Contra el saqueo global

Seattle: Protestas contra la Organización Mundial del Comercio

Obrero Revolucionario #1031, 21 de noviembre, 1999

A finales de noviembre, la atención mundial se concentrará en Seattle, Washington, donde representantes comerciales y altos funcionarios de los gobiernos imperialistas y de muchos otros países celebrarán una cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por ello, mucha gente irá a Seattle a repudiar la OMC y la globalización imperialista.

El presidente Clinton hablará ante la cumbre, que será "la mayor conferencia de comercio" en la historia del país. La OMC se fundó en 1995 y, junto con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), es un instrumento de control de Estados Unidos y otros países imperialistas.

Los imperialistas afirman que la OMC fomenta el "libre comercio" y que beneficia a los pueblos del mundo. En realidad, su objetivo es extender la libertad de acción del capital imperialista: facilita el movimiento rápido de inversiones de un país a otro para reducir costos y maximizar ganancias; abre las economías del tercer mundo a mayor control e inversiones imperialistas; y presta un marco institucionalizado para la competencia entre las potencias imperialistas.

Es decir, con el pretexto del "libre comercio" los gandallas imperialistas se atribuyen el "derecho" de explotar a los países oprimidos con un mínimo de restricciones.

Resistencia aquí y en todo el planeta

La OMC, y mayor globalización imperialista en general, implica mayor explotación y miseria para los pueblos del mundo, sobre todo del tercer mundo. Veamos el caso de México: desde 1995, cuando el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC/NAFTA) entró en vigor, los ingresos de los pobres se redujeron a la mitad y la cantidad de pobres ha aumentado de 30% a 50% de la población.

Los horrores de la globalización imperialista están provocando resistencia en todo el planeta: de campesinos y pescadores de Filipinas, obreros de las maquiladoras de Guatemala e Indonesia, indígenas y estudiantes universitarios de México, etc., etc. En India en 1997, un millón de pequeños agricultores se echaron a la calle a protestar porque las corporaciones capitalistas monopolistas yanquis le están poniendo patentes a las semillas. Asimismo, Berlín, Londres y Ginebra han presenciado manifestaciones combativas contra la OMC y las medidas económicas imperialistas. Dicha resistencia crea mejores condiciones para la lucha revolucionaria en el mundo entero, y en Perú, Nepal y Filipinas guerras populares maoístas iluminan el camino hacia la liberación de los oprimidos.

La resistencia a la globalización se siente en Estados Unidos también. El movimiento de protesta contra la cumbre de la OMC está cobrando mucha fuerza: docenas de miles de personas de este país y de muchos otros se movilizan para las protestas que se realizarán en las calles de Seattle. Los jóvenes que participan en el movimiento odian el mundo capitalista que ven a su alrededor, un mundo chueco donde la ganancia manda y todo está "a la venta". Mucha gente siente que las protestas son históricas, y que tiene el deber de repudiar la OMC y la globalización imperialista.

Habrá muchas actividades: grandes manifestaciones, plantones y otras acciones con el fin de parar la cumbre, paros laborales y estudiantiles, una cadena humana que exhortará a cancelar la deuda externa del tercer mundo, mítines sindicales, un "festival de desafío" convocado por Veteranos de Vietnam contra la Guerra, Antiimperialista, etc.

Una Asamblea Popular y marcha contra la globalización imperialista iniciada por Bayan, EU, reunirá a campesinos, antiimperialistas y gente de muchos países. Continuará la labor de la Conferencia Popular contra la Globalización Imperialista y la Caravana Popular que se realizaron en Filipinas en 1996. Condenará la OMC y la globalización imperialista, además de fortalecer la resistencia y solidaridad internacional.

Una amplia gama de organizaciones e individuos participarán en las protestas. Llegarán delegados de India, Filipinas y otros países oprimidos, además de ambientalistas, estudiantes, revolucionarios, grupos sindicales, anarquistas, grupos religiosos, etc., de la costa oeste, Canadá y todo Estados Unidos. El movimiento contra la OMC agrupa a gente de muy diversas posiciones y puntos de vista políticos. Ofrece grandes posibilidades de fortalecer la resistencia popular, crear conciencia sobre el sistema global de explotación, estrechar relaciones entre las fuerzas antiimperialistas y fomentar mayor oposición al imperialismo yanqui.

