Encrucijada en la lucha para parar la ejecución de Mumia Abu-Jamal

En uno de los acontecimientos de mayor relieve de 1995, el pueblo obligó al sistema a retroceder y aplazar su plan de ejecutar a Mumia Abu-Jamal. ­Se ganó la batalla contra fuertes obstáculos y fue una gran victoria!

Si bien fue una victoria importante, fue solamente temporal. Las autoridades aún lo tienen en sus garras y aún quieren asesinar a este hermoso hermano revolucionario. Por el momento, están viendo cómo matarlo sin pagar un alto precio político. De nuestra parte, tenemos que ver cómo volver a tomar la ofensiva, sacar a la luz los planes y objetivos del enemigo, y hacer que paren de una vez para siempre este ultraje. Tenemos que construir un movimiento que pueda parar la ejecución y conseguir la libertad de Mumia Abu-Jamal: el año 1996 debe ser escenario de grandes y nuevos avances en esa dirección. Para hacerlo, debemos sintetizar las lecciones de la última ronda de lucha y aplicarlas al futuro.

Por qué el enemigo obró
en serio, y por qué tuvo
que retroceder

Sin duda alguna, el enemigo en serio quería matar a Mumia el verano pasado. El gobernador de Pensilvania supo que la defensa de Mumia estaba por apelar y se le adelantó a firmar la orden de ejecución. Confinaron a Mumia en su celda y lo aislaron de todos sus partidarios y los medios de comunicación. No le permitieron usar libros de derecho ni recibir visitas de los ayudantes de la defensa. Simultáneamente, coordinaron y concertaron una gran campaña de propaganda con Maureen Faulkner (la viuda del policía que han acusado a Mumia de matar). Fue una campaña de primera plana a nivel nacional, en los programas de Dan Rather y Good Morning America. Hasta la llevaron a una ceremonia de la Casa Blanca para firmar una nueva ley contra el crimen. En la audiencia de la apelación, el juez Sabo parecía un Aníbal Lecter entogado. La chota de Filadelfia se lanzó a reprimir al movimiento. La máquina de muerte estaba engranando en serio.

Esos arrogantes agentes de la muerte pensaron que podían ejecutarlo sin una oposición seria y sin siquiera mucho revuelo. Pero la verdad comenzó a recorrer el país y millones llegaron a conocer a Mumia. Pensaron que podían impedir que la lucha echara raíces en la comunidad negra. Pero estallaron grandes movilizaciones de masas de los barrios negros de todo el país, unificando a las masas negras con muchos sectores más de la población negra en mítines, marchas y eventos culturales cada semana y hasta cada día. Pensaron que podían encasillar la lucha. Pero la batalla cruzó barreras, incorporando a muchos jóvenes blancos y latinos, y a conocidos artistas e intelectuales de muchas nacionalidades. Hubo de todo: manifestaciones, desplegados, recitaciones de poesía y desobediencia civil. Internet chisporroteaba y la escena hip hop crepitaba. La batalla se extendió a nivel internacional: protestas de masas y declaraciones de protesta de Asia, Africa, Europa, y Latinoamérica denunciaron profundamente y pusieron en aprietos a las autoridades. Y en el centro de todo eso: Mumia, un defensor revolucionario del pueblo que no se quebró, ni siquiera en las narices de la muerte.

Todo eso obstrano, el vocero nacional del PCR, Carl Dix, hablaba de que el movimiento para liberarlo necesitaba amplitud, diversidad y resolución. Veamos cómo se desenvolvió eso.

El movimiento logró que fuerzas muy amplias conocieran la voz y la causa de Mumia. Docenas de miles compraron su libro Live From Death Row y millones más lo conocieron de a oídas o en programas radiales, carteles, desplegados, artículos de apoyo, actividades artísticas, la primiento creció a diario, millones más tomaron conciencia y se deslindó el campo de batalla.

En ese momento, a solo diez días de la fecha de la ejecución, las autoridades retrocedieron. La batalla para parar la ejecución y para conseguir la libertad de Mumia Abu-Jamal amenazó con trastornar no solo los planes de los de arriba para Mumia sino su agenda represiva general. La correlación de fuerzas en el campo de batalla, en el contexto de la inminente ejecución, favoreció mucho al lado del pueblo y desfavoreció a la estructura de poder. No hubo un factor único, sino toda la mezcla de fuerzas en movimiento, que denunciaba los motivos de la ejecución, rompía barreras y amenazaba estallar con más fuerza.

