El régimen de Trump y Pence termina importante tratado de armas nucleares con Rusia

A 74 años de Hiroshima y Nagasaki, la pesadilla nuclear todavía está con nosotros, y va en aumento

| revcom.us

“Guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad”, un corto de: “Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución”, un discurso de Bob Avakian, en inglés. Lea el texto de este corto en español aquí.

Han pasado 74 años desde que Estados Unidos lanzó las primeras y únicas bombas atómicas jamás usadas sobre Hiroshima y Nagasaki, Japón el 6 y 9 de agosto de 1945, lo que incineró esas ciudades y dejaron más de 200.000 muertos, y cientos de miles de lesionados. Estados Unidos había inaugurado la era nuclear y el espectro espeluznante de la aniquilación global, que desde ese entonces ha rondado a la humanidad. En las últimas décadas, parecía que este peligro nuclear se había menguado, pero ahora vuelve con fuerza.

Cuando Trump se postuló para la presidencia, exigió saber: si tenemos armas nucleares, ¿por qué no podemos usarlas? En repetidas ocasiones ha amenazado con aniquilar a sus adversarios. Hace tan solo unas semanas, el 23 de julio, Trump afirmó despreocupadamente que tenía planes para borrar a Afganistán “de la faz de la tierra” y ganar la guerra en una semana, pero que no usaría armas nucleares porque “simplemente no quiero matar a 10 millones de personas”, lo que constituyó una amenaza flagrante de un holocausto nuclear, que probablemente también tuviera a Irán en la mira, donde las sanciones y agresión militar estadounidenses han aumentado el peligro real de una guerra.

Luego, el 2 de agosto, Estados Unidos se retiró del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (el INF por las siglas en inglés), suscrito hace 32 años entre Estados Unidos y la Unión Soviética que prohibía todos los misiles nucleares y no nucleares terrestres de alcance corto e intermedio. (La Unión Soviética se desintegró a principios de la década de los años 1990, pero para Rusia —la nación dominante dentro de ella— el tratado aún era vinculante). Estados Unidos ya planea ensayar nuevos misiles de alcance intermedio este verano. (Los misiles de alcance intermedio pueden viajar de 1.000 a 5.500 kilómetros. Son una herramienta militar primaria para la dominación regional).

Estados Unidos afirmó que respondía a las violaciones del tratado por parte de Rusia. De hecho, se están escalando las tensiones geopolíticas entre el imperialismo estadounidense y el imperialismo ruso, y algunos sectores de la clase dominante de Estados Unidos, en especial agrupados en torno al Partido Demócrata, consideran que Rusia es el rival principal de Estados Unidos. Sin embargo, el blanco principal de su abandono del tratado es China, que ha venido desarrollando su propia capacidad nuclear y nunca ha sido parte del tratado en primer lugar. Hoy, existe un amplio consenso entre los gobernantes de Estados Unidos —el régimen fascista de Trump y Pence junto con sectores importantes de los demócratas igualmente imperialistas— de que China es su principal amenaza, y cada vez más han venido uniéndose en una serie de maniobras muy agresivas contra China (que ahora están concentradas en el comercio, la economía y la capacidad informática).

La firma de este tratado en 1987 fue parte de alejarse del precipicio de una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde ese entonces, Estados Unidos y otras potencias mundiales han continuado desarrollando sus arsenales nucleares. Ahora, al abandonar el tratado INF, el régimen de Trump y Pence está intensificando en serio esa carrera de armamento nuclear, y aumentando el peligro de una guerra nuclear.

Con motivo del 74o aniversario del bombardeo nuclear estadounidense contra Hiroshima y Nagasaki, como parte de instar a nuestro lectorado a reconocer y hacerle frente a la verdadera historia de Estados Unidos y la magnitud de sus crímenes, volvemos a postear esta entrega de la serie Crimen Yanqui que se publicó originalmente en 2016. Sigue siendo tan oportuno como siempre, inclusive porque hoy las potencias mundiales tienen miles de armas nucleares y cualquier conflicto nuclear desataría la muerte y la destrucción en una escala mucho mayor que incluso Hiroshima y Nagasaki.


El hongo nuclear sobre Hiroshima.

Crimen Yanqui

Caso # 97:
6 y 9 de agosto de 1945 — La incineración nuclear de Hiroshima y Nagasaki

27 de mayo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Crimen yanqui es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.

American Crime

La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui

 

EL CRIMEN: A las 8:45 a.m. del 6 de agosto de 1945, de repente apareció por encima de la ciudad japonesa de Hiroshima una ardiente bola de fuego de un millón de grados de temperatura, matando, quemando vivas o vaporizando instantáneamente a decenas de miles de personas. Tormentas de fuego se tragaron la ciudad. Entonces llegaron ondas expansivas y vientos de más de 1600 kilómetros por hora, destrozando cuerpos y edificios, lanzando por los aires a hombres, mujeres y niños. Casi todas las estructuras dentro de más de un kilómetro y medio alrededor del epicentro quedaron destruidas.

