En camino a Jericó 98

Amnistía y libertad para todos los presos políticos

El complot contra Leonard Peltier

Obrero Revolucionario #949, 22 de marzo, 1998

Por más de 25 años, el gobierno ha tratado de liquidar al luchador indígena Leonard Peltier: el programa COINTELPRO del FBI le tendió trampas; lo atacaron grupos armados de federales en tierras indígenas; lo buscaron por todo el país; lo arrestaron en Canadá y lo deportaron ilegalmente; inventaron pruebas contra él para condenarlo; le han prohibido practicar su religión; han tratado de matarlo en la cárcel; no le han dado atención médica y lo han torturado con aislamiento extremo.

Leonard Peltier lleva 22 duros años en la cárcel por el "crimen" de defender a sus hermanos indígenas de los violentos ataques del gobierno. Se ha demostrado que el FBI fabricó las "pruebas" que lo condenaron, pero cada ronda de apelaciones termina en lo mismo: nada.

En diciembre de 1993, en la primera audiencia de libertad condicional que ha tenido, las autoridades deliberaron apenas 10 ó 15 minutos y anunciaron que tendrá que esperar una nueva audiencia otros 15 años. En noviembre de 1993, Leonard entabló una petición que pide clemencia presidencial, pero el Departamento de Justicia no se ha molestado por contestarla.

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Para contar la historia de Leonard Peltier empecemos en Wounded Knee.

Hace unos 100 años, el 28 de diciembre de 1890, las guerras de resistencia de los indígenas de las Praderas terminaron con una brutal masacre. En las planicies de Dakota del Sur, en el pueblo de Wounded Knee, 500 soldados del séptimo regimiento de caballería masacraron con artillería y rifles a 350 sioux.

Los indígenas de las Praderas habían luchado durante 20 años por conservar sus tierras. Dirigidos por Crazy Horse y Sitting Bull derrotaron a Custer en la famosa batalla de Little Big Horn. Pero no pudieron derrotar a las fuerzas del capitalismo industrial ascendiente.

El gobierno perpetró un vil genocidio: hizo destruir millones de búfalos para que no tuvieran qué comer; asesinó o encarceló a los grandes líderes; mandó a la caballería a atacar los pueblos indígenas en pleno invierno para destruir sus viviendas y comida; los desarmó; prohibió la cultura indígena, especialmente los rituales del Baile de los Espíritus. Finalmente, el gobierno rompió tratados, se robó las tierras y los metió en minúsculas reservas.

Wounded Knee fue la última batalla, se decía. Los soldados asesinos recibieron 20 Medallas de Honor para celebrar la masacre. Los indígenas estaban rotundamente conquistados...se decía. Tenían que desaparecer de la tierra y de la historia. Durante el siglo 20, la América Oficial los trató como "reliquias de un pasado agonizante".

En los pueblos de los alrededores de las reservas, los sheriffs y los blancos reaccionarios imponían la discriminación con una violencia asesina. Las autoridades estatales y federales siempre los respaldaban. Los misioneros se robaban a los niños y suprimían las lenguas indígenas. En los pueblos indígenas imperaba una terrible pobreza.

Pero la lucha continuó. Grupos de "tradicionalistas" se aislaron en el campo para mantener viva su cultura. Otros se fueron a los ghettos de las ciudades, donde vivían con proletarios de otras nacionalidades.

Finalmente, después de varias generaciones, se presentó una oportunidad de luchar: en la década del 60, los negros sacudieron el país con su furia. En Oakland, California, el Partido Pantera Negra se alzó en armas contra la policía. Una nueva generación indígena se despertó y formó el Movimiento Indígena Americano (AIM). Como los Panteras, los militantes de AIM trabajaban de día y de noche para organizar a las masas con una política radical. Los jóvenes radicales de las ciudades se conectaron con la juventud de las reservas y con los "tradicionalistas".

Leonard Peltier era un militante y dirigente de esa nueva generación radical.

