El texto de un corto del discurso:
Un discurso de Bob Avakian
13 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Bob Avakian: Al enfrentar y actuar para impedir la imposición total del fascismo, el chovinismo pro estadounidense es uno de los mayores obstáculos que se interpone en el camino y lastra a la gente: la asquerosa noción de que Estados Unidos y los estadounidenses son mejores y más importantes que los demás. Esto es un veneno que contagia a amplios sectores de la población en Estados Unidos, incluso entre los más fuertemente oprimidos, y hace mucha falta que la gente rompa con este chovinismo pro estadounidense.
¡Libérese de la GFT! — la Gran Falsedad Tautológica. Una falsedad: una idea o una forma de pensar que es incorrecta. Una tautología: una forma circular de razonamiento que afirma algo y luego alega que lo compruebe simplemente volviendo a afirmar lo mismo. Así que la Gran Falsedad Tautológica que menciono es la noción de que Estados Unidos es una fuerza para el bien en el mundo y por tanto todo lo que haga es bueno (o al menos lo haga con “buenas intenciones”) aunque la misma cosa, al hacerla otras fuerzas, sobre todo las fuerzas que se nos oponen a “nosotros”, es perjudicial, es mala — porque... porque Estados Unidos es una fuerza para el bien en el mundo. Así que, en las garras de la Gran Falsedad Tautológica, cuando las autoridades del gobierno y los medios dicen que representa una “amenaza grave” el que Corea del Norte esté desarrollando un pequeño número de armas nucleares y unos cuantos misiles balísticos de largo alcance, uno no cuestiona, no pregunta por qué eso es una “amenaza grave”, a pesar de que de alguna manera no representa una amenaza grave el único país que jamás haya usado armas nucleares, Estados Unidos, el que tiene miles de armas nucleares y la capacidad de usarlas en cualquier parte del mundo. Bajo la influencia de la Gran Falsedad Tautológica, uno no se detiene a pensar en el hecho de que en esta situación, Corea del Norte quizá solo desarrolle su armamento nuclear para intentar disuadir un ataque de Estados Unidos —los líderes de Corea del Norte saben que si inician un ataque, sufrirán una abrumadora represalia— y desde el punto de vista de los gobernantes imperiales de Estados Unidos, tal posibilidad de disuasión es precisamente el problema, porque en cierta medida podría limitar la capacidad de Estados Unidos de dominar y dictar.
Otro ejemplo: hace poco, Chelsea Manning, una ex soldada que corrió grave riesgo y pasó años en prisión por revelar, entre otras cosas, los crímenes de guerra del ejército yanqui en Irak, fue invitada como ponente en un programa académico en la Universidad de Harvard. Pero cuando unos funcionarios del gobierno y otros, entre ellos Mike Pompeo, se opusieron y amenazaron con retirarse del programa, Harvard le retiró la invitación a Manning. ¿Quién es Mike Pompeo? El jefe de la CIA — un servicio de “inteligencia” del gobierno estadounidense que sin exagerar es una colosal herramienta de muerte. Desde los años 50 y durante las décadas siguientes, la CIA trabajó por medio de verdugos de derecha en países como Irán, Guatemala, Chile, Indonesia y muchos otros, para fraguar golpes de estado que derrocaron gobiernos populares y los reemplazaron con asesinas dictaduras reaccionarias. Más de un millón de personas fueron masacradas por las acciones de la CIA. Pero, por el prisma de la Gran Falsedad Tautológica, el director de la CIA es una figura respetable y sus denuncias contra Chelsea Manning pueden proscribir a Manning del programa al que Harvard la había invitado.
La serie “Crimen Yanqui” es de gran ayuda para liberarse de la Gran Falsedad Tautológica y aparece regularmente en revcom.us — da una idea inicial del alcance y profundidad de las matanzas y atrocidades que los gobernantes de Estados Unidos han perpetrado en su territorio y en el mundo, desde el día número uno hasta hoy.
