De plantación a penal: La historia de "The Farm"

Obrero Revolucionario #1010, 13 de junio, 1999

El penal de Angola es un enorme complejo de unas 7200 hectáreas. El 75% de los presos son afroamericanos, pero todos los guardias y oficiales son blancos. Según el documental The Farm (nominado para un Oscar), el 85% de los presos de Angola morirán en el penal.

Angola es una antigua plantación; se le llamaba así porque la mayoría de los esclavos eran del país africano de Angola. Después de la guerra de Secesión, le otorgaron al dueño, el comandante Samuel Lawrence James, un contrato exclusivo para explotar la mano de obra de los presos en el estado de Louisiana: los presos realizaban trabajos forzados en granjas, plantaciones, obras de construcción, ferrocarriles, etc., en condiciones de virtual esclavitud. Los sheriffs hacían redadas de negros y recibían mordidas.

Era un sistema brutal y sumamente lucrativo. Se calcula que de 1870 a 1901 unos 3000 hombres, mujeres y niños presos (la mayoría negros) murieron de agotamiento, insolación, maltrato y asesinato en el estado de Louisiana. El comandante James ganó medio millón de dólares (una fortuna en aquellos tiempos) en los primeros meses de su negocio de trabajos forzados.

En 1901, el gobierno estatal tomó control directo del sistema penal para acaparar las jugosas ganancias que la familia James recibía. El gobierno de W.W. Heard (gobernador del estado y posteriormente alcaide de Angola) compró la plantación para "establecer una gran empresa industrial". Ahí se construyó la fábrica de azúcar más grande de la región.

La brutalidad era bárbara. Cifras oficiales indican que de 1928 a 1940 dieron 10.000 órdenes de azotar a los presos a latigazos, además de hacerlo rutinariamente (y extraoficialmente) en los campos. En 1933, construyeron el tristemente célebre Pabellón del Sombrero Rojo con 30 celdas de 1 x 3 metros y puertas de acero. Una cubeta servía de excusado. A los reclusos les ponían sombreros pintados con esmalte rojo. En el libro Life Sentences: Rage and Survival Behind Bars, Wilbert Rideau y Ron Wikberg, editores del boletín de los presos de Angola, describen las condiciones en que tenían a los presos de dicho pabellón: "Comían las sobras. Cuando los presos de Camp E terminaban de comer, vertían las sobras en cubetas y las llevaban al pabellón en una carretilla. Ahí estaban los presos que consideraban peligrosos: `agitadores', buscaplietos, etc. Con cualquier disturbio, mandaban una bola de presos al Sombrero Rojo y ponían varios en cada celda". El Pabellón del Sombrero Rojo existió hasta el año 1973.

Un artículo del periódico del Partido Pantera Negra de 1971 informó de la situación en la cárcel de Angola: "Utilizan varias tácticas para matar a los presos negros. Por ejemplo, presos negros lacayos fungen de guardias. Los jefes o capataces les dan escopetas y rifles, y los mandan a los campos. Esos tipos tienen condenas largas y les dicen que por cada `nigger' que maten les van a quitar un año de la condena. Si un preso se sale de la fila a la hora de la comida o corta caña despacio o salta al ver una culebra, lo matan. En los campos un hombre blanco (el capataz) montado sobre su caballo blanco supervisa el trabajo. Si un preso se acerca, lo matan sin advertencia.... En febrero del presente, cinco compañeros de 16 a 18 años acababan de llegar a Angola y estaban en fila para recibir guantes. Como veían que no había suficientes, se acercaron para agarrar unos y los lacayos asesinos los mataron en un dos por tres.... Dijeron que los cinco murieron `al darse a la fuga'".


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