Mumia: Una lucha de vida o muerte

Firman orden de ejecución
Equipo defensor entabla nueva apelación federal

Obrero Revolucionario #1027, 24 de octubre, 1999

La lucha por la libertad de Mumia Abu-Jamal ha entrado en una nueva fase más urgente y de más calibre. El 13 de octubre el gobernador de Pensilvania, Thomas Ridge, firmó una orden de "ejecución por inyección letal de Mumia Abu-Jamal de Filadelfia" para el 2 de diciembre.

A Mumia lo metieron de inmediato en lo que se llama la Fase 2. Esto le impone nuevas restricciones: menos visitas, menos llamadas telefónicas y menos materiales de lectura. El secretario general de Amnistía Internacional, Pierre Sané, ha dicho que "este proceso, que le causa sufrimiento innecesario al preso por órdenes del gobierno, constituye una forma de tortura".

La respuesta de Mumia fue típica de la valentía, resolución y optimismo que lo han caracterizado durante sus 17 años en el pabellón de la muerte: "No es nada más que la siguiente fase de la batalla. Seguiremos luchando y ¡venceremos!"

Firmar esa orden de ejecución fue sumamente vengativo y político. Ridge sabía que Mumia estaba a punto de entablar una apelación federal (llamada orden de habeas corpus), que presenta un montón de pruebas de que los tribunales de Pensilvania lo juzgaron y lo sentenciaron injustamente. Pero de todos modos programó la ejecución para diciembre.

Los que han seguido el caso de Mumia recordarán que Ridge hizo el mismo truco en 1995, cuando se precipitó a firmar una orden de ejecución el viernes por la tarde, a sabiendas de que Mumia iba a entablar una petición de un nuevo juicio el lunes por la mañana. El juez Albert Sabo aprovechó la orden como pretexto para apresurar el proceso jurídico y a Mumia lo metieron en la Fase 2.

Ridge pasó por alto las recomendaciones de los Colegios de Abogados de Filadelfia y de Pensilvania, los cuales le pidieron que declarara un moratorio a las ejecuciones por las injusticias de la pena capital en el estado. Esta es la orden de ejecución 171 que Ridge ha firmado desde 1994: cinco veces más que en los 25 años previos. En Pensilvania, los negros son el 9% de la población pero el 62% de los condenados a muerte.

La orden de habeas corpus: Historial de un complot político

A los dos días de firmarse la orden de ejecución, los abogados de Mumia entablaron la petición de habeas corpus en el tribunal federal distrital de Filadelfia. El habeas corpus solicita que los tribunales federales examinen el juicio, la condena y la sentencia de los tribunales estatales, y que se aplace la ejecución.

Inmediatamente después, el equipo defensor y partidarios de Mumia celebraron una rueda de prensa en la oficina nacional del American Friends Service Committee (organización cuáquera). Asistieron corresponsales de varias agencias noticieras, pero los grandes medios de comunicación brillaban por su ausencia. ¿Dónde estaba ABC, cuyo programa 20/20 ha atacado a Mumia y a sus partidarios con tanta saña? ¿Dónde estaba la revista Vanity Fair, que hace poco publicó asquerosas mentiras acerca de Mumia?

Leonard Weinglass, el principal abogado de Mumia, describió el habeas corpus: "La petición consta de más de 160 páginas. Tiene más de 600 párrafos de acusaciones de mala conducta oficial en los tribunales estatales. Identificamos 29 violaciones constitucionales federales, cada una de las cuales sería suficiente para realizar un nuevo juicio. Este enorme historial demuestra que no se puede justificar una ejecución, ni ahora ni en el futuro".

El abogado Dan Williams dijo: "Nuestra petición es un testamento de una profunda injusticia y una invitación a que los tribunales la corrijan. Es un testamento del poder de las pruebas de la inocencia de Mumia. Es una refutación profunda y cabal de los argumentos de la fiscalía y comprueba que falsificó las pruebas que presentó en el juicio. Nuestras pruebas son tan convincentes... que incluso la revista American Lawyer dijo que a Mumia lo condenaron con pruebas falsas.

"Nuestra petición demuestra que coaccionaron a los testigos oculares, los cuales vieron al que disparó huir por un callejón. Demuestra que el abogado de Mumia no refutó las dizque pruebas de la fiscalía en el juicio inicial porque no quería representarlo, y carecía totalmente de la preparación y el deseo necesarios para la defensa.... En este caso, el juez no permitió presentar las pruebas de inocencia, a Mumia lo sentenciaron a muerte a raíz de las caricaturas del fiscal y nunca permitieron que el jurado viera su esencia como ser humano. En este caso, el más craso racismo manchó el proceso de selección del jurado. En breve, nuestra petición demuestra que es un caso caracterizado por la más flagrante injusticia".

Momento crítico en la lucha

La petición de habeas corpus es una encrucijada decisiva en la batalla por salvar la vida de Mumia. Solicita que el juez federal asignado al caso, William Yohn, celebre una audiencia y permita presentar importantes pruebas y testigos rechazados por los tribunales de Pensilvania. Hasta la fecha, el juez Sabo ha presidido todas las audiencias estatales, las cuales han sido una telaraña de violaciones constitucionales, como señala la petición de habeas corpus. Las acciones de Sabo las ratificaron los magistrados de la Suprema Corte de Pensilvania, muchos de los cuales tienen íntimos vínculos con la Orden Fraternal de Policía. Así que una audiencia ante un tribunal federal sería la primera oportunidad para presentar y ver las pruebas y los testigos.

Por otro lado, tal audiencia le daría a la defensa la última oportunidad posible para presentar esas pruebas. Nuevas reglas federales disuaden a los tribunales federales de examinar y anular sentencias de muerte estatales. Los tribunales federales superiores al distrital solo pueden examinar las actas de los juicios estatales pero no pueden recibir nuevas pruebas.

El juez distrital federal no tiene que programar una audiencia. Puede leer las actas del juicio y decidir sin oír nuevas pruebas. Por eso es sumamente importante movilizar un amplio y clamoroso apoyo a la demanda de justicia para Mumia durante el proceso de apelación en el tribunal distrital federal.

Los peligros de la orden de ejecución

Al cierre de esta edición, el juez federal todavía no ha aplazado la ejecución y Mumia sigue en la Fase 2. Esta es una situación muy peligrosa. Según la ley, el juez no está obligado a aplazar la ejecución. Podría anunciar que va a examinar y decidir la petición de habeas corpus antes del 2 de diciembre, y que por eso "no es necesario" aplazarla.

El equipo defensor urge aplazarla indefinidamente, hasta que el juez dé su dictamen. Pero incluso si lo hace, la orden seguiría en pie y podrían levantar el aplazamiento tan pronto como el juez anuncie su decisión.

Por eso es crucial que todos los que aman la justicia hagan que por toda la sociedad retumbe el nombre de Mumia y que el enemigo se vea obligado a parar la ejecución y darle un nuevo juicio.


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