ĦQue oigan las pruebas!

El pueblo tiene que salvar la vida de Mumia Abu-Jamal

Obrero Revolucionario #1028, 31 de octubre, 1999

Al cierre de esta edición, Mumia Abu-Jamal sigue en una celda de aislamiento del penal SCI Greene. Está en lo que se llama la Fase 2 porque el gobernador firmó su orden de ejecución. En la Fase 2, las luces están prendidas las 24 horas y no le permiten tener sino un solo libro, una pluma y papel. Cada vez que entra en la celda o sale de ella, lo desnudan para registrarlo y tiene que cambiarse la ropa. Cuando sale, lo acompañan cuatro o cinco guardias y lo filman.

Su asesor espiritual, Steve Wiser, lo visitó la mañana del 21 de octubre. Dijo que Mumia se mantiene fuerte, lleno de confianza, que se la pasa escribiendo y que quiere que todos se mantengan unidos en la lucha. Su valentía y optimismo siguen siendo una gran fuente de inspiración para todos los militantes de la lucha para salvar la vida de este compañero revolucionario.

Para resumir las últimas noticias: El 4 de octubre la Suprema Corte federal rechazó la petición de certiorari de Mumia, que solicitaba que la corte viera su caso antes de que pasara por todo el proceso usual de apelaciones federales por las violaciones de su derecho constitucional a un juicio imparcial en los tribunales estatales de Pensilvania. El rechazo de la orden de certiorari no significa que la Suprema Corte haya dictaminado contra Mumia ni que haya rechazado su apelación.

El 13 de octubre, el gobernador de Pensilvania, Thomas Ridge, firmó una orden de ejecución para el 2 de diciembre.

El 15 de octubre, Mumia y su equipo defensor iniciaron el proceso de apelaciones federales entablando una orden de habeas corpus. El habeas corpus solicita que los tribunales federales vean la condena y la sentencia en el tribunal estatal. Leonard Weinglass, el principal abogado de Mumia, describió el habeas corpus: "La petición consta de más de 160 páginas. Tiene más de 600 párrafos de acusaciones de mala conducta oficial en los tribunales estatales. Identificamos 29 violaciones constitucionales federales, cada una de las cuales sería suficiente para realizar un nuevo juicio. Este enorme historial demuestra que no se puede justificar una ejecución, ni ahora ni en el futuro".

Firmar esa orden de ejecución fue sumamente vengativo y político: Ridge sabía que Mumia estaba a punto de entablar la orden de habeas corpus. Es una señal de que poderosas fuerzas de la clase dominante están resueltas a ejecutar a Mumia.

Los abogados de Mumia también solicitaron que el juez federal aplace la ejecución; le urgieron aplazarla indefinidamente, hasta que dé su dictamen.

El habeas corpus solicita que se ordene una audiencia ante el tribunal federal distrital que le daría a la defensa la oportunidad de presentar importantes pruebas y testigos oculares que rechazaron los tribunales estatales. Eso sería decisivo. Hasta la fecha, el juez Albert Sabo ha presidido todas las audiencias en los tribunales estatales. Sabo se conoce como el "juez-verdugo" por la cantidad de presos que ha sentenciado a muerte. La petición de habeas corpus señala que esas audiencias han sido una telaraña de violaciones constitucionales. Las acciones de Sabo las ratificaron los magistrados de la Suprema Corte de Pensilvania, muchos de los cuales tienen íntimos vínculos con la Orden Fraternal de Policía.

Así que una audiencia ante un tribunal federal sería la primera oportunidad para presentar y ver las pruebas y los testigos de la defensa. Por otro lado, también sería la última oportunidad posible para presentar esas pruebas. Los tribunales federales superiores al distrital solo pueden examinar las actas de los juicios estatales, pero no pueden recibir nuevas pruebas. Por eso, celebrar una audiencia es de suma importancia.

El juez distrital federal a cargo del caso, William Yohn, no tiene que programar una audiencia. Puede leer los memoriales y decidir sin celebrar una audiencia.

Con la apelación federal y la orden de ejecución, la lucha por la libertad de Mumia ha entrado en una nueva fase más urgente y de más calibre. El movimiento en defensa de Mumia tiene dos reivindicaciones inmediatas: 1. Aplazar la ejecución, ahora programada para el 2 de diciembre; 2. Celebrar una audiencia para presentar las pruebas de la defensa ante el tribunal distrital federal.

La estructura de poder ha dejado en claro que quiere ejecutar a Mumia, para silenciar su voz e intimidar. El pueblo tiene que responder redoblando la lucha por la justicia. Es crucial hacer que por toda la sociedad retumbe el nombre de Mumia y que el enemigo tenga que batirse en retirada.

Carl Dix, el vocero nacional del PCR, habló hace poco de lo que está en juego en esta batalla y lo que se necesitará para ganarla: "Mumia ha inspirado a muchos de ellos y toda la vida ha luchado contra el programa de castigo al pueblo; ha sido la voz de los que quieren luchar contra el sistema, y por eso es que lo quieren matar. Precisamente por eso tenemos que impedir que lo maten y conseguir que salga libre. Muchos, pero muchos se alegrarán con una victoria sobre nuestro enemigo común y la nueva generación llevará adelante la lucha por la justicia con más ímpetu. La unidad que forjemos a través de esta batalla y la fuerza que acumulemos nos permitirá robustecer la lucha contra este asesino sistema capitalista. A eso debemos apuntar en el umbral del nuevo milenio.

"Para lograrlo, tenemos que integrar a muchos más, de diferentes capas sociales, a la lucha. Tenemos que forjar alianzas y emprender acciones que le prendan terror al enemigo. La clase dominante debe saber que si mata a Mumia, si no lo pone en libertad, pagará muy caro".


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