La importancia de echar por tierra la nominación de Brett Kavanaugh para la Corte Suprema… y de hacerlo con los términos correctos

| Periódico Revolución | revcom.us

 

(Con una nueva nota de la redacción adjunta al final.)

Brett Kavanaugh representa una amenaza grave para el futuro de la humanidad, y se debe rechazar contundentemente su nominación a la Suprema Corte. Como hemos escrito:

Brett Kavanaugh tiene una larga y fea historia en las ramas ejecutiva y judicial del gobierno de Estados Unidos, en la promoción de una agenda fascista cristiana reaccionaria. Debido a este historial público comprobado, se debería y se debe detener su nominación a la Corte Suprema. Kavanaugh desempeñó un papel completamente reaccionario en los esfuerzos al estilo de una inquisición de la Comisión Starr republi-fascista de procesar a Bill Clinton en la década de 1990. Como integrante del régimen de Bush, justificó la tortura. Luego, dijo que el presidente debería tener inmunidad contra el enjuiciamiento. Y sus decisiones judiciales en la última década pisotearon los derechos constitucionales básicos, especialmente con respecto a las mujeres y las personas LGBTQ.

De ser confirmado para la Corte Suprema, él amarraría con candado una mayoría pro fascista en una rama del gobierno que podría afectar decisivamente a todas las partes del gobierno, así como a los derechos de las personas de alzar la voz y disentir. Además: las decisiones en las que participaría casi de inmediato intensificarán significativamente, por decirlo suavemente, la opresión y la degradación de las mujeres y las personas LGBT. Las protestas de las últimas dos semanas han sido justas y deberían continuar.

En breve, Kavanaugh ha hecho muchísimo daño durante su vida entera, y de ascender a la Suprema Corte, hará cosas muchísimo peores.

Lo que ya sabíamos y lo que incluso ahora está saliendo a la luz aún más respecto a las ideas de Kavanaugh sobre los derechos de las mujeres de controlar su propia reproducción, especial pero no solamente el derecho al aborto, así como varios otros temas importantes, como la tortura y el poder ejecutivo, para mencionar unos pocos —sobre todos los cuales ha sido evasivo, engañoso, o de plano mendaz— todo eso señala que su ascensión a la Corte haría un daño grave e incalculable, y hay que oponérsele y DETENERLA.

Hasta la fecha, a pesar de los esfuerzos y sacrificios de varios miles de personas que hicieron presencia en Washington, D.C., y el arresto de muchas de ellas, la lucha para detener su confirmación NO ha estado a la altura del peligro que representa. Los altos dirigentes demócratas han puesto al descubierto algo del historial de Kavanaugh y se han quejado de los encubrimientos, pero no han expuesto ni de lejos la totalidad ni el contenido de dicho historial, ni tampoco lo han denunciado por fascista, no han movilizado a las masas, y estos senadores ni tampoco han detenido las audiencias en seco por ilegítimas hasta que se divulgara todo y se permitiera una interrogación completa; en lo principal, no han hecho más que cumplir con las formalidades.

Sin embargo, aún no es tarde para librar la lucha al nivel requerido — al dirigir a las masas de personas a captar la gravedad del daño que implicaría la ascensión a la Corte de Kavanaugh y la conexión de eso con el programa fascista en su conjunto. Pero hay que librar esta lucha con los términos correctos.

La acusación contra Kavanaugh por agresión sexual y tentativa de violación

A principios de este proceso, la Dra. Christine Blasey Ford le dijo a su representante congresista que Kavanaugh la agredió sexualmente e intentó violarla cuando ella tenía 15 años y él 17. En este momento, aparte de los que estaban en ese cuarto, nadie sabe la verdad exacta de esa alegación; pues sin embargo muchas personas hablan sobre lo que ocurrió o no ocurrió con una certeza absoluta, sin ninguna base concreta, más que intuiciones y versiones periodísticas. Calificar de cierta a una cosa porque concuerda con la experiencia personal de uno, o porque corresponde a fenómenos sociales extensos más amplios (el ultraje de la agresión sexual en este caso), o porque a uno le parece correcto, de hecho NO lleva a entender correctamente la realidad; llegar a la verdad requiere desmenuzar con seriedad y sin prejuicios la evidencia concreta. Actuar a base de algo que parece ser la verdad sin semejante evidencia puede terminar, y ha terminado, en resultados muy negativos.