Unas lecciones claves

¨Cómo es que este movimiento que empezó tan a la desventaja ganó? ¨Qué lecciones debemos sacar y aplicar? A principios del verano, el vocero nacional del PCR, Carl Dix, hablaba de que el movimiento para liberarlo necesitaba amplitud, diversidad y resolución. Veamos cómo se desenvolvió eso.

El movimiento logró que fuerzas muy amplias conocieran la voz y la causa de Mumia. Docenas de miles compraron su libro Live From Death Row y millones más lo conocieron de a oídas o en programas radiales, carteles, desplegados, artículos de apoyo, actividades artísticas, la prensa negra y la revolucionaria, etc.

Algunos propusieron presentarlo como ``otro fulano de tal'' en broncas con el sistema de injusticia; que esa era la única forma de movilizar apoyo para la causa. Pero de fondo lo más importante fue entender la naturaleza política de la persecución de Mumia. Para hacer eso, es necesario entender el carácter revolucionario de los principios de Mumia: que a causa de sus convicciones y principios la estructura de poder ha tenido que violar constantemente sus propios viles reglas para poder asesinarlo.

En julio de 1995, Bob Avakian, Presidente del PCR, escribió que ``los revolucionarios{{ellipsis}}encarnan los más nobles intereses del pueblo y lo inspiran a luchar por ellos'' y que ``es muy importante que el pueblo los defiende y que rechace el `derecho' del opresor de atracarlos y a `matarlos legalmente'" (#815).

Cuando se conoció la audaz posición política de Mumia y que decía la pura verdad ante las autoridades, y se conocieron los hechos reales de las acusaciones chuecas, más y más personas tomaron partido con la batalla, viendo que correspondía a sus propios intereses. Para los que anhelan un cambio revolucionario fundamental, en especial los proletarios, y también para otras clases, fue una causa justa. Aunque muchos no estaban convencidos de la posibilidad de la revolución ni de su necesidad, entendieron que la persecución de Mumia era parte del programa general de terror y represión del sistema contra los negros y otras minorías, y de la supresión de las ideas revolucionarias o disidentes en general. Como se oponen a ese programa, se metieron a la lucha para detener la ejecución. Por todo el mundo, muchos oponentes de la pena capital en Estados Unidos ofrecieron una enérgica resistencia a esta ejecución. Otros, preocupados principalmente por la patente injusticia de la farsa de juicio contra Mumia y atraídos por el dinamismo del movimiento, también expresaron su apoyo. La clave para lograr eso tiene dos aspectos: ir ampliamente a millones y llevarles la neta de quién es Mumia y qué representa.

El movimiento contra la ejecución fue muy diverso. Subrayamos arriba cómo entretejió muchos hilos y hebras de la sociedad; aun así, solo se puede dar un breve vistazo a este fenómeno de sorprendente amplitud. ­No se había visto tal diversidad (y unidad) hace años! En la entrevista que le hizo el OR hace poco, Mumia dijo que la unidad que se forjó en esta batalla tiene ``un potencial de dos aspectos{{ellipsis}}. Muestra que es posible unir a la gente cruzando y superando las barreras de raza y, en algunos casos, de clase, educación y otras cosas. Y muestra que el peligro que el sistema ve es que tales ideas y alianzas reciban amplio apoyo'' (#838).

A esta diversidad la acompañaron variadas formas de lucha: cartas a la redacción, foros, eventos culturales, manifestaciones de masas, desafiantes protestas, etc. Estas variadas formas se armonizaron como el crescendo de una sinfonía en que sectores muy amplios y diversos de la población ``cantaron'' en apoyo a Mumia.

Finalmente, se ganó la batalla por medio de la resolución. En el verano, hablamos de la necesidad de poner mucho en juego y salirse de lo normal, de que cuando la gente sale con resolución, ``le da un mensaje importante tanto a amigos como a enemigos por igual''.

``A nuestro enemigo le dice: `Mordiste un hueso difícil de roer cuando firmaste la orden de ejecución, así que ahora tendrás que soltarlo o te atorarás con él'. A nuestros amigos, y posibles amigos, nuestra resolución es como un poderosísimo imán que atrae su descontento, sus aspiraciones suprimidas, y las une en una fuerza como el acero'' (#812). En el verano, hubo más de 400 arrestos en desafiantes manifestaciones. Tal resolución, junto con la resolución de mayores sectores de las masas básicas que cumplían con lo escrito en los muros de Filadelfia, ayudó a conformar la mezcla de fuerzas sociales.

