México: Lucha por la educación

Obrero Revolucionario #1051, 23 de abril, 2000

"Damos nuestra vida, pero esta escuela se abre".

Señora de Tepatepec, México, quien peleó contra la policía
en defensa de la escuela normal rural El Mexe

En todo México ha estallado un huracán de lucha por defender la educación pública y gratuita ante las embestidas del proyecto "neoliberal" del gobierno, dictado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para subordinar el sistema educativo a las exigencias del mercado libre y negarle la educación al pueblo trabajador. En los últimos dos meses, el gobierno ha lanzado grandes operativos policiales contra las luchas estudiantiles y efectuado arrestos masivos; ha rechazado toda propuesta de diálogo y ha desatado una feroz represión contra la oposición.

El presidente de Concamín, la principal federación de industriales, señaló la delicada situación que prevalece a apenas cuatro meses de las elecciones presidenciales y comentó que la lucha de los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es "un focote (rojo) enorme" que podría representar un gran peligro. Dijo que el gobierno "tiene que hacer hasta lo imposible" para lograr que la transición sexenal sea "tranquila, ordenada y que la economía no se pare". Sin embargo, los ataques a la educación pública han chocado contra la voluntad del pueblo y están suscitando la lucha de muy amplios sectores. Como el Consejo General de Huelga (CGH) de la UNAM señaló: "El gobierno reprime para sembrar el terror, pero al mismo tiempo, y aunque no lo quiera, genera la profunda indignación que permite vencer al temor".

El Mexe: Un poco de justicia popular

El 6 de febrero, 2600 efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP) invadieron la UNAM y arrestaron a más de 700 miembros del CGH, el grupo que dirigía la huelga que se inició el año pasado. Dos semanas después, en el estado de Hidalgo, mandaron los granaderos a cerrar la escuela normal rural de "El Mexe", pero el pueblo les volteó la tortilla. En una magnífica muestra de poder popular, los granaderos terminaron encuerados y atados en la plaza central, rodeados por el pueblo airado. La foto de los granaderos humillados y derrotados salió en primeras planas por todo México, además del periódico La Opinión de Los Angeles.

El Mexe es una normal rural (universidad pedagógica) cerca de Tepatepec, Hidalgo, donde los estudiantes venían luchando por el control de la escuela. La lucha se intensificó en el mes de enero, y el gobierno se mostró dispuesto a todo para quebrarla y cerrar la escuela.

El 26 de enero, el gobierno anunció que la escuela estaba cerrada y que los estudiantes que se quedaban ahí, "la ocupaban" ilegalmente. Cortaron la luz, el agua y el teléfono, y arrestaron a la tercera parte del estudiantado en las protestas que se desataron. Para ponerlos en libertad, tenían que firmar que no participarían en más protestas y que se inscribirían en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en Pachuca, la capital del estado.

Estudiantes de las normales rurales de todo el país, que también han luchado para que no cierren estas escuelas, se instalaron en carpas en la plaza de Pachuca en apoyo a El Mexe. El 19 de febrero a las 3 de la mañana, llegaron 400 granaderos en 81 vehículos, quebraron una puerta de cristal de la alcaldía, arrestaron a 736 estudiantes y regresaron a 700 a su estado. Desde entonces se desconoce el paradero de cuatro estudiantes del estado de Zacatecas.

A las 6 de la mañana, 300 granaderos-de los que acababan de atacar a los estudiantes en Pachuca-se desmandaron en Tepatepec. Golpearon a mujeres, niños y ancianos, y destrozaron casas. Se metieron a El Mexe y arrestaron a 176 estudiantes, y cometieron violaciones. A los estudiantes los subieron a camiones y los llevaron a la cárcel de Pachuca, y 150 granaderos se quedaron vigilando la escuela.

