Por qué el proletariado tiene que dirigir el frente único

Bob Avakian

Obrero Revolucionario #892, 2 de febrero, 1997

Esta es la décima parte de una nueva serie de Bob Avakian sobre el Frente Unico bajo Dirección Proletaria. Ha sido redactada.

Es muy importante que comprendamos bien y con firmeza el hecho de que la estrategia de la que estamos hablando es el Frente Unico, bajo Dirección Proletaria.

La verdad es que el proletariado y su partido de vanguardia tienen que dirigir al frente único, en un sentido omnímodo y fundamental. De no ser así, este no podrá servir a la revolución ni a la emancipación de las amplias masas. Ese es un hecho incontrovertible. Después de tomar el poder, en la nueva sociedad socialista y durante el período de transición al comunismo, el proletariado y su partido de vanguardia tendrán que dirigir en un sentido general y, en particular, el proletariado tendrá que ejercer una dictadura omnímoda sobre la burguesía en todas las esferas de la superestructura, incluso la cultura. Eso es algo que Mao recalcó muchas veces, especialmente durante la Revolución Cultural y en particular (y de manera muy enfática) en su última gran batalla contra Deng Xiaping y su cuartel revisionista.

Un aspecto esencial de eso es que el proletariado, por medio de la dirección de su partido, tiene que controlar los pilares más importantes del poder estatal: el ejército y el aparato de estado. Sobre eso no puede haber confusión ni vacilación. Ninguna otra clase más que el proletariado y su partido dirigirá los pilares más importantes del poder estatal. Si alguna otra clase ejerce esa dirección, no vamos a llegar a donde necesitamos ir, esa es la pura verdad; sobre eso tenemos que ser firmes.

Cuanto más firmemente comprendamos nuestra línea y sus principios fundamentales, tanto más podremos forjar amplias alianzas. Sobre esto no puede haber vacilación: en la sociedad socialista, ninguna otra clase va a dirigir y tener la posición de dirección en la superestructura en general y en particular con respecto a los pilares más importantes del poder estatal. De no ser así, las masas sufrirán y se restaurará la vieja sociedad. Así de simple es.

Ese fue un punto muy importante de la polémica contra K. Venu "Democracia: ¡Más que nunca podemos y debemos lograr algo mejor!"*: si uno trata de implementar la tal democracia sin contenido de clase, lo único que va a lograr es minar y destruir la dictadura del proletariado. No se va a ejercer la dictadura del proletariado de una manera más "democrática", lo que se va a hacer es minar y destruir la dictadura del proletariado, y nuevos, o viejos, explotadores van a tomar el poder, y restaurar el capitalismo y las desigualdades de la vieja sociedad.

Otra manera de decirlo es que el proletariado y su partido de vanguardia tienen que dirigir el frente único de principio a fin, no solo durante el período de preparación para conquistar el poder, sino también durante el período de transición al comunismo y hasta que hayan desaparecido las bases materiales e ideológicas para el mismo partido, junto con las diferencias de clase y todo lo que eso implica.

De muchos ejércitos en el campo a uno solo

Este es un problema muy complejo, especialmente con relación a las principales palancas del poder estatal. Aquí se destaca nuevamente otra aguda contradicción, que ya Lenin planteó en su declaración de que la revolución no va a ser algo tan simple como que un ejército se alineará en un sitio y dirá: "estamos por el imperialismo" y en otro sitio otro ejército dirá: "estamos por el socialismo", y se pelean. La verdad es que habrá muchos ejércitos en el campo de batalla durante la lucha revolucionaria y con mucha probabilidad durante la guerra revolucionaria.

¿Cómo manejan los revolucionarios proletarios la contradicción entre esa profunda realidad concreta por un lado y, por el otro lado, el principio profundamente establecido de que el proletariado y solo el proletariado tiene que ejercer la dictadura, y en particular dirigir los pilares y palancas más importantes del poder estatal? Para decirlo de otra manera, ¿cómo manejarían los comunistas la contradicción de que objetivamente durante el proceso para conquistar el poder, y posiblemente por un tiempo después, habrá muchos ejércitos en el campo de batalla (por lo menos ejércitos políticos y probablemente militares), pero en última instancia solo puede haber un ejército bajo una dirección? Mejor dicho, después de la revolución, una vez establecida la dictadura del proletariado, no quedarán muchos ejércitos en el campo de batalla, solo quedará uno.

