Informe directo de la guerra popular de Nepal

Parte 9:
El poder popular en Rolpa

Li Onesto

Obrero Revolucionario #1023, 26 de septiembre, 1999

El 13 de febrero de 1996, una serie de ataques armados coordinados inició un nuevo capítulo en la historia de Nepal. Bajo la dirección del Partido Comunista de Nepal (Maoísta), miles de hombres y mujeres dieron inicio a una guerra popular con el fin de barrer el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático de la faz del país. Durante tres años, la revolución se ha extendido, ha echado raíces y ha logrado mucho en Nepal. Es un acontecimiento significativo, pero altamente desconocido en Estados Unidos. Los que hemos tratado de mantenernos al tanto de esta guerra popular hemos obtenido información valiosa, pero es escasa.

Ahora el Obrero Revolucionario/Revolutionary Worker presenta un reportaje exclusivo. Hace poco nuestra corresponsal Li Onesto regresó de un viaje de varios meses a Nepal, donde recorrió el país con el Ejército Popular, se reunió y platicó con dirigentes del partido, guerrilleros, activistas de las organizaciones populares y habitantes de muchos pueblos... o sea, con los que están librando una auténtica guerra popular maoísta y empiezan a ejercer el nuevo poder popular. Damos un saludo rojo "lal salaam" a todos los de Nepal que hicieron posible este viaje.

A continuación publicamos la novena parte de una serie de artículos sobre Nepal. (Vea las partes 1-8 en el OR No. 1014-1020 y 1022.)


Después de unos días de reuniones con el responsable de la zona, iniciamos la caminata hacia el noreste, a Rolpa. Madrugamos; a las 6:00 a.m., ya estamos en camino. Las cumbres de la Región Occidental son altísimas. Amanece fresco y los primeros rayos del sol casi no penetran la neblina; luego una brillante pelota anaranjada sube entre las montañas. Los camaradas tienen un buen plan de precaución: un pequeño destacamento se adelanta para limpiar el camino y checar la situación; voy en medio con un grupo chico; y detrás viene otro grupo de guerrilleros muy alerta. En esta zona el ejército popular anda abiertamente con sus rifles, pero vamos con cuidado ante la posibilidad de encontrarnos con la policía.

El terreno es muy escarpado y los senderos bordean enormes precipicios. Al trepar las pendientes con sus escalones de piedra disparejos, me pregunto cómo me irá en la oscuridad. La escuadra acostumbra desplazarse rápidamente y atraviesa mucha distancia sin descansar, pero ahora va más lento por mí; descansamos 10 minutos cada dos horas y eso les parece mucho.

Después de 10 horas llegamos a la casa de un campesino y cenamos. Mi traductor, Pravat, se da cuenta de que estoy agotada y pregunta si podemos pasar la noche aquí cerca, pero los demás opinan que por razones de seguridad debemos seguir para llegar a nuestro destino antes del amanecer.

Partimos al atardecer. Después de media hora estamos en la oscuridad y siento que tengo puesto un velo; no veo bien los obstáculos en el camino, pero al rato los ojos se acostumbran y, además, noto que puedo guiarme por los sonidos: los pasos del camarada que va adelante me ayudan a "ver" en la oscuridad. Caminamos varias horas en silencio; me concentro para ir al paso de los compañeros a pesar del tremendo cansancio.

Descansamos dos veces por 15 ó 20 minutos; cada vez me apoyo en una piedra y ¡me duermo en seguida! A las 9:00 p.m. estoy rendida; los camaradas lo notan y me ayudan a cada paso. Al llegar a un tramo difícil me extienden la mano; me ayudan a pasar por las rocas resbaladizas de los ríos, los senderos angostos cubiertos de agujas de pinos; me ayudan a subir las vertientes a jalones. Muchas veces tropiezo, casi me caigo, pero siempre uno me agarra del brazo. Por fin, a eso de las 9:30 me dicen: "Camarada, ya mero llegamos". Siento un gran alivio, pero luego el compañero señala la cima de la montaña y dice: "Ahí arriba nos vamos a quedar". El alivio se desvanece, pues la casita se ve muy lejos allá en la cima. Me pongo a pensar que será muy rico acostarme ahí. Finalmente, llegamos; son las 10 de la noche y llevamos 16 horas caminando.

