“Listas de profesores bajo observación” —
El pensamiento crítico y el disentimiento universitario en la mira

29 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Un movimiento peligroso en las universidades a lo largo de Estados Unidos se arrancó inmediatamente después de la elección —la “Lista de profesores bajo observación”— que ya empezó a identificar a profesores a los que los organizadores de la lista consideran antiamericanos e inaceptables por su currículo, escolaridad y papel como intelectuales públicos.  Si bien no tiene nada de nuevo ese tipo de ataque contra el mundo académico, ahora ocurre en una atmósfera y un contexto del ascenso al poder de un régimen fascista, y con el respaldo claro de sus niveles más altos.

La cacería de brujas empezó con la publicación de los nombres de 195 profesores, junto con fotos y descripciones de los “crímenes” que les ganaron un lugar en la lista de “enemigos”. ¿A quiénes los pusieron en las miras? El objetivo declarado de la Lista de profesores bajo observación es “denunciar y documentar a profesores universitarios que discriminan a estudiantes conservadores, y promueven valores antiamericanos y propaganda izquierdista en el salón de clases”. Los organizadores piden a los estudiantes que delaten a cualquier profesor que según creen, pertenecen en la lista.

¿Qué actividades pueden resultar en que pongan a uno en la Lista de profesores bajo observación?

He aquí sólo unas tantas de las actividades que pueden resultar en que pongan a uno en la lista para ser observado:

  • Porque usted es un profesor negro que viajó a Ferguson, Misuri, múltiples veces para protestar la negativa de acusar al policía blanco que mató a Michael Brown a balazos. Y porque firmó una carta en apoyo a las demandas de la Coalition of Concerned Students (Coalición de estudiantes con conciencia) de un nuevo centro multicultural, más apoyo para “grupos infrarrepresentados” y un aumento en el número de miembros de la facultad de nacionalidad minoritaria.
  • Porque usted es uno de los profesores que dirigió la lucha en su escuela de derecho contra el renombramiento de la escuela por el juez Antonin Scalia. Y porque usted dijo que Scalia era racista y homofóbico.
  • Porque, como parte de una discusión sobre el cambio climático, usted requirió a los estudiantes a escribir sobre los escépticos sobre el cambio climático y citó el “número mítico del 97%” (porcentaje de científicos que están de acuerdo que el calentamiento global es causado por el hombre) e hizo preguntas tales como, “¿Qué los motiva?” y “Quién financia sus esfuerzos?”.
  • Porque usted hizo que sus estudiantes discutieran y exploraran los conceptos del “privilegio del blanco” o “privilegio del hombre”.

Fascistas se enfocan en la universidad como una fuente peligrosa de pensamiento basado en la evidencia

La Lista de profesores bajo observación es organizada por Turning Point USA [Punto de inflexión Estados Unidos], un grupo estudiantil reaccionario iniciado en 2012 y financiado por donadores derechistas muy ricos, entre ellos el gobernador de Illinois, y dice tener capítulos en más de mil planteles. Su fundador, Charlie Kirk —que tiene la edad de veinte y pico años— fue invitado a dar un discurso en la Convención Nacional Republicano en Cleveland que designó a Trump como su candidato. Además, se ha reunido con el equipo de transición de Trump y Pence — porque lo consideran capaz de movilizar a la generación del milenio en un movimiento estudiantil reaccionario que transformaría la atmósfera en las universidades.

Hay que tomar sumamente en serio este desarrollo. Trump es decidido a imponer su programa de Estados Unidos Primero, y dar uso de la fuerza del estado contra cualquier sector social que se oponga en serio. Esos fascistas entienden que la universidad es una institución en la sociedad que puede obstaculizar el reordenamiento fundamental de la sociedad lo que requiere su programa de Estados Unidos Primero. La administración de Trump, que promueve con descaro la idea de “hechos alternativos”, considera la universidad una fuente peligrosa de pensamiento basado en la evidencia. Como ha notado Raymond Lotta, las universidades “son instituciones en la sociedad donde el disentimiento y el pensamiento crítico y radical tienen algo de iniciativa. Son espacios que han ayudado a incubar los movimientos sociales, de los derechos civiles a la lucha antibélica, de las mujeres y sobre el medio ambiente”.

Si bien la lista de observados pone en las miras a una amplia gama de profesores, la administración de Trump, que rechaza el consenso científico sobre el cambio climático causado por humanos, pone una diana particular en la espalda de los científicos climatólogos. Intenta clausurar la investigación sobre el cambio climático por NASA y monitorea y escruta la investigación que hacen empleados de NASA y otras agencias del gobierno. Michael Mann, un profesor de ciencia atmosférica en la Universidad Estatal de Pensilvania escribió en una página de opinión en el Washington Post: “Sabemos que nos podrían llevar arrastrados al Congreso para el interrogatorio hostil... Sabemos que nos podrían dar citaciones federales que exigen nuestros mensajes electrónicos personales. Sabemos que podrían auditar o revocar nuestras subvenciones para la investigación”. Mann también cuenta de recibir amenazas de violencia en su contra, por email y teléfono.

Existe un precedente por una cacería de brujas de este tipo, en la campaña nacional que lanzó David Horowitz hace una década contra el pensamiento crítico y el disentimiento en el mundo académico, y la publicación de su libro en 2006, The Professors: The 101 Most Dangerous Academics in America (Los profesores: Los 101 académicos más peligrosos en Estados Unidos). Iba de la mano con el caso de Ward Churchill — un ataque con motivos abiertamente político por la Universidad de Colorado, que despidió a Churchill, un profesor permanente y cátedra de Estudios Nativo Americanos, a causa de un ensayo que él escribió después del 11 de septiembre. El despido de un profesor permanente por el contenido de un ensayo crítico al gobierno suprimió la atmósfera entre la facultad universitaria en todas partes.

