Entrevista del OR: Margarita Rosario: Luchando por romper el muro azul

Una sección del Obrero Revolucionario para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas publicadas en las páginas de nuestro periódico.

La brutalidad policial en Nueva York es una epidemia. En los últimos dos años el Departamento de Policía de Nueva York ha matado más de 100 personas, la mayoría negros, latinos y de otras nacionalidades oprimidas. Hace poco tuvimos la oportunidad de conversar con Margarita Rosario, quien perdió un hijo a manos de la policía. El 11 de enero de 1995, Anthony y su primo Hilton Vega fueron baleados por la espalda por dos tiras boca abajo en el piso. El gran jurado que investigó el caso, en un voto muy cerrado, decidió no acusar a los tiras y no escuchar el testimonio de un testigo que sobrevivió. Los tiras fueron parte de la guardia del alcalde durante su campaña y uno ha sido su amigo desde que eran niños. Los familiares de las víctimas piensan que los más altos niveles del gobierno municipal están metidos en el encubrimiento de los asesinatos.

Tomando té en la casa de los Rosario, Margarita le contó al OR cómo ella y su cuñada, Carmen Morales, madre de Hilton Vega, fundaron la organización Padres contra la Brutalidad Policial. Le escribieron al Departamento de Justicia para demandar que el gobierno federal investigue las muertes de Anthony y Hilton, y se unieron con otros padres de chavos asesinados por la policía--como Anthony Baez--para luchar porque se haga justicia.

Anthony Baez fue asesinado el 22 de diciembre de 1994 por un policía que se llama Francis Livoti. Livoti le hizo a Anthony una llave estranguladora porque la pelota de fútbol con que jugaban los hermanos Baez accidentalmente golpeó su radiopatrulla. Tres de los hermanos Baez y su padre vieron morir a Anthony. Cuando Livoti mató a Anthony ya tenía un largo historial de quejas por brutalidad ante la Junta Investigadora de Quejas de Ciudadanos. Un gran jurado acusó a Livoti, ¡pero la acusación se anuló debido a un error tipográfico! Después de muchas protestas de la familia Baez, Padres contra la Brutalidad Policial y otros, por fin volvieron a acusarlo, pero solo de homicidio por negligencia, que conlleva una sentencia máxima de cuatro años. De todos modos, es muy raro que acusen a un agente. Para el juicio no habrá jurado sino solo un juez.

Al cierre de esta edición, el juicio de Livoti está a punto de terminar. Cuando este número esté en circulación, el juez ya habrá dado su veredicto. Margarita, quien es una de las iniciadoras del 22 de octubre, Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, nos dijo: "La comunidad está siguiendo de cerca ese caso...ojalá que si no lo acusan los vecinos reaccionen". El 9 de octubre irán a juicio en Brooklyn miembros de Padres contra la Brutalidad Policial como consecuencia de una protesta en la oficina del fiscal de distrito para demandar que acusaran de homicidio a ciertos agentes. El 11 de octubre se reunirá un gran jurado federal para considerar si se debe acusar a los policías que mataron a Anthony Rosario y Hilton Vega.

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OBRERO REVOLUCIONARIO: Te agradezco por la entrevista y en nombre de nuestro periódico quiero expresar nuestro pésame por la pérdida de tu hijo Anthony y de tu sobrino Hilton.

MARGARITA ROSARIO: Gracias.

OR: Esperamos que se haga justicia, por todas las vidas que nos han arrebatado los policías y, como tú sabes, tendremos que luchar para que eso se cumpla.

MR: Así es.

OR: Cuéntanos cómo murió tu hijo.

MR: Fue el 11 de enero de 1995. Hilton y mi hijo Anthony fueron a la casa de Linda y Jorge Rodríguez para recoger un dinero para el matrimonio de una amiga de Hilton. Les dieron $50 y les dijeron que regresaran al día siguiente por el resto.

Así que los muchachos fueron al día siguiente acompañados de su amigo Freddie Bonilla. Según lo que nos contó Freddie, entraron al apartamento, y Hilton y Jorge bajron las escaleras a la sala que quedaba abajo. Freddie y Anthony se quedaron esperando en el vestíbulo mientras Hilton y Jorge hablaban.

Unos segundos después, dos hombres blancos armados salieron de un cuarto oscuro con pistolas y empezaron a gritarles a los muchachos que se tiraran al suelo boca abajo. Uno corrió a la sala y le gritó a Hilton que se tirara al suelo, y el otro les gritaba a Freddie y Anthony. Freddie dice que todos se lanzaron al suelo inmediatamente. En eso, Freddie y Anthony vieron que le dispararon a Hilton por la espalda. Freddie dijo que podían ver las piernas de Hilton estremecerse por cada balazo.