Bien, uno de los factores complejos de esa contradicción es la cuestión nacional: el derecho de los afroamericanos a la autodeterminación y en particular el derecho a la secesión (el derecho a formar su propio estado) dentro de lo que hoy es Estados Unidos. Hemos recalcado (y tenemos que seguir recalcando y enseñando a las amplias masas, y especialmente a los blancos, "el espíritu de la autodeterminación") que defender el derecho a la autodeterminación quiere decir que este es un problema que se debe resolver con igualdad y renunciando al uso de la fuerza por parte de la nación dominante europeoamericana.

Por otra parte, el objetivo de la revolución es establecer el gobierno del proletariado en el mayor territorio que sea posible en cualquier momento dado, a partir de la unión voluntaria del pueblo y la lucha por la igualdad. De acuerdo con eso, nuestro objetivo es lograr un aparato estatal unificado que represente los intereses del proletariado y de las masas populares de todas las nacionalidades, con un solo ejército revolucionario, bajo la dirección del partido del proletariado multinacional, que le dé expresión concreta a la unión voluntaria del pueblo a partir del principio de igualdad. Debe ser obvio que manejar todo eso correctamente no va a ser fácil, pero es algo que se puede y se tiene que hacer, y lo que he dicho son principios fundamentales que tendrán que guiar a las fuerzas revolucionarias.

<T>Naturalmente, en la sociedad socialista habrá mucha diversidad, incluso en cierto sentido en el ejército. Necesitamos la diversidad, así como la unidad. Pero después de la revolución no va a haber diferentes ejércitos, porque de haberlos querrá decir que hay otras clases a las que representan, y una de ellas será la burguesía. Eso es algo que no queremos, porque de ser así no se podrán poner en primer plano y defender los intereses clasistas del proletariado.

Firmeza y flexibilidad

Al igual que en la esfera intelectual, tenemos que tener una política de firmeza y flexibilidad, unidad y diversidad, unidad y lucha. Pero, si el punto de vista del proletariado no se establece en la posición directriz, se perjudicarán los intereses de las masas. No es cuestión de los intereses de los comunistas, en un sentido estrecho, sino que las masas sufrirán. Las arrastrarán al infierno de la vieja sociedad. Si los revolucionarios crean condiciones en las que los intelectuales pueden dar rienda suelta a sus tendencias espontáneas (aquí estoy hablando de la amplia categoría de intelectuales y no de los intelectuales comunistas), entonces esas mismas condiciones oprimirán a las masas y las llevarán de nuevo a un sistema opresivo. Esa es una expresión aguda de esta contradicción con respecto a los intelectuales.

Con respecto al problema del poder estatal y sus pilares más importantes, los revolucionarios tendrían que manejar correctamente las contradicciones y aplicar correctamente el Frente Unico bajo Dirección Proletaria, y llegar a tal punto en que solo quede un ejército y un núcleo del poder estatal dirigido por el proletariado y su partido.

Para decirlo sin pelos en la lengua: si el proletariado intenta compartir el control de las palancas más importantes del poder estatal con cualquier otra clase, no va a funcionar y en vez va a perjudicar los intereses de las masas. Solo si se establece con toda claridad que hay que poner en primer lugar los intereses del proletariado, se podrán poner en tensión los factores más positivos de las otras fuerzas de clase.

Bueno, no se trata nada más de declarar el papel dirigente y la posición directriz del proletariado en el frente único y en la sociedad socialista. No es algo que simplemente se pueda declarar, es una posición que se tiene que conquistar políticamente y en el campo de batalla. No quiero decir que hay que conquistarla en el campo de batalla combatiendo a esas capas con las que se quiere forjar alianzas. El ejército revolucionario del proletariado tendrá que conquistar esa posición derrotando al enemigo y haciendo todo el trabajo político correspondiente para que el proletariado y su partido se establezcan en la dirección. Si las fuerzas revolucionarias del proletariado no tienen éxito en eso y toman una posición liberal con respecto a otras fuerzas de clase, incluso las más radicales, van a minar y en última instancia a traicionar los intereses de las amplias masas. Es posible que la contradicción no se exprese de esa manera todo el tiempo, o que no sea tan obvia en todo momento, pero esa es la realidad concreta de la situación.