       

Entre las personas que aparecen en la lista, y entre la comunidad más amplia, ya está creciendo su preocupación sobre hasta dónde y qué tan lejos podría llegar esta campaña, mucho más lejos de lo que lograra la campaña de Horowitz y sus aliados en la administración de Bush. Las personas reconocen la conexión entre la Lista de profesores bajo observación y el ascenso al poder de Trump. Un profesor del periodismo en Columbia University cuyo nombre se encuentra en la lista expresó su temor: “Tenemos una lista, sabemos quiénes son — de repente se está poniendo una diana sobre las personas. Vemos la historia, vimos que eso ocurrió en Italia, en Alemania con ese tipo de cosa, lo vimos con McCarthy ... eso es lo que temo, de que se les toma en serio a esos payasos”.

La profesora retirada Ellen Schrecker, autora de No Ivory Tower: McCarthyism and the Universities (Ninguna torre de marfil: el macartismo y las universidades) sobre un período en Estados Unidos en los años 50 cuando sometieron a miles de personas en los mundos académicos, culturales y políticos, a la investigación, la lista negra, y el despido de sus puestos (también conocido como el “Temor Anticomunista”)— fue entrevistada sobre la Lista de profesores bajo observación por la estación de radio de la NPR, WBUR en Boston, en diciembre de 2016. Comparando la Lista al período macartista, Schrecker dijo no estar segura si las personas perderán sus puestos, y añadió: “Uno simplemente tienen esperanzas de que la comunidad académica no se doble. Sí se dobló en los 50”. Después de describir el tratamiento de tres profesores que fueron singularizados por McCarthy, y entonces despedidos de la universidad, con uno de ellos mandado a la cárcel, dijo, “Lo que hizo insidioso el efecto del Temor Anticomunista no es que produjo resistencia, sino silencio”.

Los principios de una oposición — y la necesidad de resistencia decidida más amplia

Muchos de los profesores nombrados en la Lista han respondido positivamente — al tomarlo en serio y al mismo tiempo se niegan a dejarse intimidar. Sus colegas y otros han tomado posición solidaria. En respuesta a la apariencia en la Lista de nombres de colegas de la Universidad de Notre Dame, más de 100 profesores de esa universidad mandaron una declaración poderosa a la Lista de profesores bajo observación, que dijo en parte:

No toleraremos que nuestros colegas sean sujetos al monitoreo de su trabajo, sus pensamientos y su enseñanza. No repetiremos la pasividad del pasado, cuando pusieron en una lista negra a intelectuales por discrepar con un programa particular. Cuando retan a ellos, retan a nosotros.

Ya para el 8 de enero, más de 2.250 profesores de universidades a lo largo de Estados Unidos y en el extranjero han firmado la declaración, diciendo a la Lista que quieren que ponga sus nombres en lista también.

Pero hace falta mucha más conciencia dentro de la comunidad académica, así como en la sociedad mayor, sobre la importancia de dónde viene todo ese asalto contra el disentimiento y el pensamiento crítico, y el contexto mayor en que cuadra. En 2007, en un suplemento especial del periódico Revolución titulado “ADVERTENCIA: La nazificación de la universidad estadounidense”, escribimos sobre la ofensiva contra el pensamiento crítico y el disentimiento en el mundo académico en ese entonces, en torno al ataque a Ward Churchill. El siguiente pasaje de ese suplemento especial es crítico para entender la urgencia de tomar en serio esos ataques; en el momento actual, en que hay que fomentar el pensamiento crítico y el disentimiento, y no amordazarlos ni callarlos:

Bob Avakian, en su análisis de los objetivos centrales de este ataque organizado contra el mundo académico, ha subrayado que el programa imperialista actual no resiste el escrutinio del pensamiento crítico y la búsqueda racional de la verdad. Por eso, los proponentes de ese programa tienen que cambiar la definición de la verdad y de cómo encontrarla. Tienen que prohibir y declarar inaceptable el pensamiento crítico y el disentimiento que ponga en duda los pretextos, ya sea de una medida en particular o de los cimientos de todos esos pretextos. (Exhortamos a escuchar la charla grabada (en inglés) “Lo del ‘equilibrio’ es para despistar… y justifica la represión en las universidades. Lo que necesitamos es la búsqueda de la verdad: La educación y una auténtica libertad académica, pensamiento crítico y disentimiento”, una de las 7 Charlas, en inglés).

Estudiantes, facultad y administraciones en las universidades deben oponer resistencia a esta cacería de brujas, movilizándose y organizándose para hacer frente a este peligro. También, sectores más amplios de la sociedad deben acompañarlos. Debemos defender a los que han sido singularizados para que los ataquen, y fundamentalmente, defender la capacidad de los profesores y estudiantes de tener puntos de vista radicales y disconformes y de propagarlos.

En este momento, con el ascenso del régimen fascista estadounidense de Trump, es de vital importancia que la nueva generación de estudiantes y profesores se opongan a los hampones universitarios trumpistas y que tomen posición para defender la búsqueda de la verdad sin restricciones, la efervescencia intelectual, y el disentimiento. De una manera o de otra, esta lucha sobre la universidad y la vida intelectual repercutirá profundamente en la lucha para rechazar el fascismo — y en las perspectivas de generar una sociedad completamente nueva.

 

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