Romper con las viejas maneras de pensar… Entrarle al proceso revolucionario

14 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La experiencia de Ardea tal vez no sea tan singular y bien, no debería serlo; todos nosotros deberíamos de estar bregando con estas cuestiones, pero en una cultura del “yo yo yo”, tal vez no parezca estar tan “en la onda”. Pero cualquiera con un corazón… un corazón por la humanidad… y sí, impulsado por el amor a la humanidad y no simplemente por la ira y la venganza, y no digo que la ira sea algo malo, porque hay que tener ira ante las injusticias y el sufrimiento innecesario que causa este sistema. Un fuego en el vientre que no solo causa ira, sino que le pone a uno a hacer algo al respecto. Luego hay que empezar a entender por qué ocurre tanto sufrimiento innecesario y por qué es que simplemente trabajar para reformar el sistema no va a acabar con ese sufrimiento innecesario, porque de hecho, la esencia del capitalismo es la de explotar a la mayoría de la humanidad para el beneficio de unos pocos y para reforzar con violencia ese sistema. Un sistema que no rehuirá a la violencia y que con frecuencia recurre a la violencia no solo contra los revolucionarios y no solo contra aquellos que se oponen al imperialismo estadounidense, sino quizá contra alguien que no hace nada salvo caminar a su casa y algún cerdo policía lo encuentra con la violencia, simplemente por el color de la piel. La violencia es parte del tejido de este sistema.

Ahora, con un corazón por la humanidad, con un fuego en el vientre y con un entendimiento básico de la naturaleza del sistema capitalista-imperialista, podemos empezar a entrar al proceso revolucionario. Primero, eso requerirá algún trabajo y sacrificio. Se requerirá tiempo para estudiar, y bregar sobre las cosas y romper con las viejas maneras de pensar y dedicar la vida a algo más grande que simplemente el “yo”. Y claro, continuar el estudio para conseguir un entendimiento más profundo, para poder luchar mejor contra el sistema y no desanimarse en el camino hacia la revolución o no dejarse desviar hacia un camino reformista.

 

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