Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:

¡Parar los masivos ataques terroristas de la coalición encabezada por Estados Unidos en Irak y Siria!

5 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 17 de marzo de 2017, el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar (SNUMQG) anunció su transformación en una herramienta más completa para la revolución basada en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian. Lea el editorial del SNUMQG aquí: “Editorial: Introducción a un SNUMQG transformado”.

 

27 de marzo de 2017. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Estados Unidos y su coalición han llevado a cabo intensificados ataques terroristas en Irak y en Siria, matando unos 1.000 civiles desde principios de marzo, según el grupo de observación, con base en Reino Unido, Airwars.org.

Airstrike of a mosque in Syria
El 16 de marzo, mientras cientos de personas del pueblo de Al-Jineh, Siria, se congregaban en una mezquita recién-construida para las oraciones vespertinas, el Comando Central estadounidense arrasó el edificio mediante un ataque aéreo, dejó 46 muertos y atrapó a muchos más en los escombros.

Aunque no se han verificado todas estas muertes, en muchos casos la organización comprobó declaraciones de testigos y listas de víctimas por nombre y edad. Estos niños y adultos son individuos reales cuyas vidas fueron segadas por asesinos movidos por fines políticos — como las cuatro personas asesinadas en el ataque en el distrito de Westminster, Londres, que las autoridades británicas maliciosamente están usando para justificar mayor terrorismo de Reino Unido como parte de la coalición dirigida por Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses justifican el asesinato de civiles árabes por las necesidades de la guerra. Pero esas muertes son el resultado directo de los objetivos reaccionarios en esta guerra, que no son de liberar al pueblo sino de impedir una amenaza reaccionaria contra la dominación de Occidente, lo que incluye castigar y masacrar masas de personas.

De manera importante, estas matanzas en masa también han sido documentadas por organizaciones como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y los rescatistas de los Cascos Blancos, cuyos previos informes sobre la matanza de civiles por ataques aéreos de los regímenes ruso y sirio fueron utilizados por Estados Unidos y otros gobiernos de Occidente, para acusar a sus rivales de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Por otro lado, al 24 de marzo, cuando el mismo gobierno iraquí dependiente de Estados Unidos pidió un alto a este mortal ataque de aviones no tripulados (drones) y bombarderos, el gobierno estadounidense negó que hubiesen ocurrido estas muertes de civiles y sigue negándose a cambiar sus tácticas.

La más reciente ola de matanzas en masa salió a la luz por primera vez en los medios informativos del Occidente con un ataque aéreo realizado por Estados Unidos contra la aldea de al-Jina en la provincia occidental de Alepo el 16 de marzo. Por lo menos 46 personas fueron asesinadas por ataques aéreos que dieron con una concurrida mezquita cuando daban clases de religión. Según el Washington Post, dos aviones no tripulados estadounidenses lanzaron seis misiles Hellfire y luego arrojaron una bomba de 226 kilos. Las fotos mostraban los fragmentos claramente identificables de los misiles estadounidenses y el edificio destruido. El 22 de marzo, ataques aéreos dieron con una panadería y un mercado adyacente en al-Thani en la provincia de Raqa, y mataron a docenas de panaderos y otros civiles.

Luego, en lo que se ha descrito como el peor ataque aéreo de civiles desde que Estados Unidos aporreó a Irak durante su invasión de 2003, las aeronaves de la coalición de Estados Unidos atacaron el barrio al Jadida en la ciudad de Mosul, donde las fuerzas encabezadas por Estados Unidos recientemente habían expulsado al fundamentalista islámico Estado Islámico (EI) [Daesh o ISIS]. A una semana del ataque del 17 de marzo, han recuperado más de 200 cuerpos bajo los escombros, y se espera que la cifra sea mucho más alta. Se encontró una cuantiosa cantidad de cuerpos en un gran sótano donde la gente se refugiaba del enfrentamiento. Se cree que muchos otros quedaron enterrados bajo otros edificios cercanos.

La tácita y algunas veces explícita racionalización por esta pérdida de vidas en una escala tan grande es que de otra manera no se podría derrotar al EI. A primera vista este es un enfermizo argumento cuya suposición implícita es que la vida de los árabes vale menos que la de las personas como “nosotros”, personas de los países de Occidente a las que les dicen que deben respaldar a sus gobernantes imperialistas que las “mantienen seguras”. Lo que también oculta este argumento es que esas guerras se definen y se realizan según sus objetivos políticos —y la inaceptable muerte en masa de civiles en esta guerra surge de los objetivos reaccionarios de ambas partes.

El proyecto del EI, una dictadura religiosa al servicio de nuevos y viejos explotadores que se sienten trabados por el actual estatu quo dominado por Occidente, requiere tratar a la gente de los países de Occidente, pero también a la gente de Medio Oriente a la que buscan gobernar como si fuera simplemente ganado que se puede masacrar. Su proyecto va contra los intereses fundamentales de las masas populares, y en últimas no puede basarse en el apoyo consciente y voluntario para su causa. El acribillamiento de personas que buscaban escapar de zonas bajo ataques encabezados por Estados Unidos, y el uso de civiles como escudos humanos y otras tácticas que desprecian la vida de civiles, se rigen por sus objetivos políticos e ideológicos.