Con el espíritu de Crazy Horse

Desde que nació en 1944, Leonard Peltier ha sido miembro de la reserva Turtle Mountain de Dakota del Norte. Su familia era descendiente de los anishinabe (chippewas) y los lakota (sioux). "Durante la cosecha, toda mi familia, abuelos, tías, tíos e hijos, migraban de Turtle Mountain al valle del río Red para trabajar en los cultivos de papa. En esos días, se cosechaba las papas a mano y empleaban a los indígenas pagándoles tres o cuatro centavos por cada 35 litros, mientras que los indígenas mexicanos trabajaban en el cultivo de remolacha de azúcar. Cuando estaba de edad para participar en la cosecha, trabajaba adelante de los recogedores, aflojando a las papas para hacer el trabajo más rápido". Como muchos otros, cuando era joven se fue de la reserva a vivir con unos parientes en el Noroeste.

En 1970, un grupo de indígenas ocupó Ft. Lawson, una base militar abandonada cerca de Seattle. Peltier se unió a ellos y después se unió al AIM. Esta organización estaba creciendo rápidamente porque respondía militantemente a las mil y una afrentas que sufrían los indígenas: organizó al pueblo a combatir contra los reaccionarios, los policías y las cortes en los pueblos aledaños a las reservas. En una entrevista que le hizo el OR, Leonard habló de la situación que llevó a su generación a unirse a AIM: "La pobreza; la discriminación; la injusticia del sistema judicial. La violación de los acuerdos entre naciones soberanas, o sea entre Estados Unidos y las naciones indígenas. La intolerancia contra los territorios indígenas. El desempleo, que causa el alto nivel de alcoholismo y de enfermedades en las reservas. En esos días no era ilegal matar a un indígena. En el peor de los casos al asesino lo dejaban salir bajo libertad condicional; en la mayoría de los casos lo dejaban irse sin más".

En 1972, AIM se sintió con las suficientes fuerzas para confrontar al gobierno federal y ocupó durante una semana el edificio del Buró de Asuntos Indígenas (BIA) en Washington, D.C.

En ese momento, el FBI decidió destruir a AIM, como fuera necesario. El programa COINTELPRO puso en sus miras a los dirigentes para matarlos o meterlos a la cárcel. Infiltró la organización para buscar información, crear divisiones y tenderles trampas a los militantes para "neutralizarlos". Un documento del FBI recomendaba a que "la policía local poner bajo vigilancia a los líderes y arrestarlos por todo lo que sea posible hasta que no puedan salir bajo fianza".

Peltier entró a la "lista negra" del FBI después de la ocupación del edificio del BIA. Dos policías de civil lo atacaron en un restaurante, lo dejaron malherido y lo acusaron de conato de homicidio. En el juicio se supo que uno de los agentes le mostró a su novia la foto de Peltier y se jactó de que "había ayudado al FBI a agarrar a un pez gordo".

Wounded Knee 2 y la necesidad
de la autodefensa armada

En las reservas de Pine Ridge y Rosebud de Dakota del Sur estalló una intensa lucha. AIM echó profundas raíces y el pueblo ansiaba un cambio.

Con respaldo federal, el presidente tribal, Dick Wilson, organizó equipos secretos de policías y paramilitares llamados GOON (la sigla quería decir Guardianes de la Nación Oglala, pero también significaba "guaruras"). Wilson prohibió las reuniones políticas en la reserva. Todo el que se oponía al sistema podía acabar muerto a manos de GOON. Esa época se recuerda como "El reino de terror".

El pueblo y los militantes de AIM se alzaron. En febrero de 1973, cientos ocuparon los edificios de Wounded Knee para dar a conocer sus reivindicaciones. El gobierno mandó alguaciles federales, equipos antimotín del FBI, el ejército, tanquetas, francotiradores y jets a bloquearlos. Los tiroteos duraron dos meses y le dieron fama mundial a AIM.

