Informe directo de la guerra popular de Nepal

Parte 21:
La Región Central

Li Onesto

Obrero Revolucionario #1041, 6 de febrero, 2000

El 13 de febrero de 1996, una serie de ataques armados coordinados inició un nuevo capítulo en la historia de Nepal. Bajo la dirección del Partido Comunista de Nepal (Maoísta), miles de hombres y mujeres dieron inicio a una guerra popular con el fin de barrer el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático de la faz del país. Durante tres años, la revolución se ha extendido, ha echado raíces y ha logrado mucho en Nepal. Es un acontecimiento significativo, pero altamente desconocido en Estados Unidos. Los que hemos tratado de mantenernos al tanto de esta guerra popular hemos obtenido información valiosa, pero es escasa.

Ahora el Obrero Revolucionario/Revolutionary Worker presenta un reportaje exclusivo. Hace poco nuestra corresponsal Li Onesto regresó de un viaje de varios meses a Nepal, donde recorrió el país con el Ejército Popular, se reunió y platicó con dirigentes del partido, guerrilleros, activistas de las organizaciones populares y habitantes de muchos pueblos... o sea, con los que están librando una auténtica guerra popular maoísta y empiezan a ejercer el nuevo poder popular. Enviamos un saludo rojo "lal salaam" a todos los compañeros de Nepal que hicieron posible este viaje.

A continuación publicamos la entrega número 21 de nuestra serie sobre Nepal. (Las partes 1-20 se encuentran en el OR No. 1014-1020, 1022, 1023, 1025, 1027-1029 y 1032-1038.)

La Región Central queda entre el valle de Katmandú, donde se encuentra el gobierno central, y la Región Occidental, el centro de la guerra popular. La ciudad más grande es Pokhara, un centro turístico desde el cual salen excursiones a los montes Anna Purna. En esta región también está el Terai, una llanura angosta en la frontera sur, con India, donde se encuentra otra zona turística, el Parque Nacional Chitwan.

Esta región tiene más terratenientes que las demás. En los cerros, la mayoría de los campesinos son dueños de pequeñas parcelas, pero hay campesinos sin tierra que laboran en tierras de un terrateniente, quien les paga en dinero o les da una porción de la cosecha. En el Terai, la mayoría de los campesinos son jornaleros. La tierra es muy fértil y el riego abundante, lo cual permite una gran variedad de cultivos. Sin embargo, el 20% de la población no tiene tierra y los demás tienen parcelas muy pequeñas.

El Terai era puro bosque, pero en los años 60, el gobierno y los terratenientes empezaron a tumbarlo, así que se cultiva desde apenas unas décadas.

La guerra popular ha confiscado las tierras de los terratenientes y liberado a los campesinos que trabajaban como esclavos para pagar deudas o "vendidos".

Me contaron de un señor que pasó 50 años en esa condición. Se lo robaron cuando tenía nueve años y lo vendieron a un terrateniente por 20 kilos de mijo. El partido movilizó a 1000 personas en un mitin, donde las organizaciones de masas condenaron semejante explotación y exhortaron a la acción. Las masas mandaron que el amo le pagara sus 50 años de servicio o que le diera tierras. Aceptó la segunda propuesta y tuvo que darle 0.8 hectáreas y 400.000 rupias.

La Región Central es menos aislada; tiene más ciudades y mayor infraestructura, carreteras, etc.; hay más turismo; y es más vulnerable a los operativos y movilizaciones policiales. Tiene mayor contacto con India, que queda cerquita. Aquí las zonas guerrilleras están cerca de ciudades chicas y hay más contacto con el trabajo revolucionario de las ciudades.

Escuadras en el Terai

Visito una ciudad chica en el Terai, donde los camaradas han arreglado una reunión con representantes (principalmente mandos) de cuatro escuadras del ejército popular. Los guerrilleros corren cierto peligro al viajar a la ciudad y tenemos que tomar precauciones y estar alerta rumbo a la reunión.

