Pueblos indígenas en la pandemia del coronavirus: Genocida tratamiento por Estados Unidos

| revcom.us

 

De un lector:

La pandemia de 2020 ha empezado a poner los reflectores sobre las enormes desigualdades en el tejido de la sociedad estadounidense. Está desenmascarando parte del sufrimiento desproporcionado de su población de negros y latinos, aunque todavía es una imagen parcial ya que muchos estados no proveen información completa sobre los afectados. Sin embargo, el terrible saldo que los pueblos indígenas están pagando es apenas mencionado en las sesiones informativas oficiales o en la prensa.

Se ha dado a conocer que la reserva amerindia de los navajos (anteriormente conocida como la Nación Navajo) tiene el índice más alto de infección del coronavirus fuera de Nueva York y Nueva Jersey1. Si fuera un estado, la Nación Navajo estaría en el tercer lugar en Estados Unidos de casos confirmados por cada 100.000 personas2. La reserva es del tamaño de Virginia del Oeste y se extiende por 43.000 kilómetros cuadrados a lo largo de Arizona, Nuevo México y Utah. Si bien el pueblo navajo representa menos del 6% de la población de Arizona, para el 10 de mayo ya tenía el 20% de los casos confirmados del coronavirus y casi el 22% de muertes relacionadas en el estado; y aunque los amerindios representan el 10% de la población de Nuevo México, tienen el 57% de los casos de coronavirus3.

Hay más pruebas del coronavirus por mil personas en la Nación Navajo que en la mayoría de los estados.
Las pruebas del coronavirus practicadas por mil personas en la Nación Navajo han sido superadas únicamente por los estados de Nueva York y Luisiana, y han rebasado por mucho la tasa de pruebas en todos los estados del Sudoeste, según un reciente análisis de datos hecho por The Salt Lake Tribune.

 

Hoy, la gran mayoría de los pueblos indígenas viven en zonas urbanas, con las mayores poblaciones en la Ciudad de Nueva York y Los Ángeles. ¿Pero qué sabemos de cómo la pandemia les está afectando en esas ciudades? Muchos estados no especifican los casos y muertes de indígenas y las estadísticas simplemente los señala como “otros”4. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) constantemente habían citado solamente el 40% de los casos del coronavirus con rastreo “específicamente relacionado con la raza”, o sea que el 60% no contaba con rastreo. Eso llevó a que fuerzas independientes como el Proyecto de Investigación y Política Anti-Racista de la Universidad American llenaran el vacío para recabar la información necesaria para mostrar la verdad de la situación.

Aun antes de la pandemia de 2020, en la reserva navajo ya había condiciones preexistentes de extrema pobreza, alto desempleo y escasez de alimentos. Un largo sendero de tratados rotos y promesas rotas ha resultado en una falta de infraestructura básica para la salud, la educación, comunicaciones, vivienda, ayuda agrícola y desarrollo económico general. Por ejemplo, el 30% de los hogares en la Nación Navajo no tienen agua entubada en su vasto territorio rural desértico donde algunas viviendas están a largas distancias que toman horas en llegar. Muchos navajos viven en casas rodantes u otras viviendas de calidad inferior y hacinamiento, sin calefacción salvo estufas de leña, sin electricidad confiable, internet o incluso TV. Cuentan con 13 supermercados para 350.000 personas y unos tienen que manejar hasta 240 kilómetros para hacer compras.

La vida de una familia en la reserva navajo es típica de esta existencia tipo tugurio: “La mayoría de las mañanas, Lisa Robbins prende el generador conectado a la casa móvil de su familia por unas cuantas horas. Como no cuenta con electricidad, el generador provee calefacción en esta zona rural del alto desierto de la Nación Navajo donde las temperaturas por la noche a menudo en esta temporada rondan a menos 1ºC”5.

Los siglos de negligencia y privaciones forzadas han resultado en que los pueblos indígenas tengan los índices más altos de cáncer, asma, enfermedades cardíacas y diabetes que cualquier otro grupo de la población de Estados Unidos. Sus pueblos también han padecido altos índices de enfermedades pulmonares como resultado de la minería de uranio en sus territorios. En las pandemias anteriores, como el brote de H1N1 (influenza porcina) de 2009, la tasa de mortalidad de los pueblos indígenas fue cuatro veces más la tasa combinada de los demás grupos oprimidos (o “raciales”) en Estados Unidos6.

