La matanza de los curdos, la lucha sobre los “intereses de Estados Unidos”, y los intereses de la humanidad

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La semana pasada, Donald Trump retiró los soldados de Estados Unidos de la región curda de Siria1. Eso le dio a Turquía luz verde para cruzar la frontera y atacar a las milicias encabezadas por los curdos que controlan la región, las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS). Anteriormente, las FDS se habían aliado con Estados Unidos para expulsar a la fuerza fundamentalista islámica reaccionaria EI [Estado Islámico de Irak y el Levante].

Al hacerlo, Trump cayó bajo ataque político no solo de parte de los demócratas y sectores de las fuerzas armadas y organismos de espionaje, sino también de ciertos aliados republicano-fascistas, por lo demás, confiables.

Hay que decir cuatro cosas sobre esto:

Primero, esta invasión de parte de Turquía conducirá a una terrible matanza e insoportable sufrimiento para los que no son asesinados de plano. En este momento, lo único que queda por ver es qué tan mal será.

Segundo, con poca preocupación por la vida del pueblo curdo, aquellos que están al interior de la clase dominante de Estados Unidos que han criticado a Trump por hacer esta retirada, en gran medida lo han hecho desde el punto de vista de lo que es mejor para “la seguridad de Estados Unidos” o han hecho un llamamiento pútridamente estrecho a proteger la vida de los estadounidenses (“estos combatientes curdos están derramando sangre a fin de proteger a los estadounidenses contra los ataques terroristas del EI, así que debemos apoyarlos para que sigan haciendo eso”)2. Trump defiende esta maniobra bajo esos mismos términos.

Estas frases tapan la realidad de un sistema de dominación imperialista sobre la enorme mayoría de las personas y naciones del mundo, y la competencia imperialista para ver cuál de ellos será el mandamás. En defensa de este sistema, las fuerzas armadas de Estados Unidos han matado a casi 10 millones de personas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial — un sistema que en su funcionamiento diario pulveriza la vida de miles de millones de personas por todo el mundo y que causa la muerte innecesaria de millones de niños al año debido a enfermedades curables.

Tercero, esta no es la primera vez que las fuerzas que han ganado la dirección de la lucha del pueblo curdo han tratado de aliarse con potencias más grandes que su opresor inmediato —por ejemplo, en este caso, Estados Unidos— para conseguir alguna forma de autodeterminación nacional. Y en cada ocasión esto ha llevado a la traición. Esta historia enseña lo que pasa cuando las masas de personas no cuenten con una dirección que les ayude a distinguir muy claramente entre sus propios intereses y los intereses de los imperialistas los que les prometen salvación pero que al contrario, les dan traición y la continuación de la opresión.

Cuarto, esta maniobra de Trump y Turquía está ocurriendo en el contexto de importantes cambios en el Medio Oriente. Se está agudizando la rivalidad entre las grandes potencias por dominar una parte de importancia estratégica del mundo, mientras que las potencias regionales como Turquía e Irán se están esforzando por extender su esfera de influencia y por contender en esta matriz. Las diferencias y las escisiones al interior de la clase dominante estadounidense se están agudizando mucho en este momento sobre la manera de extender y mantener el dominio de Estados Unidos, y Estados Unidos se está refiriendo a eso cuando habla de sus intereses de “seguridad nacional”: los intereses nacionales de los imperialistas de Estados Unidos.

Respecto a las importantes escisiones entre los gobernantes que esta situación ha ensanchado, es importante que todas las personas que se preocupan por la humanidad y por el peligro del fascismo retomen la importante orientación que aparece en este portal cada semana:

Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos del sistema actual y al servicio de los intereses de la clase dominante del sistema actual, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.

Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.

Y para citar de nuevo a Bob Avakian, quien hizo referencia a esos párrafos en su nuevo prefacio a “El individualismo, la BEB y la ilusión del ‘camino indoloro’”, y quien escribió que “Claramente, la destitución no sólo de Trump, sino también del vicepresidente fascista cristiano, Mike Pence, y de hecho de este régimen fascista en su conjunto, es de importancia urgente. Pero esto sólo servirá a los intereses fundamentales de las masas de personas —no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero— de lograr esto, pero no sobre la base de limitar las cosas a los términos y por medio de la promoción de los “intereses nacionales” del Estados Unidos monstruosamente opresivo, sino sobre la base de la movilización de la oposición de masas al fascismo de este régimen de Trump y Pence, el que se produjo y surgió al poder por medio del “funcionamiento normal” de este sistema, del cual es una expresión extrema pero de ninguna manera “ajena”.


1. El pueblo curdo es una minoría amargamente oprimida que vive en las naciones de Turquía, Siria, Irán e Irak; son el principal grupo en esta región de Siria. [volver]

2. Los fascistas cristianos presentan esto más como una cuestión de defender la libertad religiosa contra las fuerzas fundamentalistas islámicas sunitas como el EI. Los fascistas cristianos que hoy están en el poder con el régimen de Trump y Pence quieren instaurar una forma de gobierno fascista fundamentalista cristiano en la sociedad. Se imaginan y afirman que su visión fascista del cristianismo esté bajo sitio y trabada en una guerra santa por dominación, y en tal marco reconfiguran los conflictos actuales en la sociedad. [volver]

 

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