Esto no es menos cierto para la coalición encabezada por Estados Unidos que combate contra el EI. Estados Unidos, ante todo, quiere mantener su intolerable dominación política y económica de la región, lo que en primer lugar creó las condiciones para el auge del fundamentalismo islámico. La vida de la gente de Irak y Siria no significa nada para Estados Unidos porque los objetivos del proyecto estadounidense no incluyen la seguridad de estos u otros pueblos, mucho menos su bienestar y emancipación de la humillación nacional y el atraso que han impuesto.

Esto es verdad no solo estratégicamente sino de maneras tácticas muy específicas. Estados Unidos ha conformado una inestable coalición cuyos miembros compiten entre sí y hasta con Estados Unidos por un papel más significativo en el control de los pueblos de la región, aunque en ciertas ocasiones le hacen el trabajo sucio a Estados Unidos. A pesar de la presencia de cientos de miles de civiles en Mosul, por ejemplo, ninguna parte de esta coalición prevé tácticas serias para evitar la muerte de civiles, que se supone debe ser un prerrequisito para librar una guerra según las normas de guerra internacionales. Estas normas son a lo sumo ocasional palabrería vacía pagada para tratar de diferenciar entre las fuerzas pro-Occidente y el EI. Al mismo tiempo, una importante razón por la que Estados Unidos está intensificando sus ataques aéreos en Irak y Siria tiene que ver sus objetivos políticos y las necesidades que emanan de eso. Estados Unidos enfrenta un complejo panorama político en el que necesita el respaldo tanto de Turquía, como de los kurdos que están en la mira del régimen turco, por no hablar de fuerzas que se inclinan por la misma República Islámica de Irán que Estados Unidos también considera un obstáculo para sus intereses, junto con los frágiles e inestables alineamientos con Rusia y Turquía. En este contexto, el mayor despliegue del poderío aéreo es un medio para restablecer el control estadounidense sobre el campo de batalla sin volver a enviar a cientos de miles de tropas estadounidenses, aun cuando esa cantidad de tropas está aumentando.

Cualesquiera que sean los resultados militares inmediatos logrados por Estados Unidos y sus aliados en Mosul y Raqa, es muy probable que esta situación conduzca a más, y no menos, yihadismo islámico. Después de todo, el fundamentalista sunita EI surgió de la agresión y otros crímenes de Estados Unidos en Irak: el extremo costo humano de la guerra de Irán-Irak impulsada por Estados Unidos, la muerte de cientos de miles de civiles y otros como resultado de las sanciones destinadas a derribar el régimen de Saddam Hussein, y después la invasión de Estados Unidos y la resultante ocupación. Durante la ocupación y desde ese entonces, Estados Unidos cínicamente financió y armó a las fuerzas chiítas y sunitas para que libren guerras de limpieza entre sí, lo que ha generado hoy la dominación chiíta de Bagdad y el gobierno iraquí respaldados por Estados Unidos. Además de las consecuencias políticas de las acciones de Estados Unidos y sus aliados en Irak y Siria, entre estas los ataques a los oponentes más laicos de Occidente, estas últimas atrocidades también han mostrado la hipocresía y el verdadero contenido de los valores de Occidente en cuyo nombre se cometieron. Luego los islamistas reaccionarios se aprovecharon de esto para falsamente afirmar que su ideología y objetivos sociales son la única alternativa.

Forjar otro camino

Forjar otro camino es una versión revisada de un discurso de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, ante un grupo de simpatizantes del Partido, en 2006. Es un recurso de rigor para entender a fondo lo que es en efecto “la guerra contra el terror” de Estados Unidos y cómo gestar una fuerza positiva en el mundo en oposición al imperialismo occidental y a la yihad islámica.

Lea aquí el discurso completo

Bajo el régimen de Obama, Estados Unidos intensificó sus crímenes de guerra desde el aire en Libia, Somalia, Siria, Irak, Yemen, Pakistán y Afganistán. Lo que está pasando ahora, bajo Trump, es lo que se puede esperar de un hombre cuyas promesas de campaña incluyen la eliminación de toda restricción a los ataques aéreos y “asesinar a las familias de los ‘terroristas’”. No obstante, algunos entre los imperialistas y sus consejeros están conscientes de que estos ataques contra civiles fortalecerán el atractivo de los islamistas y pueden producir resultados en contra de Estados Unidos y los intereses de Occidente, como se puede ver en un reciente informe del Grupo de Crisis Internacional. Aun así, no tienen otra más efectiva carta qué jugar que utilizar su fuerza militar para infligir terror en masa y demostrar así su capacidad de imponer un castigo colectivo sobre poblaciones enteras.

Lo que está en juego aquí es más que una sola campaña o incluso una sola guerra. Esta es la dinámica de lo que Bob Avakian ha llamado “los dos sectores anticuados”: por “un lado, el imperialismo, y por el otro lado, el reaccionario yihadismo fundamentalista islámico, y la manera en que estas dos fuerzas de hecho se oponen, a la vez que se refuerzan mutuamente, con el muy negativo efecto que esto ejerce en el mundo. Esta es una situación en la que cuanto más los imperialistas hagan lo que hacen, tanto más crean una base fértil para el fundamentalismo islámico”. (Para conocer más al respecto, véase: Forjar otro camino, de Bob Avakian.)

La gente de todos los países debe oponerse a la campaña de terror que Estados Unidos está encabezando en Irak y Siria para contrarrestar y derrotar a sus rivales explotadores y opresores, y a los crímenes de todos los bandos contra el pueblo. Hay que vincular esto con la construcción de la lucha para la revolución en los países imperialistas así como en los países que oprimen, la que es la única manera en que se puede romper esta dinámica y liberar a la humanidad de esta horrible situación.

 

 

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