Los indocumentados en las secuelas del huracán Harvey:
Ningún escape de la guerra contra los inmigrantes

9 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

4 de septiembre de 2017. Pasar por el huracán Harvey fue una experiencia aterradora para millones de personas en Houston y sus alrededores. La gente en todas partes tenía miedo de ser víctima de los vendavales feroces; de quedar atrapados en hogares y departamentos que se llenaban de agua, o en coches detenidos de repente y sumergidos; de quedarse sin agua ni comida, haciendo llamadas desesperadas, buscando ayuda y una manera de llevar a la familia a la seguridad de un refugio.

Pero los casi 600.000 inmigrantes indocumentados que vivían en el área de Houston experimentaron el terror en otro nivel. Para ellos, cada decisión sobre cómo sobrevivir a los vientos e inundaciones tenía que evaluarse con la posibilidad de que pudieran topar con la Patrulla Fronteriza o la policía local y ser arrestados y separados de su familia, su hogar, su vida entera.

La Patrulla de Aduanas y Fronteras anunció poco antes de la tormenta que todos sus puntos de control permanecerían abiertos; no habría ninguna pausa en el riesgo de ser deportado incluso en medio del inminente huracán. Los intentos posteriores del alcalde y otros de decirle a la gente que era seguro acudir a los refugios no disminuyeron los temores de la gente. Como resultado muchos inmigrantes se quedaron dentro de hogares que deberían haber abandonado mucho antes. Otros no se trasladaron a los refugios sino a lugares públicos como debajo de los puentes, donde podrían haberse ahogado. En un caso se recibió una llamada: “Por favor, estamos en este lugar. Estamos debajo de esta autopista. Estamos debajo de este lugar. Por favor, ¿pueden venir a ayudarnos?”

Ver a los agentes de ICE y de la policía local patrullando sus barrios en barcos como supuestos salvadores sólo aumentó el temor — ¿es que buscaban a los indocumentados para arrestarlos? Y aquellos que decidieron arriesgarse a llevar a la familia a un refugio a pesar del peligro se preocuparon como todo el mundo de que su casa y todas sus pertenencias fueran destruidas; pero encima de eso se preocuparon de que la vida que han conocido fuera destruida en cualquier momento si se les pidieran “sus papeles” en el refugio. No se sabe cuántos podrían haber perecido como resultado.

Muchos en Houston están regresando a sus casas y departamentos para ver lo que quede de ellos, de sus muebles y de sus otras pertenencias. Calculan el daño y cuentan con recibir ayuda para la reconstrucción de la FEMA (Agencia Federal para la Gestión de Emergencias). Pero a los indocumentados les negarán toda ayuda para reconstrucción.

De hecho, para los indocumentados en Houston, y para los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, las tormentas se intensifican cada día que este régimen fascista permanezca en el poder.

En junio, los republicanos fascistas que controlan el gobierno de Texas aprobaron la SB4, una ley diseñada para poner fin a las “Ciudades Santuario” y cualquier otro “lugar seguro” donde los indocumentados no tenga el temor constante del arresto y la deportación. SB4 requeriría que las autoridades municipales y la policía cumplieran con ICE, y lo hace un delito negarse a hacerlo. La SB4 de Texas convertiría a cada policía en un agente de inmigración, y cada encuentro con la policía en una posible catástrofe. Esta ley estaba programada para entrar en vigor el 1 de septiembre, pero fue suspendido temporalmente por una orden judicial de un juez federal. Pero el gobernador reaccionario ya ha anunciado que apelará el fallo hasta el Tribunal Supremo si es necesario. Y esta ley es solo el comienzo de los esfuerzos de los fascistas a nivel estatal y nacional para criminalizar todas las “Ciudades Santuario” en todas partes.

Y por encima, Trump acababa de anunciar el fin de DACA, Acción Diferida para los Llegados en la Infancia. Sin DACA, los 800.000 “Dreamers” en todo Estados Unidos —jóvenes indocumentados llevados a Estados Unidos de niño que, a través de DACA, han recibido permisos legales de trabajo y alivio temporal de la deportación—perderán sus permisos de trabajo y corren el riesgo de ser deportados a países que no conocen, donde se habla un idioma diferente, y donde no tendrán los medios para ganarse la vida.

El ataque a la inmigración y a los inmigrantes es una piedra angular de la visión fascista del régimen de Trump y Pence de una sociedad supremacista blanca en la que los inmigrantes sean considerados “depreciables”, “indeseables” y “un peligro para la sociedad”. Este régimen fascista tiene un programa; tiene una estrategia para lograrlo; y cada día avanza en llevarlo a cabo, haciendo un gran daño a la gente en Estados Unidos y alrededor del mundo, y al propio planeta. No se puede permitir que continúe. ¡Hay que detenerlo!

 

 

 

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