Recuerdo cómo respondí cuando el camarada me preguntó si podía caminar 14 horas en la oscuridad sin una linterna; dije: "Mi espíritu revolucionario dice que sí, pero no sé si mi cuerpo estará de acuerdo". En este momento, Pravat se me acerca, consciente de que ese primer día de viaje ha sido muy duro, y dijo en broma: "Ya llegamos y le agradecemos no a ti sino al marxismo-leninismo-maoísmo, ¡que nutrió tu espíritu revolucionario y te permitió cumplir!".

Estoy agotada pero no tengo sueño y sigo pensando en la larga caminata; ¡es tan difícil y a la vez tan maravilloso andar con el ejército popular! Mao sentó los principios militares del Ejército Rojo chino, uno de los cuales era: "Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha: valentía en el combate, espíritu de sacrificio, desprecio a la fatiga y tenacidad en los combates continuos (es decir, entablar combates sucesivos en un corto lapso y sin tomar reposo)". Hoy tuve la oportunidad de ver de cerca cómo los guerrilleros maoístas de Nepal aplican esos principios revolucionarios.

El poder popular

Al otro día llegamos a una aldea, donde platico con el responsable del trabajo del partido en Rolpa, líderes de las organizaciones de masas y familias de los mártires. Tengo mucho interés en el Cuarto Plan de preparar el terreno para bases de apoyo y las nuevas formas de poder popular.

En las zonas donde la guerra popular tiene mucha influencia, las autoridades están perdiendo fuerza, pues muchos funcionarios de los distritos electorales (VDC) han renunciado a sus cargos huido a la capital del distrito. En un principio el pueblo no sabía cómo llenar ese vacío de poder, pero el partido elaboró un plan: exhortó a repudiar el viejo gobierno, establecer nuevas formas revolucionarias y ejercer el poder popular.

Se formaron comités de 3-en-1, integrados por representantes del partido, el ejército popular y las organizaciones de masas. Los nuevos comités del frente único revolucionario resuelven disputas de tierras, deudas, además de casos de golpizas a la mujer por el marido, divorcio, etc. Las masas acuden para solucionar sus problemas y para que se juzgue a los enemigos del pueblo, o sea, luchan con los espías y soplones para que dejen su labor sucia, pero si persisten, los comités de 3-en-1 los juzgan. Y si han causado muertes, es posible que los ejecuten.

El Cuarto Plan requirió ciertos cambios orgánicos en el partido y el ejército popular. El responsable de Rolpa explica: "Ascendimos a ciertos camaradas de base de acuerdo al principio de integrar 3-en-1: camaradas experimentados, de base y dirigentes de masas. Asimismo, realizamos una rectificación en el ejército; formamos pelotones integrados por guerrilleros experimentados. (El pelotón se desplaza a nivel regional.) Al formar nuevas escuadras, dimos prioridad al reclutamiento de mujeres".

Explica la relación entre fortalecer el ejército popular, por un lado, y preparar el terreno para las bases de apoyo y el poder popular. En Rolpa, el partido ha formado pelotones y escuadras, que son imprescindibles para defender la zona e impedir que la policía entre a las aldeas. Han realizado acciones militares contra la policía y reaccionarios locales, y eso ha dado como fruto vastas zonas donde el pueblo manda en lo militar, lo económico y lo político. Aun no son bases de apoyo, es decir, el poder revolucionario de dichas zonas no es tan firme; si la policía ataca o lanza una represión, el ejército popular tendrá que replegarse. Sin embargo, es muy difícil que el gobierno restablezca su autoridad porque la revolución cuenta con el apoyo del pueblo, y esa es la base para una ofensiva del ejército popular que restablezca el poder popular.

Con el Cuarto Plan, el partido planteó asestar golpes contundentes al enemigo con el objetivo de crear zonas donde la policía teme entrar y donde el pueblo tiene cierta libertad para ejercer las nuevas formas del poder. Una de las primeras acciones fue el sabotaje de un puesto policial por un pelotón en el sur de Rolpa en octubre de 1998. Destruyeron el puesto y quemaron los uniformes, el archivo y las armas. Murieron dos policías. Poco después, emboscaron a un pelotón del ejército popular en Nimri. Un espía informó de la posición del pelotón que preparaba una acción; la policía lo rodeó, pero los guerrilleros rompieron el cerco, mataron a un policía e hirieron a tres. Un guerrillero del pelotón cayó, pero los demás lograron huir. Posteriormente, el 6 de febrero de 1999, una semana antes del tercer aniversario del inicio, un equipo de tres guerrilleros atacó una patrulla de 10 policías y un subinspector en Jelwang; hirieron de gravedad a dos policías.

