Caso # 91: La Escuela de las Américas — Campo de entrenamiento para asesinos en masa y torturadores, 1946 al presente
6 de julio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Bob Avakian escribió recientemente que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver “3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor”).
En El Salvador un gobierno de derecha respaldado por Estados Unidos reprimió una rebelión de izquierda en una guerra de 12 años que comenzó en 1980, matando y torturando a más de 70.000 personas en un país con una población de unos seis millones. Arriba: Víctimas de “escuadrones de la muerte” en San Salvador, El Salvador, 1981.
En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.
La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui
EL CRIMEN: Desde 1946 la Escuela de Las Américas del Ejército de Estados Unidos (SOA, por sus siglas en inglés) ha entrenado a oficiales militares de países de toda América Latina. El plan de estudio incluye el entrenamiento de francotiradores, la guerra de comandos y la guerra psicológica, la inteligencia militar y las tácticas de interrogatorio — aspectos de los cuales son el uso de la tortura, la violación, las desapariciones, los asesinatos y las matanzas en masa.
Los manuales de la CIA y del Ejército de Estados Unidos utilizados en la SOA han detallado técnicas de tortura y promovido la extorsión, el chantaje y ataques contra la población civil. Un ex preso político en Paraguay explicó que una sección de estos manuales da instrucciones a “interrogadores” sobre “cómo hacer que víctimas de descargas eléctricas se queden vivas y sigan respondiendo” y “recomienda verter agua salada sobre la cabeza y el cuerpo de las víctimas, e incluye un croquis que muestra cómo se debe hacer este ‘tratamiento’”. Los ejércitos y escuadrones de la muerte dirigidos por oficiales militares entrenados en la SOA han torturado, violado, asesinado, “desaparecido” y masacrado a cientos de miles de personas de América Latina.
Marzo de 1976: Tropas del ejército de Argentina patrullan las calles de Buenos Aires después de un golpe militar encabezado por Emilio Massera y otros oficiales militares de derecha. Estas juntas militares organizaron y llevaron a cabo la represión de los disidentes políticos y los disidentes percibidos y fueron responsables de detenciones ilegales, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas a entre 9.000 y 30.000 personas. (Foto: AP)
Los nuevos oficiales del Ejército de Haití juran su lealtad al gobernante militar de Haití el teniente general Raoul Cédras en la academia militar en Puerto Príncipe, noviembre de 1993. (Foto: AP)
Bob Avakian, Lo BAsico 1:3
He aquí unos pocos de los criminales que se graduaron de la SOA y los crímenes que llevaron a cabo:
- Emilio Massera, comandante en jefe de la Armada, Argentina: Bajo la junta militar dirigida por Massera y otros a finales de 1970, a 30.000 personas se les declararon “enemigos del Estado”, encarcelaron, torturaron, tiraron de aviones y asesinaron en otras formas horribles.
- Roberto D’Aubuisson, comandante del ejército, El Salvador: Jefe de los escuadrones de la muerte derechistas involucrados en el asesinato en 1980 del arzobispo Oscar Romero, la matanza de 900 personas en El Mozote en 1980 y muchas otras atrocidades.
- Ríos Montt, general, Guatemala: En la década de 1980, este fascista cristiano encabezó una dictadura militar, respaldada fuertemente por Estados Unidos bajo Ronald Reagan, que llevó a cabo la violación, la tortura, las ejecuciones y actos de genocidio contra decenas de miles de indígenas mayas como parte de la campaña de “tierra quemada” para acabar con la oposición.
- Luis Alonso Discua, general, Honduras: Fundador de un escuadrón de la muerte conocido como Batallón 3-16 y responsable de muchas desapariciones y asesinatos de opositores al gobierno.
- Raoul Cédras, general, Haití: Orquestó el golpe de 1991 que derrocó al gobierno electo encabezado por Jean-Bertrand Aristide y estableció un régimen militar brutal.
Esta escuela de asesinos y torturadores en masa se estableció inicialmente en Panamá como la Escuela del Caribe del Ejército de Estados Unidos. Se cambió el nombre del centro a la Escuela de las Américas bajo el presidente Kennedy en 1961 y se lo trasladó a Fort Benning, Georgia en 1984. La SOA se declaró clausurada en diciembre de 2000, pero volvió a abrir un mes más tarde con un nombre nuevo: el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de la Seguridad, o WHINSEC por las siglas en inglés. Desde el cambio de nombre y otros cambios cosméticos, los graduados han seguido involucrándose en varios golpes de estado e intentos de golpes, entre ellos el golpe militar del junio de 2009 que derrocó el presidente Manuel Zelaya de Honduras. De entre los 25 graduados colombianos de 2001 a 2003, 12 de ellos han sido acusados de un crimen grave o han dirigido unidades cuyos miembros, según se han informado, cometieron múltiples ejecuciones extrajudiciales.