Cuanto más firmemente comprendamos y apliquemos nuestra ideología y línea, tanto más amplia será la unidad que podremos forjar con otras fuerzas de conformidad con nuestros objetivos estratégicos. Bajo la dictadura del proletariado, cuanto más dirijan el proletariado y su partido, o sea, cuanto más se afinquen en la posición dirigente y apliquen la línea y los métodos que representan los intereses del proletariado en el sentido más amplio y fundamental, tanto más se despertarán las cualidades positivas de las otras fuerzas de clase y tanto más será posible convivir con ellas y transformarlas, material e ideológicamente, a lo largo del período histórico de transición al comunismo a nivel mundial.

Si nos ponemos a pensar en esto con respecto a nuestro trabajo, veremos cómo se expresa hoy. Cuando entramos en un frente único con otras fuerzas de clase en una lucha específica, si dirigen otras líneas, no se logra establecer una amplia unidad de objetivos compatibles con los intereses fundamentales de las masas. Se ve más sectarismo, más alejamiento de los intereses fundamentales de las masas.

Repito, esto no quiere decir que simplemente nos metemos en una lucha o en una organización y declaramos que nosotros seremos la dirección; tenemos que conquistar la dirección en la práctica. Sin embargo, nuestra propia práctica, así como toda la experiencia histórica del proletariado internacional y del movimiento comunista internacional, establecen firmemente que la dirección del proletariado y su partido es necesaria y cuenta con sólidas bases.

Si abandonamos ese "núcleo", o sea, el hecho esencial de que tiene que ser un frente único bajo dirección proletaria, que tiene que ser nuestra orientación estratégica de pe a pa, y que tenemos que conquistar la dirección en la práctica, si abandonamos ese núcleo, lo perderemos todo. Así de simple y fundamental es.

Ese fue uno de los principales argumentos contra K. Venu. En esa polémica se dijo: si hacemos en la sociedad socialista lo que quiere que hagamos, vamos a permitir que la burguesía reconquiste el poder con más facilidad de la que ha tenido. El proletariado internacional, cuando ha dirigido países socialistas, ha tenido el problema de impedir que la burguesía vuelva a tomar el poder. Pero en la polémica se señaló que si el proletariado no ejerce una dictadura omnímoda, se le va a abrir la puerta de frente a la burguesía. Tenemos que aprender a no dejarla meterse por la puerta de atrás y las ventanas, pero si no dirige el proletariado, se le va a abrir la puerta del frente.

El otro aspecto de esto es que tenemos que manejar nuestra ideología y línea de tal manera que logremos conquistar (o por lo menos conquistar a una "neutralidad amistosa") a las más amplias filas del pueblo que sea posible en un sentido estratégico y a largo plazo, así como a cada paso del camino. Como dije, al ejercer la dictadura omnímoda sobre la burguesía en la sociedad socialista, al ejercer el gobierno omnímodo en todas las esferas de la superestructura, el proletariado tendrá que combinar firmeza con flexibilidad y tratar correctamente la contradicción de la unidad vs. la diversidad y la lucha con otras fuerzas de clase; y es más, con las masas proletarias.

Como he dicho**, la gran mayoría de las capas medias ganará mucho más de lo que perderá con la revolución proletaria y la transformación socialista de la sociedad. Eso es algo muy importante que tenemos que comprender bien y tenerlo siempre presente. Pero repito, eso se quedará en lo abstracto (o, en el mejor de los casos, en "buena idea") a menos que se transforme en una poderosa fuerza material por medio de la lucha revolucionaria librada por el grupo social cuyos intereses corresponden a eso y que siente la apremiante necesidad y deseo de luchar para transformar radicalmente la situación; ese grupo es el proletariado.

* Bob Avakian, "Democracia: ¡Más que nunca podemos y debemos lograr algo mejor!", Un Mundo Que Ganar, No. 17, 1992.

** Véase, "Hablándole de la revolución a la clase media", OR, No. 776.


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