Después de un "arreglo", el FBI inundó la zona de agentes. En 1975 el occidente de Dakota del Sur tenía la mayor proporción de agentes del FBI de todo el país.

El FBI desató una campaña asesina. En el año y medio después de la ocupación de Wounded Knee, más de 60 militantes y simpatizantes de AIM murieron violentamente en o cerca de la reserva Pine Ridge. Los cadáveres aparecían en la carretera después de tiroteos con los guaruras de GOON a medianoche. Más de 300 indígenas sufrieron ataques físicos violentos. La tasa per cápita de asesinatos cometidos por las autoridades en la reserva Pine Ridge era tan alta como en Chile, donde un golpe militar de la CIA estaba matando a miles.

"La única forma de lidiar con el problema indígena en Dakota del Sur", escribió William Janlow, el subfiscal general del estado, "es encañonar en la cabeza a todos los líderes de AIM y apretar el gatillo".

El FBI, que ocupó la reserva como un ejército, no resolvió ni uno solo de esos asesinatos. Sin embargo, creó 316.000 clasificaciones para investigar a los indígenas, como por ejemplo, todos los que estuvieron en el ejército. El FBI arrestó a 562 militantes y simpatizantes de AIM por participar en la ocupación de Wounded Knee. A otras 600 personas las acusaron de apoyarlos. Hubo 185 acusaciones formales. Un comandante del ejército en Wounded Knee escribió: "La mayoría de los líderes militantes de AIM están en juicio, presos o tenemos órdenes de detención para arrestarlos.... El gobierno puede ganar, aun si ninguno termina en la cárcel".

Esos ataques después de Wounded Knee 2 llevaron a Leonard Peltier a la reserva Pine Ridge.

Como muchos de los líderes de la reserva estaban en la clandestinidad, presos o muertos, los ancianos le pidieron a AIM que organizara campos de autodefensa para proteger al pueblo de los guaruras de GOON. En la primavera de 1975, el grupo del Noroeste de AIM, con Leonard Peltier, montó un campamento de defensa cerca del pueblo de Oglala, una región pro-AIM, en tierras de los ancianos Harry y Cecilia Jumping Bull.

Un memorando secreto del FBI, fechado junio 6 de 1975, dice: "Hay focos de población que consisten casi exclusivamente de AIM y sus seguidores en la reserva. Es significativo que en varios de esos centros de AIM los residentes han construido bunkers que requerirían tropas de asalto militar si fuera necesario vencer la resistencia que emane del bunker".

El tiroteo en Oglala

El 25 de julio de 1973, llegaron al campamento de Jumping Bull dos agentes del FBI llamados Coler y Williams. Dijeron que estaban buscando a un indígena joven que se había robado un par de botas. Un militante de AIM explicó: vinieron a entregar, a una persona que no estaba ahí, una orden judicial que no tenían, por un crimen que se había cometido fuera de su jurisdicción.

Al día siguiente, cuando empezaron a tomar posición grupos de combate de diferentes dependencias policiales, como los GOONs, agentes del BIA, policías estatales, alguaciles federales y grupos antimotines del FBI, se dieron cuenta de que los agentes fueron a hacer reconocimiento para la operación militar. Por lo tanto, Leonard Peltier y otros tomaron posiciones defensivas. Los documentos del FBI dicen que había 35 activistas.

Como a mediodía, los mismos dos agentes del FBI, Coler y Williams, pasaron en carro frente a las viviendas de Jumping Bull y siguieron derecho hacia el campamento de AIM. No está claro cómo empezó el tiroteo, pero los agentes se bajaron del carro y empezaron a disparar; los militantes de AIM contestaron el fuego. Coler y Williams pidieron refuerzos: esa era la señal para el ataque de los federales.

Tres chavos escondidos en los matorrales poncharon las llantas de los vehículos de refuerzo con fusiles calibre .22 para cazar ardillas. En el ataque Coler y Williams quedaron atrapados en su propia trampa.