La encrucijada de hoy

¨Cómo aplicamos estas lecciones? Primero, tenemos que reconocer y encarar el contraataque del enemigo. Sufrió una derrota y quiere volver a ganar lo perdido y llevar a cabo su vil plan. Han rechazado la solicitud de un nuevo juicio de Mumia y metido su caso en enredados ``trámites judiciales'', para poder orquestar cuándo y cómo vuelven a atacar, ganando tiempo y ventaja. Puede que oculten sus planes mientras se ponen a reprimir el movimiento o puede que de repente vuelvan a apresurar la ejecución, o ambas cosas. Como señalamos en el verano de 1995, una parte muy importante de esta batalla es el escenario legal y es necesario crear los medios para apoyar a la defensa y su lucha por un nuevo juicio.

Por otro lado, el movimiento no puede estar a la espera de un calendario que está en manos del enemigo; el movimiento tiene que tomar la iniciativa. Asimismo, es sumamente importante que el movimiento siempre se oponga al hostigamiento legal del gobierno, sus amenazas, represión y posibles transas contra Mumia. A cada paso, el gobierno hostiga y le niega a Mumia los derechos más fundamentales, y eso va de la mano con su historia de transas ``extrajudiciales'' contra presos políticos y activistas revolucionarios.

También han atacado al movimiento, lanzando una campaña de propaganda de la Gran Mentira para distorsionar el caso y ridiculizar (y si leemos entre líneas, amenazar) a los personajes de peso que salieron en defensa de Mumia. De la mano, han lanzado ataques y amenazas de la chota contra activistas y partidarios, en particular en Filadelfia.

Como dijera Mao Tsetung: ``Es bueno si el enemigo nos ataca'', pues prueba que lo estamos hiriendo. Estos ataques no son ``efectos secundarios'' o distracciones; son una parte integral de la lucha. Tenemos que responder medida por medida, usando cada ataque para denunciar más al enemigo y movilizar a más gente en esta lucha por la justicia. En una palabra, ni temer esos ataques ni dar marcha atrás, sino enfrentarlos con audacia y hacer que les salga el tiro por la culata.

Tomar la ofensiva

Además, el movimiento necesita buenos planes para desarrollar sectores claves de la sociedad como plazafuertes de esta batalla, que incidan en toda la sociedad y eleven la lucha.

Una de esas plazafuertes es el proletariado. Como dijimos el año pasado: ``En Mumia el proletariado no solo ve alguien que encara la máxima forma de opresión que ellos viven a diario, sino también alguien que le apunta el dedo al enemigo, alguien que ha demostrado valentía y coraje ante las más bárbaras amenazas y torturas, y alguien que no vacila en decir que lo que hace falta es una revolución'' (#812). El apoyo a Mumia comenzó a echar raíces en importantes sectores del proletariado en el verano y fue uno de los principales factores que obligaron al gobierno a aplazar la ejecución. En Mumia, la juventud ve un ejemplo viviente de una manera distinta de vivir, que va en contra y más allá de los asquerosos valores de esta sociedad, y eso ha tenido un efecto importante. Es esencial impulsar todo eso en los meses por venir, desarrollando nuevas formas de lucha y apoyo del proletariado, usando la prensa de nuestro partido como instrumento clave. Debe haber lugares en que el enemigo entienda que la gente está resuelta a apoyar a Mumia.

También queremos mencionar dos frentes más del movimiento. Tenemos que desarrollar el apoyo a Mumia en la comunidad negra. Las masas no conocían su caso, pero cuando comenzó a salir a la superficie en el verano, atrajo mucho apoyo de todos los sectores de la comunidad negra: iglesias, sindicatos, organizaciones legales (y profesionales), clubes sociales, grupos estudiantiles y de la mujer, etc., se incorporaron a la batalla. Los medios de comunicación negros jugaron un papel crítico y muchos, muchos intelectuales y artistas negros salieron en apoyo a la lucha.

La Marcha de Un Millón de Hombres de octubre de 1995 fue un fenómeno social importante y, desde el comienzo, se propagó el caso de Mumia como unos de sus principales frentes de batalla. Pero a la hora de la marcha, la batalla de los revolucionarios negros presos, y de Mumia en particular, no recibió suficiente atención. Fue una oportunidad de decirle a un chingo de gente que si los imperialistas se atrevieran a caerle a Mumia, deberían tener que pagar un precio alto. Pero salvo una o dos excepciones, los principales organizadores y oradores no tocaron este tema. Eso no quiere decir que las fuerzas más radicales deban dejar de impulsar la batalla para liberar a Mumia en las iniciativas que han surgido a raíz de la marcha o de sus principales organizadores. Es deber de los grupos y personas más revolucionarios y resueltos partir del aspecto más antisistema de esas fuerzas y ayudarlas a tomar un camino mejor: a ponerse más firmes en esta batalla, y a trabajar para aplicar la fuerza de la marcha para detener la ejecución de Mumia. Como se vio en la Marcha de Un Millón de Hombres, eso exigirá unidad y lucha a cada paso. De ningún modo podemos dejar esa batalla.

