Algunos predicadores dicen que es la voluntad de dios y un juicio acerca de la gente negra cuando nuestros jóvenes son asesinados.

Nosotros decimos: ¡Tonterías! Tal dios sería un dios horrible. ¡Pero de todos modos dios no existe! Es el sistema el que tiene la culpa, ¡y necesitamos despertar, enfrentar la realidad y prepararnos para hacer la revolución!

Del Club Revolución, con Joe Veale

30 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

En las últimas dos semanas el Club Revolución ha ido a dos entierros. Como los otros miles aquí en Chicago, fueron dolorosos. Dos muertes innecesarias. La más reciente fue de un joven de 17 años. Lo balearon en pleno día, se dice que lo hizo un bombero. La policía dice que intentaba robarse un carro y que por eso se mereció la muerte. Pero hay testigos que dicen que eso es una mentira. ¿Aunque fuera cierto lo que dicen los puercos policías —qué clase de sociedad— qué clase de sistema valora más a un carro que la vida de un ser humano? Un sistema que hay que derrocar a la mayor brevedad posible.

En el entierro el predicador tuvo el descaro de decir que el asesinato a sangre fría de este joven fue un acto de dios. Que dios actuó por medio de este bombero justiciero cerdo. Que dios estaba castigando a los negros y a toda la gente en las comunidades urbanas marginadas que se dejan llevar por la vida pandillera. Que se meten en el narcotráfico. Que adoran dinero. El predicador dijo que dios está enojado —que está condenando a quienes se han ido por mal camino— que quiere su venganza.

Este predicador, un representante de un dios que no existe, comparó a Chicago con la ciudad de Jerusalén en la historia de la Biblia. Leyó del libro de Ezequiel, donde dios le dice a Ezequiel: “Pasa ahora por en medio de la ciudad de Jerusalén, y pon una señal en la frente de quienes gimen y claman a causa de todas las cosas repugnantes que se cometen en ella”. Y al instruir a otros, dios dice: “Vayan tras él. Recorran juntos toda la ciudad, y maten a todos sin misericordia. No perdonen a nadie. Comiencen por mi santuario y maten a los viejos, a los jóvenes y a las doncellas, a los niños y a las mujeres, hasta que nadie quede vivo. Pero no se acerquen a nadie que tenga la señal”. Otra vez, al comparar a Chicago con el Israel de la Biblia, este predicador dijo: “El señor se ha abandonado la tierra… el pecado de la gente es demasiado grande… la tierra está empapada en sangre y la ciudad está llena de injusticia…. El Señor ha abandonado la tierra; el Señor no ve. No tendré piedad con ellos ni les rescataré, pero sobre sus cabezas caerá lo que han hecho”.

¿Qué clase de dios es éste? Es un asesino en masa que masacra a seres humanos, entre ellos los pequeñitos. Dirige a sus seguidores a cometer violaciones tumultuarias —secuestrando a vírgenes como esclavas sexuales— y el robo y el saqueo contra otros. El libro de Ezequiel, el de Números, el de Deuteronomio, el de Levítico, el de Isaías (el favorito de Jesús) y la maldita Biblia en su totalidad chorrea sangre con historias así. Es un dios más chupasangre que Drácula. Nótese bien: a este predicador no le parecen “detestables” las cosas que dios ordena que Ezequiel haga — toda esta matanza de niños y demás.

Así habló este predicador acerca de este joven negro que fue baleado brutalmente por ese justiciero (policía extraoficial). Que su asesinato fue un acto de dios. Que habrá más actos de tal clase en la ciudad a fin de limpiar la ciudad de aquellos que están haciendo cosas “detestables” que enojan a este dios que no existe. Eso es lo que dijo ese predicador.

Ese predicador negro —y la maldita Biblia de la que leyó— pide, de plano, genocidio. A fin de limpiar a Chicago y a Estados Unidos de quienes acusa de hacer cosas “detestables”.

Algunos predicadores negros se suman al fascista racista Trump

Suena a cuando el fascista Trump amenazaba a Corea del Norte con “fuego y furia” por hacer “cosas detestables” al desarrollar armas con las que puede contraatacar a Estados Unidos si éste ataca a Corea del Norte tal como amenaza con hacer.