“Había cadáveres rojos muertos e hinchados unos encima de otros, se les salieron los intestinos y los ojos, filas de personas que parecían fantasmas con el cabello chamuscado y la piel quemada colgante”, recordó un sobreviviente, y había “sobrevivientes apenas vivos que no estaban en condiciones de ayudar a sus propios hijos o padres”. En un cuarto estaban 20 jóvenes con los ojos derretidos en la cuenca. Nubes de polvo convirtieron la mañana en el anochecer; luego, cayó una lluvia negra.

Estados Unidos acababa de hacer estallar la primera bomba nuclear sobre el centro de una ciudad de 350.000 habitantes. Miles de sobrevivientes empezaron a padecer de fiebre, diarrea, vómitos, pérdida de cabello y piel — indicios de la muerte por la enfermedad de radiación. Para fines de 1945, entre 140.000 y 150.000 personas, la enorme mayoría de ellas civiles, habían perecido en Hiroshima. Cientos de miles de otros quedaron heridos.

Más tarde ese mismo día, el presidente Harry Truman anunció el bombardeo y amenazó a Japón: “Si no aceptan nuestras condiciones [de rendirse inmediatamente] pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra”. Tres días después, el 9 de agosto, Estados Unidos lanzó una bomba aún más poderosa sobre Nagasaki, destruyendo la ciudad y asesinando a otras 70.000 personas.

LOS CRIMINALES: El presidente Harry S. Truman, quien ordenó el ataque; el secretario de Guerra, Henry Stimson, quien supervisó la guerra, incluyendo la construcción de esta “más aterradora de todas las armas conocidas en la historia de la humanidad”; el general Leslie Groves, a cargo de la construcción de la bomba; y el comando militar responsable del bombardeo.

LA COARTADA: Fue necesario lanzar una bomba nuclear sobre Japón para terminar la guerra rápidamente, evitando una invasión de parte de Estados Unidos que, según los presidentes Roosevelt y Truman, costaría un millón de vidas estadounidenses.

“Reconozco el trágico significado de la bomba atómica…. La hemos usado para acortar la agonía de la guerra, para salvar la vida de miles y miles de jóvenes estadounidenses”, dijo Truman después de lanzar bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki.

Y desde ese entonces, todos los presidentes han repetido esa coartada: “Creo que el presidente sí aprecia que el presidente Truman tomó su decisión por razones justas”, dijo el secretario de prensa de Obama.

EL VERDADERO MOTIVO: Dominar a Japón y el mundo entero tras la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos sabía que Japón se colapsaría sin una invasión y pedía paz semanas antes del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki. El 12 de julio de 1945, Truman admitió en su diario personal que Estados Unidos había recibido “un telegrama del emperador japonés pidiendo paz”.

Pero los gobernantes de Estados Unidos querían dominar completamente a Japón e impedir que la Unión Soviética se apoderara de más territorio en Manchuria que estaba en manos de Japón y que ganara mayor influencia en el mundo post-guerra — o que “obtuviera gran parte del botín” como dijo un funcionario estadounidense. Eso quería decir imponer un terror que le obligaría a Japón a rendirse inmediatamente. Por eso Estados Unidos incineró a Hiroshima y Nagasaki. Japón se rindió el 15 de agosto, seis días después del bombardeo de Nagasaki. También sirvió de advertencia a quienquiera que se atreviera a retar el dominio de Estados Unidos en el mundo post-guerra, transmitida mediante montañas de carne calcinada y decenas de miles de sobrevivientes horriblemente desfigurados.

LOS REINCIDENTES: Una y otra vez, Estados Unidos ha contemplado y amenazado con usar armas nucleares para imponer su dominio mundial: En los años 1950, hizo planes para una posible guerra nuclear contra la Unión Soviética, la que según sus cálculos podría matar a 600 millones de personas; en 1958, 1973 y 1980 puso sus fuerzas en alerta nuclear durante las crisis en el Oriente Medio sobre Irak, Israel e Irán; en 1969 el presidente Richard Nixon amenazó con usar armas nucleares contra Vietnam; antes de la invasión de Irak de 2003, el Pentágono elaboró planes en secreto para usar armas nucleares; Obama ha anunciado planes para gastar más de $1 millon de millones por armas nucleares en los próximos 30 años.


La espalda lesionada de Sumiteru Taniguchi, cartero de Nagasaki, debido a la bomba atómica del 9 de agosto de 1945. Foto de enero de 1946.

 

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