Carta de un lector

Un sistema capitalista totalmente irracional e innecesario:
Hambre en la “tierra de abundancia”

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Hace poco leí La asesina ilusión de la ‘normalidad’ y el camino revolucionario hacia adelante”, de Bob Avakian, donde señala: “Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad”.

Al pensar en esto, quiero recalcar un buen ejemplo:

En esta supuesta “tierra de abundancia”: la gente hace cola por cuadras y cuadras, cientos de carros se forman en filas por kilómetros — para recibir alimentos. Incluso en “tiempos normales”, millones de personas sufren inseguridad alimentaria — al menos 37 millones de personas, de ellas 11 millones son niños (el más reciente informe de USDA [Departamento de Agricultura de Estados Unidos]). Esta cifra está creciendo rápidamente. Y se destaca aún más el hecho de que la gente negra y otras personas de color enfrentan hambre de manera desproporcional. Mientras tanto:

Cada día botan 3.7 millones de galones de leche; una procesadora de gallinas está reventando 750.000 huevos no eclosionados a la semana, toneladas y toneladas de cultivos de comida serán enterradas. Muchos agricultores están haciendo donativos a los bancos de alimentos y comedores comunales. Pero estos organismos de caridad están limitados en lo que pueden hacer debido a la falta de espacio de almacenamiento, así como de refrigeración. (New York Times, 13/04/2020)

Están destruyendo alimentos porque hay “demasiado exceso” — No. No hay más alimentos de lo que necesita la gente, sino más alimentos de lo que de manera rentable se puede vender en Estados Unidos o exportar. Así que no se puede distribuir durante esta crisis. Los agricultores también se preocupan de que se vayan a podrir los cultivos que sí quieren cosechar porque las nuevas reglas del gobierno limitan la entrada de migrantes mexicanos y otros que son la columna vertebral de la fuerza de trabajo durante la cosecha.

Estados Unidos ha dependido de la importación de alimentos para casi el 20% de sus alimentos — lo cual ha sido drásticamente afectado. Y antes de esta crisis, una buena parte de los alimentos que se producían se vendían a los restaurantes, supermercados, escuelas, empresas de aviación, etc. La harina se vendía en sacos de 23 kilos, la verdura en enormes contenedores, la crema agria en baldes de 1.4 kilos. La demanda de los compradores mayoristas ha caído dramáticamente y ahora los agricultores se están esforzando por rediseñar y cambiar el propósito de sus sistemas para poder producir y distribuir alimentos para los consumidores en sus hogares. Pero muchos de ellos han decidido que tal inversión no vale la pena.

Aunado a eso van los esfuerzos por eliminar a 755 mil personas del programa de cupones de comida al hacer más estrictos los requisitos de trabajo (precisamente cuando mucha gente no puede trabajar). (Vox.com, 18 de abril de 2020)

Si bien quizá todo esto se parezca razonable desde el punto de vista de las necesidades del capital, del funcionamiento del sistema y de las políticas de sus actuales capataces fascistas, es totalmente irracional y todo esto tiene que terminar — ¡ayer mismo!

Esto se palpa aún más al compararlo con el hecho de que en una sociedad auténticamente socialista, la que se describe en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de Bob Avakian: la producción y distribución de alimentos sería totalmente diferente a la manera en que se hace bajo el capitalismo — no obedecería a las ganancias, sino a la satisfacción de las necesidades de la gente. Y en tiempos de crisis, los recursos y la atención se asignarán hacia la restructuración y a hacer los ajustes necesarios para producir alimentos y a que todos los reciban, especialmente a los más necesitados. Y se haría todo esto, no solo para la gente en esta sociedad, sino para poder satisfacer las necesidades urgentes de la gente por todo el mundo.


En Florida, se pudren campos de calabaza madura… parte de los miles de hectáreas de fruta y verdura que se están destruyendo porque los agricultores no pueden venderlos a la industria de servicios alimentarios debido al encierro por el coronavirus.
(Foto: AP)


Por todo Estados Unidos, los agricultores fueron obligados a botar considerables cantidades de leche porque las restricciones por la pandemia de la Covid-19 trastornaron las cadenas de suministro a medida que la industria hacía ajustes — por el cierre de restaurantes, escuelas y servicios alimentarios.
(Foto: Travis Larson/Twitter)

 

 

 

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