La noticia del ataque corrió por el pueblo y a las 8 de la mañana ya lo sabían todos, y se pusieron a organizar la resistencia. Para atrapar a los granaderos en la normal, montaron barricadas de piedras y prendieron hogueras en las salidas. Quemaron siete camionetas policiales y destrozaron once más. Unos granaderos lograron huir en sus vehículos o echándose al canal de aguas negras, pero capturaron a 68.

A esos granaderos les hicieron quitarse la camisa, los zapatos y los pantalones, los ataron y los hicieron marchar unos cinco kilómetros a la plaza de Tepatepec, donde los exhibieron. En la iglesia tocaron las campanas para llamar a todo mundo. Uno de los granaderos encuerados llevaba un letrero que decía: "Soplón de Núñez Soto [el gobernador]". Los tepatequeños decían: "¡Que liberen a los detenidos o quemamos a estos pinches granaderos!".

Al registrar la escuela y los vehículos de los granaderos, se encontró un verdadero arsenal (supuestamente los granaderos no estaban armados). Seguramente pensaban sembrar las armas en la escuela-un lanzagranadas, rifles y otras armas de fuego-y con ese pretexto cerrarla. Se exhibió el arsenal en la plaza, lo cual atizó la furia popular. Una nota en el diario mexicano La Jornada informó: "Tiritando de frío, medio desnudos, despojados de sus armas, toletes y prepotencia, contemplaron su juicio sumario y popular. La plaza del pueblo se mantenía repleta, como estuvo durante todo el día. La ira popular generada por la incursión violenta del cuerpo de granaderos para tomar la escuela impedía concretar cualquier intento de negociación".

El alcalde de Tepatepec (del PRD, uno de los partidos burgueses de oposición) trabajó todo el día, negociando con el gobierno estatal para salvar a los granaderos. A las 7 de la noche, las hogueras donde echaron los uniformes, botas militares y chalecos antibalas todavía ardían cuando el alcalde llegó a la plaza con la propuesta de canjear los granaderos por los estudiantes detenidos. El pueblo aceptó soltarlos a las 10 de la noche y los subieron a un camión en calzoncillos. Sus jefes les advirtieron que no mencionaran el incidente, pero un granadero espantado comentó: "Siempre ganamos pero ora nos tocó perder.... Creímos que nos iban a chingar".

La tradición radical de las escuelas normales rurales

Un letrero en la entrada a El Mexe dice: "Bienvenidos, camaradas. Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes sean sumisos ante el tirano". En la escuela hay enormes murales de Marx, Engels, Lenin y Stalin, además del Ché Guevara. En las palabras de un estudiante: "Ante las injusticias, somos rebeldes. El objetivo de las 16 escuelas normales rurales es formar futuros docentes a partir de luchar contra el rezago educativo y la ignorancia, así como por un cambio social para que haya igualdad económica... [El gobierno] ha buscado diferentes estrategias para denigrarnos y dejarnos mal ante la ciudadanía. Nos llama seudoestudiantes, vándalos guerrilleros, asesinos. Y nosotros decimos: si por defender nuestra escuela y la educación pública vamos a ser eso, sí lo somos".

Hay una larga tradición de solidaridad entre la escuela y las comunidades campesinas. Los estudiantes y egresados de la escuela han participado en luchas campesinas por la tierra, y por conseguir carreteras y otros servicios necesarios. Como dijo un egresado: "El núcleo duro contra los granaderos fueron los ejidatarios [los ejidos son tierras comunales, propiedad del estado] de San Juan Tepa, a quienes ayudamos a recuperar tierras...".

Las 16 normales rurales son la institución de educación superior del "México de la extrema pobreza" (el campo y las comunidades indígenas). Se fundaron en la década de 1920 como fruto de la revolución de 1910. Los estudiantes vienen de familias campesinas pobres, y tienen el compromiso de quedarse ahí y educar al pueblo. El gobierno quiere cerrarlas con el pretexto de que no hay suficiente trabajo para tantos maestros rurales, pero como dijo el padre de un estudiante: "¿Cómo no va a haber trabajo, con tanta gente que tiene que estudiar? ¿O ya no quieren que el campesino estudie?".