Anthony se quejó, pues habían hecho todo lo que se les ordenó: se habían tirado al suelo, no se habían resistido. Anthony protestó: "¿Qué están haciendo? No hemos desobedecido. ¿Por qué hacen eso, por qué?". Freddie dice que se quedó paralizado, que no hizo nada mientras mi hijo se quejaba. Entonces, el policía que estaba detrás de mi hijo empezó a dispararle. Freddie dice que Anthony tenía la mano sobre el muslo hasta cuando dio el último suspiro.

Alguien debe haber llamado a la policía porque por la radio de los policías preguntaban si había agentes cerca pues había un tiroteo. Los dos tiras respondieron inmediatamente: "Sí, sí, sí, ya lo estamos investigando". Pero no sabían que muy cerca estaban dos policías uniformados, y cuando se dieron cuenta, corrieron a tapar el crimen que habían cometido. Freddie dice que agarraron a mi hijo del brazo y lo voltearon boca arriba. Cuando se dieron cuenta de que Freddie estaba vivo, lo amenazaron: "Tienes suerte, se nos agotaron las balas". En eso, los uniformados tocaron la puerta y no pudieron eliminar a Freddie. Cuando entraron los uniformados, vieron a mi hijo boca arriba, y no sé cómo estaba Hilton cuando entraron.... Dijeron que fue un tiroteo.... El médico forense que hizo la autopsia dijo que los muchachos fueron baleados por el frente y un periódico decía que a mi hijo le dispararon por el frente y a mi sobrino.

Decidí inmediatamente que había que hacer otra autopsia, porque tenía que saber qué le había pasado a mi hijo; no creía lo que me decían.

OR: ¿Qué pasó cuando los detectives vinieron a notificarte?

MR: Pues se portaron como si estuvieran entregando un paquete, como carteros. Dijeron que si podían entrar y yo les dije: "Claro. ¿Qué ha pasado?". Uno me dijo: "¿Conoces a Anthony?". Le dije: "Sí, es mi hijo. ¿Qué ha pasado?". Uno preguntó: "¿Podemos entrar?" y si había alguien más. Les dije: "Sí, está mi esposo". Fíjate que él acababa de llegar una media hora antes de Puerto Rico. Mi esposo salió del otro cuarto y todos nos sentamos en el comedor y yo pregunté: "¿Está herido mi hijo?". Dijeron: "No". Pregunté: "¿Está en la cárcel?". Otra vez: "No".

Me levanté y me fui del comedor con escalofrío, porque te imaginas, si no estaba herido ni en la cárcel, ya te imaginas, ¿qué más queda? Así que me salí y regresé en unos minutos. Mi esposo estaba pálido, como si toda la sangre se le hubiera desvanecido. Le pregunté: "¿Qué pasó?". Y me dijo directamente: "Tu hijo está muerto". Me enloquecí, me puse a gritar, no podía quedarme quieta. Uno de los detectives preguntó que si podía usar el teléfono. Estaba en el corredor hablando por teléfono cuando le grité: "¿Por qué la policía anda matando muchachos? ¿Por qué?". El agente me dijo: "Sra. Rosario, le puedo asegurar que cuando hayamos aclarado todo este asunto verá que fue justificado". Eso es lo que me dijo. ¿Por qué pensó que estaba bien decirme eso? Apenas estuvieron 10 minutos y se fueron.

Decidí que había que hacer una segunda autopsia. Conseguí que la hiciera Barbara Wolf. Ella sacó conclusiones muy diferentes a las de la policía.... Así que empezamos a buscar gente y apoyo porque estábamos solos luchando contra un departamento de policía corrupto y poderoso, mientras que nosotros estábamos solos y no sabíamos a quién recurrir. Decidimos recurrir a lo que estaba a nuestro alcance.

OR: Vi que a la entrada tienen un enorme letrero que dice: Padres contra la Brutalidad Policial, y tienen fotos de Anthony y Hilton. Cuéntame cómo formaron Padres contra la Brutalidad Policial.

MR: Mi cuñada y yo lo iniciamos para hacer algo por la ira y el dolor que sentíamos. Los periódicos degradaban a mi hijo y a mi sobrino y alababan a los policías. Así que un día le dije a mi cuñada: "Tenemos que hacer algo diferente. Tenemos que organizarnos en un grupo, nosotros los padres tenemos que juntarnos para ir a las oficinas y hacer demandas, hacerlo juntos, en grupo". Fue entonces que decidimos que Padres contra la Brutalidad Policial sería perfecto. Formamos el grupo el 7 de julio de 1995 y lo hicimos para conmemorar a Anthony Rosario y Hilton Vega. Fue una especie de regalo de cumpleaños para mi hijo.