Suena a Trump cuando dice que mandará a los federales a Chicago para poner fin a la “matanza”. Como Trump cuando dice que un policía de Chicago le dijo que él y sus compañeros cerdos podrían parar la violencia en Chicago en un par de días si les “dieran luz verde”. Es el fascista Trump —que está alistando a predicadores negros a su lado— que amenaza con desatar a sus puercos policías para brutalizar, arrestar y hasta matar a negros, latinos y otra gente de color por vivir y respirar.

Para que quede claro, algunos predicadores juegan un papel positivo en la lucha contra el poder, y la revolución trabaja para unirse con ellos a la vez que debatimos nuestras diferencias. Pero este predicador del ”buen libro” se suma a los fascistas cristianos que son el núcleo del régimen fascista de Trump y Pence que trabajan para convertir la sociedad estadounidense en una que se rija por la ley de la Biblia, la ley religiosa — convirtiéndola en una teocracia cristiana.

Trump ya dijo que los policías tienen que dejar de tratar “con amabilidad” a los que arrestan.

¿Qué quiere decir? Los policías y los justicieros siempre han matado a mucha gente. Trayvon Martin, Jordan Davis, Laquan McDonald, Eric Garner, Tamir Rice, Natasha McKenna, Andy López, Antonio Zambrano-Montes, Terence Crutcher, Alton Sterling, Freddie Gray, para mencionar solo unos cuantos. Los fascistas cristianos —como el que estaba en el entierro— están llamando a redoblar esto, con esteroides, con la justificación del “orden público”.

El predicador negro sonaba al amigo de Trump de Las Filipinas — Duterte, el presidente fascista de ese país. Duterte ha facultado a sus policías y justicieros para matar a balazos sin previo aviso a quienquiera que acusen de narcotráfico o de usar drogas. A los que consideran “alborotadores” — a quienes ellos y su dios consideran que sean una “mancha” y un “lastre” para la sociedad. Así han matado a miles.

Examinemos la realidad de esa cruel Biblia

Repito, examinemos la realidad de esta Biblia. ¿Qué dice? Matar a una mujer que no es virgen cuando se casa. Ejecutar a las mujeres que presuntamente son brujas. Ejecutar a los homosexuales. Matar a los niños que desobedecen a sus padres.

Promueve la creencia en la superstición y el temor, y en la ignorancia que inspira el temor, como estar poseído por el diablo y el exorcismo. La cruel idea de que los males y las enfermedades son causados por los pecados — y según los fascistas cristianos, si uno se enferma y no puede pagar la atención médica, pues hay que dejarlo morir porque “es un inmerecido”, es “indeseable”, “causa problemas para la sociedad”, además de ser una “mancha” y un “lastre” para la sociedad.

Según la Biblia, hay que aceptar a Jesús como el hijo de “un Dios único” que no existe — que fue crucificado pero que después se resucitó. Si uno no hace eso, pues dios y su hijo lo condenarán a la eterna maldición e insoportables sufrimientos en el infierno.

“Digámosle lo que es: es una mentalidad del esclavo la que están inculcando en las masas. Todo ese ‘si Dios lo quiere’ es una mentalidad del esclavo”. Bob Avakian, BA, el líder de la revolución así lo dijo, en el manual para la revolución, Lo BAsico 4:18.

Piensen en todo esto. En el dolor y el sufrimiento que ha causado durante decenas y miles de años. Del innecesario dolor y sufrimiento que causa hoy — y del horror mayor que estos fascistas cristianos tienen a la espera para la humanidad. Estos lunáticos creen en apresurar el “fin del mundo” para que los “creyentes” puedan ascender al cielo. Y tienen bajo su control el centro del poder del estado —el poder ejecutivo del gobierno— y el dedo sobre el disparador nuclear.

Veamos todo esto con la ciencia: ¿Cómo llegamos a estar en esta situación?

