LINCHAMIENTOS, ASESINATOS POR LA POLICÍA —
¡AL CARAJO EL SISTEMA ENTERO!
¡NO TENEMOS QUE VIVIR ASÍ!

Bob Avakian

| revcom.us

 

Veo que la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que haría que el linchamiento fuera un delito federal de odio (aunque queda por ver si el Senado lo adoptara y Trump lo promulgara). Cuando miles de negros fueron linchados durante los largos años de la segregación tipo Jim Crow después de la Guerra Civil, el gobierno de esta “gran democracia” se negó repetidamente a aprobar un proyecto de ley como este (y los héroes de los “liberales” y de los “progresistas” como el ex presidente Franklin Delano Roosevelt se negaron a presionar a favor de tal proyecto de ley cuando el linchamiento estaba en su apogeo en la década de 1930). Pero ahora —ah, sí, ahora, cuando el linchamiento ha sido reemplazado por la brutalidad y asesinato policial como la principal forma en que los jóvenes negros, y todos los negros, están sometidos a un terror continua— ahora, la Cámara aprueba un proyecto de ley contra... ¡linchamientos! La realidad es que, desde la década de 1960, la policía ha matado a más negros que todos los que fueron linchados durante todo el tiempo de la segregación tipo Jim Crow y el terror del Ku Klux Klan. Y casi nunca hacen que la policía rinda cuentas por haberlo hecho: casi nunca los acusan y juzgan; y cuando los llevan a juicio, en muy poquitas ocasiones son declarados culpables y condenados a la cárcel de acuerdo con la severidad del delito —el asesinato— que de hecho han cometido.

Como señalé en la charla “Revolución” de 20031, es una amarga verdad, y un testimonio condenatorio de la verdadera naturaleza del sistema en Estados Unidos, de que todos los hombres negros que crecieron en el Sur durante el Jim Crow tenían un temor razonable de ser linchados; y hoy, cuando cientos de negros (y otros oprimidos) son asesinados por la policía cada año, y los negros en su conjunto están sometidos a un terror sistemático por medio de cosas como el “parar y registrar”, es igualmente cierto que todos los jóvenes varones negros (y esto también es cada vez más cierto para las jóvenes mujeres negras) están obligados a vivir en Estados Unidos con el temor constante de estar sometidos al hostigamiento, la brutalidad y lisa y llanamente incluso el asesinato por parte de la policía. ¡Pero no pierdas el tiempo esperando que el gobierno apruebe un proyecto de ley que convierta la brutalidad y asesinato policial en un delito de odio!

Toda esta brutalidad y terror está integrada en este sistema en Estados Unidos, y este sistema no puede existir sin ella. Mientras este sistema esté en el poder y en vigor, todo esto seguirá... y seguirá... y seguirá.

Pero nosotros muy bien podemos existir sin este sistema. De hecho, podemos vivir en un mundo radicalmente diferente y mucho mejor una vez que este sistema haya sido barrido por la acción revolucionaria de las masas de personas que constantemente están sometidas a los horrores muy reales, y a todos aquellos que se niegan a aceptar los horrores muy reales, continuamente perpetrados por este sistema, en Estados Unidos y por todo el mundo.

Como he dicho antes:

en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!

Una última cosa. Para aquellos —ya sean racistas abiertos o personas que se han dejado adoptar la forma de pensar de los racistas— que intentan descartar la indignación por el asesinato policial de los negros diciendo que más negros son asesinados por otros negros que por cualquier otra persona (incluso la policía): como he enfatizado en una serie de discursos y escritos2, este sistema, también, causa eso — se trata del sistema que “trabaja para afectar” a las personas, encerrando a las masas negras en condiciones de privación, degradación y desesperanza, y continuamente les inculca con la mentalidad del “perro come perro” que impulsa este sistema despiadado de explotación y opresión, de punta a punta. Todo esto dirige a tantas personas hacia mortíferos callejones sin salida, la locura de la vida carcelaria, una muerte prematura — todo sin ninguna buena razón. Pero también es posible transformar radicalmente todo esto por medio de una revolución cuyo objetivo es nada menos que abolir y arrancar de raíz este sistema nefando y crear un sistema mucho mejor.

Y para aquellos que dicen que esto nunca puede darse, la realidad es que tenemos una estrategia desarrollada sobre la manera en que de hecho se podría hacer esta revolución, y tenemos una visión radical y un plano concreto para una sociedad radicalmente diferente cuyo objetivo y propósito es poner fin a todas las formas en que este sistema en el que vivimos ahora causa que las personas sufran de manera tan terrible e innecesaria3.

 


1. Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, una charla filmada de Bob Avakian (2003). Esta película —que incluye las secciones muy relevantes y poderosas “Venden postales del ahorcado” y “Emmett Till y el Jim Crow: El pueblo negro vivía bajo una pena de muerte”— está disponible en revcom.us. [volver]

2. Esto incluye el artículo muy importante “Más sobre ‘Lo que uno elige’... y cambios radicales”, que también está disponible en revcom.us, el que consta de unos comentarios de Bob Avakian que formaban parte de una conversación con las personas que entraron profundamente en las cuestiones de por qué las personas que son oprimidas bajo este sistema a menudo se dejan llevar en cosas como la delincuencia, quiénes y qué, en lo fundamental, son responsables de todo esto y cuál es el camino a seguir para salir de esta situación. [volver]

3. Esta estrategia se esclarece en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, un discurso de Bob Avakian; y la visión y plano para una sociedad radicalmente diferente está contenida en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. El texto de la Constitución y el video y el texto de este discurso están disponibles en revcom.us.  [volver]

 

 

 

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