Esas acciones, además de otras menores, desmoralizaron a la policía a tal punto que teme salir a patrullar. Todavía entra a algunas aldeas, pero hay otras zonas donde no entra; ni siquiera sale de los puestos. El camarada sigue:

"Tras las acciones del ejército popular, la policía mandó más agentes a los puestos. Después del tercer aniversario, ya no podían desplazarse tan fácilmente y entonces cambiaron de tácticas. Antes habían cometido matanzas indiscriminadas, pero en ese tiempo atacaban a miembros del ejército popular y cuadros del partido. Los espías los fichaban, y luego el enemigo rodeaba la casa donde estaban y los mataba. Ahora la policía manda espías a una aldea primero; además, si un grupo está patrullando, otro grupo se despliega para defenderlo. Tras el ataque a Jelwang, cerraron unos puestos y concentraron sus fuerzas. Ahora son menos puestos, pero más grandes y centralizados. Un fruto del ataque de Jelwang es que ya prácticamente no están patrullando. El poder estatal reaccionario y su brazo militar se están eliminado en este distrito, y eso presenta una situación muy favorable para el poder popular y destaca el potencial de establecer una base de apoyo.

"Nuestras fuerzas principales (pelotones) y auxiliares (escuadras) trabajan en la zona. Después del ataque al puesto policial de Jelwang, el gobierno centralizó los puestos y ahora ejercemos el poder popular en las zonas que abandonaron; el pueblo participa con gran entusiasmo. En algunas aldeas los funcionarios son muy pasivos; temen oponerse a nuestras actividades. Antes no podíamos aprovechar el vacío de poder, pero ahora sí. En lo militar, tenemos la capacidad de atacar puestos policiales de hasta 20 efectivos. En lo político, ejercemos el poder popular en muchas zonas".

Los comités de 3-en-1

Hablo con el presidente del Frente Unido Popular de Rolpa, el camarada a cargo de desarrollar el poder popular en este distrito. Dice que cuando el Comité Central llamó a establecer organizaciones de frente único y a ejercer el nuevo poder popular, primero realizaron una investigación:

"Recopilamos información de todo el distrito: la edad de la población, el porcentaje de hombres y mujeres; factores económicos, religión, política, idioma, etc. Al analizar las cifras, como la cantidad de gente mayor de 18 años con derecho al sufragio, decidimos establecer comités en cada jurisdicción; es decir, un comité de frente único de cinco integrantes por cada 100 a 300 votantes, siete integrantes por 300 a 500, nueve por 500 a 700 y once por más de 700. Debido a cuestiones de seguridad y otros problemas de organización, no fue posible tener comicios; convocamos asambleas que escogieron a los integrantes de los comités. Así formamos comités de representantes nombrados por las asambleas; en el futuro los elegiremos.

"El principio básico es integrar representantes de tres grupos, en este caso, 40% del partido, 20% del ejército y 40% de las masas. El Comité Central recomienda nombrar dos comités: uno permanente y uno provisional. Por ahora solo tenemos uno provisional y cambia según la situación. En el futuro queremos formar comités permanentes. En este momento el Comité del Distrito es un comité ad hoc, no elegido. Los comités provisionales hacen trabajo estratégico y táctico, y tienen varios departamentos como construcción, salud, cultural, vigilancia, judicial, económico, etc.".

El frente único, bajo la dirección del partido, está resolviendo las disputas cotidianas en el seno del pueblo. Antes los abogados cobraban mucho dinero, pero ahora casi nadie acude a los tribunales del gobierno en este distrito, ni los reaccionarios entablan acusaciones contra el pueblo por temor o porque saben que no dará resultado. Actualmente, las únicas acusaciones son las que la policía entabla por actividad revolucionaria.

Los detenidos tienen que pagar una fianza, pero con el poder popular, las masas van a donde los reaccionarios que los hicieron apresar y exigen que la paguen; el camarada dice que conocen unos 30 casos así. Agrega que los tribunales populares están resolviendo disputas de tierras que llevan 10 ó 15 años en trámite, por ejemplo, el caso de un usurero que acaparó tierras comunales. Han recuperado muchas tierras; se las han quitado a los mentirosos y estafadores (que explotan al pueblo), y las han distribuido a los campesinos.