Desde la infancia nos adoctrinan con la noción de que Estados Unidos es una manantial de libertad y que el presidente de Estados Unidos es “el líder del mundo libre”. Y eso, ¿cuándo ha sido cierto? ¿Lo fue durante todos los años de esclavitud? ¿O durante los largos años de la segregación Jim Crow, después de la Guerra Civil? — cuando miles de personas negras fueron linchadas mientras morbosas turbas de blancos racistas celebraban y todo el pueblo negro estaba sometido a un terror constante. ¿Es una luminosa luz de la libertad hoy? — cuando la gente negra tiene que salir a la calle a exigir, “¡Dejen de matarnos!”, porque la policía mata mil personas al año, muchas de ellas sin arma, especialmente negros, latinos e indígenas. Cuando millones de mujeres son golpeadas y grandes cantidades violadas cada año en Estados Unidos, ¿es eso una manantial de libertad para el mundo? ¿Qué es este “mundo libre”? ¿Será que incluye a los países donde Estados Unidos ha respaldado y armado a juntas militares y otras dictaduras opresivas con sus sanguinarios escuadrones de la muerte, que aterrorizan a la gente, durante los últimos cien años o más por toda Latinoamérica y muchas partes del mundo? ¿Y hoy a países como Arabia Saudita, Egipto y Turquía — todos ellos “aliados” de Estados Unidos y gobernados por regímenes brutalmente represivos? ¿O las Filipinas, donde el gobierno ha matado a sangre fría más de 10 mil personas el último año, y el jefe de estado, Duterte, se vanagloria de esto? ¿Incluye a Israel? — un estado nuclear que ocupa tierras palestinas en flagrante violación de las resoluciones de la ONU durante 50 años, y mantiene a la fuerza a más de un millón de palestinos en Gaza, en lo que equivale a una prisión al aire libre, donde se vive apenas para sobrevivir, y es objeto de repetidos bombardeos de las fuerzas armadas israelíes, que en 2014 con el respaldo del gobierno de Estados Unidos (en ese entonces dirigido por Obama), masacró a más de 2 mil personas en Gaza, la inmensa mayoría civiles, cientos de ellos niños. ¿Es todo esto el “mundo libre” del que Estados Unidos es líder? Una vez se hayan quitado las anteojeras de la Gran Falsedad Tautológica, podrán ver que el “mundo libre” simplemente son esas partes del mundo que están bajo la dominación de Estados Unidos o son sus “aliados”, sin importar qué tan inhumanas sean sus clases dominantes, mientras que el “mundo no libre” está constituido por los que están fuera de esto, y especialmente por los que se oponen a Estados Unidos o son obstáculos para la dominación del imperio estadounidense.
Estados Unidos emprende guerras en África, Asia y Medio Oriente, y afirma que está combatiendo para defender la civilización contra los yihadistas fundamentalistas islámicos asesinos y brutales. Pero, los imperialistas yanquis no son menos brutales y asesinos, y la “civilización” de la que alardean se ha construido literalmente sobre la sangre y los huesos de gente del mundo entero. ¿Por qué el fundamentalismo islámico es tal fuerza hoy? Fundamentalmente, por el funcionamiento del mismo imperialismo capitalista. Además del papel general del imperialismo en la creación de un terreno más favorable para estos fundamentalistas islámicos, las acciones de los imperialistas estadounidenses han impulsado su crecimiento.
En los años 80, Estados Unidos armó y apuntaló a Osama bin Laden y otros fundamentalistas islámicos para golpear a la Unión Soviética en Afganistán.
En 2003, Estados Unidos invadió a Irak violando el derecho internacional, a fin de derrocar al jefe de estado, Sadam Husein. Esta invasión se realizó bajo la cortina de mentiras de que Husein tenía armas de destrucción masiva. Esta invasión y ocupación de Irak por fuerzas estadounidenses, que causó cientos de miles de muertes, creó muchos conflictos sangrientos en la población iraquí y creó un terreno más fértil para las fuerzas fundamentalistas islámicas.
Y, lo mismo pasó en Libia. En la presidencia de Obama, y con la insistente presión de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, Estados Unidos intervino en un conflicto en Libia en alianza con fuerzas opositoras al longevo régimen de Muamar el Gadafi. Con la caída de Gadafi —que se dio principalmente por el bombardeo masivo de Estados Unidos y sus aliados—, las rivalidades y conflictos internos en Libia se agudizaron y las fuerzas fundamentalistas islámicas cobraron fuerza.
Está también el caso de Irán: en 1953 la CIA fraguó un golpe de estado que derrocó un gobierno popular el que iba a nacionalizar el petróleo del país para desarrollar la economía iraní, en lugar de que Estados Unidos y Reino Unido lo controlaran y lo saquearan. Este golpe llevó al cha al poder y el pueblo de Irán sufrió décadas de tormento y tortura a manos del cha y su policía secreta. Y estas acciones de Estados Unidos crearon un terreno más favorable para las fuerzas del fundamentalismo islámico, que en últimas tomaron el poder mediante una revolución que derrocó al cha en 1979.
Estos son solamente algunos ejemplos de los crímenes yanquis y sus consecuencias en países por todo el mundo. Todo esto enfatiza la importancia decisiva de quitarse las anteojeras de la Gran Falsedad Tautológica y romper con el chovinismo pro estadounidense. Tenemos que pensar en la humanidad, ante todo.
En los 60, toda una generación (o un segmento grande y determinante de esa generación) rompió con el chovinismo pro estadounidense, se deshizo de la Gran Falsedad Tautológica, sacrificó mucho y se atrevió a oponerse a las atrocidades que los gobernantes de Estados Unidos cometían en su territorio y en todo el mundo, y luchó por un mundo mejor. Desafortunadamente, demasiadas personas (¡¡aunque no todas!!) de esa generación se desorientaron y como dicen los franceses, se dejaron convertir en récupéré — es decir, volvieron a cobijarse bajo el ala de la clase dominante, en particular de los representantes “liberales” del Partido Demócrata, y en una exageradamente grande medida han aceptado las cosas bajo los términos del sistema, al que una vez correctamente reconocieron como vilmente criminal. Y hoy, cuando el funcionamiento de este sistema ha llevado a este régimen fascista al poder, más que nunca existe una profunda urgencia de que gente de todas las generaciones rompa con el chovinismo pro estadounidense definitiva y completamente, y actúe por los intereses de la humanidad.