Para el gobierno las normales rurales son un caldo de cultivo de la subversión, pues los estudiantes y profesores tienen una larga tradición de la lucha popular. Por ejemplo, Lucio Cabañas, líder guerrillero de los años 70, se graduó de El Mexe. En momentos cuando la pobreza rural llega a una situación extrema e intolerable, y se extiende la influencia de grupos guerrilleros en el campo, al gobierno le urge cerrar las normales. Un profesor de El Mexe y padre de un estudiante detenido señaló: "Se están ensañando con los jóvenes. La justicia no se aplica con equidad, porque hay personajes de la política que tienen graves acusaciones y no se les aplica la justicia. En cambio, a los estudiantes se les persigue como criminales".

La lucha se extiende

Los estudiantes y profesores de las normales, y los padres de familia, están en pie de lucha en todo el país para defender las escuelas y reclamar plazas para los graduados. Sus acciones recibieron muy poca cobertura en la prensa... hasta El Mexe. Los estudiantes se agrupan en la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas Mexicanos (FECSM) y se desplazan para solidarizarse con las luchas de sus compañeros.

En una escuela de mujeres de Morelos, las estudiantes bloquearon las carreteras y se tomaron camiones. En Puebla, tomaron las oficinas del secretario de Educación Pública y los granaderos las atacaron. En Campeche, los estudiantes se tomaron 14 vehículos y bloquearon la carretera Campeche-Mérida. En Nayarit están en huelga. En Morelia, Michoacán, se enfrentaron con los granaderos y quemaron la puerta del palacio municipal. En Jalisco, hicieron un plantón de cuatro horas en la legislatura estatal. En Zacatecas, en el mismo momento de la lucha en El Mexe, tomaron el edificio del gobierno estatal y convocaron al gobernador del PRD a dialogar. Los estudiantes dicen: "Nosotros defendemos la Normal Rural porque es la única escuela para los pobres".

Tras la rebelión en El Mexe, el gobierno advirtió a los directores de las demás normales que debían estar más alerta... para que no se prendiera ahí la chispa de El Mexe. El gobernador de Hidalgo dijo: "Por fortuna, la situación particular de los sedicentes estudiantes de El Mexe no ha contaminado a ninguna otra institución de educación media superior o superior y la paz social en el estado, existe, ha existido y seguirá existiendo". Bloquearon las carreteras para que los estudiantes no acudieran a solidarizarse con la lucha en El Mexe.

Sin embargo, 10 normales rurales y urbanas de Oaxaca hicieron un paro de 24 horas y reclamaron la libertad de los estudiantes detenidos de El Mexe, además de los detenidos de la UNAM. También hubo paros en varias escuelas de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

El gobernador de Hidalgo afirmó: "En Hidalgo nosotros no negociamos la ley", pero la rebelión de El Mexe obligó a las autoridades a negociar con los estudiantes, reabrir la escuela, reintegrar a los estudiantes que obligaron a inscribirse en la UPN, y permitir mayor participación de los estudiantes y padres de familia en la escuela. Sin embargo, cinco dirigentes estudiantiles todavía están presos.

La lucha en la UNAM sigue

Hace más de dos meses que 2000 efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP) invadieron la UNAM, arrestaron a casi 1000 estudiantes y giraron órdenes de aprehensión a 450 más con el objetivo de aplastar la huelga de diez meses por el derecho a la educación pública y gratuita.

Al cierre de esta edición, 28 estudiantes siguen detenidos: a los señalados como dirigentes no les permiten salir bajo fianza porque la Procuraduría General los acusa de "peligrosidad social", un cargo sumamente político; los demás no aceptan salir bajo fianza hasta que pongan en libertad a esos compañeros.

En estos días, 400 destacados artistas e intelectuales de Estados Unidos y Europa firmaron una declaración que pide su libertad. Firmaron: Oliver Stone, Noam Chomsky, Ozomatli, el ganador del premio Nobel de literatura José Saramago y parlamentarios españoles.

