¿Bastión de ilustración o matón para el imperialismo?
El caso de ISRAEL
Tercera parte
Publicado 4 de mayo de 2018 | Publicado originalmente 10 de octubre de 2010 | Periódico Revolución | revcom.us
“El caso de Israel — ¿Bastión de ilustración o matón para el imperialismo?
¿Qué es la historia del estado israelí?
¿Qué papel desempeña Israel en el mundo actual?
¿Qué es la verdadera historia del pueblo palestino, y de su desposesión de la tierra en que vivía durante siglos?
¿Qué es la relación entre Estados Unidos e Israel?
Durante las últimas semanas, fuerzas israelíes fuertemente armadas han reprimido con lujo de violencia a protestas valientes de palestinos en la Franja de Gaza. Han matado a por lo menos 30 personas, y han herido a más de 2.500. Las protestas continúan y están movilizando para el 15 de mayo, el aniversario de 70 años desde la fundación de Israel por medio del desarraigo violento de tres cuartos de la población palestina y el robo de sus tierras. Los palestinos conmemoran el 15 de mayo como el Nakba — el “Catástrofe”.
En el contexto de estas protestas, Revolución da inicio a la serialización de una edición especial publicada en 2010, “El caso de Israel — ¿Bastión de ilustración, o matón para el imperialismo?” (Primera parte, Segunda parte) Las cuestiones que aborda son más importantes que nunca.
El desenlace de la Segunda Guerra Mundial y el establecimiento de Israel
Después de la guerra, Estados Unidos salió en la cima del orden mundial imperialista, en condiciones de dictar las condiciones para los rivales derrotados (como Alemania y Japón) así como los aliados (como Inglaterra y Francia). Estados Unidos dio pasos en todo el mundo para reemplazar a las viejas potencias coloniales y engullirse o integrar a su órbita esas esferas de influencia.
Pero otras fuerzas importantes también surgieron de la guerra. Por un tiempo corto, la Unión Soviética y China formaron un campo socialista que confrontaba al mundo imperialista. Y otro factor importante en el escenario político de la posguerra era una poderosa ola de luchas de liberación nacional, sobre todo el Asia y África, contra las debilitadas potencias coloniales de Europa y Japón.
Estos dos desafíos relacionados entre sí al capitalismo-imperialismo después de la guerra tuvieron mucho que ver con la forma en que Estados Unidos reconstruyó a Japón y la República Federal de Alemania en el oeste (después de la guerra, Alemania fue dividida en dos, siendo la parte oriental un país separado alineado con la Unión Soviética).
Todos estos sucesos y los conflictos entre ellos se desenvolvieron en maniobras y contienda entre las potencias imperialistas en el Medio Oriente contra las luchas de liberación nacional y entre sí mismas. Por razones diferentes y conflictivas y en grados distintos, Estados Unidos y sus rivales consideraron que sus intereses serían beneficiados mediante el establecimiento y el crecimiento de su influencia en el estado sionista de Israel.
En 1947, la Resolución 181 de la ONU asignó el 56% de Palestina a los sionistas, aunque según las cifras poblacionales, dejando de lado la legitimidad del asentamiento sionista con aval británico, 650.000 judíos vivían en medio de un millón 350 miles de palestinos.6 La partición por parte de la ONU fue injusta y fue patrocinada por todas las potencias en contienda por el control del Medio Oriente.7
La Nakba: La limpieza étnica de Palestina
Durante el período desde la Primera Guerra Mundial hasta la fundación de Israel, las autoridades coloniales ingleses en efecto facilitaron las olas iniciales de limpieza étnica sionista desatadas contra los habitantes de Palestina. Eso irrumpió en una orgía de violencia terrorista en los años después de la Segunda Guerra Mundial. En diciembre de 1947, los sionistas ya empezaban las expulsiones en masa de los palestinos. Esa ola de terror, conocido como la Nakba (la palabra árabe que significa catástrofe), continuó hasta los principios de 1949.
Durante la Nakba, expulsaron a casi un millón de palestinos de sus tierras, aldeas y hogares, forzándolos a huir con sólo las pertenencias que podían cargar. Violaron, torturaron y mataron a muchos.8 Para asegurar que no quedara nada a que los palestinos pudieran regresar, arrasaron completamente sus aldeas y hasta muchos olivares y naranjales. Cuando la Nakba terminó, habían ocurrido 31 masacres documentadas, y probablemente otras.
Activistas han trabajado para desenterrar los restos físicos de esas aldeas. Historiadores han estudiado los diarios y cuadernos de los líderes sionistas. Han recogido en historias orales los relatos de los habitantes de esas aldeas. Mediante ese proceso, han recopilado listas de aldeas palestinas destruidas, entre 400 y 500 de ellas; constituyen más de la mitad de todas las aldeas palestinas. Esas aldeas servían de centros de la población principalmente rural de Palestina y su destrucción conllevó el destierro de las tierras de cultivo de los palestinos.9
Cambiaron los nombres árabes de aldeas y caminos a nombres hebreos. Destruyeron mezquitas antiguas e iglesias cristianas. Parques temáticos, pinares (árboles no indígenas) y asentamientos israelíes fueron establecidos sobre muchas antiguas aldeas palestinas. Dijeron a los visitantes de Estados Unidos, entre ellos jóvenes idealistas que pasaban los veranos trabajando en los kibbutz (granjas cooperativas) supuestamente “socialistas”, que los edificios demolidos en los alrededores fueron “ruinas antiguas”. Hicieron todo eso para borrar cualquier evidencia física de que la tierra fuera propiedad palestina y dejar en claro la irrevocabilidad de la Nakba.
