Dígannos otra vez, ¿quién es el peligroso provocador en la península coreana?

Trump amenaza un “conflicto grande, grande, con Corea del Norte”

4 de mayo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Las advertencias y amenazas estadounidenses contra Corea del Norte se han intensificado durante meses y han elevado el peligro de guerra al punto en que el ex secretario de defensa Leon Panetta se vio obligado a advertir, “Tenemos el potencial de una guerra nuclear que podría costar millones de vidas”.

En este contexto, el régimen fascista de Trump y Pence continuó intensificando el nivel de tensión.

El jueves, 27 de abril, Trump pronunció una amenaza y advertencia graves a Corea del Norte: “Hay una posibilidad de que tengamos un conflicto grande, grande, con Corea del Norte. Absolutamente”. Y añadió, “Nos encantaría resolver las cosas diplomáticamente, pero es muy difícil”.

Ese mismo día, el secretario del estado Rex Tillerson exigió que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impusiera nuevas sanciones económicas y financieras punitivas contra la economía de Corea del Norte que podrían causar el sufrimiento generalizado, quizás hasta hambruna. Esta demanda fue dirigida a China, con el cual Corea del Norte tiene el 90 por ciento de su comercio.  Al mismo tiempo John Kasich, el supuestamente “moderado” gobernador republicano de Ohio y ex candidato presidencial llamó a unilateralmente “aniquilar” los lideres norcoreanos – es decir, una matanza en masa. El domingo, 30 de abril, Trump otra vez se negó a descartar un ataque preventivo si Corea del Norte haga otra prueba de un arma nuclear. Al mismo tiempo que Estados Unidos pronunciaba esas amenazas y advertencias, sus buques de guerra llegaron al mar que se avecina la península coreana.

Luego, el lunes 1º de mayo, Trump anunció que estaría dispuesto a reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un. Su declaración, sea calculada o espontánea, de ser abierto a entablar negociaciones con Kim de ninguna manera representa el abandono de sus preparativos bélicos.

El mismo día que Trump publicó su disposición a reunirse con Kim Jong-un, el sistema estadounidense de misiles en Corea del Sur llegó a ser plenamente operacional. Ese sistema de misiles, descrito como “defensivo”, es de hecho diseñado para prevenir que Corea del Norte responda a un primer golpe estadounidense. Es un elemento central en la estrategia bélica estadounidense en Asia Oriental — no sólo contra Corea del Norte sino potencialmente contra China. También el mismo día, Estados Unidos participó con dos bombarderos estratégicos sobre la península coreana en un simulacro para entrenamiento con la fuerza aérea surcoreana.

Todo lo anterior hace hincapié en la necesidad de poner en contexto los comentarios de Trump de querer resolver las cosas diplomáticamente y de ser dispuesto a hablar con Kim Jong-un: se debe entenderlos principalmente como un ultimátum a Corea del Norte: “Acceda a nuestras demandas, o espere el espectro de la guerra y la aniquilación”. Los comentarios de Trump también son diseñados para echar la culpa a Corea del Norte si estalle una guerra: “Tratamos de resolver la crisis diplomáticamente”, afirmarán los gobernantes estadounidenses, “pero lo rechazó el régimen agresivo de Corea del Norte”.

¿Quién es el agresor y provocador aquí?

Según los chillidos del régimen de Trump y Pence y la prensa de la clase dominante, la crisis comenzó cuando el “dictador paranoica” norcoreano, Kim Jong-un, empezó “agresiva y provocativamente” disparando misiles de prueba, haciendo pruebas nucleares, y haciendo maniobras militares. Ni un día pasa sin que los noticieros televisados presenten soldados norcoreanos que marchan a paso de ganso frente al estrado de Kim Jong-un, seguido por desfiles de misiles y tanques. El mensaje claro de la prensa estadounidense: Estados Unidos no tiene más opción que actuar para evitar que un lunático ataque a la patria y ponga en peligro al mundo.

Pero, ¿qué es la verdadera historia entre Estados Unidos y Corea del Norte?

