Los indígenas del norte de California:

La amarga historia de Round Valley

Obrero Revolucionario #917, 27 de julio, 1997

"Un día un hombre blanco montado a caballo llegó al Valle y se dirigió al rancherío central de la tribu yuki. Los indígenas quedaron asombrados porque jamás habían visto un hombre blanco ni un caballo. Siendo gente amistosa, rodearon al hombre para ver qué cosa había llegado a su comunidad. Dentro de poco vieron que aquel extraño ser poseía el poder del `Diablo'; levantó un palo que produjo un gran ruido acompañado de humo, y cayó muerto un compañero con un hueco en el pecho. Al igual que todos los Diablos había que acabar con aquel. Si bien nadie sabe dónde quedó su cuerpo, lo cierto es que aquel ya no asesinó a nadie más".

--Una leyenda yuki acerca del primer hombre blanco
que llegó a Round Valley

Los primeros habitantes de Round Valley en el noreste del condado de Mendocino (en el estado actual de California) se conocían como los Ukomno'm, lo cual significa el Pueblo del Valle. Construyeron pueblos en lugares llamados Red Ground, Wide Hill, Cool Water, Short Creek y Tule Point. Hacían trueque con otras tribus que hablaban su mismo idioma, y se casaban entre sí.

Vivían de la caza, la pesca y la recolección. Comían venado, salmón, codorniz y trucha. Preparaban sopa, masa y pan a base de nueces de los árboles de la región que molían con una especie de molcajate o metate. A diferencia de otros pueblos indígenas, casi no se escuchaban historias de hambruna entre los yuki.

El nombre yuki tiene su origen en el idioma del pueblo nomlaki que vivía al otro lado de unas montañas muy altas. Cuando llegaron los primeros exploradores blancos a través del valle de Sacramento, preguntaron a los nomlaki: "¿quiénes viven detrás de las montañas?". Respondieron: "Yuki", que en el idioma suyo (que se llama wintu) significa "enemigo" o "ladrón".

En mayo de 1854 Frank Asbill y sus hombres viajaban por la sierra costera buscando una ruta de Petaluma a Weaverville que serviría para el transporte de productos a los mineros de oro que invadían el estado en aquella época. El día 15 de mayo Asbill estaba juntando sus caballos cerca de Round Valley. Al ver el precioso valle, reunió a sus hombres y se dirigió allá, y al llegar asesinó a 40 yuki.

Después se colocó un letrero de bronce para conmemorar el lugar preciso donde Frank Asbill "descubrió" Round Valley. No llevaba ninguna mención de la masacre de aquel día. El letrero que ya tenía varios impactos de bala, fue robado hace años y después encontrado en el tianguis del condado de Alameda, donde se vendía como baratijas.

El genocidio en California

Los blancos que invadieron a Round Valley iniciaron una guerra genocida contra los pueblos indígenas de California. El primer gobernador de California (después de que el gobierno de Estados Unidos le quitó California a México durante la Guerra de 1848) pidió "una guerra de exterminio" contra los indígenas y dijo que su total eliminación era "el destino inevitable de la raza".

En 1848 se descubrió oro en Sutter's Mill y empezó la invasión de California por los blancos. En tres años más de 200,000 personas cruzaron la sierra en su loca carrera por llegar a los yacimientos. Hasta los lugares más apartados del estado se llenaron de gente blanca que quería cortar madera, criar ganado y cultivar la tierra. Todo esto causó grandes trastornos al medio ambiente y disminuyó los alimentos disponibles para los indígenas. La tala de árboles perjudicó el salmón, y los ganaderos levantaban cercas en las tierras donde los indígenas habían recolectado plantas durante siglos.

