que tiene la implacable opresión del pueblo negro entretejida profundamente en todas las partes de su estructura.

La viuda de Lucas, Amber, dijo que “alguien tiene que rendir cuentas por esos actos”. ¡Es necesario que haya justicia para Kenneth Lucas, y hay que acusar de asesinato a los cerdos agentes que lo mataron! ¡Tiene que TERMINAR la brutalidad y asesinato policial contra los negros y latinos!

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