El cáncer del racismo, y la cirugía radical que se requiere para extirparlo

6 de junio de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

“El racismo es la enfermedad que define a Estados Unidos…”

— periodista Lindy West, editorial de opinión del New York Times, 1º de junio

La semana pasada, se les dio mucha atención a los tuits racistas de Roseanne Barr, que comparan a una mujer negra prominente con un simio. Roseanne estuvo bien acompañada de expresiones de su odioso racismo. He aquí algunos de los incidentes que se dieron o salieron a la luz, tan solo en la última semana, de los estadounidenses que padecen la enfermedad crónica de la supremacía blanca:

  • Cuatro malditos dólares por la vida de un hombre negro. En Florida un jurado pronunció el veredicto de que la vida de un hombre negro no vale nada. Un jurado le dio cuatro dólares a la familia de Gregory Hill, un negro de 30 años asesinado cuando un policía le disparó a través de la puerta de su garaje: un dólar para los “gastos fúnebres” y uno para cada uno de los hijos del padre asesinado. Un abogado de la familia de Hill dijo que este indignante atropello se debió a que “algunos de los jurados estaban decididos a castigar a la familia por estar en el juzgado”. ¿Cómo difiere esto a los “días de antaño” cuando castigaban a los negros por comportamiento “osado” o por “no conocer su lugar”?
  • Unos racistas llaman a la policía para impedir que una doctora escuche música. Unos vecinos blancos llamaron a la policía para denunciar a la Dra. Mary Branch con una queja por la música rap que ella estaba tocando en su apartamento, ¡a las 3 de la tarde de un sábado! Branch estaba celebrando varios logros de su vida cuando, como dijo en una carta al Washington Post, un policía con la pistola en la mano golpeó la puerta y exigió ver su identificación. ¡El policía le dijo que no volviera a cometer la “falta”!
  • Starbucks tiene que dar capacitación en el tratamiento a los negros como seres humanos. En 2018, Starbucks tuvo que cerrar sus 8.000 locales en Estados Unidos para dar capacitación a 175.000 empleados ¡para que no discriminen contra los negros! ¡Para que los traten como verdaderos seres humanos!
  • Un adolescente recibe una condena de 5 años de prisión por robarse unos tenis. Dayonn Davis, 18, de Columbus, Georgia, recibió una condena de 5 años de prisión y 10 años de libertad condicional por un robo que supuestamente ocurrió cuando él tenía 15 años. Lo procesaron como adulto, aunque fue menor de edad cuando los tenis fueron robados. Al condenarlo, el juez dijo: “Tal vez él sea la persona equivocada. Él es el que tenía los tenis en su closet”.
  • En una cancha de golf, un hombre llama a la policía contra unas mujeres por ser negras jugando al golf. ¡The Root informó que un hombre de Pensilvania llamó a la policía porque cinco mujeres negras se atrevieron a estar en la misma cancha de golf que él! Cuando el hombre —un hombre blanco, por si acaso se tuviera la duda— empezó a discutir con una de las mujeres, éstas no se marcharon. Al despachador de la policía le dijo: “Quiero que la saquen de la cancha de golf”. Cuando le preguntaron si alguna de las personas que quería que sacaran de la cancha estaba armada, contestó: “No. Solo con la boca”.

El racismo es típicamente estadounidense

El racismo es la ideología de la supremacía blanca. Es la creencia de que los negros son subhumanos. Y por generaciones ha justificado, apoyado y perpetuado la supremacía blanca en Estados Unidos; desde que los primeros barcos depositaron los esclavos engrilletados de África en los puertos de Nueva York y Charleston, hasta hoy, cuando jóvenes negros y latinos llenan las prisiones, las cárceles y granjas de trabajo de costa a costa.

La supremacía blanca ha sido parte de los huesos y sangre de Estados Unidos desde su fundación. Imbuía el pensamiento de los “fundadores” líder de Estados Unidos, como Thomas Jefferson. Fue un elemento central de las instituciones políticas que construyeron, y lo sigue siendo. Ese veneno no surgió de la nada, sino que los gobernantes de Estados Unidos lo administraron sistemáticamente a los blancos. En El comunismo y la democracia jeffersoniana, Bob Avakian (BA), explica profundamente cómo la ideología —la concepción del mundo y mentalidad— de la supremacía blanca y el racismo se inculcó en los colonos blancos desde el principio y el propio Jefferson la sistematizó. Y durante siglos se reforzó en toda esfera de la sociedad: del púlpito a la universidad y las artes y especialmente en las leyes y las cortes. El propio Jefferson popularizó el concepto del “pequeño agricultor”, o sea, el llamado “agricultor independiente, que trabaja duro, tipo sal de la tierra”, en oposición a los “parias” o excluidos, o sea los indígenas desposeídos y los negros secuestrados y esclavizados. Esto también, como Avakian analiza a fondo, fue una mentira profunda; pero la profundidad de la mentira solo tiene su par en la profundidad de su penetración en la psique de los estadounidenses.

Surgida sobre una fundación de explotación

El racismo y la supremacía blanca tienen “vida propia”, pero en lo esencial surgen de la fundación de explotación que siempre ha caracterizado a Estados Unidos y la refuerzan. Las enormes montañas de riqueza que se exprimieron a los negros esclavizados fueron las piedras angulares del ascenso de Estados Unidos como país independiente. La feroz explotación de los negros —primero en las plantaciones algodonales en el Sur, después como aparceros durante los décadas posteriores y luego en los oficios peor pagados de las fábricas en todo Estados Unidos— fue un elemento central del ascenso de Estados Unidos como potencia mundial. De nuevo, BA analiza esto en muchas obras, más recientemente en su discurso contundente, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible (en inglés) y en el discurso del verano pasado El problema, la solución y los retos ante nosotros.

