En la base aérea de Aviano

Protesta de 20.000 personas contra base de la OTAN

Obrero Revolucionario #1012, 27 de junio, 1999

Recibimos este informe desde Italia de Peter Gunn, colaborador de FighT bAck, un periódico revolucionario publicado por veteranos y activistas antibélicos desde 1972.

Italia, 6 de junio, 1999: Observo el esplendor del amanecer en los Alpes: el sol se asoma tras las cumbres de las "Dolmiti" mientras voy manejando por el camino que desciende al valle. Llevo 12 horas manejando en esta carretera del norte de Italia. Dormí unas cuantas horas en el coche y ahora tengo que darme prisa para llegar a la base aérea de Aviano antes del mediodía.

Cambio la emisora de la radio buscando noticias de la guerra: informan de las pláticas entre la OTAN y el ejército yugoslavo para resolver las discrepancias acerca del retiro de tropas y la ocupación militar. La OTAN sigue bombardeando. No se menciona la manifestación de ayer en Washington, D.C.

Doy una curva cerrada y de repente aparece una construcción de piedra parecida a una barrera antitanque. Bajo del coche para verla. Tiene una placa de latón con una serie de nombres grabados; por lo antiguo casi no los puedo descifrar: "Il 23* Reg.t* Fant.-Ai Commilitoni Caduti Per La Patria" (Regimiento 23 de Infantería: Recordamos a los camaradas que murieron por la patria).

En el camino voy pensando en otros monumentos como ese: en mi ciudad, en Washington, D.C., en todos los pueblos y ciudades de Alemania, de Francia, de Austria, todos con su dedicatoria a los que murieron "por la patria". Los soldados austríacos mataron a los italianos, o los italianos a los austríacos, y todos "murieron por la patria". Jóvenes de 18 ó 19 años murieron por defender tierras que no eran suyas; simplemente por el hecho de nacer y crecer ahí era "su patria". ¡Por qué tantas patrias que nos exigen su cuota de sangre!

Fijo la mirada en las altas cumbres que me rodean, y pienso en los miles y miles de cuates que andaban por aquí hace 84 años y seguramente se preguntaban lo mismo. Italia y Austria entraron a la guerra en 1914. Las cumbres estaban en manos de Austria y les tocaba a los italianos hacerlos retroceder. Para hacer trincheras, había que tallar la pura piedra porque aquí no hay tierra.

Hace un tremendo frío en el invierno y tras 20 minutos sentado en telesquí, los dedos de los pies se congelan. ¿Qué ha de ser pasar cuatro años en esta región y aguantar semejante frío? Una vez leí sobre un pelotón italiano que iba llegando a una cumbre en un día primaveral, cuando de repente vio otro ejército parado en la montaña, los soldados tiesos, medio chuecos: 600 cadáveres austríacos congelados. El sol había derretido la mortaja de nieve que los cubrió.

Sigo mi rumbo; veo uno que otro antiguo bunker, y luego un edificio con pinos y arbustos en el techo con una cruz roja borrosa, o sea, un antiguo hospital militar que me hace recordar el infierno que la guerra desató en este valle tranquilo.

Voy entrando a un valle más ancho, un valle verde con enormes muros de caliza que suben hasta el cielo. A lo lejos veo pequeñas fincas y ganado en el pasto, que se viste de colores entre las montañas. El verano todavía no llega, y una multitud de flores amarillas y azules adornan los campos. Hace 85 años la sangre de centenares de miles de jóvenes regó la tierra y hoy la veo como un enorme cementerio con flores y gigantescas lápidas de piedra de caliza.

De repente veo el letrero de un cementerio. Doy vuelta a la izquierda y paso por un puente de madera sobre un torrente; cruces de madera descansan en una vertiente de pinos. Un letrero en alemán e italiano dice que es un "Soldatenfriedhof" (un cementerio de soldados) donde están enterrados 1259 soldados de los países que estaban en pugna. En las tumbas veo nombres eslavos: "Strusjak, Alia 30.12.1916", "Vszow, Sabik 13.5.1917". Al lado están musulmanes, quizás de la provincia de Kosovo: "Busmiko, Ahmed 15.5.1917" y "Levic, Ahmid 14.5.1917", además de uno que otro italiano, muchos alemanes y una lápida grande en forma de cruz dedicada al teniente Weiss por su familia, "Un hombre de Viena que apenas comenzaba su vida", y abajo algo grabado en hebreo.

En los valles de esta región hay un sinnúmero de cementerios, fruto amargo de las batallas encarnizadas entre el imperio austro-húngaro y la república italiana durante la I Guerra Mundial, "la Gran Guerra" que supuestamente iba a "acabar con la guerra". Siete mil austríacos murieron en un solo día el 30 de mayo de 1916 en Buole; los oficiales ordenaron un ataque tras otro contra el enemigo italiano. Asimismo, hubo 200.000 bajas italianas en las campañas de 1915-16 en un frente de batalla de 750 kilómetros a consecuencia de una serie de ataques mal concebidos por el alto mando.

