24 de noviembre de 2020
Palabras de apertura de Andy Zee
Foro: ¿Qué acababa de pasar? Trump, Estados Unidos y el peligro del fascismo
| revcom.us
Nota de la redacción: Estos comentarios han sido revisados levemente para su publicación.
Cuando alguien repetidamente se despierta de sobresalto a causa de una pesadilla recurrente, eso puede ser un problema, de hecho puede ser peligroso, no descubrir el origen de ello, y no encontrar la causa y no solucionarlo… Pues las fuentes de ese terror yacen muy a fondo y pueden salir de nuevo.
Hace cuatro años, Rechazar el Fascismo dijo Esta pesadilla tiene que terminar: ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Qué tan prescientes, qué tan críticos eran el entendimiento, el análisis y la posición aún urgente con los que se inicia el Compromiso de Rechazar el Fascismo que veíamos anteriormente, que es: “En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista”.
En nombre de la humanidad concentra el peligro grave que representa un régimen fascista en la superpotencia imperialista más poderosa de la historia, no solamente para la gente en Estados Unidos sino la gente del mundo, e incluso la propia Tierra en la que vivimos. El régimen fascista de Trump y Pence ascendió al poder por medio de los procesos políticos “normales” de este sistema, y representaba, articulaba y cohesionaba a todo un sector de la clase dominante de este sistema que consideraba y aún considera a este fascismo estadounidense como una posible resolución de los problemas que este sistema enfrenta en el mundo de hoy.
El régimen de Trump y Pence no creó las profundas divisiones en Estados Unidos, ni tampoco creó el cambio climático, ni las armas nucleares, ni hablar de la triada de su programa fascista a la cual aludió Coco: la supremacía blanca, el patriarcado y la xenofobia, al igual que tampoco creó el virus de la Covid. Lo que sí hizo el régimen de Trump y Pence era amplificar todas esas condiciones preexistentes y administrarles esteroides, y para hacerlo, concentró y luchó por una forma diferente de gobernar este mismo sistema —trituró lo que habían sido las normas políticas y cívicas— que gobierna
por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como “enemigos”, “indeseables” o “peligros para la sociedad”.
Todo esto sirve para implementar su programa de Estados Unidos Ante Todo: un Estados Unidos de racismo genocida, la supremacía masculina más tóxica, y de plano satanizar y aterrorizar a los inmigrantes en campos de concentración, separar hijos de sus padres y enjaularlos cuando sus familias huían de los países a los cuales Estados Unidos y el sistema capitalista-imperialista ha devastado.
¿No es eso lo que han hecho? Y, en vista de que aún no han dejado el poder, y que 73 millones de personas votaron por ellos y más del 40 por ciento de los que votaron por Trump en las elecciones están fervientemente convencidos de que Trump ganó y Biden se robó las elecciones y por lo tanto éste es ilegítimo, y además creen en las teorías de conspiración aún más lunáticas, tenemos que mantenernos vigilantes, ahora y en adelante.
Esto No Ha Terminado. No habrá ningún retorno a la normalidad … ningún retorno a la normalidad … y examinar objetivamente lo que Estados Unidos le hace a millones de personas dentro de sus fronteras, a la gente del mundo y al planeta, debe hacer que ninguna persona quiera volver a la “normalidad” debido a todos los horrores que eso trae.
¿Por qué? Porque el fascismo es una respuesta a las contradicciones de este sistema de parte de un sector de aquellos que gobiernan este sistema.
Bob Avakian, el líder revolucionario, ha dicho que el funcionamiento normal de este sistema:
continuará causando caos en el mundo y sobre las masas de personas en el mundo, mediante la destrucción del medio ambiente, las guerras, el desplazamiento masivo y la migración desesperada de las personas, por encima de la continuación de las desigualdades crueles, la explotación aplastante y la opresión asesina que están “escritas en el ADN” de este sistema e impuestas por sus ejecutores brutales.
Esta cita es de un artículo cuyo título ofrece una lección clave de lo que aporto a nuestra conversación: Sí que habrá cambio radical: ¿Será emancipador, o esclavizante — revolucionario, o reaccionario? Cito repetidamente a Bob Avakian y sigo su dirección, porque él ha desarrollado la ciencia para explicar más profundamente el origen de los problemas del mundo de hoy, cuál es la estrategia para salir de esta locura, cuáles métodos y maneras de abordar las cosas tenemos que tener para mantenernos en el camino y realmente forjar un mundo mejor.
El fascismo en Estados Unidos tiene raíces profundas. Al núcleo organizado de masas de este movimiento fascista se encuentra un movimiento fascista cristiano —una forma de fundamentalismo cristiano político— que ha estado organizándose durante décadas.
Uno puede trazar una línea directa del fascismo del régimen de Trump y Pence con esta base fundamentalista cristiana, a la Confederación esclavista. Un fervor religioso para un retorno a la “causa perdida” de un noble modo de vivir —de brutal y destrabada supremacía blanca y patriarcado— con proporciones genocidas mientras se envuelven en el paquete de Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza/Estados Unidos Ante Todo — una manera agresiva de abordar al mundo — la amenaza del aniquilamiento nuclear que refleja el individualismo agresivo de su movimiento: mi libertad significa que quizá tú mueras — muy conocedores de que con la Covid, eso afecta desproporcionadamente la vida de los negros y los latinos.