Estas escuadras operan cerca de una zona del Occidente que se desarrolla como base de apoyo, y tienen la tarea de apoyarla con mensajeros, armas y cuadros de tiempo completo, además de realizar acciones en la Región Central.

A diferencia del resto del país, el clima aquí es cálido y hay muchos mosquitos. Estamos amontonados en una pequeña bodega, sentados en el suelo con un ventilador que solo prendemos a ratos porque hace mucho ruido.

Un mando habla de las primeras acciones de su escuadra:

"Varias escuadras funcionan desde el inicio y formamos otra en el campo hace un año. En un principio hacíamos propaganda, pintas, pega de afiches y procesiones. Nos planteamos confiscar armas, pero al comienzo no podíamos. Ya después de un año, sí, y en los últimos tres años, la mayoría de las acciones son de confiscación de armas.

"Un usurero no pagaba a sus trabajadores y cobraba intereses altísimos. Tras el inicio, compró un rifle calibre 12 de fabricación india y amenazaba a las masas. Además, acosaba a las mujeres. Por eso, decidimos lanzar una acción. Eramos 12 en la escuadra y fuimos al bosque a buscarlo a las 9 p.m. Nos dividimos en cuatro grupos: asalto, requisa, reserva y defensa. Lanzamos un ataque por sorpresa y lo encontramos dormido con su rifle. En el curso del ataque se le fracturó la mano y le quitamos el arma. Tenía 60 trabajadores ahí listos para lanzarse contra nosotros, pero les explicamos que éramos guerrilleros maoístas, condenamos su explotación y dijimos: `Estamos luchando por ustedes y no por esos matones', y se quedaron boquiabiertos".

El mando pasa al tema de las tomas de tierra:

"Tomamos un terreno del gobierno de más de tres hectáreas sembradas con árboles. Quitamos los arbolitos y repartimos la tierra a los campesinos sin tierra, que ahora viven ahí. Por otra parte, confiscamos la cosecha de unos terratenientes y la distribuimos a las masas. Luego planeamos un ataque a un terrateniente y comprador de India, ciudadano de Nepal e India. Tenía sirvientes y campesinos pobres que trabajaban sus tierras. Los organizamos y lanzamos el ataque.

"A las 10 p.m., siete guerrilleros de la escuadra y 100 campesinos rodeamos su casa. Estaba dormido en el segundo piso; le gritamos: `Somos los guardabosques'. Se despertó y se asomó, y entonces nos presentamos de veras, diciendo: `Somos guerrilleros maoístas y campesinos'. Condenamos sus fechorías y cuatro guerrilleros fueron a confiscarle la cosecha. Tumbamos la pared de la bodega y los campesinos entraron gritando consignas.

"Distribuimos la cosecha y cada quien se llevó lo que podía cargar. Aun así, solo era una parte de su gran riqueza. Nuestras consignas para la acción eran: `¡Viva el movimiento campesino!, ¡Viva la revolución de nueva democracia!, ¡La guerra popular no se detiene!, ¡Vivan las organizaciones campesinas! y ¡Barrer la propiedad de los terratenientes!'. Regresamos a su casa después y nos llevamos arroz de alta calidad. Luego la policía requisó todas las casas, pero no encontró el arroz. Sembró terror y en 24 horas arrestó a seis campesinos.

"En una acción de sabotaje, nuestra escuadra de 12 guerrilleros lanzó una bomba a la casa de un terrateniente, pero 150 aldeanos nos rodearon, pues pensaron que éramos ladrones. Aclaramos nuestros verdaderos propósitos; sin embargo, entre la muchedumbre había siete pistoleros que exhortaron a `unirse contra los forasteros y defender nuestra tierra' y dijeron: `Los maoístas son de los cerros. Nos echarán'. Como eso ocurrió en el Terai (las llanuras de la frontera con India), acicatearon las divisiones entre los del Terai, que son de origen indio, y las demás nacionalidades. La escuadra bregó por ganar el apoyo de las masas a la guerra popular, pero ni siquiera logró hacerse oír entre tanto bullicio y tuvo que replegarse".

