Sobre los viles asesinatos en Nueva Zelanda

| Periódico Revolución | revcom.us

 

La semana pasada, un fascista supremacista blanco internauta se metió a dos mezquitas en Nueva Zelanda y mató a 50 personas. Además transmitió la masacre en vivo por medio de Facebook, con el fin de instigar a otros fascistas y racistas y sembrar terror entre las masas. (Esta transmisión de una masacre racista hace recordar el papel que jugaban las “tarjetas postales del ahogado” que se hicieron con las fotos de las víctimas de los linchamientos que luego se difundieron por todo Estados Unidos, y el terror que esto causaba entre las masas negras en los años del Jim Crow.) Los relatos de los padres que intentaban proteger a sus hijos del caos, son tan conmovedores como de enfurecedora lo es la arrogancia racista del asesino.

Ello tras la masacre de nueve personas negras en una iglesia de Charleston, Carolina del Sur, en 2016, por otro racista internauta, y la masacre de 11 judíos en una sinagoga de Pittsburgh, en noviembre de 2018 por parte de un individuo quien también parece ser un fascista.

La respuesta inicial de Trump, cuando se le preguntó que si le parecía que “el nacionalismo blanco” —o sea, el fascismo supremacista blanco— era un problema importante, fue: “en realidad no lo sé, creo que se trata de un grupito de personas”. De hecho se trata de un ENORME problema — para la humanidad. Existe una supremacía blanca descarada e irredenta que azuza e impulsa al fascismo de hoy en los países que históricamente tenían una población de mayoría blanca o de regímenes de colonos blancos. La elección de Trump le cargó de energía a este fenómeno, y siempre se puede “contar con” él para que objetivamente apoye a esto. Así que esta muestra vil y deliberada de indiferencia (y apoyo real objetivo) es un ultraje tras otro.

También cabe señalar que unos días antes, en una entrevista con la red fascista Breitbart News, en una referencia a las investigaciones del Congreso sobre posibles actos ilícitos contra Trump y su régimen, Trump dijo: “Yo cuento con el apoyo de la policía, con el apoyo de las fuerzas armadas, con el apoyo de los Motociclistas por Trump — cuento con unas personas duras, pero no juegan duro, a menos que ellos [o sea, los oponentes a Trump] vayan a cierto extremo, y en tal caso la cosa sí resultaría muy pero muy mal”. Esta es una descarada amenaza a que si estas investigaciones —y por implicación, cualquier otra forma de resistencia, ya sea de la clase dominante o “desde abajo”, llegue a ser un fuerte obstáculo a la monstruosidad fascista inexorable— él abrirá las perreras, oficiales y extra oficiales.

Ya sean los descarados asesinatos o el respaldo y amenazas de Trump, todas estas cosas son manifestaciones de un fascismo que está en contienda en todo el mundo. Esto augura un mundo en el que la gente de la religión “equivocada”, las personas que no son blancas, las mujeres, las personas LGBTQ y otras personas estarán subordinadas o en una posición peor, en el que los derechos políticos fundamentales serán pisoteados, y se reprimirá de manera abiertamente violenta a quienes se oponen al orden establecido. Este fascismo es el producto del capitalismo-imperialismo. Es una forma de gobernar —una opción— a la que las clases dominantes capitalistas (o unos sectores de esos gobernantes) quizá se vean impelidos a recurrir cuando se encuentren ante contradicciones extremos, tal como ocurre hoy. Recomendamos fuertemente que los lectores, tras leer este artículo, exploren el discurso filmado de Bob Avakian “¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible” en inglés (lea el texto de la película en español). Además, exploren el nuevo corto de la respuesta de Bob Avakian en inglés a una pregunta del verano de 2018 sobre el auge del fascismo en el mundo, así como otros fenómenos internacionales importantes.

Esas otras fuerzas de la clase dominante que se oponen a Trump —los demócratas, cuyos dirigentes acaban de opinar fuertemente contra un juicio de destitución política contra Trump—no tienen ninguna respuesta al fascismo aparte de mantener y afianzar al sistema de pesadilla que lo engendró. No tienen respuestas a las agudas contradicciones del sistema, y en sí participan cien por ciento en la persecución y satanización contra los inmigrantes, en el genocida encarcelamiento en masa y el asesinato policial de los negros y otros oprimidos, la degradación y opresión de las mujeres y demás formas de opresión de género, las guerras por el imperio, y el saqueo del medio ambiente. Cuando uno limite su manera de pensar a elegir entre estos dos futuros, eso lo hace consentir a mantener a sí mismo, y al resto de la humanidad, encerrados en esta pesadilla.

La humanidad necesita un futuro completamente nuevo y mucho mejor —uno que vaya más allá de todas las formas de explotación y opresión, y de todas las relaciones antagónicas entre las personas. Esta revolución se está preparando hoy, concentrado ahora en la Gira “Organícese para una Revolución REAL”.

Una parte importante de esta lucha es la batalla actual para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence, forjando una amplia unidad a partir de mostrar fuertemente lo que la humanidad realmente necesita: una revolución emancipadora.

 

“¿Puede hablar de la situación negativa en el mundo —con el auge del fascismo— y la situación negativa en el movimiento comunista internacional?” (en inglés)

Una pregunta y respuesta después del discurso de Bob Avakian: Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.

 

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