A finales de la Segunda Guerra Mundial, Corea fue liberado del yugo del imperialismo japonés. Pero Estados Unidos, en aras de convertirse en la potencia imperialista dominante en la región Asia-Pacífica, se dedicó a prevenir la expansión del comunismo auténtico, que en ese entonces ganaba terreno en China con la revolución bajo la dirección de Mao Zedong. Por lo que Estados Unidos nunca se confirmó con un Corea liberado e independiente. Trabajaron duro para evitar la unificación del Norte y Sur, y para derrocar el gobierno que estaba formándose en Corea del Norte. Ese gobierno se convirtió en la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte). Aunque pudiera surgir un estado revolucionario auténtico en el camino socialista hacia el comunismo, este no ocurrió. Corea del Norte todavía se autodenomina socialista y comunista, pero en realidad es un régimen reaccionario que no tiene nada en común con el auténtico comunismo.

Estados Unidos ha estado cometiendo agresión contra Corea del Norte en una forma u otra durante casi 70 años. Mató a más de tres millones de coreanos durante la guerra de Corea, de 1951 a 1953. Desplegó cientos de armas nucleares en la península coreana de 1958 a 1991. Repetidamente ha amenazado militarmente a Corea del Norte, lo ha estrangulado con sanciones económicas y ha desplegado miles de tropas en sus fronteras. Nunca ha reconocido el gobierno norcoreano y le ha amenazado repetidamente con el “cambio de régimen”. Se niega a prometer no derrocarlo (aun cuando Corea del Norte ha ofrecido entrar en negociaciones sobre su programa nuclear en cambio).

El historiador Bruce Cumings señala: “Corea del Norte es el único país en el mundo al cual Estados Unidos lo ha chantajeado sistemáticamente con armas nucleares desde los años 50, cuando instaló a cientos de armas nucleares en Corea del Sur. He escrito mucho sobre esto en estas páginas y en el Boletín de los Científicos Atómicos”.

Por lo que, para el gobierno norcoreano, no es irracional desarrollar los medios para evitar un ataque estadounidense — es completamente racional. Hasta algunos ex oficiales de defensa estadounidenses reconocen que el desarrollo de armas nucleares por parte de Corea del Norte —y de los misiles capaces de llevarlas, incluso largas distancias— es para propósitos esencialmente disuasivos, o sea, son para impedir o evitar que otros ataquen a Corea del Norte— especialmente contra amenazas existenciales contra el régimen por parte del imperialismo estadounidense.

Sin embargo, las amenazas muy graves y belicosas y la intensificación que Estados Unidos está dirigiendo a Corea del Norte actualmente podría desencadenar una cadena de sucesos, cálculos y errores de cálculos en la que la dirección norcoreana se siente arrinconada y que tiene que atacar o ser aniquilado. Es así de peligrosa la situación que el imperialismo estadounidense ha creado.

Estados Unidos nunca tuvo grandeza… y nadie que tome posición con la humanidad debe querer que la tenga

Los fascistas Trump y Pence son emperrados con resolver los muchos retos ante la hegemonía global estadounidense imponiendo su poder más violenta y agresivamente.

Por lo tanto, Trump, al mismo tiempo que declara que las fronteras estadounidenses son sagradas y deben ser protegidas a todo costo, él y su camarilla preparan para pisotear, hasta aniquilar, a otros países y sus fronteras. Consideran un ultraje intolerable la capacidad potencial de Corea del Norte de protegerse y evitar un ataque estadounidense.

Todo esto es la esencia verdadera de “Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”, hacer que Estados Unidos sea el mayor dominador, explotar, y predador ambiental del mundo, sin nadie que lo desafíe. ¿Por qué mierda alguien debería querer eso?

¿Un mundo donde cae una lluvia de bombas y drones sobre un país tras otro, donde mueren innecesariamente millones de personas y decenas de millones están forzados huir para salvarse la vida? ¿Un mundo donde inmensas masas de la humanidad trabajan como esclavos en talleres de sobreexplotación o no encuentran trabajo en ninguna parte? Un planeta en el cual la mitad de la humanidad que es femenina no tiene dónde andar libremente, sin miedo. ¿Una Tierra cuya capacidad de sostener la vida humana y muchas otras formas de vida está siendo destrozada?

Pues ese es el mundo lo que el imperialismo estadounidense ha ayudado a crear, sobre el cual preside, y ahora se arriesga un holocausto nuclear para mantener. Dígannos otra vez, ¿por qué diablos querría eso cualquier persona con una pizca de conciencia hacia la humanidad y el planeta? En vez de eso, debemos ir en contra de este monstruo, y aplaudir sus dificultades, reveses y derrotas, al ver que éstos debilitan las garras del imperialismo estadounidenses con las que sujetan a la tierra, y que podrían adelantar el día en que sea posible derrumbarlo por medio de la revolución comunista.

 

       

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