Mítines “al estilo de su campaña”, pues hágame el favor...
Trump está organizando a turbas de linchamiento y soldados fascistas

| Periódico Revolución | revcom.us

 

Hace poco Trump celebró una serie de mítines, como uno en Fargo, Dakota del Norte el 27 de junio y otra en Great Falls, Montana el 5 de julio. Aunque la prensa critica ligeramente algo de la retórica de Trump, por lo general se refiere a estas congregaciones como “eventos al estilo de su campaña” que tienen el fin de robustecer a los republicanos para las elecciones de medio término.

Eso equivale a decir que los mítines de Hitler en Nuremberg fueron “eventos de campaña manchadas de caracterizaciones prejuiciadas del pueblo judío” — mientras se organizaban a los soldados de asalto nazis y se vislumbraba la II Guerra Mundial y el Holocausto.

Movilizando y organizando un movimiento fascista de masas… para el combate

Algunos dicen que el régimen de Trump y Pence no es el fascismo porque no existe un movimiento fascista de masas en las calles. Pero convertir su base en “un arma”, cohesionarla y desatarla es precisamente lo que Trump pretende hacer con sus mítines nurembergianos tipo reality TV.

En estos mítines Trump no solo atiza el racismo, la misoginia, el odio, la sed de sangre y el revanchismo, aunque sí hace eso. También pinta a su régimen fascista como la víctima de la violencia izquierdista y del Partido Demócrata y prepara a sus secuaces para posible combate en sí con sus enemigos (ya sea que el régimen fascista considere necesario realizarlo de verdad o solo baste con amenazar con nacientes turbas de linchamiento).

Mientras les arrebatan los niños a los madres y padres inmigrantes, Trump no solo intensificó sus grandes mentiras nazis de que todos los inmigrantes son narcotraficantes y pandilleros violentos. También afirmó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) es la víctima de “activistas izquierdistas que intentan impedir que los agentes de ICE cumplan con sus deberes, y publican las direcciones de sus viviendas, poniendo en peligro a estas increíbles personas y sus familias”, y exhortó a sus secuaces a “defender” a los agentes de ICE. Y solo pocos días después de que un blanco reaccionario (según se informa, influenciado por la ultraderecha) asesinó a cinco periodistas en Maryland, Trump atizó el odio hacia la prensa al llamarla falsos y mentirosos.

Trump no solo repitió sus insultos racistas contra la congresista negra Maxine Waters llamándola “una individua de bajo CI”; sino que cuando ella convocó protestas no violentas, Trump mintió de que ella “le está diciendo a la gente que… agredan” a funcionarios de la administración. Trump amenazó a Waters diciendo que ella debe “tener cuidado de lo que desea”. Enseguida Waters fue inundada por amenazas de muerte, incluso una de un sub fiscal del condado San Bernardino que dijo: “Siendo una p* fanfarrona del ghetto uno pensaría que alguien ya hubiera baleado a esta p*”. (Para más sobre lo que Trump dijo en estos mítines, vea el artículo de Coco Das de Rechazar el Fascismo).

Trump advirtió que “los demócratas quieren la anarquía, sí que es verdad, y no saben con quién están jugando, mi gente”. Y concluyó con: “No retrocederemos, no nos rendiremos, jamás, jamás retrocederemos, avanzaremos hasta la victoria. Somos estadounidenses y nuestros corazones sangran rojo, blanco y azul…”.

Los mítines de Trump no son la única manera que están azuzando, organizando y endureciendo a las fuerzas fascistas para el combate. Trump acaba de perdonar a unos milicianos rancheros de Oregón que hace dos años inspiraron la ocupación armada de la Reserva Natural Malheur. Los fascistas de la ultraderecha acaban de recibir un permiso para celebrar un mitin del aniversario de “Unificar a la Derecha”. Mientras tanto, el fenómeno de ser “agredido al ser negro” por supremacistas blancos se ha vuelto una epidemia nacional (hace poco un cura blanco expulsó de un funeral para su mamá en una la iglesia a una familia negra, junto con decenas de dolientes).1

Los fascistas trumpistas-pencistas no quieren simplemente “maximar su ventaja durante este ciclo electoral”, o mientras el “péndulo” oscila en su favor. ¡Lo que quieren es romper el “péndulo” y consolidar permanentemente su gobierno fascista! Y un elemento clave para consolidarlo en general es, como ha analizado Bob Avakian en “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”, la destrucción o la capitulación a la fuerza de la oposición burguesa liberal en la clase dominante y de la prensa.