LOS CRIMINALES: Cada administración yanqui desde la Segunda Guerra Mundial ha confiado en la Escuela de las Américas para capacitar a los oficiales militares de América Latina.
La SOA ha entrenado a más de 65.000 oficiales militares. Además de los mencionados anteriormente, graduados de la SOA que han encabezado golpes militares y regímenes asesinos incluyen: Manuel Noriega y Omar Torrijos de Panamá; Leopoldo Galtieri y Roberto Viola de Argentina; Juan Velasco Alvarado del Perú; Guillermo Rodríguez del Ecuador; y Hugo Banzar Suárez de Bolivia. Oficiales entrenados en la SOA han estado y están al mando de los ejércitos de numerosos países de América Latina que imponen la represión bajo el dominio de Estados Unidos.
LA COARTADA: El propósito declarado de la escuela es “promover el profesionalismo militar, fomentar la cooperación entre las fuerzas militares multinacionales en América Latina, y ampliar el conocimiento de las costumbres y tradiciones de Estados Unidos a las fuerzas armadas de América Latina”. Los defensores de la escuela sostienen que los abusos contra los derechos humanos cometidos por los graduados no fueron debidos a su entrenamiento en Fort Benning, sino a pesar del mismo. También recalcan que sólo se ha acusado de abusos a un puñado del número total de los graduados de la escuela.
Noviembre de 2005: Miles de personas se reúnen fuera de las puertas de Fort Benning durante la protesta anual contra el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad, anteriormente conocido como la Escuela de las Américas del Ejército. Cada cruz lleva el nombre de una persona muerta a manos de ejércitos respaldados por Estados Unidos en América Latina. (Foto: AP)
EL MOTIVO VERDADERO: El imperialismo estadounidense emergió de la Segunda Guerra Mundial como el poder militar, económico y político más dominante del mundo — pero al mismo tiempo hacía frente a los retos de la entonces socialista Unión Soviética, la fundación en 1949 de la República Popular de China dirigida por Mao Zedong y las luchas por la liberación nacional que surgían alrededor del mundo. En este contexto, la Escuela de las Américas desempeñó un papel estratégico decisivo, especialmente en América Latina y el Caribe — según los imperialistas yanquis, su “patio trasero”. Después de que fue derrotado el socialismo en la Unión Soviética y el regreso al poder del capitalismo a mediados de la década de 1950, la Unión Soviética se convirtió en una potencia imperialista. Para los 1970, se libró la “Guerra Fría”, una rivalidad entre las superpotencias estadounidense y soviética. Los soviéticos plantearon un reto global ante Estados Unidos y el Occidente alrededor el mundo — una manifestación de ese reto siendo la influencia que ejercieron sobre los movimientos y grupos armados que luchaban contra regímenes respaldados por Estados Unidos en América Central y América Latina y otras partes del mundo.
Por su parte, los yanquis respondieron con aún más represión, opresión y respaldo a los regímenes reaccionarios, un elemento crítico siendo el entrenamiento de oficiales militares de América Latina para que Estados Unidos pudiera depender de estas fuerzas armadas para actuar en aras de los intereses del imperialismo yanqui. Esto ha significado el terror genocida y asesinato en masa contra las insurgencias y las poblaciones civiles, los golpes de estado sangrientos para derrocar gobiernos elegidos que Estados Unidos consideraba un reto a sus intereses, y otros crímenes. Con los grandes cambios en el mundo en las últimas décadas, los gobernantes de Estados Unidos ahora hacen frente a diferentes retos a su imperio — pero el mantener la dominación de su “patio trasero” sigue siendo crucial para sus intereses generales.
Los manuales de la CIA y del Ejército de Estados Unidos utilizados en la Escuela de las Américas (ahora la WHINSEC) han detallado las técnicas de tortura y promovido la extorsión, el chantaje y ataques contra la población civil. Izquierda: La portada del “Manual de estudio: La contrainteligencia”, uno de los siete manuales en español que escribieron oficiales de inteligencia militar yanquis en Panamá en 1987.
LOS REINCIDENTES: La Escuela de las Américas de hoy, el WHINSEC, sigue desempeñando un papel importante en el mantenimiento de la dominación estadounidense en los países del hemisferio occidental. Bajo el pretexto de la “lucha contra el narcotráfico” y las operaciones “antiterroristas”, Estados Unidos ha promovido operaciones de seguridad conjuntas permanentes con México (la Iniciativa Mérida) y con los países de América Central (la Iniciativa Centroamericana de Seguridad Regional, o CARSI), las que dan al ejército de Estados Unidos aún más influencia directa sobre las fuerzas militares regionales y la libertad de operar abiertamente en esos países. La SOA / WHINSEC sigue teniendo un papel en la formación de oficiales militares de esos países para operar aún más estrechamente bajo el mando y control del ejército yanqui.
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