La muchedumbre enardecida los siguió y los guerrilleros lanzaron una granada para poder retirarse.

"El partido no esperaba que las masas respondieran así y por eso solo envió una pequeña escuadra y además, ¡era su primera experiencia! Después, bregamos por entender la situación y rectificarla. Sacamos dos conclusiones: 1) no captamos la situación política de las masas; y 2) existe desconfianza entre los pueblos de los cerros y los del Terai, pues tienen distinta cultura e idioma. Fuimos de casa en casa y encontramos que en realidad no se oponían al movimiento maoísta, sino que reaccionaron así porque temían represalias del terrateniente y los pistoleros.

"En esa zona el apoyo no es sólido, es decir, depende de la fuerza de la guerra popular. Así que el partido redobló el trabajo de construir organizaciones revolucionarias de masas.

"Hasta la fecha, hemos obligado a tres terratenientes a devolver tierras a los campesinos. Los terratenientes son fuertes; tienen sus pistoleros y armas, y es más difícil atacarlos a ellos que a los puestos policiales. Hay muchos campesinos sin tierra que trabajan tierras de terratenientes y hasta se ven en la necesidad de venderles sus familiares. Reciben lo mínimo para subsistir: un poco de comida, ropa, etc., o a veces parte de la cosecha. Por esa situación, ahora todo el mundo quiere trabajar de jornalero y recibir salario.

"En esta región, apenas el 2% de los cuadros son del Terai, pero el partido defiende el derecho a la autodeterminación y garantiza regiones autónomas para las nacionalidades oprimidas. Con ese programa la organización revolucionaria `Tharu ban mukti Morcha' (Frente de Liberación Tharu) organiza a los tharu".

Uno de los combatientes de esa nacionalidad habla de su incorporación al ejército popular:

"Mi familia no tiene tierra y al conocer la historia de la lucha popular, llegué a conocer al partido comunista revolucionario. Me entusiasmé por el movimiento popular contra el sistema Panchayat. Al ingresar al Frente de Liberación Tharu, capté que la división entre terratenientes y campesinos sin tierra, es decir, el problema terrateniente/campesino, solo se resolverá por medio de la lucha de clases. En ese tiempo trabajaba la tierra de un terrateniente. Participé en el movimiento de liberación; reclamamos tierra y aumentos salariales, y la situación se puso muy tensa. Así me incorporé al partido, participé en las acciones y me formé políticamente. Me siento muy orgulloso de ser comunista y estoy decidido a militar con el partido por largo tiempo, hasta la victoria".

Una escuadra en los cerros

Ahora otro mando habla de la escuadra que trabaja en los cerros:

"En los cerros, el principal problema son los usureros y realizamos acciones de confiscación de pagarés. Por otra parte, hay contradicciones entre las ONG (organizaciones de ayuda no gubernamentales) y los campesinos. El trabajo se enfoca en esos dos problemas. Por ejemplo, una acción de 17 guerrilleros atacó la Comunidad Económica Europea (CEE), una ONG internacional, y la sede del Comité de Desarrollo de la Aldea (VDC)".

El mando de esa acción, sentado frente a mí, continúa con la narración:

"Eramos 17 guerrilleros y escogimos esa dependencia imperialista como blanco. Hicimos los preparativos militares: conseguimos armas e investigamos la situación, por ejemplo, a qué horas salían y regresaban. El equipo de investigación informó que daban un curso de capacitación y decidimos lanzar el ataque el último día porque calculamos que para entonces solo quedaban cuatro personas en el edificio.

"La escuadra se juntó; el mando dio unas orientaciones y después cada quien dio su opinión sobre el blanco y la acción. Nos dividimos en cuatro equipos: asalto, requisa, defensa y reserva, además de vigilancia.