Desde que formamos el grupo hemos recibido llamadas telefónicas de otros padres que han perdido hijos a manos de la policía. Siempre que nos llaman los padres tratamos de ir a sus protestas, protestamos juntos, marchamos juntos, a veces incluso desayunamos juntos antes de ir a las audiencias del caso Baez. Así que es bueno que nos empiezan a conocer como el grupo Padres contra la Brutalidad Policial.

Algo que fue excelente, maravilloso, fue cuando nos metimos a la fuerza en la oficina del fiscal del distrito Robert Johnson.

OR: ¿Cuando fueron a demandar que acusaran de nuevo a Frances Livoti, el agente que mató a Anthony Baez?

MR: Sí. Pero no solo por el caso Baez, sino por el de mi hijo también, porque Robert Johnson se desempeñó muy mal en el caso de mi hijo.... Esperamos a la prensa y nos fuimos a su oficina. Sus guardias nos bloquearon el paso, pero nosotros nos mantuvimos firmes.... Empezamos a golpear las paredes, a patearlas, a causar daños, lo que estaba bien porque nos proponíamos hacer algo escandaloso. Los periódicos dijeron que fuimos escandalosos y groseros. ¿Y qué? Eso es bueno. No les hicimos caso, al fin y al cabo, logramos nuestro objetivo.... Demandamos que Robert Johnson saliera a hablar con nosotros. Pero no quería, así que dijimos que no nos íbamos hasta que hablara con nosotros. Creo que todo el ruido que hicimos molestó a los trabajadores tanto que por fin tuvo que salir a hablar con la familia Baez. La familia planteó sus demandas. Yo traté de hablar con él y me sale con que mi caso ya no está en su jurisdicción y que qué hacía ahí. Así que le dije que vine para apoyar a la familia Baez y para decirle que se portó mal en el caso de mi hijo. Y creo que le dije que era un gusano porque eso salió en los periódicos. (risas)

Esa es la clase de trabajo que Padres contra la Brutalidad Policial está dispuesto a hacer, a unirse para demandar justicia, no importa donde haya que hacerlo.

OR: ¿Qué te mantiene fuerte? ¿Cómo te las arreglas para hacer todo eso?

MR: Pues creo que es eso de que busco la verdad, quiero que se haga justicia. Hay otros padres que sufren y si me doy por vencida los estaría abandonando a ellos. Tenemos que apoyarnos los unos a los otros para salir adelante.

Mira el caso Baez, ¿qué le va a pasar a ese policía? La familia ha sufrido mucho, ha tenido que mudarse de la Florida a Nueva York, ¿y ese policía Livoti? Para él casi nada ha cambiado, mientras que la familia Baez ha tenido que cambiar su vida drásticamente. En términos económicos y emocionales, la familia está sufriendo. Ha tenido que sacar a sus hijos de una escuela y ponerlos en otra.

Y ese Livoti, ¿qué ha pasado con él? Solo tiene que preocuparse de lo que le espera. Ese es el único cambio, sigue viviendo como si nada. Ahí se la pasa en la corte sonriendo, bien vestido con ropa fina. El Sr. Baez y la Sra. Baez no tienen dinero para eso, ellos están luchando para sobrevivir, mientras que él se la pasa bien, ¿y para qué?

A Anthony Baez no debieron haberlo matado. Ese agente Livoti, había tantas quejas contra él y el juez no debió haber prohibido que se mencionara eso en el juicio. Nos enfurece que incluso un juez está dispuesto a tapar a los agentes.

Milta y yo fuimos a una de las audiencias, creo que fue una de esas veces que el juez se la pasó bromeando.... Te imaginas, el juez bromeando mientras la Sra. Baez estaba ahí toda dolida. Eso sí que me enfureció, y Milta y yo tuvimos que controlarnos y quedarnos en los asientos. ¿Cómo se atreve? Y los policías riendo.

OR: ¿Te ha amenazado la policía, te ha hostigado?

MR: Oh sí, me han amenazado. Una vez me llamaron por teléfono para decirme "perra", y que vería lo que me iba a pasar. Pero no me han vuelto a llamar, gracias a dios. Un hombre llamó y dijo que por qué no podía aceptar la versión de la policía, que por qué sigo quejándome. Me dijo: "A tu hijo le dieron su merecido", esa fue otra llamada telefónica. Luego cambié el número del teléfono. También me hostigaron por el letrero que tengo en el carro que dice: "Anthony Rosario fue asesinado por la policía".