En 1850 el estado de California aprobó la "Ley para Gobernar y Proteger a los Indios". Autorizaba el trabajo forzado de los indígenas que carecían de medios de mantenerse. Dado que a los indígenas les estaba prohibido declarar contra un blanco ante el tribunal, era muy fácil apresarlos y hacerlos esclavos. De hecho, muchos colonos compraban los niños indígenas abiertamente sin molestarse en cumplir con los trámites legales. Mucha gente se enriqueció con la venta de mujeres y niños indígenas. Un editorial del Marysville Appeal ejemplifica esta práctica: "De estas tribus de las montañas los colonos blancos raptan niños para ser sirvientes y mujeres para el propósito de trabajo y de lujuria... existen grupos en el norte del estado que se ocupan exclusivamente de secuestrar a niños chiquitos e indias para después venderlos a buen precio a los colonos que están dispuestos a pagar $50 ó $60 por un muchacho para cocinar o trabajar de sirviente o $100 por una jovencita buena moza".

En 1853, con el propósito de despejar el terreno para asentamientos de los blancos, el Senado nacional nombró a tres comisionados para negociar tratados con las tribus indígenas de California, resultando en la firma de 18 tratados. Los indígenas negociaron con buena fe y ofrecieron millones de acres de sus tierras a cambio de las promesas del gobierno de protegerlos y asegurarles tierras abastecidas de agua y animales de caza para sustentarse y conservar su forma de vida tradicional. Cubrían 7.5 millones de acres, es decir, el 7.5% del estado de California. Al iniciar el traslado a sus nuevas tierras, los indígenas se enteraron de que el Senado se había negado a ratificar los tratados.

A la vez que rechazó los tratados, el Senado nombró a Edward Beale como encargado de la política relacionada con los pueblos indígenas de California. En seguida elaboró un nuevo plan para controlarlos por medio de "un sistema de puestos militares" ubicados en reservas del gobierno. Cada reserva impondría "un sistema de disciplina e instrucción". Según un escrito de Beale, el costo de las tropas "se solventaría por el excedente del trabajo indio". Ya no se iba a negociar ningún tratado con los indígenas sino a "invitarlos a reunirse dentro de estas reservas".

Las reservas planteadas por Beale y establecidas en California tenían diferencias importantes con las reservas establecidas en otras partes del país. Se establecieron en tierras que pertenecían al gobierno federal, y no se reconocía ningún derecho de propiedad sobre ellas por parte de los indígenas ni derecho alguno a controlar sus propios asuntos. Estaban bajo control directo de las tropas federales. Más bien, estas reservas se hubieran llamado campos de concentración.

En 1856 Nome Cult Farm, posteriormente llamado la Reserva Round Valley, se estableció en Round Valley. El gobierno consideró que lo ideal era colocar a miles de indígenas en un lugar aislado con los rasgos geográficos de Round Valley. A pesar de que todas las tierras del Valle pertenecían en un inicio al gobierno, los colonos blancos invadieron los mejores terrenos, tirando las cercas para criar su ganado y acaparando la tierra apartada para la reserva. Los indígenas que laboraban en la reserva solo recibían 6 mazorcas de maíz al día como alimento y tenían que trabajar para los oficiales de la reserva.

Los colonos contrataban a los indígenas de las reservas como bestias de carga. Un colono informó que en 1857: "Unos trescientos indios murieron como resultado de cargar sobre las montañas entre la nieve y el barro... Se vestían únicamente con una piel de venado sobre los hombros... Cargaban hasta 50 libras si aguantaban el peso..".

Supuestamente las reservas eran para proteger a los indígenas de los cazadores de esclavos, pero en realidad las mujeres y los niños de Nome Cult Farm corrían más peligro de ser secuestrados porque ya estaban concentrados en un solo lugar. Un empleado de Nome Cult Farm que llegó allá en 1858 dijo: "Al llegar al valle por primera vez, vi a un hombre llevando a cuatro niños indios. La tercera vez que iba por el camino me encontré con un hombre que llevaba a una niña".

Los Milicianos del Río

Muchas fuerzas poderosas de todo el estado pedían abiertamente el exterminio de los indígenas. The Yreka Herald expresó su posición muy claramente: "Ya que se ha iniciado una guerra contra los indios, esperamos que el gobierno otorgue la ayuda necesaria para que los ciudadanos del norte libren una guerra de exterminio hasta matar al último piel roja de estas tribus. El exterminio ya no está en el futuro: la hora ha llegado, el trabajo ha comenzado y cualquiera que diga tratado o paz debe considerarse como un traidor". Otros periódicos expresaron la misma opinión.