La Nakba —la limpieza étnica terrorista— fue fundamental y esencial en el establecimiento del estado de Israel. Creó las condiciones y sentó las bases para otras iniciativas como la compra de tierras palestinas e iniciativas diplomáticas.
La destrucción sistemática de aldeas palestinas fue, desde el principio, el plan deliberado de líderes sionistas claves. The Ethnic Cleansing of Palestine presenta cuidadosamente un argumento de que el destierro del pueblo palestino cumple con la definición legal de la limpieza étnica, y que fue el plan deliberado de líderes sionistas claves. El libro se basa en fuentes primarias de los archivos militares israelíes, entre ellos el diario de David Ben-Gurion que desempeñó un papel político y militar clave en la fundación de Israel.10
Un proyecto estratégico importante dirigido por Ben-Gurion fue el “proyecto aldea”, lo de trazar el mapa de toda Palestina. Con fotografía aérea y otros medios, registraron los detalles de cada aldea palestina: rutas de acceso, calidad de tierra, manantiales, principales fuentes de ingreso, composición socio-política, afiliaciones religiosas, nombres de sus mukhtars (jefes tradicionales de las aldeas), relación con otras aldeas, la edad de hombres individuales y un índice de “hostilidad” hacia el proyecto sionista (incluso los que quizás mataran a judíos) medido por su participación en la gran rebelión de 1938 contra la política inglesa de permitir el aumento de la emigración de judíos a Palestina.
Terrorismo descarado israelí
Junto con la destrucción sistemática de la sociedad rural palestina, los sionistas usaron la limpieza étnica terrorista para despejar las ciudades principales de los palestinos. Tras la resolución de la ONU de 1948 que dividió Israel y Palestina, los sionistas declararon públicamente que respetarían la Resolución. No obstante, dentro del país comenzaron a implementar sus propios planes. La mañana después de la resolución de la ONU, el Haganá (el grupo militar principal que se transformaría en el ejército israelí) y el Irgun (que se escindió del Haganá y cuyo líder Menachem Begin luego fue el primer ministro y que también llegó a ser parte del ejército) desataron una campaña de terror sobre los 75.000 habitantes palestinos de Haifa.11
Los colonos judíos que llegaron en los años 1920 y vivían en las colinas alrededor de la ciudad tomaron parte en esos ataques al lado de las unidades militares sionistas. Echaron bombardeos y disparos frecuentes sobre la población palestina de Haifa. Derramaron cuesta abajo en los caminos una mezcla de petróleo y combustible y le prendieron candela. También hicieron rodar cuesta abajo barriles llenos de explosivos. Cuando los palestinos apanicados salieron para apagar las llamas, los acribillaron con ametralladoras. Judíos que se hacía pasar por palestinos condujeron autos llenos de explosivos a talleres palestinos supuestamente para reparaciones, y luego los detonaron. En una refinería en Haifa los judíos y los árabes habían trabajado hombro a hombro y tenían una larga historia de solidaridad en su lucha contra los dueños ingleses por mejores condiciones de trabajo. El Irgun, que se especializaba en lanzar bombas sobre multitudes de árabes, hizo exactamente eso en esta refinería. Los trabajadores palestinos reaccionaron, matando a 39 trabajadores judíos, una de las peores y también una de las últimas escaramuzas de represalia de ese período.12
En marzo de 1948, Ben-Gurion le comentó al Jewish Agency Executive: “Creo que la mayoría de las masas palestinas aceptan la partición como un hecho consumado y no creen que sea posible superarla o rechazarla... La mayoría decisiva de ellos no quieren luchar contra nosotros”.
Los ejércitos de varios países árabes intervinieron en 1948 de lado de los palestinos. No podían competir con las unidades militares sionistas bien equipadas con sus extensas conexiones a armas y municiones modernas, instrucción militar moderna y un ejército estrechamente organizado. Tropas irregulares árabes (unidades militares pequeñas y descentralizadas) les tendieron emboscadas a los convoyes israelíes pero se abstuvieron de atacar los asentamientos. Los ingleses, al reprimir despiadadamente las luchas de independencia de los palestinos tras la Primera Guerra Mundial, habían diezmado la capacidad militar organizada de los palestinos así como a los líderes del gobierno civil.