Toda la tarde, las armas de AIM mantuvieron a distancia a los federales, mientras que Peltier y otros que estaban en el campamento se escaparon por la quebrada White Clay. Cuando pararon los disparos los federales se envalentonaron para atacar. No encontraron a nadie más que sus agentes y un indígena muerto que se llamaba Joe Stuntz Killsright. Todos los demás se habían escapado.

Las autoridades se enloquecieron y desencadenaron a sus sabuesos. Fue la búsqueda más grande en la historia del FBI, para lo cual formó una "comisión" de 180 agentes especiales, apoyados por los GOONs y el BIA. La operación militar se extendió a todo Pine Ridge con agentes vestidos con uniformes de camuflaje y armados con fusiles de asalto y de largo alcance, lanzagranadas, explosivos, helicópteros, avionetas y perros. Duró tres meses: se metían a todas las casas, encañonaban a todo mundo y lo destruían todo.

Norman Zigrossi, el agente del FBI a cargo de la operación, explicó así sus acciones: "Ellos [los indígenas] son una nación conquistada. Y cuando uno ha sido conquistado, los conquistadores dictan su futuro. Esa es mi filosofía básica. Si soy de una nación conquistada, tengo que ceder a la autoridad".

Incluso una comisión oficial del gobierno federal tuvo que admitir más tarde que fue una "reacción exagerada que parecía una venganza...una invasión militar total".

La operación no capturó a nadie. Entonces organizaron una serie de jurados de acusación en Rapid City con la esperanza de obligar a ciertos indígenas a dar testimonio contra sus hermanos. La prensa, por su parte, repetía las mentiras del FBI de "terrorismo de AIM".

En medio de esa histeria, las autoridades acusaron a tres miembros de AIM del Noroeste--Leonard Peltier, Bob Robideau y Dino Butler--de matar a los dos agentes del FBI. Trataron de pintar todo el movimiento de AIM como una tramoya de "agitadores violentos de afuera" para agitar a los indígenas de la reserva.

Complot judicial

Peltier huyó a Canadá, donde siguió militando. A Butler y Robideau los juzgaron en Cedar Rapids, Iowa, en julio de 1976. Un jurado blanco los absolvió y declaró que actuaron en autodefensa. El jurado se escandalizó del terrorismo del FBI y los GOONs en Pine Ridge.

Después de esa derrota, un memorando de 1976 del FBI urgió lanzar "todo el peso judicial del gobierno federal...contra Leonard Peltier". Peltier fue capturado en Canadá y extraditado ilegalmente por órdenes del secretario de Estado, Henry Kissinger.

El juicio se trasladó a la ciudad de Fargo, Dakota del Norte, donde hay mucha hostilidad contra los indígenas. El juez anunció: "Aquí vamos a juzgar a Leonard Peltier, no al FBI. No toleraré que se diga nada negativo del FBI". Las autoridades no tenían ninguna prueba que vinculara a Peltier con la muerte de los agentes del FBI, así que se las inventaron y el juez no dejó que la defensa destapara sus mentiras.

El FBI aplicó tácticas salvajes para condenar a Peltier. A Anna Mae Aquash la presionaron para que traicionara el movimiento y, cuando no lo hizo, apareció muerta de un balazo. El FBI le mostró las manos cortadas de Anna Mae a una enferma mental llamada Myrtle Poor Bear. Eso la asustó tanto que firmó tres declaraciones distintas (y contradictorias) implicando a Peltier. En realidad, Poor Bear no lo conocía ni fue testigo de nada.

En el juicio, un agente del FBI juró que él vio personalmente a Peltier cerca de los cadáveres de los agentes. Los expertos en balística afirmaron que un casco de bala que encontraron era del rifle AR-15 de Peltier. Los testigos del FBI juraron que ese era el único AR-15 en el tiroteo. Todos esos "hechos" eran mentiras deliberadas. La Corte de Apelaciones escribió años después: "La teoría [de la fiscalía], aceptada por el jurado y el juez, fue que Peltier mató a los dos agentes a quemarropa".