Al mismo tiempo —y esto también es muy importante— algunas verdades básicas que se han recalcado en el reciente período incluyen el hecho de que muchas mujeres sí, efectivamente, esperan años antes de presentar acusaciones verídicas, precisamente debido a las enormes fuerzas sociales montadas en contra de las mujeres cuando lo hacen, por ejemplo, al avergonzarlas y atacarlas vengativamente, todo lo que se multiplica por el veneno y omnipresencia de eso en esta época de las redes sociales. En conexión con eso, la mayoría de las mujeres no toman a la ligera hacer semejantes acusaciones; y casi todas las mujeres han experimentado el hostigamiento, abuso, golpizas, extorsión o violación, perpetrados por hombres y muchachos en su pasado. De que eso sea así es un motivo sumamente importante para hacer la revolución, para derribar este orden social y sus relaciones pútridas entre las personas y sus valores pútridos (a los cuales los fomentan y los refuerzan casi todas las instituciones en la sociedad), y reemplazarla por una sociedad auténticamente emancipadora; de hecho, si ese hostigamiento y abuso extendido fuera el único mal de este sistema, eso sería suficiente motivo para hacer la revolución. Sin embargo, esta verdad social de contexto más amplio en sí no determina la verdad, o la falsedad, de cualquier afirmación en particular.

Tras la revelación de esta acusación, para muchas personas la verdad o la falsedad de esta acusación se ha convertido en el tema decisivo de la nominación de Kavanaugh. Incluso algunas personas que hasta ahora se han opuesto a Kavanaugh por razones más fundamentales las cuales enumeramos al principio de este artículo están cambiando de énfasis para convertir esto en el tema principal. Todo eso es incorrecto. Aunque la evidencia, con el tiempo, demuestre la culpabilidad de Kavanaugh inequívocamente, eso no debería ser la cuestión decisiva ni la gota que derrama el vaso.

¿Cómo debemos juzgar el pasado de una persona?

En primer lugar, aunque se suponga que el peso de la evidencia que se haya presentado comprueba la acusación contra Kavanaugh, hay que evaluar lo que una persona hizo a los 17 años de edad principalmente en relación con su vida entera. A los 17 años de edad, una persona no es un adulto plenamente responsable; aún está el proceso de convertirse en la persona que lo será1.

La cuestión decisiva no es lo que alguien hizo de joven sino lo que ha sido la trayectoria posterior de su vida. Las personas pueden cambiar; la pregunta no debe ser si hicieron cosas malas en su juventud sino: ¿lo han enfrentado y han roto con ello de manera fundamental — o han continuado por el mismo rumbo en esencia? En el caso de Kavanaugh, estos hechos son más claros que ni el agua: más allá de lo que hizo (o no hizo) como adolescente, como un hombre hecho y derecho ha desempeñado un papel de peso para fortalecer la opresión patriarcal e impulsar la fascistización en general de Estados Unidos — y eso sigue siendo cierto sin importar cuántas mujeres que lo conocían antaño digan que era un adolescente respetuoso, o si resulta cierta o no la acusación hecha por la Dra. Blasey. Por estas razones hay que oponerse o derrotar a Kavanaugh.

La importancia de los términos correctos

Esto nos lleva al segundo punto. Si el motivo principal o decisivo para rechazar a Kavanaugh no se debe a su historial comprobado como un adulto sino a acusaciones sobre su comportamiento como adolescente —aunque resulten ser verídicas—, ¿sobre cuál base se opondrá al nominado que seguramente lo reemplace (por ejemplo, si fuera Amy Barrett, que es aún más derechista, si eso es posible)?