Las autoridades de Seattle están trabajando de la mano con el gobierno federal para reprimir las protestas. Participan en el equipo de seguridad oficial: el Departamento de Policía de Seattle, el FBI, el Servicio Secreto, la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas, el Departamento del Estado y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias. La policía amenaza con emplear gas pimienta y equipos SWAT contra los manifestantes, y ha recibido cursos de capacitación de un alto oficial alemán a cargo de la represión de las protestas contra la reciente cumbre "G-7" de los gobiernos imperialistas.

Por su parte, Clinton busca sembrar confusión en el movimiento: dice estar a favor de una "más amplia participación" en las decisiones de la OMC y afirma que a pesasr de sus discrepancias con los manifestantes, las protestas serán bienvenidas. Pero en realidad es el gran paladín del "libre comercio" y la OMC, y su gobierno les negó la visa a activistas de derechos humanos de Nepal y Bangladesh que iban a participar en la caravana de Acción Popular Global que partirá de Nueva York para asistir a las protestas en Seattle.

La lucha por un futuro diferente

La reunión de la OMC abordará el comercio agropecuario, servicios y "derechos de propiedad intelectual". A través de los tratados de "libre comercio" el capital monopolista imperialista lo convierte todo-hasta plantas y el ADN humano-en mercancías. Por ejemplo, las compañías farmacéuticas han solicitado una patente para el ADN de una mujer guatemalteca que supuestamente tiene inmunidad al cáncer. La agroindustria ya ha patentado semillas del tercer mundo, que son producto de la labor de siglos de los campesinos, y ahora a ellos les va a tocar pagasr para usarlas.

A través de la reunión de la OMC, Estados Unidos se propone aumentar el control del sector agrícola de los países oprimidos, ampliar las ventas agropecuarias en todo el mundo y aumentar la penetración de las telecomunicaciones y los servicios financieros estadounidenses en los mercados internacionales. El Acuerdo sobre la Agricultura (ASA) de la OMC ha sido un desastre para los campesinos del mundo. Junto con otras medidas económicas imperialistas, ha acelerado la concentración de la tierra en manos de la agroindustria imperialista. Además, ha arruinado la agricultura de subsistencia del tercer mundo y sometido a los campesinos a la desalmada competencia del mercado de exportaciones.

Los ambientalistas señalan que la globalización imperialista y las medidas de la OMC causan contaminación y destrucción de especies en peligro de extinción. En la reunión de Seattle, la OMC abordará el Acuerdo de Libre Explotación Forestal, y el gobierno de Clinton quiere que se apruebe. Pero la eliminación de aranceles a la madera provocará una gran expansión de la industria maderera y mayor consumo de madera, justo cuando muchos bosques y selvas vírgenes están en peligro de desaparecer. La deforestación causa erosión y lleva a desastres como las inundaciones que han cobrado miles de vidas en México.

En el umbral del nuevo milenio, los imperialistas aprovecharán la reunión de Seattle para impulsar la globalización y para decirle al mundo que el futuro les pertenece a ellos y que todos tendrán que someterse.

El economista político maoísta Raymond Lotta ha señalado: "La globalización se plantea como `la onda del futuro', pero el futuro que ofrece este sistema-con toda su capacidad tecnológica-es mayor explotación y opresión de los pueblos de los países oprimidos, así como de los países imperialistas. El futuro que el sistema ofrece-con todos sus puntos de contacto globales-es empujar a millones de personas a la mínima subsistencia. El futuro que ofrece-con todas sus inversiones-es economías más chuecas con menos posibilidades de proporcionar servicios básicos y de alimentar a los obreros y campesinos".

La visión imperialista del futuro es una pesadilla para las inmensas mayorías del planeta. Es muy necesario contraponer otra visión del futuro: un mundo sin explotación, opresión y las desigualdades del mundo actual. Los imperialistas se reunirán para fomentar el saqueo mundial; Ħqué bueno que habrá un gran grito de resistencia contra la OMC en las "entrañas de la bestia"!


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