Quisiera concluir con Cuatro Puntos.
[1] No puede darse NINGUNA CONCILIACIÓN CON EL FASCISMO. Trump no nos dividió y Biden no nos puede unir. Bob Avakian señaló que no será posible cambiar lo que piensan estos fascistas en el poder y en las calles “tratándolos con amabilidad”:
No puede darse ninguna “conciliación” con estos fascistas — cuyas “quejas” se derivan del resentimiento fanático contra cualquier limitación a la supremacía blanca, la supremacía masculina, la xenofobia (el odio por los extranjeros), el chovinismo pro estadounidense rabioso y el saqueo irrestricto del medio ambiente, y que se expresan cada vez más en términos literalmente lunáticos. ¡No puede darse ninguna “conciliación” con esto, salvo de acuerdo a los términos de estos fascistas, con todas las terribles implicaciones y consecuencias de hacerlo!
NINGUNA “conciliación” con esto, salvo de acuerdo a los términos de estos fascistas… Si uno transige, concilia, colabora, con el fascismo, lo que es lo que los demócratas han hecho y continuarán haciendo, porque en lo fundamental representan al mismo sistema que tiene entretejidos en su propio funcionamiento la supremacía blanca, el patriarcado y la dominación de la gente del mundo. Estos son el combustible de la máquina del capitalismo-imperialismo. Así que aquí va mi segundo punto. Para subrayarlo:
[2] Biden y el Partido Demócrata, como representantes del mismo sistema, no pueden solucionar los problemas subyacentes de este sistema que infligen tanto sufrimiento innecesario a la gente en Estados Unidos y por todo el mundo — un mundo de decenas y cientos de millones de refugiados, de 150 millones de niños obligados a trabajar en condiciones virtualmente de esclavitud, de la mitad de la humanidad confinada y frustrada por un patriarcado cruel, de guerras, de devastación climática, de opresión racial y nacional, y del aplastamiento de espíritus y el desperdicio de potencial humano debido a las máximas de un sistema cuyo líquido vital es la explotación de miles de millones de personas, impuesta por la fuerza bruta y reforzada por las cadenas de la tradición.
[3] Tercer punto. La contienda en la cúpula de la sociedad en torno al Partido Republicano fascista, en las profundidades de las instituciones de Estados Unidos, con el control de la Corte Suprema y tras cuatro años de forjar una base fascista cohesionada y endurecida, no va a desaparecer, sino que continuará metastatizando y contendiendo por el poder.
Sobre ese terreno se llevará a cabo la lucha por cualquier cambio fundamental y por el terreno para la revolución. Es un conflicto que probablemente se intensifique. Y será, como BA ha escrito, “un factor importante en el contexto de una lucha total entre la revolución y la contrarrevolución”.
[4] Hay una manera de entender la pesadilla del fascismo y el funcionamiento del sistema que lo engendró. Y hay una manera para que la humanidad avance más allá de un sistema que perpetúa semejante sufrimiento innecesario. Para consumar ese avance, se requiere el método y enfoque científico del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian — que contrarresta al oscurantismo religioso, a la locura de las conspiraciones así como al relativismo de la comunidad progresista de que no existe ninguna realidad objetiva conocible sino solamente verdades individuales… Existe un camino — un camino duro por medio de una revolución real hacia una sociedad radicalmente nueva encaminada a la verdadera emancipación, tal como se esboza en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA.
Aquí va una invitación a asumir el enfoque científico del nuevo comunismo. Tenga la integridad y el valor de pensar críticamente, de no dejarse limitar por las convenciones de hoy sino aspirar a lo que realmente podría ser — un mundo radicalmente diferente y mucho mejor para toda la humanidad.
La lucha contra el fascismo no ha terminado. Entra a una nueva fase. Pero, asumamos esta lucha. Continuemos luchando juntos contra el fascismo y de hecho contra todas las injusticias que este sistema continuamente inflige a la gente. Hagámoslo al mismo tiempo que exploremos, discutamos y debatamos el camino para salir de la locura obsoleta que acosa al mundo en la actualidad.
Que el Compromiso a la gente del mundo de Rechazar el Fascismo —En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista— siga resonando por todas partes y se convierta no solamente en un compás político y moral que hace falta, sino en la expresión organizada de una red lista para actuar con determinación no violenta para impedir que el fascismo crezca y domine y aterrorice a la humanidad. Los venideros 50 días y pico hasta que Trump y Pence hayan salido del poder presentan un peligro real y presente. Nos mantenemos vigilantes.
A todos los que han asumido el llamamiento de Rechazar el Fascismo, a mis co panelistas que han puesto al descubierto los peligros ante nosotros hasta que ellos se hayan marchado, debemos continuar, como el Compromiso concluye, “Decididos, nos comprometemos a prevalecer sobre un régimen que pone en peligro a la gente del mundo y a la Tierra misma”.
LO QUE ACABABA DE PASAR: TRUMP, ESTADOS UNIDOS Y EL PELIGRO DEL FASCISMO
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