La supremacía blanca ha estado arraigada en la ley a lo largo de la historia de Estados Unidos y respaldada por la violencia del estado: de 1789 cuando la Constitución estipuló que los esclavos constituían “tres quintos” de una persona; a 1857, cuando la Suprema Corte resolvió que los negros “…eran seres de un orden inferior… sin derechos que los blancos tuvieran que observar”; a la era del Jim Crow cuando la Suprema Corte ratificó la imposición violenta de la subyugación y segregación a los negros y se negó a proscribir a las chusmas de linchamiento que mataron a miles de negros; a una serie de decisiones de la Suprema Corte que culminaron en 2007, las que pusieron fin a los planes de desegregación de las escuelas que habían sido la ley solamente unas décadas (e hizo lo mismo unos años después con las leyes sobre el derecho a votar)1.

Desde hace siglos, una de las características distintivas de la cultura estadounidense ha sido el racismo vil y burlón. Entre los blancos hasta principios del siglo 20 eran populares los shows “minstrel” — cuando los actores blancos se pintaban la cara de negro para representar a los negros como perezosos e ignorantes. La primera película épica de Hollywood, El nacimiento de una nación, celebra al Ku Klux Klan y retrata a los negros como salvajes, y se estrenó en la Casa Blanca; en la primera película con canciones, El cantante de jazz, un hombre blanco con la cara pintada de negro se burla de la cultura y lenguaje de los negros; el primer estreno “exitazo” en Tecnicolor, Lo que el viento se llevó, glorifica a la Confederación esclavista.

En tiempos más recientes, desde hace décadas las películas y series de televisión policíacas tratan a los negros como criminales. Un sinnúmero de informes de “noticias” crean una imagen de los negros, especialmente de los jóvenes, como “animales” peligrosos alborotados que hay que temer y contener, golpear y arrestar.

Se puede curar esta enfermedad

Este problema tiene una solución. La plaga de la supremacía blanca no está “en el ADN” de los blancos. Como BA señala con contundencia en su discurso ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, ha habido ocasiones —muy pocas, señala— cuando sectores importantes de los blancos se opusieron a este veneno. Por lo que no está “en su ADN” —pero está “en el ADN” del sistema capitalista-imperialista. Esto se puede ver en la realidad de que en las dos ocasiones en que surgió un poderoso desafío a la supremacía blanca, o sea, durante la guerra de Secesión y después durante el gran levantamiento de los años 1960, la clase dominante estadounidense se vio impelida a reafirmar y reforzar en nuevas formas esos mismos cimientos.

El capitalismo implantó la supremacía blanca y el racismo en Estados Unidos, los cuales están profunda e indisolublemente entrelazados en este país; pero es posible desarraigarlos y arrancarlos de raíz completamente. Esto requiere una cirugía radical: una revolución que logre el derrocamiento real del sistema capitalista-imperialista, mediante la derrota de sus fuerzas armadas cuando el sistema esté en crisis y millones de personas lleguen a reconocer la necesidad de una revolución. Se requiere un poder estatal de un tipo radicalmente diferente, construido sobre cimientos económicos radicalmente diferentes. Se requiere una sociedad en que se alienta y apoya el pensamiento crítico y creativo y en que se fomenta el método científico — lo que incluye entender científicamente a la sociedad. Se requiere una sociedad con una moral completamente diferente, que vaya mucho más allá del “cuidarme de mí mismo y de lo mío” y de “la ley del más fuerte”. La única manera en que es posible eliminar esta plaga es una revolución que cree tal sociedad.

La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (CNRSAN), de la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, es un plan para un futuro que sea emancipador y visionario.

Recorre toda la CNRSAN un enfoque integral con medidas concretas para erradicar la opresión del pueblo negro y de otra gente de color y “eliminar por completo la opresión nacional y la desigualdad entre las nacionalidades”. Se debería librar y se librará una feroz lucha prolongada para desarraigar las desigualdades en todas las esferas de la vida —en la economía, la política, la educación, en todas las instituciones de la sociedad— y para transformar las formas de pensar atrasadas y odiosas que expresan la supremacía blanca. La CNRSAN muestra muy concretamente cómo se haría eso. Si usted va en serio por realmente extirpar este cáncer de racismo y supremacía blanca, tiene que leer esta obra.

Hoy mismo tenemos que vivir como “pueblo futuro”, gente que no tolera esta porquería racista, ni otras maneras atrasadas de pensar y actuar del sistema, y que pugna por hacer la revolución a la mayor brevedad posible. Estamos trabajando y organizando por eso ahora mismo. Estamos preparando el terreno, preparando al pueblo y preparando a la vanguardia, preparándonos para el momento en que sea posible liderar a millones de personas para acometer la revolución, con todo, con una verdadera posibilidad de ganar.

¿Por qué debemos tolerar el que la humanidad siga atascada en este fango cuando algo tanto mejor es posible?


1. Vea la serie de RevoluciónDos constituciones, dos sistemas diferentes”.  [ regresa ]

 

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