El rector de la UNAM anunció que busca "dialogar" con el CGH y celebrar un congreso "democrático" en el otoño para reformar la universidad. El mismo día, 12 guaruras secuestraron a la profesora Guadalupe Carrasco, una dirigente de la lucha estudiantil desde los años 80, tras salir de un foro donde apoyó al CGH. Su esposo reportó el secuestro y resultó que lo efectuaron detectives. A Carrasco la llevaron a la cárcel acusada de cinco delitos, entre ellos motín. Una declaración de prensa del CGH señaló: "Secuestro, ese es el diálogo de las autoridades.... Cada vez que ofrecen diálogo viene el golpe contra el CGH; esta es su normalidad".

Por otra parte, el CGH alertó a toda la comunidad universitaria de que "la rectoría piensa utilizar estos supuestos diálogos de manera similar a como lo hizo con el plebiscito, donde legitimó la represión con la entrada de la PFP y que aun continúa con hostigamiento, secuestros y órdenes de aprehensión".

El gobierno, la televisión y las autoridades universitarias hablan hasta el cansancio del regreso a la "normalidad" en la UNAM, y afirman que solo un puñado de estudiantes sigue protestando. Pero los padres de los estudiantes detenidos desmienten eso. Se han "crucificado", atándose a grandes cruces de madera frente a rectoría, donde se instalaron en carpas y han permanecido desde la toma de la universidad por la policía militar; todos los días escriben con sangre la palabra libertad en el edificio. Las autoridades dijeron que no soltaban a los detenidos hasta que sus padres levantaran las carpas, pero no se han ido.

Un mes después de los arrestos masivos, los estudiantes volvieron a tomar rectoría por dos días. El 13 de marzo, el secretario general de la UNAM anunció que la Comisión de Seguridad universitaria pensaba establecer un cuartel de la policía militar en Ciudad Universitaria. Como dijo el CGH, "¿Qué normalidad será esa que requiere el resguardo militar?".

El CGH ha luchado duro ante una represión despiadada. En cuanto a los problemas que dieron origen a la huelga, nada está resuelto y los estudiantes han incorporado una nueva demanda al pliego petitorio de seis demandas: libertad a los detenidos.

El CGH ha reconstituido las asambleas estudiantiles en todas las escuelas y facultades de la UNAM (con sus 270.000 estudiantes) que plantean propuestas a una asamblea general. Los estudiantes ya no controlan los edificios y las clases se han reanudado, pero muchas facultades se han convertido en centros de debate sobre los problemas que prendieron la huelga. A diario hay marchas, plantones, tomas de rectoría, etc. Por lo menos una escuela está en paro hasta que pongan en libertad a los detenidos. Por su parte, varios decanos han colaborado con la policía para que acuse a los estudiantes, haciendo disponibles los archivos y delatando a los que siguen en la lucha para que se giren nuevas órdenes de aprehensión.

Los detenidos han realizado marchas en la cárcel. El CGH informó: "Los presos comunes los apoyaban desde sus celdas lanzando confeti hecho con periódico y al grito de `¡No están solos!'.... La marcha fue un ejemplo de que la cárcel no dobla, por el contrario aun en ella, la lucha sigue".

Ante esa situación, más de 30 organizaciones se han unido en el Consejo Nacional de Lucha, donde participan: estudiantes de la UNAM, maestros, El Mexe y otras escuelas rurales, El Barzón (movimiento nacional de deudores), activistas de vivienda, el sindicato de electricistas (que lucha contra la privatización de esa industria), etc. El 18 de marzo, se celebró un Día Nacional de Protesta en 32 escuelas y facultades de la UNAM.

El CGH ha jurado no permitir que la "normalidad" regrese a la UNAM hasta que el gobierno ponga en libertad a sus compañeros y garantice la educación pública y gratuita.


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