Mientras que Trump se prepara la guerra, los demócratas están “ansiosos por trabajar con el presidente”

Los demócratas no pueden y no van a oponerse firmemente a esto. Mientras Trump azuza y endurece a sus secuaces para una lucha violenta contra sus contrincantes (lo que incluye contra los esfuerzos por acusar o enjuiciarlo), los demócratas critican las justas protestas contra el régimen y piden la “civilidad”. Después de que Trump la atacó repetidamente, la senadora Heidi Heitkamp lo restó importancia diciendo que es “política de año electoral” y que ella está ansiosa por trabajar con los republicanos, ‘inclusive con el presidente’”. Al mismo tiempo, la dirigencia del Partido Demócrata le aconseja a la gente que le extiendan la mano, que “comprendan”, y que se reconcilien con la base de Trump, los racistas, odiamujeres y cabrones que proclaman Estados Unidos Ante Todo.

Como Bob Avakian analiza en LoBAsico 3:10 y 3:11, si bien los fascistas están muy dispuestos a azuzar y desencadenar a su base, los demócratas tienen miedo de hacer lo mismo a su base. Estos demócratas prefieren el orden y la preservación del imperio a un levantamiento popular, aunque sea el orden del fascismo. Ellos son parte del problema y no de la solución.

El viejo orden no regresará — lo que lo reemplace depende de nosotros

Los demócratas no pueden y no van a liderar al pueblo a enfrentar la intimidación fascista. Pero si un núcleo de personas SÍ se ponen de pie en contra de estas expresiones de fascismo FLAGRANTES y ampliamente reconocidas —como hizo la gente el año pasado en Charlottesville y Boston así como en Libros Revolución de Berkeley—, esto podría galvanizar y ganarse mucho apoyo, y podría ser parte de empezar a cambiar realmente las dinámicas de toda la situación política.

Las cosas NO tienen que proceder hacia el fascismo. Es verdaderamente necesario y urgente parar en seco a este régimen fascista, expulsarlo a través de lucha política no violenta realmente masiva. Pero, como dijimos la semana pasada:

…no olvidemos que el viejo orden —que todavía impera— es un orden de horrores, un reino y una lluvia de terror. Tanto el nuevo como el viejo orden son distintas formas de gobernar del sistema capitalista-imperialista; traen la misma esencia. A diario se pulveriza la vida y cuerpos de miles de millones de personas en las maquiladoras, minas y plantaciones al servicio de un estilo de vida de los pocos que jamás se podría mantener — y jamás se debería mantener. En defensa de ese estilo de vida, se ha brutalizado y masacrado a pueblos enteros, década tras década hasta el día de hoy. Por todo el imperio, se ha sometido a la desvalorización, invisibilización, estigma, abuso y cosas peores a las mujeres y a la gente LGBTQ, y en general se les trata como menos que humanos. Y en la patria del imperio, todos los días, con una vileza todavía incalculable, cometieron y siguen cometiendo los “pecados” fundacionales de genocidio y esclavitud.

No obstante —está pendiente una enorme lucha que emprender ahora mismo contra la imposición del fascismo con los horrores aún más profundos que esto ya está implicando— y las cosas mucho peores que promete una vez que se haya implementado en toda su extensión. Hace falta emprender una lucha monumental para expulsar al régimen fascista en Estados Unidos, y en este mero momento hay una etapa urgente en esa lucha.

Pero mientras emprendemos la lucha para expulsar a este régimen fascista, ¿cuáles deben ser nuestras metas? ¿Volver a lo viejo? No tenemos que vivir así… no TENEMOS que elegir entre dos monstruosas alternativas. Existe la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y radicalmente mejor. Lo que necesitamos es una revolución, una revolución real, para llegar a ese mundo; una revolución en la cual millones de personas cuenten con una dirección para esforzarse, con todo, cuando cambien las condiciones, para derrocar el sistema. La base, el argumento y la visión para ese mundo se pueden encontrar en la obra de Bob Avakian, BA, en El Nuevo Comunismo y otras obras. Se han plasmado el marco y plano para una nueva sociedad que trabaje para tal mundo en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la autoría de BA. Y tenemos una estrategia en CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución. Además, contamos con la dirección trascendente para crear ese mundo, en BA y en el Partido Comunista Revolucionario que él dirige. Mientras usted lucha contra el régimen… ¡ÉNTRELE A LA REVOLUCIÓN! Y ¡ÉNTRELE A BA!