"Pero cuando llegamos, la situación no era como nos imaginábamos. En el último día del curso, los participantes acudieron a recibir sus pagos; había 16 personas en la sede del VDC y dos en el edificio de la CEE. Un compañero nos advirtió, así que acampamos cerca y debatimos qué hacer. Propuse que rodeáramos los dos edificios.

"Rodeamos el edificio del VDC y una guerrillera vigiló la puerta. Nos presentamos diciendo: `Somos los maoístas y su organización es un blanco de ataque'. Les advertimos que no salieran. Asimismo, rodeamos el edificio de la CEE y les expliqué brevemente que no confiscábamos sus pertenencias, solo la propiedad y dinero de la organización. A un funcionario le entró pavor y nos indicó dónde estaban todas las cosas de la dependencia. Lo confiscamos y luego regresamos a la sede del VDC.

"En ese VDC hay mucho apoyo para los maoístas, pero el presidente era miembro del revisionista UML (Partido Comunista Nepalés Unido, Marxista-Leninista). En una ocasión le pedimos en una carta que el VDC donara 20.000 rupias al PCN (Maoísta), pero no aceptó. Además, un secretario del VDC era soplón.

"Tumbamos la puerta y explicamos a los presentes por qué esa sede era blanco de ataque. Reclamamos 40.000 rupias, en vista de la demora, y mandamos que el soplón dejara de colaborar con la policía. La acción duró una hora. Unos 100 aldeanos se juntaron afuera y les hablamos. Disparamos al aire; lanzamos consignas como `¡Desarrollar la guerra de guerrillas!', `¡Fuera imperialistas!' y `¡Viva el MLM!', luego nos dispersamos".

Hay solamente una guerrillera en nuestro grupo y se nota que tiene ganas de hablar. Apenas empieza, y siento su gran elocuencia y pasión aunque no comprendo las palabras. Sus gestos, su forma de moverse, reflejan sinceridad y valor. Mi traductor la escucha tan detenidamente que se olvida de mí y tengo que recordarle que traduzca sus palabras:

"Soy soltera, tengo 19 años y cursé la secundaria. Llevo dos años de militante de tiempo completo. Mis padres participan en organizaciones revolucionarias de masas. Era bailarina y cantante de canciones revolucionarias, pero al principio no las entendía a fondo. Las aprendí cuando un equipo cultural visitó la aldea. Tras el inicio, cuatro aldeanos tuvieron que pasar a la clandestinidad por culpa de la policía; la situación era peligrosa y tenía miedo. Pero me lancé a trabajar como mensajera del partido. La policía me buscaba, así que me fui de la casa y pasé a la clandestinidad, donde estudié la política revolucionaria del partido.

"Conocía algo de las revoluciones rusa y peruana, por ejemplo, sabía que la mujer empuñó las armas. Posteriormente, ingresé a una escuadra y empuñé el fusil igual que ellas.

"Tuve mi primera experiencia de castigar a un elemento malo, un usurero que violó a su propia tía. ¡Qué bueno que las compañeras lo atacaran! Yo vigilaba en la orilla del río con el fusil al hombro.

"Fue la primera vez que empuñé el fusil y sentí un mayor compromiso. En ese momento, pensé en Jenny Marx (esposa de Carlos Marx). Agarramos al usurero y los aldeanos salieron a presenciar la acción; el mando lo condenó y las masas vitorearon a la escuadra. Yo estaba armada y las aldeanas me miraban con mucha admiración. El mando exhortó a golpear a ese elemento malo que violó a su tía. Le di una patada y le salió sangre de la boca. Por vez primera sentí lo bueno que es golpear al enemigo de clase. Las aldeanas lo amenazaron: le dijeron que si lo volvía a hacer, no lo dejarían en paz.

"Ahora que milito con la escuadra, siento un gran compromiso de combatir a los reaccionarios y liberar a la mujer, y a las masas. Siento un mayor compromiso con la lucha por tumbar a los reaccionarios y crear un nuevo Nepal. Veo que muchas compañeras se acercan a la guerra popular y trabajaré para reclutarlas al ejército popular".

Continuará.


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