Otro empleado de Nome Cult Farm describió el alcance de las expediciones contra los indígenas de la región: "En 1856 se realizó la primera expedición de blancos contra los indios, y han continuado desde entonces... ha habido tantas que ya ni puedo recordar el número; el resultado era que matábamos en promedio 50 ó 60 indios en cada viaje, tomando también algunos presos, los cuales siempre llevábamos a la reserva; solíamos hacerlo dos o tres veces a la semana".

La política oficial claramente estaba a favor del genocidio contra los indígenas. En 1851 una ley estatal reconoció el derecho de los colonos de organizar grupos paramilitares para cazar indígenas y de que el gobierno les reembolsara sus gastos. La asamblea legislativa del estado otorgó más de un millón de dólares para tales gastos en 1851 y 1852.

Los gobiernos municipales ofrecieron dinero a cambio del cuero cabelludo de indígenas. En 1855 la ciudad de Shasta ofreció $5.00 por cada cabeza indígena que se entregara a la sede municipal. Un lugareño escribió que recuerda haber visto hombres llegar al pueblo con burros cargados con de ocho hasta doce cabezas de indígenas. En 1859 un pueblo cerca de Marysville pagaba "por cada cuero cabelludo u otra prueba satisfactoria" de que se había matado a un indígena.

Una milicia que operaba en el condado de Mendocino se llamaba los Milicianos del Río Eel. Se formó a raíz de la muerte, supuestamente a manos de indígenas hambrientos, de un caballo de propiedad de Serranus Clifton Hastings en abril de 1859. Hastings era un ganadero rico, el primer Presidente de la Corte Suprema de California y procurador general del estado en 1851. Se dirigió a su amigo el gobernador Weller y le planteó la necesidad de organizar un escuadrón para expulsar a los indígenas del condado de Mendocino.

El escuadrón se organizó bajo el mando del capitán Walter Jarboe, que dio órdenes de "matar a todos los machos y apresar a las mujeres y niños, y ya que tengan a un indio en la mira, no perderlo mientras puedan seguirle la huella". El escuadrón mató a casi todos los indígenas que encontró, y también a las mujeres y los niños. Rodeaban a los indígenas sin armas que buscaban comida y los mataban a balazos.

Un teniente describió una de sus acciones: "... Viajamos toda la noche hasta ver el fuego de un rancherío indio, antes del amanecer lo rodeamos, esperando la madrugada para atacar. Matamos a veinte, entre ellos machos, hembras y niños; aparte apresamos a dos indias y un niño. Matamos a todos en un lapso de tres minutos ... no encontramos en ese rancherío ninguna evidencia de delito alguno cometido por esos indios".

Jarboe describió sus acciones durante las primeras tres semanas de diciembre de 1859 en un informe al gobernador Weller: quemó indígenas vivos en sus chozas y en cuatro enfrentamientos mató a balazos a 7, 32 y 10 indígenas. La Milicia del Río Eel se disolvió en enero de 1860. En su último informe Jarboe calculaba que en menos de 5 meses hubo "23 enfrentamientos con un saldo de 283 guerreros indios muertos y un número indeterminado de heridos; tomamos 292 presos, entregándolos a la reserva". El 12 de abril de 1860 la asamblea legislativa aprobó el pago de $9,347.39 "por concepto de los gastos de la expedición de 1859 contra los indios del condado de Mendocino bajo el mando del capitán W.S. Jarboe". El gobernador de California, el señor Weller, le envió una carta de felicitación por hacer "todo lo que se esperaba" y expresó su "agradecimiento sincero por la forma de conducir [la campaña]".

Hubo un gran número de masacres más durante aquellos años sangrientos; entre ellas las más conocidas son las de Clear Lake, Blood Run Creek y Bloody Rock.