La Marcha de Un Millón de Hombres no agotó en absoluto el potencial para difundir la batalla de Mumia en la comunidad negra. Es necesario consolidar, desarrollar y elevar mucho los avances de 1995. Esa es una tarea importante del movimiento.

Otra fuerza importante son los estudiantes universitarios y de prepa. Cuando se prende la batalla en los planteles, genera un enorme despertar en el resto de la sociedad, pone a las autoridades a la defensiva y les dificulta llevar a cabo sus crímenes a escondidas. El año 1995 fue testigo de un nuevo potencial en los planteles. En Nueva York, estudiantes universitarios y de prepa protestaron en masa contra los recortes presupuestales. En Rutgers, Nueva Jersey, los estudiantes pararon un partido de básquet para denunciar el racismo del rector y continuaron luchando durante meses con mucho sacrificio personal. En California, los estudiantes han sorprendido a las autoridades oponiéndose a los ataques a la acción afirmativa, con la participación de estudiantes blancos y minoritarios por igual.

Y la reciente gira universitaria de una miembra de MOVE, la manifestación del 6 de noviembre en Filadelfia y otras acciones importantes muestran el gran potencial para que se desarrolle la batalla de Mumia en el estudiantado. Se debe aprovechar el Día de Descontento Estudiantil que ha convocado ­Rehusar & Resistir! para el 7 de febrero: una importante oportunidad para impulsar la batalla. Y es importante apoyar otras iniciativas, de otros frentes de batalla de las universidades, en particular el de defender y ampliar la acción afirmativa.

Unos pasos cruciales

Finalmente, quisiéramos recomendar unos posibles objetivos para el movimiento.

Uno, es necesario que el movimiento pueda entrar en acción sin obstáculos, cuandoquiera que el enemigo intensifique sus ataques a Mumia, sea confinándolo a su celda o con un importante fallo en su contra. Un paso crucial es fortalecer la red de respuesta de emergencia, ampliándola y poniéndola a prueba.

Dos, tenemos que trabajar juntos para hacer que vuelva a primer plano la batalla. Por ejemplo, la edición del libro de Mumia Live From Death Row cautivó mucha atención. Quizá un espectacular concierto de apoyo o evento cultural similar podría hacer lo mismo.

La batalla del último año para detener la ejecución atrajo a muchos conocidos artistas, actores y actrices, escritores, activistas políticos y otras personalidades. Se organizaron recitaciones del libro de Mumia, eventos solidarios y teatrales, etc., en que incidieron la voz y prestigio de muchas figuras de renombre. Un gran desplegado del New York Times exigió un nuevo juicio, firmado por más de cien personas conocidas: actores, actrices y directores de cine, músicos, científicos, profesores, abogados, críticos de cine de televisión e innovadores de computación. Todo eso creó opinión pública a favor de Mumia. Ahora es necesario construir sobre esa base: esos personajes tienen que participar aún más y encontrar las formas de poner esta batalla en primer plano y construir en grande el apoyo a Mumia.

Finalmente, aunque es importante llevar a cabo muchas acciones diferentes y una diversidad de grupos debe realizar actividades independientes, a veces toda la fuerza que tenemos debe juntarse para hacer una poderosa declaración que no se pueda ignorar. Esos momentos sobresalientes pueden alumbrar el cielo. El grupo Amigos y Familiares Internacionales de Mumia Abu-Jamal ha convocado uno de esos momentos para julio, con motivo del aniversario de la sentencia de Mumia. Es importante que esos días sean tan poderosos como sea posible y que muestren las ``tres dimensiones'' de nuestro movimiento: un movimiento amplio, diverso y muy, muy resuelto. Elevar este aniversario a un nivel superior podría poner en juego muchas fuerzas contra el enemigo en la esfera de la opinión pública, en un año electoral, cuando los de arriba están celebrando y remachando sus ``tradiciones democráticas''. Ya es hora de empezar a prepararnos para eso.

Resumiendo: en el verano de 1995 el pueblo, por medio de su lucha y contra muchos obstáculos, paró la ejecución de un valiente revolucionario, Mumia Abu-Jamal. ­Excelente! El reto ante nosotros hoy es avanzar a partir de los logros y lecciones, dar un paso hacia adelante y parar de plano la ejecución de Mumia y conseguir su libertad.





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