Espías y mentiras yanquis en Irak

Obrero Revolucionario #991, 24 de enero, 1998

Desde hace muchos años, los equipos de inspección de la ONU le han dado a Estados Unidos el pretexto perfecto para castigar y bombardear a Irak. Una y otra vez Washington ha condenado al gobierno iraquí por no permitir que esos equipos (conocidos oficialmente como Comisiones Especiales de la ONU, o UNSCOM por sus siglas en inglés) entraran a todas y cada una de las bases militares, oficinas gubernamentales y fábricas del país. Además, ha dicho que por "falta de cooperación" con UNSCOM ha sido necesario continuar las crueles sanciones económicas que matan a miles de niños cada mes.

En diciembre, UNSCOM publicó su última acusación contra el gobierno iraquí. Unas pocas horas después, Washington lanzó una serie de bombardeos aéreos de tres noches.

Pero ahora se sabe algo que Washington lleva mucho tiempo negando y que mucha gente por todo el mundo sospechaba: UNSCOM es un nido de espías yanquis.

Según varios informes periodísticos y declaraciones oficiales, al amparo de las inspecciones de armas de la ONU Estados Unidos instaló equipo de espionaje de alta tecnología para intervenir las comunicaciones de los más altos niveles del gobierno y las fuerzas armadas iraquíes (hasta de las fuerzas de seguridad que protegen al presidente Saddam Hussein). Esa información iba directamente a los servicios de espionaje de Estados Unidos, que desde hace mucho ha dicho sin pelos en la lengua que quiere tumbar o asesinar a Hussein.

Incluso después de que salieron los informes sobre ese espionaje, Washington no pidió disculpas. Dijo que fue una operación legítima para impedir que Irak desarrollara "armas de destrucción masiva" y continuó las mortales sanciones económicas, que impone con su propio arsenal de "armas de destrucción masiva".

Los inspectores: Perros alfa"

Las inspecciones empezaron después de la guerra del Golfo de 1991. A Estados Unidos y sus aliados no les parecieron suficientes los enormes daños y grandes bajas que sufrió Irak durante la guerra. Para seguir atacando el país y reemplazar a Hussein con un gobierno más a gusto, impusieron un programa de inspecciones de armas, sanciones económicas y cierre del espacio aéreo en grandes zonas. Ante la amenaza de más ataques, Irak tuvo que permitir que los equipos de inspección entraran a instalaciones por todo el país y pusieran cámaras.

Desde el comienzo, Estados Unidos ha desempeñado un papel central en las inspecciones. El 9 de noviembre de 1998, la revista New Yorker informó: "Estados Unidos apoyó UNSCOM con mucho entusiasmo; de hecho, en gran medida lo dirigió". UNSCOM ha contado con la ayuda de los servicios de espionaje yanquis. Le "prestaron" un avión espía U-2 para tomar fotos (la misma clase de avión con que espiaban a su rival imperialista, la URSS). Washington controlaba el avión y las fotos. Es decir, Estados Unidos aprovechó a la ONU como pantalla para mandar un avión espía sobre territorio iraquí.

En parte, los equipos de inspección han sido una manera de humillar al gobierno de Hussein y de minar la soberanía iraquí. Scott Ritter (ex oficial de espionaje de los Marines) dirigió un equipo. Describió así sus métodos: "Cuando voy a un lugar soy cortés, les doy la mano. Pero soy el perro alfa, entro con la cola parada. Si me gruñen, pues les caigo encima para que sepan sin lugar a dudas quién manda.... Cuando vamos a un lugar, todos saben que llegamos. Alzamos la cola y orinamos en las paredes. Así que cuando nos vamos, no cabe duda de que lo hemos inspeccionado".

Intervención de las comunicaciones iraquíes

Hace tres años UNSCOM inició "misiones especiales para reunir datos". Israel, el principal aliado estadounidense en el Oriente Medio, le dio exploradores de frecuencias de radio y equipo de grabación. Los inspectores intervinieron las comunicaciones secretas del gobierno y de las fuerzas armadas iraquíes. El Washington Post del 8 de enero de 1999 informó que entregaban la información "a centros de análisis en Inglaterra, Israel y Estados Unidos para interpretarla".

El 8 de enero, el New York Times dijo: "Los aparatos de intervención llegaron a Irak con cada misión de inspección; los utilizaron para escuchar comunicaciones cifradas de los oficiales de seguridad, que se dedicaban a esconder armas y proteger al presidente Hussein".

Los voceros de la ONU negaron que UNSCOM fuera una operación de la CIA. Pero el Times dijo: "Los servicios de espionaje estadounidenses leyeron todo lo que recibieron de esas misiones y entregaron la información a los planificadores del Pentágono. `¿Estudiamos todo lo que recibimos de UNSCOM? Por supuesto', dijo un funcionario. Agregó que los servicios de espionaje entrevistaron detalladamente a los inspectores".

La "caja negra"

En 1998, Washington decidió modernizar y manejar directamente el espionaje contra Irak. Ritter dijo que le mandaron llevar a la oficina de inspección en Bagdad un aparato de espionaje ultramoderno (una "caja negra"), que parecía una caja fuerte. El Washington Post informó: "Las cajas negras automáticamente oían las frecuencias de interés para la Agencia de Seguridad Nacional y pasaban por alto las demás; retransmitían las comunicaciones a una estación de satélite localizada en un país cercano". El satélite mandaba la información a la sede de la NSA en Fort Meade, Maryland, donde la descifraban.

El 10 de enero el Chicago Tribune informó: "Ritter dijo que Estados Unidos controló exclusivamente la información recogida por el aparato entre julio y diciembre del año pasado, cuando se lo llevaron los inspectores al irse de Irak. Agregó que Estados Unidos intervino conversaciones entre altos funcionarios del gobierno y no utilizó el aparato para buscar armas de destrucción masiva, que era la misión de UNSCOM".

Ritter dijo que él quería concentrar las actividades de UNSCOM en las armas iraquíes pero que sus superiores no le hicieron caso. En parte por eso, Ritter renunció en agosto de 1998.

Ahora lo de las "cajas negras" es tema de primera plana y Washington admite que llevó a cabo una operación de espionaje en Bagdad. Pero el Washington Post admite que se enteró en el otoño de 1998 y decidió no informar "porque funcionarios del gobierno nos dijeron que perjudicaría la seguridad nacional".

Lo que querían decir con "seguridad nacional" era que estaban preparando un nuevo ataque contra Irak. No cabe duda de que Washington utilizó esa información para planificar los bombardeos de diciembre. Hoy, después de soltar misiles y bombas, de matar más iraquíes y de retirar los aparatos, los medios sí informan. Es un buen ejemplo de cómo funciona la "democracia" y la "libertad de prensa" en este sistema.

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El bombardeo de Irak acabó con las inspecciones. Pero la agresión militar contra Irak continúa: los aviones de guerra siguen patrullando las zonas donde Irak tiene prohibido volar (dos tercios del país) y toda señal de autodefensa se considera "provocación" y motivo de represalias.

Persiste la posibilidad de otro round de bombardeos y cada día las sanciones le roban más vidas a Irak. Este espionaje es otro crimen más de la canalla guerra del imperialismo yanqui contra Irak.


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