De mayor importancia: ¿qué tipo de sociedad es nuestra meta? ¿Una en la que se presentan los errores y hasta los crímenes que las personas cometieron en su juventud y se utilizan en contra de esas personas cuando son adultos y en la que se riegan para fines políticos (sin importar qué tan justos y correctos tal vez parezcan a corto plazo)? O, ¿una sociedad en la que se juzga a las personas por la trayectoria de los fines a los cuales han dedicado su vida, en la que hay una unidad moral fundamental entre los medios y los fines?

La lucha contra Kavanaugh debe intensificarse

Una vez más, la lucha para impedir la confirmación de Kavanaugh no sólo debe continuar sino intensificarse, con el enfoque correcto: su historia completamente fascista y lo que eso presagia para el futuro de la humanidad. Los revolucionarios y radicales deben estar presentes dondequiera que la gente esté luchando contra esta nominación, poner al descubierto toda la gravedad del peligro que esta nominación conlleva y dirigir la indignación contra la reconfiguración fascista de la Suprema Corte, contra el régimen fascista de Trump y Pence en su conjunto y contra el sistema capitalista-imperialista que engendró toda esta pesadilla.

 

Nota de la redacción: El sábado 6 de octubre, el Senado confirmó a Brett Kavanaugh como juez de la Corte Suprema. Esto es verdaderamente siniestro: ahora hay una mayoría pro-fascista amarrada en la corte para el futuro previsible. A la luz de eso, reimprimimos nuestro artículo posteado poco después de que las denuncias de agresión sexual de la Dra. Christine Blasey Ford contra Kavanaugh salieron a la luz, pero antes de que ella diera testimonio.

Lo que hace aún peor la ascensión de Kavanaugh a la corte es la forma en que se le opuso y no se le opuso. En lugar de centrar la resistencia en torno a la historia y programa fascistas conocidos de Kavanaugh, a los que debieron y pudieron haberse opuesto millones de personas en una acción decidida de masas y así impidieran la confirmación de Kavanaugh, la resistencia se centró erróneamente en las supuestas agresiones sexuales de Kavanaugh en su juventud, las cuales en todo caso no trataban la esencia del asunto y lo que, en las formas en que se llevó esta lucha, viciaba principios importantes relacionados con el debido proceso. Algo igualmente destructivo es que en todo esto recorrió una racha de venganza, la que socavará, contrarrestará y de fondo hará imposible la emancipación de toda la humanidad.

El hecho de que las cosas resultaran así se debió en gran parte a una orientación errónea y manipulación conscientes por parte de los demócratas que montaron lo que representó un espectáculo de oponerse a Kavanaugh sobre la base de lo que él en realidad ha hecho y lo que él representa políticamente (como Roe contra Wade y el aborto, la tortura, el poder ejecutivo, etc.) pero —en lugar de realmente “trabar batalla con todo” y llamar a que la gente se tomara las calles y continuara protestando y resistiendo sobre esa base, con una verdadera determinación de derrotar la nominación de Kavanaugh, pero también a cualquier otra persona con las mismas posiciones horribles— los demócratas, et al., traficaron, sí, con la lucha contra el abuso sexual de las mujeres, y la pervirtieron en la forma de un instrumento de rivalidad política intra-burguesa (inclusive con miras a las próximas elecciones de mitad de mandato). Agrava la derrota el hecho de que millones de personas se dejaron llevar en un movimiento que tenía todas las limitaciones que describimos en el siguiente artículo — limitaciones de una naturaleza muy grave que hacen un daño real a los intereses más fundamentales de la gente.

existe una manera de recuperarse de esto y de emprender la batalla crucial para sacar a este régimen fascista. Postearemos otros artículos al respecto en los días por venir; por ahora, sin embargo, remitimos al lectorado al sitio web de Rechazar el Fascismo (refusefascism.org) para obtener una orientación sobre cómo asumir esta batalla, y acciones con sentido que se pueden emprender ahora que tendrán un efecto determinante real y positivo.

1. Por esta razón, no es completamente apropiado comparar esta situación con la de Anita Hill. Hill presentó sus acusaciones contra un hombre adulto que tenía autoridad sobre ella en una dependencia gubernamental. [regresa]

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