OR: Tú fuiste una de las iniciadoras del 22 de octubre, Día Nacional de Protesta contra la Brutalidad Policial; cuéntanos por qué decidiste ser una de las iniciadoras y qué piensas que se puede lograr por medio de ese día.

MR: Para mí, como madre, ha sido muy importante unirme con otros para luchar contra la brutalidad policial. Muchos de los que participan no son padres de familia, no han perdido hijos, así que yo tengo mayor razón, debo estar en las primeras filas de las protestas contra la brutalidad policial, no me importa si me maten...me siento bien y me alegra que voy a ser parte de eso.... Ojalá despierte al comisario de policía y al alcalde para que se den cuenta de que esto es en serio, y rompa el muro azul de silencio que ha existido demasiado tiempo.....

OR: Quisiera saber más sobre cómo eran Anthony y Hilton porque la prensa siempre deshumaniza a la gente que la policía mata.

MR: Estaba contenta con mis tres hijos. Ahora solo tengo dos y es un vacío que jamás llenaré. Anthony era un tanto tímido, callado, se lo pasaba casi siempre en la casa; estudió en una escuela católica y por tanto era bien educado, respetaba a los mayores. Solo una vez tuvo problemas con la policía; ahora vienen con que tuvo antecedentes. Lo arrestaron una vez con Freddie. Le preguntaron la hora a un señor chino que no les entendió y golpeó a Freddie con una bolsa. Freddie empujó al señor, pero no fue más allá de eso. El señor siguió su camino y los dos se fueron por el suyo. En eso llegó la policía y los lanzó contra el radiopatrulla, los trató como criminales. Anthony me contó lo que pasó: "Son unos racistas, no me dejaron explicar. Me lanzaron contra el radiopatrulla y me arrestaron". Esa fue la única vez que tuvo problemas con la policía. Ahora vienen con que era un criminal. Anthony era un buen muchacho, siempre se lo pasaba en casa y era guapo, muy, muy, pero muy guapo.

Cuando era adolescente, a Hilton lo arrestaron por robo de carros y estuvo en la cárcel un tiempo. Tenía 21 años cuando murió. Estaba poniendo en orden su vida, quería salir adelante y estaba trabajando. Anthony y él querían continuar con un negocio de limpiar alfombras que empezó mi esposo...eran sus planes para el futuro.

Anthony y su novia se iban a casar, ella estaba encinta pero perdió el bebé como consecuencia del asesinato de Anthony. Ya te imaginas lo afectada que estaba. En el cuarto de Anthony encontramos una revista de novias en la que estaban buscando trajes matrimoniales. Me puse muy triste cuando vi eso.

OR: ¿Qué le aconsejarías a los que se oponen a la brutalidad policial pero tienen miedo de denunciarla; no me refiero solo a los padres de hijos asesinados por policías, sino a todos, qué les aconsejarías?

MR: Que no deben tener miedo, que hay gente que los apoyará, defenderá y que les dará ánimo. Sean valientes, defiendan sus principios, porque de eso se trata, de estar con la justicia o la injusticia. Yo sé que lo que le pasó a mi hijo fue una injusticia, porque yo lo crié y lo conozco bien. Es por eso que no importa cuánto me hostiguen, cuántos riesgos tenga que tomar, tengo que luchar para que se haga justicia; es mi derecho y mi hijo tenía derecho de vivir. No tenían derecho de quitarles la vida a mi hijo y a mi sobrino....

Mi hijo murió como un valiente, porque desde el suelo tomó una posición, protestó. Así que si mi hijo fue capaz de eso, yo estoy más que dispuesta a hacer lo que sea porque se haga justicia. Así debemos pensar...todos debemos luchar por lo que creemos que es justo y no por una vida confortable.

Si creen que lo que la policía está haciendo es malo, entonces peleen. No tengan miedo; ellos quieren que les tengamos miedo, pero no los debemos temer. Hemos tenido miedo desde hace muchos años, desde hace siglos, no nos hemos puesto de pie. Tenemos que tumbar por completo ese muro azul de silencio....

Todavía tengo en casa otro hijo, tiene 14 años, así que tengo que luchar por él y por otros niños como él...lo hago por ellos también. Lo que nos preocupa son las generaciones que vienen. Mi hijo ya está descansando en paz. Bueno, no diría en paz completamente hasta que se haga justicia, pero está descansando. ¿Por qué no hacer algo por las futuras generaciones, para que no tengan que vivir así? Tenemos que cambiar el sistema, eso es algo que tenemos que hacer.