“Pasteleros” para la revolución

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De unos miembros del Club Revolución en una región

En el tiempo en que la Gira Nacional “Organícense para una Revolución Real” arrancó en Los Ángeles, en esta región trabajamos para realizar una idea para recaudar fondos que podría proyectar ampliamente la gira y la necesidad de apoyarla, activar la participación de personas para que la hicieran suya y donaran, contribuir a desarrollar redes de apoyo, y recaudar fondos concretamente. Decidimos hacer una venta de productos horneados en una comunidad particular y al mismo tiempo hacer promoverla y activar la participación de personas mucho más ampliamente que esa comunidad.

Primero, empezamos a hacer contacto con todos los negocios en la comunidad y preguntarles que les gustaría patrocinar una mesa para la venta de productos horneados, lo que significa poner una mesa dentro del negocio durante un tiempo de mucha venta donde las personas podrían recibir información sobre la Gira “Revolución” y hacer donaciones. Después, dos personas que se han entusiasmado con la Gira y querían apoyarla asistieron a la transmisión en vivo del inicio de la gira en Los Ángeles, y al terminarla las juntamos para hacer un plan. Ambos hornean y habían dicho que esto es una forma en que pueden ayudar, por lo que se apuntaron para hacer productos horneados. Un miembro del Club Revolución se ofreció de voluntaria para diseñar una imagen para el volante. Ella creó el diseño y lo mandamos a todos los participantes a que lo revisaran, ella trabajó con otro camarada para hacer unos cambios, y pronto teníamos un volante sencillo.

Equipos de dos siguieron hacer contacto con negocios, hablando con empleados, gerentes, dueños sobre la gira que está recorriendo el país para cumplir con la necesidad de romper con los grilletes mentales y organizar a las personas para una revolución real. Conversamos brevemente con ellos sobre los 5 ALTOS en el contexto de por qué nos hace falta una revolución real, y no votar ni otras “soluciones” sin salida, y les dijimos que tenemos la dirección, la estrategia y la ciencia para hacer una revolución emancipadora. Varios expresaron interés, y por fin confirmamos un lugar para la fecha que queríamos. Hicimos llamadas telefónicas a los contactos para pedir que hornearan y donaran para apoyar a la gira, y seguimos haciendo contacto con negocios. También empezamos a pensar sobre otras maneras en que las personas podrían ayudar a vender los productos horneados y a difundir el mensaje para que más gente se enterara y apoyara a la gira, como llevar productos horneados al trabajo o invitar a amigos y familiares a que hicieran pedidos. Colgamos los volantes en todas partes para promover la venta de productos horneados y convocar a la gente a apoyar la Gira nacional “Revolución”, con un par de frases sobre la gira. En todo, les explicamos a las personas qué es la gira, que es una parte de trabajar para hacer la revolución que nos hace falta, y las necesidades de la revolución y de la gira las que ellas pueden ayudar a satisfacer.

A la medida que se acercaba la fecha, nos hacían falta pasteleros y algunos de los líderes del proyecto tenían que hornear ellos mismos, lo que no era exactamente lo que teníamos en mente, ya que una parte del propósito era movilizar a nuevas personas para contribuir en formas con sentido. Al mismo tiempo, algunas otras personas sí participaron en la tarea de hornear, algunas que recién entraron, otras que son miembros del Club Revolución o simpatizantes de la revolución de hace mucho tiempo. Las personas reclutaron a sus familiares para ayudar. Un miembro del Club Revolución reclutó a sus dos hermanos para que le ayudaran a hornear panes de plátano con chocolate. La esposa de otro miembro del Club Revolución contribuyó un pastel de zanahoria.

Desde la mañana, un par de personas recogieron los pasteles y panes, y los cortaron en rebanadas, con el precio de $3 cada una. De ahí trabajamos para reunir todo y continuar haciendo contacto con todos a los que podíamos. En un restaurante, dos de nosotros pusimos una mesa adentro durante unas dos horas. Nos fue genial porque era una forma diferente para presentar la revolución a las personas e invitarlas a entrarle. Exhibimos información sobre la venta de productos horneados y la gira y pudimos hablar con muchos de los clientes que estaban esperando comida para llevar del restaurante. Se dieron discusiones y algunos debates sobre cuál es el problema y cuál es la solución. También pudimos hablar más a fondo con el dueño del restaurante sobre qué es la revolución. Varias personas habían visto al Club Revolución por ahí y sabían de él, pero esto fue la primera vez que realmente habían entrado en lo que es la revolución. Recaudamos $23 ahí, lo que en sí no es tanto, pero fue significativo por la manera en que se recaudó y su relación con otras cosas que ocurrían al mismo tiempo.

En otro negocio, el dueño nos invitó a vender productos horneados a sus empleados y clientes. Ahí nuestro equipo repartió entre todos volantes sobre la gira y vendió como $40 de productos horneados. Después nos conectamos con un simpatizante de hace mucho tiempo que vive cerca y él nos acompañó para visitar a negocios que él conoce y vender algunos productos horneados en el acto.

Durante todo ese día y al otro día, las personas participaron en la venta de productos horneados en una variedad de maneras. Una mujer que ha apoyado la revolución un par de años se llevó una caja de productos horneados y vendió todos a sus compañeros de trabajo. Otros simpatizantes se organizaron para recoger productos horneados y hacer donaciones. Un miembro del Club Revolución compró productos horneados para llevar a una reunión de amigos a la que iba a asistir, otro se llevó una caja para venderlo en una reunión familiar. Personas que iban pasando por la calle se metieron para donar o simplemente para conocer más sobre la revolución.

En total recaudamos un poco más de $300 para la gira. Participaron activamente una docena de personas que no son miembros del Club Revolución. Para la mayoría de ellas eso fue un cambio en su relación con la revolución, que les ofrecía una manera con sentido para contribuir a hacer la revolución y conectarlas con la misión de la gira. Y lo hicimos de tal manera que muchas más personas conocieron la revolución y la gira y pudieron contribuir a ella en el acto, además de que se hizo algún impacto en la comunidad, donde social y colectivamente las personas supieron de la gira y la necesidad de apoyarla, y de que personas que ellas conocen son parte de hacer eso. Esto fue un inicio, con la idea de hacer ventas de productos horneados periódicamente y movilizar a cada vez más personas en el proceso.

Nuestro seguimiento inmediato fue decirles a los participantes cuánto dinero recaudamos juntos y darles un sentido de las formas de participación de las personas para que se lograra eso. Ahora estamos haciendo contacto con algunas de las mismas personas y negocios y organizándolas para leer y popularizar los Puntos de Atención para la Revolución.

 

 

 

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