Ben-Gurion ordena “ocupación, destrucción y expulsión”
Ben-Gurion utilizó la intervención en el mundo árabe para definir el conflicto entre Israel y los palestinos como una patria pequeñita judía sitiada por árabes hostiles. Antes de marzo de 1948, los dirigentes sionistas aún presentaban sus actividades como represalias contra acciones hostiles árabes. Pero dos meses antes de la retirada de los ingleses, declararon abiertamente que se apoderarían del territorio y que expulsarían a la población originaria por la fuerza. Avanzaron a todo vapor las crueles expulsiones y la palabra “represalias” ya no se usaba con referencia a lo que hacían las fuerzas militares israelíes. Según Ben-Gurion, ya no era necesario distinguir entre el “inocente” y el “culpable”. Los ataques preventivos y los daños colaterales llegaron a ser aceptables y necesarios.13
En una colina al oeste de Jerusalén se encontraba la aldea de Deir Yassin. La matanza ahí reflejó la naturaleza sistemática del Plan D14 aplicado a cientos de aldeas por toda Palestina. El 9 de abril de 1948 soldados judíos irrumpieron en la aldea y rociaron las casas con fuego de metralleta, matando a mucha gente. Pappé escribe: “A los aldeanos que quedaban los juntaron en un lugar y los masacraron a sangre fría, maltrataron los cuerpos, y a varias mujeres las violaron y luego las mataron”. Fahim Zaydan, quien entonces tenía doce años, recuerda cómo asesinaron a su familia en su presencia: ‘Nos sacaron uno por uno; balearon a un anciano y cuando una de sus hijas lloró, a ella también la balearon. Después, llamaron a mi hermano Muhammad y lo balearon ante nosotros, y cuando mi madre gritó y se inclinó sobre él, con mi pequeña hermana Hudra que aún amamantaba en los brazos, también la balearon’”.
Sobre la sangre y huesos de tales matanzas, se construyó el estado de Israel. Y dicho terror ni es “antiguo” ni siquiera “historia moderna”. Define la vida cotidiana de cada palestino, hoy día.
Aquí cabe señalar una ironía terrible: Muchas personas del núcleo militar de los sionistas, las que llevaron a cabo la Nakba, la limpieza étnica terrorista de Palestina, eran veteranos curtidos en batalla, en la guerra de guerrillas en contra de los nazis en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Alistar a aquellos de los cuales muchos habían luchado en contra de algunos de los crímenes más bárbaros del capitalismo-imperialismo, en un ejército de autores materiales de crímenes terribles en contra de otro pueblo oprimido, al servicio del mismo sistema criminal responsable del Holocausto, es emblemático del nacimiento de Israel como un atroz crimen del imperialismo mundial.
6. “Special Report: What Will Israel Do as the Arab Demographic Tide Rises in Palestine?”, de I. Killgore (Washington Report on Middle East Affairs, julio y agosto 1998). [regresa]
7. Si bien la Unión Soviética apoyaba principalmente a las luchas de liberación nacional durante los años en que era socialista, también cometió varios errores muy serios al subordinar las luchas revolucionarias y las justas causas del pueblo en otros países a lo que percibieron como los intereses estatales de la Unión Soviética, a menudo con efectos desastrosos, tal como en este caso. [regresa]
8. El papel de la violación de mujeres por las fuerzas sionistas en la feroz limpieza étnica de Palestina se documenta en The Ethnic Cleansing of Palestine [La limpieza étnica de Palestina], de Ilan Pappé (Oneworld Publications, 2006). Pappé estudia y cita informes de la ONU y la Cruz Roja, junto con fuentes primarias militares israelíes, y relatos palestinos; vea en especial las páginas 208-211. [regresa]
9. Khalidi, Walid (comp.): All that Remains. The Palestinian Villages Occupied and Depopulated by Israel in 1948. Washington, D.C: Institute for Palestine Studies, 1992, App. IV, pp. xix, 585–586; y Sitta, Salman Abu: The Palestinian Nakba 1948. Londres: The Palestinian Return Centre, 2000. [regresa]
10. Una buena parte de las descripciones y las citas del libro de Pappé en esta sección del artículo es de “La Nakba: Limpieza étnica y el nacimiento de Israel” distribuido por el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, 10 de diciembre de 2006. Ese artículo resume y analiza la obra importante de Pappé y contiene observaciones sobre las limitaciones de su punto de vista y análisis político. El mismo Pappé tuvo que abandonar Israel. [regresa]
11. El Haganá fue la fuerza militar sionista principal y más establecida. El Irgún, en apariencia una "escisión" del Haganá, a veces llevó a cabo operaciones muy sanguinarias y odiosas de las cuales el Haganá tenía que distanciarse. La Pandilla Stern a su vez fue una escisión del Irgún y obró con más libertad aún fuera del escrutinio internacional. Esas fuerzas armadas sionistas y otras trabajaban conjuntamente si no en sincronización perfecta, y luego todas se integraron en el ejército israelí cuando al establecerse el estado de Israel. Muchos de los padres fundadores claves del Estado de Israel eran del Irgun y la Pandilla Stern, e invocaban abiertamente su asociación con las atrocidades particularmente horribles contra los palestinos como evidencia de su credibilidad como figuras importantes en la política israelí. [regresa]
12. Pappé, p. 58. [regresa]
13. Pappé, p. 64. [regresa]
14. El Plan D era la expresión que usaron los líderes sionistas de la Nakba en referencia a su plan maestro. [regresa]
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