1. El Washington Post y otros medios de información informan que han habido casos de hostigamiento y agresión por (todos los enlaces en inglés) –

• ser negro cuponeando
• ser negro graduándose y haciendo demasiada bulla
• ser negro esperando el bus escolar
• ser negro haciendo un berrinche de jardín de infancia
• ser negro tomando te frio y
• ser negro esperando en Starbucks
• ser negro alquilando un AirBnB’ing
• ser negro comprando ropa interior
• ser negro hablando en voz alta
• ser negro jugando golf demasiado lento
• ser negro comprando ropa en Barney’s  
o Macy’s
o Nordstrom Rack
• ser negro quedando afuera de su propio hogar sin llave
• ser negro usando el gimnasio
• ser negro pidiendo el número de la cede de Waffle House y
• ser negro leyendo a C.S. Lewis
...entre otros.  [regresa]

No podemos ser simplistas si vamos a hacer en serio lo que hay que hacer, sobre todo si vamos a hacer el tipo de revolución que necesitamos hacer. Tenemos que analizar las tendencias que vienen cobrando fuerza en esta sociedad desde hace tiempo.

Es ilustrativo verlo como una especie de pirámide…. Viendo esta pirámide, arriba está la clase dominante y sus representantes políticos que (aunque esto sea un poco simplista) podemos ver con los demócratas a un lado y los republicanos al otro. Por décadas, las personas agrupadas en torno a Bush y el tipo de personas que ellas representan han estado trabajando y preparando en la sociedad toda una infraestructura, por decirlo así, que podría encaminar la sociedad de un modo completamente diferente hacia algo fascista cuando sea necesario.

Veamos lo que han hecho con este fenómeno del fundamentalismo religioso. Es un esfuerzo de apuntalar deliberadamente a una base de millones y millones y millones de personas a quienes les asusta la idea de... ¡pensar! —¡en serio!— personas que no pueden con toda la complejidad de la sociedad moderna y quieren respuestas sencillas y absolutas a las complejidades de esta sociedad….

Al otro lado de la cima de la pirámide (a la supuesta “izquierda”), están los demócratas. ¿Quiénes son las personas que quieren atraer? No digo que los demócratas representan los intereses de dichas personas, ¿pero a quiénes quieren atraer, en la base, en el otro lado de la pirámide, digamos? A todas las personas que apoyan cosas progresistas y todas las personas que son el blanco de la opresión en esta sociedad. Una gran parte del papel de los demócratas es canalizar a todas esas personas hacia el proceso electoral tradicional de la burguesía… y meterlas de nuevo en él, si se han alejado de ese marco —o si han roto con ese marco—….

Esto es importante en sí y también ilustra un potencial positivo por lo que se refiere a la revolución. No estoy diciendo que estemos en el umbral de la revolución ahora mismo, pero pensando en el futuro y en el potencial, una de las cosas que lleva a una situación revolucionaria es que millones y millones de personas piensan que algo es intolerable. Quieren que ciertos líderes en la cima de la sociedad las dirijan para hacer algo al respecto, pero dichos líderes no están en posición de dirigirlas a hacerlo ni quieren dirigirlas a hacerlo — así que, ¿a quiénes recurren? A aquellos que están dispuestos y decididos a dirigirlas a hacerlo y a llevarlo a alguna parte. Por eso, esta situación encierra grandes peligros; pero la misma situación —o el otro lado de la contradicción— es la que encierra mucho potencial positivo para la lucha ahora y para hacer la revolución conforme se vaya desenvolviendo la situación.

Bob Avakian, Lo BAsico 3:10

Estos políticos derechistas (en general agrupados en el Partido Republicano) pueden movilizar, movilizarán y sí movilizan enérgicamente a esta base social esencialmente fascista... pero, por otro lado, los sectores de la clase dominante que el Partido Demócrata en general representa están muy renuentes a movilizar y en efecto se resisten a movilizar a… la base de personas cuyo voto y apoyo en la arena política burguesa la quieren ganar los demócratas. Este lado (el Partido Demócrata) de la clase dominante generalmente no quiere movilizar a esa base en las calles y de hecho rehúye a la idea de llamar a esa base a las calles, a movilizarla para oponerse a las fuerzas opuestas en la clase dominante y su base social, o en general para luchar por los programas que el mismo Partido Demócrata dice que representa y que en cierta medida trata de implementar….

Como amplificación del punto básico en consideración, es importante reconocer lo siguiente: en el marco del sistema capitalista imperialista y con la dinámica subyacente de este sistema que en lo fundamental determinan las pautas y los límites de la política “oficial” y “aceptable”, el fascismo —o sea, la imposición de una forma de dictadura que se basa abiertamente en la violencia y el terror para mantener el dominio y los imperativos del sistema capitalista imperialista— es una posible resolución de las contradicciones que enfrenta este sistema, una resolución que en cierto momento podría corresponder más o menos a las necesidades imperiosas de este sistema y su clase dominante — mientras que la revolución y el auténtico socialismo que se proponen alcanzar el objetivo final del comunismo por todo el mundo también constituyen una posible resolución de estas contradicciones, ¡pero es una que muy claramente no será aceptable para la clase dominante capitalista imperialista ni compatible con los imperativos de este sistema!

Bob Avakian, Lo BAsico 3:11

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