Los que sobrevivieron fueron expulsados de sus pueblos a latigazos por blancos montados a caballo, obligándolos a trasladarse a Nome Cult en "La Marcha de la Muerte". Un anciano de la tribu pomo relató la historia de su abuela en el periódico Albion Monitor: "Los trataron como si fueran una manada, como ganado, como animales. Los ancianos no podían aguantar y murieron en el camino. [Cuando era niño] hablaban de eso y al referirse a lo sucedido en aquel camino, sentían una enorme pena y lloraban a sollozos. Fue una gran miseria, penuria y muerte".

Según el relato del bisabuelo de una mujer pomo: durante la Marcha de la Muerte una anciana ya no podía ir al paso de los demás y les rogaba enterrarla con su canasta favorita allí mismo al lado de aquel camino. Otro anciano recuerda que las madres mataban a sus propios niños porque no eran capaces de verlos sufrir una muerte lenta.

Así fue como siete pueblos distintos—los konkow maidu, Little Lake y otros pueblos pomo, nomlake, cahto, wailake, Pit River, y los yuki—llegaron a vivir juntos en Round Valley.

La resistencia

Uno de los mitos sobre los indígenas del condado de Mendocino es que no opusieron resistencia al genocidio. Sí lo hicieron, pero las batallas casi siempre eran desiguales porque los blancos disponían de armamento muy superior y los indígenas jamás lograron unirse en un solo grupo para enfrentarlos. A continuación ofrecemos algunos ejemplos de la resistencia documentada en el libro Genocide and Vendetta.

• Durante el primer año de la existencia de Nome Cult Farm, los yuki se rebelaron. El encargado de la reserva escribió: "En dos ocasiones los indios han rodeado nuestra residencia, amenazado nuestras vidas y matado los animales. Nos vimos obligados a matar muchos y con esto el asunto se acabó".

  • El 9 de diciembre de 1859, una banda yuki se reunió en Long Valley y retó a algunos de los hombres de Jarboe. Cuando estos los atacaron, respondieron con grandes gritos de guerra y un torrente de flechas. Su propósito era matar a todos los blancos, pero fueron abrumados por las armas de fuego de los blancos y todos los indígenas quedaron muertos o heridos. Varios de los hombres de Jarboe también cayeron heridos.
  • En 1861 una banda wailaki logró obtener rifles y aprendió a disparar con buena puntería. Se llegaron a conocer como los "Indios del Fusil". En septiembre de 1861 atacaron a los colonos de Round Valley, y mataron una gran cantidad de caballos y ganado. Los colonos respondieron con el ataque al pueblo wailaki de Horse Canyon, donde mataron a 240 wailake, entre ellos muchos niños y mujeres. Esta masacre se conoció como Blood Run Creek (quebrada donde corre la sangre) porque la quebrada se enrojeció con la sangre de tantos indígenas asesinados.
  • Más al norte en el condado de Humboldt hubo una gran resistencia. La banda del jefe Lassik fue de las más activas, logrando la expulsión de los colonos de su territorio en la parte sureste y suroeste del condado. El jefe fue capturado junto con su banda en 1862, pero después se escaparon de la Reserva Smith River y se dirigieron al sur por el río Klamath "incitando a la inconformidad y la venganza". Finalmente el jefe Lassik fue capturado y asesinado en 1863, pero no sin antes conducir una campaña de resistencia de un año contra los colonos.

    Antes de la llegada de los blancos había unos 310,000 indígenas en el estado de California. El mortífero sistema de las misiones impuesto por los colonizadores y misioneros españoles era responsable de la muerte de decenas de miles, pero tal sistema no había llegado a muchas regiones y valles apartados como Round Valley. Al caer el estado de California bajo el dominio de Estados Unidos la población indígena disminuyó de aproximadamente 245,000 a 16,000 durante el lapso de tiempo relativamente corto de 1830 a 1890. Durante la peor década, entre 1845 y 1855, se experimentó un declive impresionante de 150,000 a aproximadamente 50,000. Un historiador opinó que el trato del gobierno a los indígenas de California "se aproximaba al genocidio, y fue más extremo que lo que ningún pueblo tribal de Norteamérica jamás habría de enfrentar".