Los tribunales populares del distrito y las zonas han visto unos 700 asuntos; al nivel de aldea son miles, con la participación de hasta 500 personas en las asambleas.

La mayoría son disputas de tierras, además de préstamos y pagarés falsos (que dicen que el campesino debe más de lo acordado). En el VDC de Ghodaganun, un hombre juzgado por el tribunal popular tenía muchos pagarés falsos por un total de 700.000 rupias; el partido los destruyó. Por otra parte, juzgan a hombres que golpean a la esposa. El camarada me dice: "Las mujeres se reúnen y obligan al señor a confesar y a pedir perdón. Antes del inicio había muchos casos de golpizas a esposas, pero ahora los hombres y mujeres tienen conciencia política y los hombres casi no golpean a la esposa".

Los comités de 3-en-1 consultan con distintos sectores del pueblo para resolver las disputas, juzgar a los acusados de delitos y fijar el castigo adecuado. Hasta ahora el máximo castigo ha sido una golpiza y humillar públicamente al culpable, y el mínimo ha sido que confiese y pida disculpas. En los casos de golpizas, dice el compañero:

"Si un hombre comete un delito contra una mujer, las mujeres lo castigan, al igual que a una mujer que comete un delito contra otra mujer. Si un hombre comete un delito contra otro, lo castigan hombres y mujeres. Si una mujer comete un delito contra un hombre, las mujeres se encargan de castigarla. En el caso de crímenes políticos graves, como espías y soplones (hombres o mujeres), el ejército popular los castiga. Dado que las mujeres están muy oprimidas en esta sociedad, el partido no ha aniquilado a ninguna mujer hasta la fecha".

El poder popular y el frente único ejercen muchas funciones administrativas y económicas en la comunidad. El camarada dice:

"En cuanto a lo económico, los usureros han abandonado las aldeas, pero los campesinos todavía necesitan préstamos. Para resolver ese problema hemos establecido un Fondo Cooperativo administrado por el comité local (no el distrito en este momento) que recibe dinero de dos fuentes: los ahorros del pueblo y multas que impone el tribunal popular. También hay pagos por escrituras, uso de recursos naturales, etc. Hay dos clases de préstamos: 1) sin intereses a enfermos o para comprar alimentos; 2) con intereses de 10% a 15% anuales (una tasa muy baja) para la producción. En el pasado, los usureros cobraban de 60% a 120% anuales. Además, hay un Fondo en Memoria a los Mártires que aporta dinero a sus familias de acuerdo a sus necesidades.

"En cuanto a la salud, hay consultas médicas y distribuimos medicina a los enfermos; los paramédicos hacen chequeos. Realizamos campañas de higiene y educación sobre los servicios de salud para que la gente acuda a las clínicas y vaya desechando las creencias en la magia y la superstición. Las organizaciones de mujeres y otras organizaciones de masas realizan campañas de educación sexual.

"El poder popular está desarrollando algunas formas de producción colectiva. Se ocupan las tierras tomadas de los usureros para siembras colectivas del ejército popular y el partido, y se distribuyen a los campesinos. A veces los campesinos crían pollos o cabras para el partido y el ejército, o aportan las ganancias de la venta de vacas o bueyes.

"En cuanto a la construcción, hemos construido 510 monumentos chicos a los mártires, 65 monumentos grandes, 174 puentes de madera, 135 caminos chicos y grandes, 75 pozos y tomas de agua, 115 inodoros públicos y 15 juegos infantiles. Esas construcciones las hacen las masas, militantes del partido, los comités del poder popular y el ejército popular. Asimismo, hay construcción colectiva de casas para familias necesitadas".

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Llevamos muchas horas en la plática, son las 5 ó 6 de la tarde. Durante media hora he oído ruidos afuera. Tengo ganas de asomarme a la ventana, pero no quiero interrumpir la reunión. De repente pasa un camarada y nos dice que ya corrió la voz de que ha llegado "la periodista revolucionaria de Estados Unidos" y los aldeanos han venido a saludarme. Dice que por qué no tomamos un descanso para que conozca a la gente. ¡Qué cosa! Al salir encuentro más de cien personas reunidas en un cerro cercano, una muestra conmovedora del internacionalismo proletario.

Continuará.


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