Veamos el panorama más amplio y apliquemos el método científico integral desarrollado y dado a nosotros por el líder de la revolución, Bob Avakian, BA. Apliquémoslo para hacer un breve estudio de por qué es que unos se dejan llevar por la vida de las pandillas, vender drogas en pequeña escala, el afán y la “adulación” de los billetes verdes, del dólar… del dinero. Y demás cosas que este predicador llama “detestables”. La gente no tiene la culpa de que se deja llevar en esto, la culpa la tiene el asqueroso sistema capitalista-imperialista que ha dejado sin nada a millones y millones de personas en las comunidades marginadas de las ciudades de Estados Unidos — y decenas si no cientos de millones más en lugares como Las Filipinas, Brasil, Somalia, el Medio Oriente.

Como BA muestra en su más reciente discurso, “El problema, la solución y los retos ante nosotros” (en inglés), el funcionamiento del capitalismo sacó a los aparceros negros del Sur de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial hacia las fábricas del Sur, del Norte y del Oeste. Terminaron en las capas inferiores de estos trabajadores, pero lograron tener familias. Pero en las últimas décadas, para poder competir con sus rivales mundiales, el sistema capitalista-imperialista de Estados Unidos ha aplicado menos concesiones y más golpes — se ha vuelto aún más despiadado en busca de la expansión de este sistema que crea un mundo de guerras, maquiladoras, tugurios y devastación ambiental.

Todo esto ha obligado a esas fábricas en que solían trabajar millones de negros y otros, a trasladarse a otras partes del mundo donde pueden explotar a la gente a menor costo y competir mejor con sus rivales. Esto ha dejado a generaciones de negros de las comunidades urbanas marginadas con muy poco acceso a medios legítimos de sobrevivir. Ha llevado al crecimiento de una economía sumergida ilegal.

Nos enseñan desde nuestro nacimiento, en todo lo que vemos y en todo lo que hacemos, que la única manera de recibir respeto en este sistema es prosperar económicamente —o sea, tener posibilidades de encargarnos de nuestros seres queridos— a como dé lugar, de Wall Street a las calles, todos se esfuerzan por “salir adelante”. Ser “el hombre” o “la mujer”. Así es la perspectiva de este sistema, estos son sus valores. Si uno es uno de los afortunados que logran salir vivos del molino de carne y logran hacerlo legalmente, pues será un modelo, pero si la sociedad, el sistema, lo desecha, pero no obstante sigue esforzándose para conseguir respeto ilegalmente, pues será un delincuente. Un “alborotador”. Hay que enseñarle la mano dura del “orden público”. Es merecedor de estar preso. Es merecedor de que lo maten a balazos como animal salvaje.

BA muestra que esto no sólo pasa en Estados Unidos. En Brasil, durante unas generaciones, 15 millones de personas fueron desplazadas de la tierra en las zonas rurales —las zonas agrícolas— a causa de que las empresas capitalistas compran las tierras para talar, para la madera, para el papel, para las cosas que se puede vender en el mercado mundial de manera rentable. ¿Qué paso con esos millones de personas? Terminaron en los tugurios de las ciudades, obligadas a incorporarse a la economía sumergida —muchas de ellas ingresaron a las pandillas— como forma de sobrevivir. En Brasil, las autoridades han desatado a sus policías para que, como escuadrones de la muerte, ejecuten a quienes han tildado de “narcotraficantes”. Es igual en otros países en todo el mundo. En Las Filipinas, además de ese tipo de asesinatos horrorosos, ejecutan a los periodistas. En más de una ocasión Trump ha expresado su admiración por eso.

¿¡De qué carajos habla este predicador!? NO necesitamos a un dios que NO existe. Un dios que si existiera, únicamente podría ser un cruel monstruo, peor que Drácula.

Lo que tenemos que hacer AHORA para cambiar a este mundo jodido

Ahora, una vez más, para que quede claro, la revolución trabajará y ha trabajado con muchos religiosos que están motivados por su religión a luchar contra las injusticias que están cayendo sobre el pueblo. Y lo que las masas populares en Estados Unidos y en el mundo enfrentan hoy es la pesadilla de un régimen fascista a la cabeza del imperio estadounidense: un régimen fascista que está saturado de una manada de fascistas cristianos que aúllan y ladran encabezados por Trump. Trump y Pence persiguen a los inmigrantes, a los musulmanes, a las mujeres, a la gente LGBT (la gente gay), están amenazando con ir a la guerra y están destruyendo el planeta en el que tenemos que vivir — y, claro, están amenazando al pueblo negro con el genocidio. Tenemos que unirnos con otros y trabajar a toda máquina para DETENER a esta pesadilla expulsando a este régimen.