Históricamente, el Indian Health Service (IHS; Servicio de Salud Indígena) ha contado con pocos fondos y ha carecido de personal. Hay pocos hospitales y quedan lejos de la reserva navajo. Se informa que al empezar la pandemia, la Nación Navajo solo contaba con 170 camas de hospital, 13 camas en unidades de cuidados intensivos, 52 habitaciones para aislamiento y 28 respiradores. En total, el IHS, que atiende a 2.5 millones de indígenas, entre ellos aquellos en Alaska, cuenta con 71 respiradores y 33 camas en unidades de cuidados intensivos en sus 24 hospitales7. El IHS informó que al 7 de mayo, había 3.000 casos confirmados entre los navajos.

En semejantes condiciones es difícil si no imposible poder lavarse las manos constantemente, o practicar el distanciamiento social en el hogar, o tener los medios económicos para adquirir suficientes alimentos o suministros. La escasez de camas de hospital implica que las personas infectadas son enviadas a sus hogares, lo cual agrava mucho más la propagación del virus en la comunidad. Hace poco, después de que se registraron brotes en varias familias navajo, unos 150 pacientes de la Covid-19 fueron alojados temporalmente en tres adaptados gimnasios comunitarios en la reserva para que no tuvieran que regresar a sus hogares.

Las noticias de la pandemia de 2020 fueron recibidas por los pueblos indígenas con escepticismo y dudas, que es una reacción comprensible, aunque errónea. Esto se debe a la historia genocida de cuando el gobierno estadounidense deliberadamente introdujo en las poblaciones indígenas las enfermedades que portaban los colonizadores europeos, como la viruela, para las cuales los indígenas no tenían inmunidad en ese entonces. Pero lo que los pueblos indígenas sí comparten con el resto de la población de Estados Unidos es la escasez de pruebas, pero una abundancia de rumores y desinformación anticientífica, como que los navajos no podían contraer el coronavirus.

Todas las condiciones previas tóxicas y el tratamiento desigual de los pueblos indígenas durante la pandemia no son una aberración sino una continuación de una historia de genocida tratamiento en las tierras que les fueron robadas con salvajismo. Cristóbal Colón registró en su diario el encuentro con los pueblos indígenas en el Caribe, los cuales le dieron la bienvenida con alimentos y obsequios, y también registró su plan de conquista:

…Ellos no traen armas ni las conocen…. No tienen algún fierro; sus azagayas son unas varas sin fierro…. Ellos deben ser buenos servidores…. con cincuenta hombres los tendrán todos sojuzgados, y les harán hacer todo lo que quisieren8.

Y los supremacistas blancos que fundaron Estados Unidos decidieron descaradamente lo que sería la vida y la muerte de los pueblos indígenas por generaciones y generaciones. Como ha señalado Bob Avakian:

En la Declaración de Independencia, entre las cosas por las cuales se condenó al entonces rey de Inglaterra, figuran la acusación de que éste fomentó rebeliones de esclavos (“alentó insurrecciones internas entre nosotros”), y “procuró igualmente irritar contra nosotros a los habitantes de las fronteras, los indios bárbaros y feroces”9.

Fue Estados Unidos el que derramó un sendero de sangrienta colonización y limpieza étnica, con el robo de tierras, tratados rotos y promesas rotas, masacres y otros medios de genocidio que casi eliminaron a los pueblos indígenas en “su” territorio — que fue parte de un genocidio aún mayor en todas las Américas que dejó a decenas de millones de muertos. ¿Quiénes son los verdaderos “bárbaros y feroces”10?

La larga historia de la opresión de los pueblos indígenas no es algo que se puede eliminar con reformas bajo este sistema, pero sí puede y debe terminar por medio de una nueva revolución comunista que se base en el futuro liberador establecido en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la autoría de Bob Avakian (ver el recuadro). Desde hace mucho tiempo ya es hora de que todo esto termine por medio de una revolución real cuya meta y estrategia concreta sean la emancipación de toda la humanidad. Esta pandemia no solo ha puesto de manifiesto la naturaleza obscena de Estados Unidos, sino que también señala la necesidad urgente de invitar a todos para que se hagan participantes organizados en una revolución REAL que libere a la humanidad de semejante sufrimiento sin sentido.