"Según oficiales de la OTAN, en las últimas dos semanas la guerrilla albanesa de Kosovo se lanzó a la ofensiva y tropas yugoslavas, dispersadas en la zona de Pastric (un monte cerca de la frontera con Albania), salieron a trabar combates con ella. Eso creó una situación `altamente favorable en cuanto a blancos militares', la clase de situación que los pilotos de la OTAN buscaban durante más de 31.000 vuelos sobre Yugoslavia en las últimas diez semanas".

International Herald Tribune, 5 de junio, 1999

Hace 85 años aquí en los Alpes "la muerte venía desde el cielo", es decir, desde las cumbres: subieron cañones de once toneladas hasta la cima, en una hazaña comparable a la alta tecnología de hoy, de la cual hacen tanto alarde. Pero la tecnología bélica implica la muerte del soldado raso, tanto ayer como hoy. Apostados en las cimas de 6000 metros de altitud, francotiradores, artillería, morteros, etc., abrieron fuego contra la infantería indefensa, que cargaba cuesta arriba o cuesta abajo, de acuerdo a las órdenes de los generales. Seguro que los cañonazos desde las alturas eran terribles, rebotando contra los muros del valle, donde no existe nada que amortiguara las explosiones de dinamita y metralla; sería como detonar una granada en una cámara de acero. Igual que las tropas yugoslavas azotadas por el bombardeo masivo de los B-52 de la OTAN, los soldados de aquella época se encontraban en una situación de desventaja, donde "la muerte venía desde el cielo". Aunque con armas distintas, el resultado fue el mismo, como lo comprueban las 1259 tumbas de este cementerio y tantos miles más que hay en estos valles.

A unos cuantos kilómetros de aquí, los aviones de la OTAN despegan de la base aérea de Aviano rumbo a los combates de la tercera guerra en el continente europeo en este siglo. (Perdón, se me olvidó: ¡no es una guerra sino simplemente "bombardeos"!) La base se ubica al pie de los Alpes, accesible por una sola carretera muy mal marcada. Ese enorme baluarte de la OTAN abarca miles de metros cuadrados, con cerca de alambre de púas y centinelas de ametralladoras, con órdenes de matar a balazos a cualquiera que se le ocurra de entrar sin permiso.

Sin embargo, el 6 de junio, 20.000 manifestantes contra la guerra por poco logran pasar. Si la base no hubiera estado fuertemente resguardada por columnas de "carabinieri e poliziotti", habrían escalado o penetrado la cerca. La protesta nacional fue convocada por una gran coalición: distintos partidos "comunistas" y "socialistas", "Mujeres Vestidas de Negro", partidarios de Pax Christi y otros pacifistas, el Partido Verde, muchos "autonomi", etc., etc. La consigna central era: "Contro la guerra, a un passo dalla pace" (Contra la guerra, a un paso de la paz). Fue de las más grandes protestas contra la guerra de Yugoslavia; protestaron 100.000 personas en Roma el 3 y 10 de abril, y 200.000 en Assisi, cerca de Perugia, el 20 de mayo.

Una "caravana de paz" que partió del sur de Italia llegó la víspera de la manifestación, y agarró a los guardias de la puerta principal por sorpresa; por poco entran a la base en ese momento y hubo una pequeña confrontación. Al día siguiente, la protesta fue muy combativa; corearon: "Clinton, D'Alema....assassini, assassini" (Clinton, D'Alema.... asesinos, asesinos), "Americani tornate a casa" (¡Fuera yanquis!) y "Stop alle bombe" (¡Alto al bombardeo!). Lanzaron piedras en respuesta a las provocaciones de la policía, e impidieron que los agrediera.

Un orador del Partido Socialista afirmó que la protesta logró una "victoria" puesto que la OTAN canceló los vuelos de los aviones de guerra ese día; por otra parte, condenó el bombardeo de hospitales, escuelas, guarderías y sanatorios. Además, se señaló que aun con los acuerdos de paz, la arrogancia de la OTAN y la política hegemonista dificultarán la "paz" en Kosovo. Luca Casarini, de los Autonomes del noreste de Italia, recibió un fuerte aplauso; es conocido por penetrar la cerca de la base de Istrana. Lo detuvieron, pero posteriormente le anularon las acusaciones debido a masivas protestas nacionales contra la guerra. Casarini dijo que lo hizo para decirles a los politiqueros de Roma que había que parar la guerra. Asimismo, los manifestantes recibieron entre vítores la noticia de la gran protesta del 5 de junio en el Pentágono de Washington, D.C.

En fin, la protesta del 6 de junio fue muy contundente, y expresó la resistencia y solidaridad internacional. Los líderes de la OTAN tuvieron que reconocer su importancia, aunque los noticieros como CNN (Central de No dar Noticias) no la sacaron. Durante toda la guerra, han censurado las noticias de protesta, (como la manifestación en Washington, D.C.). Sin embargo, las masivas protestas aquí y en Washington dejan muy en claro que el movimiento antibélico ha cobrado mucha fuerza y seguirá dándole duro a la OTAN.


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
http://rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(Por ahora el OR/RW Online no se comunica por correo electrónico.)