Y mientras hacemos esto, al desarrollar unidad con millones de personas en torno a esta urgente demanda de expulsar al régimen fascista de Trump y Pence, la gente del Club Revolución está representando por la única salida de TODA esta locura del capitalismo-imperialismo: la revolución, al preparar a la gente para el momento en que se pueda dirigir a millones de personas en una revolución total con una verdadera posibilidad de ganar.

Veamos el panorama aún más amplio

Ahora veamos el panorama aún más amplio. La vida sobre este planeta empezó hace 3.5 mil millones de años. Siempre ha estado evolucionando. Los seres humanos, o sea nosotros, solamente tenemos 200.000 años aquí. Antaño, no entendíamos las cosas como las entendemos hoy. Antaño, no teníamos la ciencia. Antaño, cuando ocurrió un eclipse solar como el que ocurrió hace unas semanas —cuando la luna estuvo entre el sol y la tierra y de repente durante el día nos envolvió una oscuridad por unos minutos—, los seres humanos no tenían la menor idea de lo que pasaba. Daba miedo. Se inventaban cuentos para explicarlo, a menudo le atribuían esos sucesos naturales a la ira de algún dios imaginario. Antaño, no sabían otra cosa. Pero hoy sí sabemos.

Hoy también sabemos que en el mundo real hay causas: existe un sistema social, el capitalismo-imperialismo, que NO puede cambiar, pero la gente puede cambiar y nosotros podemos cambiar al sistema. Este sistema, el capitalismo-imperialismo, pone a la gente en situaciones “detestables” y la obliga a hacer toda suerte de asquerosas cosas para poder sobrevivir. Esto es la causa raíz.

También sabemos que por medio de una revolución comunista, es posible cambiar radicalmente a este sistema, es posible transformarlo de manera radical en un nuevo sistema en que se manifiesta lo mejor de la humanidad, lo mejor de la capacidad de la gente de descubrir lo que es verdad, de actuar sobre esa verdad de la manera más profunda. Al derribar —al derrocar este sistema— al cambiar las circunstancias de la manera más profunda, en la raíz, y al transformarnos a nosotros mismos en el proceso — al sentar una base completamente nueva sobre la que los seres humanos pueden interactuar los unos con los otros, en TODOS los aspectos de la interacción humana, y en nuestra interacción con el medio ambiente. Al contar con una dirección que es tanto revolucionaria como científica que nos dirija para actuar de acuerdo a los intereses más elevados de toda la humanidad, de formas que crezcan cada vez más, y un creciente número de los oprimidos y de los explotados de la sociedad junto con aquellos que, a causa de aspiraciones humanas básicas, aspiran a tener un mundo mejor que esta mierda de salvajadas… una dirección que unifique a todos, los muchos millones y a la larga los miles de millones de nosotros, en la revolución de modo que podamos tomar el mando de la sociedad, para conducir la sociedad humana por un camino radicalmente diferente, al conscientemente emprender un viaje para liberarnos de la única manera que podamos, al asestar golpes profundos a sus raíces, para emancipar a la humanidad de las divisiones que están arraigadas en las profundas contradicciones antagónicas subyacentes que han dividido a la sociedad humana entre amos y esclavos, opresores y oprimidos, explotadores y explotados desde hace miles de años.

Hoy, estas divisiones ya no son necesarias… es posible superarlas con la revolución comunista…la revolución para emancipar a toda la humanidad. Este es un mundo radicalmente diferente y mucho mejor que el que tenemos hoy.

Dejen de creer en cosas que NO existen. Desechen las cadenas de la Esclavitud Mental. Súmense al Movimiento para la Revolución y cambiemos radicalmente al mundo entero.

 

 

 

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