1. “Navajo Nation Sees High Rate Of COVID-19 And Contact Tracing Is A Challenge, NPR, 24 de abril de 2020. [volver]

2. “Native Americans being left out of US coronavirus data and labelled as ‘other’”, Guardian, 24 de abril de 2020. [volver]

3. The COVID Racial Data Tracker, The COVID Tracking Project [El Proyecto de Rastreo de la Covid]. [volver]

4. The COVID Racial Data Tracker [El rastreador de la Covid por datos de origen racial]. [volver]

5. No running water. No electricity. On Navajo Nation, coronavirus creates worry and confusion as cases surge [No hay agua entubada. No hay electricidad. En la nación navajo, con el aumento de los casos, la coronavirus genera inquietudes y confusión], Kurtis Lee, Los Angeles Times, 29 de marzo de 2020. [volver]

6. Obra citada. [volver]

7. The Navajo Nation’s coronavirus infection and death rates are 10 times higher than the neighboring state of Arizona, Business Insider, 20 de abril de 2020. [volver]

8. “Documentos de Cristóbal Colón”, Universidad de Nuevo México. [volver]

9. “ESTA REPÚBLICA — RIDÍCULA, ANTICUADA, CRIMINAL”, Bob Avakian, revcom.us [volver]

10. “European colonization of the Americas killed 10 percent of world population and caused global cooling”, PRI.org, 31 de marzo de 2019. El mejor estimado del programa The World de la emisora Public Radio International (PRI) es, para principios del siglo 1600, un saldo de muertos de 56 millones — el 90% de la población indígena pre colombina y aproximadamente el 10% de la población mundial de ese entonces. En su libro Armas, gérmenes y acero, Jared Diamond calcula que la población indígena original era de 20 millones y que el índice de mortalidad en el primer siglo o dos era de 95% (página 211 de la edición en inglés). [volver]


Fila de vehículos para hacerse la prueba de la Covid-19 a las afueras del Centro de Salud Monument Valley en Oljato, Utah, 17 de abril. La Nación Navajo tiene uno de las tasas de infección per capita más altas en todo Estados Unidos. (Foto: AP/Kristin Murphy)


El 30% de los hogares en la Nación Navajo no tienen agua entubada. Esta situación se agravó después de que una orden que limita el tráfico impidiera que la gente fuera a Gallup, Nuevo México, para cargar agua. En la imagen, consiguen agua del pozo que pertenece a la Misión Indígena San Buenaventura, Albuquerque, Nuevo México. (Foto: Albuquerque Journal/Roberto E. Rosales)

Crimen Yanqui

La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui, incluido:

Un pasaje sobre los amerindios de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto):


Escrita por Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del PCR

C. Los pueblos indígenas.

1. La conquista, dominación, saqueo y explotación roba-vidas que practicó el colonialismo europeo en las Américas, incluso de parte de los colonos europeos que fundaron los Estados Unidos de América y extendieron su alcance sobre el continente norteamericano mediante la fuerza y la violencia así como el engaño y otros mecanismos, tuvo un monumental impacto genocida, diezmando y devastando las poblaciones de los primeros habitantes de las Américas. Mientras se extendían continuamente las fronteras de los Estados Unidos de América mediante la conquista, y este expansionismo armado y destrucción de su forma de vida, la propagación de enfermedades comunes entre los europeos para las cuales los indígenas no tenían inmunidad y otros factores resultaron en la matanza o la muerte de una enorme cantidad de indígenas, la mayoría de los indígenas que sobrevivieron fueron forzosamente metidos en reservas cercadas y controladas por las fuerzas del estado imperialista.

2. La derrota de este estado imperialista ha abierto el camino para superar los efectos y el legado de esta terrible historia. Como una manifestación clave de la importancia con la que ve esta situación, la Nueva República Socialista en América del Norte asegurará que se defienda el derecho a la autonomía de los pueblos indígenas en esta República; y, además, dondequiera que se establezcan regiones autónomas de indígenas en los alrededores generales de las tierras históricas de los diversos pueblos indígenas, el gobierno central también tomará medidas para asegurar que estas regiones autónomas no sólo tengan los necesarios territorios sino los necesarios recursos para propiciar un verdadero florecimiento de estos pueblos, en el marco general de la Nueva República Socialista en América del Norte. El gobierno central de la Nueva República Socialista en América del Norte les proporcionará ayuda y apoyo especial a cualquier región autónoma indígena, basándose en los principios y objetivos establecidos en la presente Constitución.

3. Tal ayuda y apoyo especial tendrá una importancia especial respecto a las regiones autónomas indígenas además de las concentraciones de indígenas en las ciudades y otras zonas en esta República, donde también se podrían establecer zonas autónomas indígenas, y respecto a la población indígena en general.

Tal ayuda y apoyo especial también tendrá gran importancia y se extenderá a todos los pueblos anteriormente oprimidos y sus regiones y zonas autónomas en la Nueva República Socialista en América del Norte.

Conozca Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) y pídala aquí.

 

 

 

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