A Leonard Peltier lo condenaron de dos cargos de asesinato en primer grado el 18 de abril de 1977. El juez inmediatamente lo condenó a dos cadenas perpetuas consecutivas. Fue un complot judicial de principio a fin.

Las mentiras del gobierno se destapan; sigue el complot

"Como guerreros de nuestra nación, debemos mostrarle a nuestro pueblo el espíritu de Crazy Horse para que se levante de las rodillas.... ĦLevántense conmigo y rechacen los ataques terroristas de genocidio contra nuestra nación!"

Leonard Peltier, escrito en la cárcel, 1978

En 1979, el FBI trató de asesinar a Peltier en la cárcel y presionó a otros indígenas a entrar al complot. A uno de ellos, Standing Dear, quien sufría de terribles dolores de la médula espinal, le negaron tratamiento médico a menos que ayudara a tenderle una trampa a Peltier. Standing Deer desenmascaró el plan, corriendo un gran riesgo. Cuando lo trasladaron a un hospital-cárcel para operarlo, un agente del FBI le dijo: "Lo que necesitas es una buena lobotomía".

La venganza no era el único motivo del FBI para matar a Peltier. Se estaban comenzando a destapar documentos que probaban que el FBI fabricó "pruebas" contra Peltier. Un memorando secreto de 1975 al director del FBI decía que el pasador del rifle AR-15 de Peltier no correspondía a cualquier casco de bala que supuestamente encontraron en el lugar de los hechos.

Para fines de la década pasada, hasta la fiscal Lynn Crooks tuvo que admitir que el gobierno no sabía quién mató a los dos agentes: "No teníamos pruebas directas de que determinado individuo apretó el gatillo y no otro.... Lo que le presentamos al jurado fue que simplemente este hombre era un participante culpable en el asesinato.... Los hechos disponibles no nos dieron pruebas directas de quién dio el golpe de gracia.... No teníamos pruebas directas para presentar un argumento basado en hechos. Argumentamos inferencias...pero eso no es lo mismo que decir que teníamos pruebas directas...que el Sr. Peltier fue el que disparó las balas definitivas". Mejor dicho, el gobierno nunca ha tenido pruebas de que Peltier haya matado a nadie.

Sin embargo, después de años de audiencias, Ħel gobierno todavía no ha soltado a Leonard Peltier! El 5 de octubre de 1987 la Suprema Corte anunció que no iba a ver su caso. En 1993, las cortes federales volvieron a rechazar su apelación. Dijeron que aun si no hay pruebas de "matar de cerca", Peltier era culpable de "ayudar y colaborar a distancia". Poco después, la junta de libertad condicional rechazó su petición de libertad condicional y anunció que tendrá que esperar una nueva audiencia hasta el año 2009. En su entrevista, Leonard nos dijo: "El gobierno ha admitido en dos ocasiones, a nivel de la Corte de Apelaciones, que no sabe quién mató a los agentes.... Ultimamente el gobierno ha dicho que piensa que fui uno de los que `ayudó y colaboró'. Básicamente es eso. Su teoría es que fui un ayudante o colaborador a 5 ó 6 metros de distancia, o a 200 metros. No saben desde dónde ayudé y colaboré, pero estaba en la reserva."

O sea, que debe pasarse la vida en la cárcel porque estuvo presente cuando la gente del campamento de AIM se defendió. El sistema afirma que alguien tiene que pagar por la resistencia armada en Oglala.

El gobierno ha tratado de convertir a Leonard Peltier en un símbolo de su poder y venganza. Pero no ha podido. En cambio, Peltier ha seguido luchando con sus palabras, con sus dibujos y con su campaña de organización. El apoyo de millones por todo el mundo lo ha convertido en un símbolo de la resistencia indígena de hoy contra las injusticias del gobierno.

ĦLIBERTAD PARA LEONARD PELTIER!


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