    El robo de la tierra y la destrucción de la cultura

    Cuando terminaron las matanzas más brutales, la sociedad estadounidense se puso a robar la poca tierra de las reservas apartadas para la gente indígena y a destruir su cultura. Valiéndose de diferentes formas de robo y fraude, los colonos blancos acapararon la mayoría de las tierras del valle durante las décadas de 1870 y 1880. Los ganaderos blancos se hicieron ricos alimentando su ganado ilegalmente en las tierras indígenas y luego se lo vendían a los mismos indígenas a precios muy altos. Una persona que visitó el valle describió las consecuencias de quejarse sobre el robo de las tierras por los colonos: "Si no era posible convencer al declarante de que se callara ni disuadirlo por medio del terror, acabaría con un impacto de bala y el magistrado realizaría una investigación superficial".

    Cuando el Congreso aprobó una ley de reparto de las tierras de las reservas a indígenas particulares (la Ley Dawes Severalty de 1887), quedó claro que más o menos el 60% de las tierras ya estaban en manos de los colonos blancos. Se suponía que había 102,118 acres para repartir a los indígenas, pero en realidad sólo se repartieron 42,163. Se distribuyeron pequeñas parcelas separadas para que los indígenas no pudieran juntarlas.

    Posteriormente muchos indígenas perdieron la mayoría de sus tierras por distintos tipos de fraude, o por no pagar los impuestos debidos, o se vieron obligados a venderlas porque los colonos blancos los habían expulsado de ellas.

    Aparte, se hizo un esfuerzo sistemático de destruir la cultura y la historia de los pueblos indígenas. Llegaron ministros a dirigir la reserva y "civilizar a los salvajes". Un ministro instituyó un sistema de pases: todo indígena debía tener un permiso firmado para salir de la reserva. Cualquiera que se encontrara fuera de la reserva sin su pase era regresado por los soldados. Un congresista que visitó Round Valley en 1874 encontró que el ministro les daba latigazos a los indígenas, que estaban mal alimentados y que los obligaban a trabajar por casi nada. Sacó la conclusión de que el sistema de las reservas era muy parecido a la esclavitud.

    Los jóvenes eran obligados a asistir a las escuelas de las reservas dirigidas por el Departamento de Asuntos Indígenas. Se les prohibían usar su ropa tradicional y hablar su idioma nativo. Los que desobedecían, recibían una buena paliza.

    Segregación en el
    condado de Mendocino

    La segregación era la norma en el condado de Mendocino hasta la década de 1960. Un vecino de Round Valley recuerda aquellos años: "No podíamos entrar a los restaurantes ni las peluquerías ni comprar bebidas alcohólicas. Según parece podíamos votar y nuestros hombres podían ser soldados en la guerra, pero no teníamos el derecho de declarar ante el tribunal ni que declararan testigos a nuestro favor. No nos permitieron trabajar en el sector público hasta la década de 1960".

    La espeluznante y sangrienta historia de la Reserva Indígena de Round Valley y el condado de Mendocino sigue impactanto la vida de los indígenas de Round Valley. "Creo que el caso de Bear Lincoln tiene raíces muy firmes en el pasado", dice Phil Dejong, uno de los abogados de Bear Lincoln. "Es preciso enfrentar el problema de cómo la comunidad blanca trata al pueblo indígena de Round Valley y las otras comunidades indígenas de la región. No podemos curar las heridas del pasado sin enfrentar los problemas actuales".

    Las fuentes de información de este artículo son:

    Genocide and Vendetta: The Round Valley Wars of Northern California, Lynwood Carranco y Estle Beard. University of Oklahoma Press, 1981.

    Indians of California: The Changing Image, James Rawls. University of Oklahoma Press, 1984.

    Testimonio de Lester J. Marston (declaración del juicio de Bear Lincoln); disponible en la Internet junto con otra información sobre el caso de Bear Lincoln en http://www.monitor.net.


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